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Por Alisa Childers

Nos acercamos a una época del año en la que se celebra la resurrección de un niño nacido de una virgen al que los seguidores llamaron “Buen Pastor” y “Mesías”. Tuvo doce discípulos, hizo milagros y se sacrificó por la paz del mundo. Fue enterrado en una tumba para resucitar de entre los muertos tres días después. Sus seguidores siguieron celebrando su resurrección cada año, y esta celebración acabó convirtiéndose en lo que llamamos “Pascua”.

¿Crees que estoy hablando de Jesús?

No. Estoy hablando de Mitra.

Esta es una afirmación común que hacen los escépticos en todos los medios de comunicación populares, en Internet e incluso en algunas universidades. El único problema es que no es cierto. Según la tradición Mitraica, Mitra nació de una roca sólida (¿supongo que cuenta si la roca era virgen?) Su nacimiento se celebraba el 25 de diciembre, pero los cristianos ya sabían que esa no era la fecha real del nacimiento de Cristo. No hay evidencia de que tuviera doce discípulos, de que se sacrificara por la paz mundial o de que se llamara “Buen Pastor” o “Mesías”.Muchos personajes mitológicos se consideraban milagrosos (así que tal vez pueda concederles eso), pero no hay pruebas de que haya muerto, lo que hace que su “resurrección” sea un pequeño dilema. 

El padre de la Iglesia Tertuliano escribió sobre creyentes mitraicos que representaban historias de resurrección, pero esto sucedió mucho después de la época del Nuevo Testamento. Por lo tanto, si hay un par de similitudes entre Jesús y Mitra, podría ser que los creyentes mitraicos copiaran a los cristianos…. y no al revés.

Mitra no es el único mito pagano del que los cristianos son acusados de imitar. Aunque la mayoría de los eruditos están de acuerdo en que no existían tales “dioses que mueren y resucitan” antes de Cristo,[1] aquí hay 5 razones por las que la resurrección de Jesús NO pudo ser una copia. (Estos 5 puntos son mi resumen de esta serie de 5 videos del Dr. Michael Licona).

1. Los mitos antiguos sobre los dioses que mueren y resucitan suelen estar vinculados a los ciclos agrícolas.

Cuando era una niña, recuerdo haber preguntado a alguien por qué existen truenos y relámpagos. A manera de broma, me respondieron que los truenos significaban que Dios estaba aplaudiendo o que tal vez los ángeles estaban jugando boliche en el cielo. En el mundo antiguo, la gente describía a sus hijos, cosas como el cambio de estaciones, la sequía y la lluvia de forma similar.
Imagina a un niño del antiguo Egipto preguntando a su madre por qué no ha llovido desde hace tiempo. La madre podría contarle la historia del dios de la tormenta Ba’al, que fue tragado por su hermano Mot, el dios de la muerte y del inframundo. Cuando la madre de los dos dioses lograba convencer a Mot de que dejara marchar a su hermano, volvía a llover, lo que explicaba el ciclo de la lluvia.

A diferencia de los mitos paganos, que eran acontecimientos anuales que se remontaban a un pasado lejano, la resurrección de Jesús fue un acontecimiento único. Se relató como un acontecimiento reciente que ocurrió en el transcurso de la vida de las personas que decían haberla presenciado, y no estaba relacionado con los ciclos agrícolas.

2. Los primeros cristianos eran judíos devotos y muy sensibles a la ley y las tradiciones judías.

Los cristianos del primer siglo debatían constantemente sobre cosas relacionadas con la ley. ¿Deben los hombres judíos mantener los ritos de purificación del templo? ¿Deben los gentiles circuncidarse? ¿Deben los cristianos comer carne sacrificada a los ídolos? Estos son los tipos de problemas que se tomaban muy en serio y se esforzaban por resolver.

En resuen, es absurdo concluir que personas que eran judíos piadosos, que debatían cosas tan particulares como si los creyentes judíos y gentiles debían comer juntos, tomaran prestado de los mitos paganos para crear los suyos propios.

3. La correlación no es igual a la causalidad.

A lo largo de la historia de la humanidad, no es difícil encontrar similitudes en las historias y paralelismos en las experiencias. Por ejemplo, todos conocemos el caso de un avión que despegó una mañana de Massachusetts y se estrelló contra uno de los rascacielos más altos de Nueva York, entre los pisos 78 y 80, matando a todos los que iban en él.Probablemente estés pensando en el espantoso ataque terrorista del 911 que cambió para siempre nuestro país. Sin embargo, en realidad me refiero al B-52 que se estrelló contra el Empire State Building en 1945.

Aunque estas dos tragedias comparten algunas similitudes espeluznantes, no existe ninguna conexión causal entre ellas. Del mismo modo, no se ha demostrado ninguna conexión causal entre la resurrección de Jesús y los mitos paganos.

4. Las comparaciones no son tan impresionantes.

Al igual que el ejemplo de Mitra mencionado anteriormente, la mayoría de los paralelos paganos no son tan concluyentes, una vez que superamos la retórica y examinamos realmente las pruebas.El mito pagano más comparable que precedió a la vida de Jesús podría ser la historia de un semidiós llamado Asclepio. Aun así, lo único realmente parecido es que, al igual que Jesús, era conocido por ser un sanador y, según el mito, resucitó a alguien de entre los muertos.
La mayoría de las comparaciones paganas se basan en tomar pedazos de diferentes mitos y figuras antiguas anteriores a Jesús y combinarlos con algunas personas reales posteriores a él. El esfuerzo que hay que hacer para componer una figura de Jesús es un poco exagerado y, francamente, no es tan impresionante.

5. La abundancia de mitos no anula la evidencia de la verdadera resurrección de Jesús.

Si vas a Barnes & Noble y echas un vistazo a la sección de ficción romántica, encontrarás portada tras portada de mujeres desamparadas que intentan resolver el mayor problema de sus vidas: ¿a qué héroe apuesto y galante elegirán? Se trata de una fórmula muy trillada que raya en lo ridículo, pero el hecho de que haya toneladas de ficción romántica no invalida la idea de que el amor romántico real existe.

La verdad es que hay tantas novelas románticas tontas porque el romance parece ser un deseo insaciable de la condición humana.

La vida en el Imperio Romano era brutal, la mayoría de la gente vivía en la pobreza, y con una sociedad así, la gente buscaba naturalmente la esperanza. Querían saber que el mal sería castigado y la bondad recompensada, y que habría una vida después de la muerte en la que se haría justicia. Al igual que el ímpetu detrás de la ficción romántica moderna, este es un deseo común de la condición humana.

Debemos esperar que surjan historias que satisfagan esta esperanza de inmortalidad. Esto no significa que la resurrección de Jesús sea ficticia o imposible. Si tenemos buenas pruebas de la resurrección de Jesús (las cuales tenemos), no hay razón para rechazarla simplemente porque pueda haber algunas similitudes en las historias de ficción.

En esta Pascua, no celebramos a Mitra ni a ninguna otra figura impotente de un antiguo cuento de hadas. Celebramos al verdadero y vivo Salvador que conquistó la muerte y la tumba para salvarnos y reconciliarnos con Dios. Ruego que esta publicación te lleve a estar de acuerdo y de manera confiada con el ángel de la tumba de Jesús al decir: ¡Ha resucitado!

Notas de pie de página:

[1] El profesor de la Universidad de Lund y erudito bíblico T. N. D. Mettinger escribió: “El consenso entre los eruditos modernos -casi universal- es que no hubo dioses moribundos y nacientes que precedieron al cristianismo. Todos son posteriores al siglo I”. (Citado de Lee Strobel, El Caso del Jesús Verdadero (The Case for the Real Jesus) (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2007, 160-61.)

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Alisa Childers es una cantante y compositora estadounidense, más conocida por formar parte del grupo femenino de música cristiana ZOEgirl. Ha tenido una lista de los diez mejores sencillos de la radio, cuatro lanzamientos de estudio y recibió el premio Dove durante su tiempo con ZOEgirl. Años más tarde, Alisa experimentó un profundo desafío a su fe de toda la vida cuando empezó a asistir a lo que más tarde se identificaría como una iglesia cristiana progresista. Este desafío empujó a Alisa hacia la Apologética Cristiana. Actualmente se puede leer, escuchar y ver el trabajo de Alisa en línea, así como adquirir su libro recientemente publicado sobre el cristianismo progresista, titulado Another Gospel.

Fuente Original del blog: https://bit.ly/3bsxSUw  

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

Por Al Serrato 

El objetivo de la apologética cristiana es “defender” la fe, y el objetivo de la fe es proclamar las buenas nuevas de la salvación al mundo. Salvación, naturalmente, significa salvar, y una persona solo necesita ser salvada cuando está en peligro.

Pero pregúntale a mucha gente hoy en día en qué peligro se encuentra: puede que te digan que están preocupados por el estado de la economía o la inflación, o por el aumento de los índices de criminalidad en todo el país, o por las dificultades que puedan tener en casa. Es poco probable  que agreguen que también están preocupados por el destino final de su alma, o que desearían poder estar seguros de que pasarán la eternidad en presencia de Dios en compañía de los que han amado aquí.

¿Por qué? ¿Por qué hay tanta gente hoy en día tan confiada  en que su alma no necesita salvación? Aunque cada vez hay más ateos, la mayoría de la gente sigue reconociendo que hay un Dios que los creó a ellos y a todo lo que nos rodea. Sin embargo, aunque se hayan alejado de la fe que una vez conocieron, no parecen preocupados por cómo les juzgará Dios algún día. La mayoría de las veces, si se les presiona, el secularista moderno dará una variación de: “Mira, soy una buena persona, después de todo, y Dios me juzgará en consecuencia. No hay nada que me preocupe”.

Hay docenas de definiciones de “bueno”, pero para nuestros propósitos, vamos a suponer que la mayoría de la gente entiende “bueno” como algo parecido a “moralmente excelente, virtuoso o justo”. Es de suponer que Dios contará todas las acciones moralmente excelentes, virtuosas o justas que hayan hecho en su vida, y esto inclinará la “balanza de la justicia” para permitirnos  la entrada al cielo.

Pero esta analogía, al reflexionar sobre ella, no ofrece mucha seguridad. Al fin y al cabo, una balanza solo se utiliza si hay algo que colocar en el otro lado, algo que haga contrapeso o mida  uno de los lados. Si una acción “buena” inclina la balanza en una dirección, entonces no realizarla, o peor aún, actuar de forma decididamente no buena, mueve la aguja en la otra dirección. La mayoría de la gente estaría de acuerdo en que actuar de forma “egoísta”, es decir, tomar decisiones que sólo lo benefician a uno mismo y no a los demás en su vida, no es una forma “buena” de actuar. Pero el egoísmo forma parte de la condición humana. Los padres lo ven en sus hijos pequeños, y la mayoría de los padres intentan alejar a los niños del egoísmo para que tengan un comportamiento más altruista. A esto hay que añadir las veces que no nos limitamos a no hacer el bien, sino que hacemos el mal intencionadamente, sin importarnos el daño que nuestras acciones puedan causar a los demás. Visto desde esta perspectiva, tenemos un verdadero problema, porque Dios lo ve todo y lo sabe todo. Él vive eternamente y ve todo lo que hemos pensado o hecho; las cosas que podemos ver como en nuestro pasado lejano permanecen en su presente eterno. Para cualquiera que haga una evaluación clara y racional de la situación, hay motivos reales para preocuparse de que la balanza con la que se nos mide se incline rápidamente en nuestra contra.

Abordemos esto con un ejemplo moderno. Repetidos estudios nos dicen que un porcentaje cada vez mayor de la población estadounidense tiene sobrepeso u obesidad. Los expertos en salud advierten constantemente de las numerosas consecuencias negativas que puede acarrear el exceso de peso, que van desde un mayor riesgo de sufrir graves consecuencias para la salud a causa del Covid hasta diversos tipos de enfermedades y cánceres. Aunque algunos factores involuntarios pueden contribuir a la obesidad, este estilo de vida poco saludable aún tiene que ver con la elección repetida de comer en exceso. Sospecho que nadie empieza su vida queriendo inclinar la balanza en su contra eligiendo la gula como estilo de vida. Lo más probable es que el resultado final sea el producto de muchas pequeñas decisiones, tomadas repetidamente a lo largo del tiempo. De hecho, es difícil luchar contra la capacidad humana de autoengaño. Ignoramos la evidencia frente a nuestros ojos, y de la balanza, mientras seguimos sintiéndonos “bastante bien” con nosotros mismos y con las decisiones que tomamos. Nos aplaudimos a nosotros mismos por saltarnos el postre o empezar una dieta, mientras ignoramos la voluminosa cintura que muestra la dirección en la que se inclina la balanza.

Lo mismo ocurre, al parecer, con las cosas eternas. Nos aplaudimos a nosotros mismos por donar a la caridad, o por ser voluntarios en el comedor social. Nos damos una palmadita en la espalda cada vez que controlamos nuestro temperamento. Nos alabamos por nuestro sentido de la tolerancia y nuestro pensamiento iluminado y nos rodeamos de gente que siente y piensa igual. Al hacer esto, nos centramos solo en un lado de la balanza, olvidando recordar las muchas veces que nos quedamos cortos… o peor aún, que nos comportamos mal intencionadamente.

Confiar en nuestra capacidad para mantener la balanza inclinada a nuestro favor -en el lado de que lo “bueno” supere a lo malo- simplemente no tiene en cuenta cómo un Dios perfecto ve nuestro comportamiento. Al igual que la lucha contra la obesidad a través de la dieta y el ejercicio, la lucha es gradual. De hecho, podemos hacer muchas cosas buenas y dignas de alabanza. Pero al igual que el acusado en un tribunal terrenal, la fechoría que le ha llevado ante el tribunal no se pasa por alto solo porque el acusado pretende impresionar al juez con las muchas buenas acciones que ha realizado en su vida. El objetivo de la sentencia, al declararse culpable, es atribuir la consecuencia adecuada al mal comportamiento en cuestión. De nada servirá presentarse ante un Dios perfecto y pedirle que olvide nuestras fechorías porque también hemos hecho algo bueno en nuestra vida.  ¿Cómo se puede impresionar a un juez que ha establecido la norma de la perfección y que Él mismo es perfecto en todos los aspectos imaginables?

La buena noticia, por supuesto, es que Aquel que hizo la balanza, y que hará el juicio, nos ha dado los medios para volver a equilibrar la balanza. Esto requiere primero que nos veamos a nosotros mismos con la suficiente claridad como para aceptar que no podemos alcanzar el estándar de perfección de Dios por nosotros mismos. Cuando Jesús cargó con nuestros pecados en la cruz hace dos mil años, nos proporcionó los medios para reconciliarnos con Dios, para ser “perfeccionados”, de modo que podamos estar preparados y ser dignos de estar en presencia de un ser perfecto. Es Jesús quien hace la obra de la salvación, no nosotros y nuestros escasos esfuerzos por ser “buenos”.

Intentar hacer el bien es un objetivo loable. Lamentablemente, hoy en día, con demasiada frecuencia, escasea. Pero hacer el “bien” no va a ser suficiente cuando llegue ese día, como llegará para cada uno de nosotros, en que nos encontremos con nuestro Hacedor.

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Al Serrato obtuvo su título de abogado en la Universidad de California en Berkeley en 1985. Comenzó su carrera como agente especial del FBI antes de convertirse en fiscal en California, donde sigue trabajando. Una introducción a las obras de C. S. Lewis despertó su interés por la Apologética, que ha seguido durante las últimas tres décadas. Comenzó a escribir Apologética con J. Warner Wallace y Pleaseconvinceme.com.

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

Por Brian G. Chilton

Durante casi diez años, he tenido el honor de ofrecerles razones para creer en la resurrección de Jesús. Ahora me encuentro al final de una licenciatura en estudios teológicos y apologéticos. Para algunos, la educación avanzada tiende a hacer que uno dude de su posición con el tiempo. Sin embargo, ese no ha sido el caso para mí y la resurrección de Jesús.

En los últimos años, he encontrado cinco nuevas razones de peso para creer que la resurrección de Jesús fue un acontecimiento histórico legítimo. Estos cinco argumentos pueden o no ser nuevos para el lector, pero se volvieron nuevos para mí a través de mi investigación y son más nuevos que algunos de los argumentos anteriores dados sobre la resurrección en artículos anteriores. Sin más preámbulos, considere los siguientes cinco nuevos argumentos a favor de la resurrección de Jesús.

La naturaleza inesperada de la resurrección

El primer argumento es una de las mejores pruebas de la resurrección que nunca había considerado. He aquí, que nadie en la época de Jesús esperaba que el Mesías se levantara de entre los muertos. En el Evangelio de Mateo, los líderes judíos argumentan que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús (Mateo 28:11-15). De todas las teorías alternativas sobre la resurrección, ésta es por mucho la más convincente. Independientemente de que se sostenga que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús, que inventaron la historia o que fingieron la muerte de Jesús, hay un aspecto que los escépticos no tienen en cuenta. Nadie en el primer siglo anticipó la inminente resurrección de Jesús. Esto es evidente en el encuentro de Jesús con Marta en la tumba de Lázaro. Recordemos que cuando Jesús le preguntó a María si creía que Lázaro se levantaría de entre los muertos, ella respondió: “Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día final” (Jn. 11:24 LBLA). La respuesta de Marta representaba la posición típica de los fariseos y los esenios. Josefo señala que la gran mayoría de la población del Israel del siglo I era farisea.

N.T. Wright aporta dos razones por las que la resurrección fue inesperada en el siglo I. Por un lado, los creyentes que vivían en los tiempos del judaísmo del Segundo Templo preveían que la resurrección traería consigo la “restauración de Israel… 2025 la nueva vida encarnada de todo el pueblo de YHWH”. Por otro lado, nadie en la época relacionaba al Mesías con la resurrección. El concepto de que el Mesías resucitara al tercer día, aunque pudiera estar reflejado en los textos del AT hasta cierto punto, no era en absoluto esperado por los creyentes de esta época. Por lo tanto, la falta de previsión de una resurrección supone un golpe fatal para cualquier teoría que proyecte a los primeros cristianos como aquellos que planificaron tal experiencia. ¿Por qué fingir algo que no creían que fuera a suceder en primer lugar?

Múltiples fuentes independientes

Cuando se trata de cualquier acontecimiento de la historia, es importante contar con la atestación de múltiples fuentes. Cuantos más ojos se tengan sobre un acontecimiento, más precisa será la verdad que se pueda preservar. Cuando se trata de la resurrección, tenemos múltiples fuentes que apuntan a que la resurrección de Jesús es un hecho histórico. Primero, tenemos las cuatro fuentes independientes que se encuentran en los Evangelios. Mateo, Marcos, Lucas y Juan proporcionan relatos únicos de las apariciones de Jesús en la resurrección. Mateo relata el encuentro de Jesús con los discípulos en Galilea después de la resurrección. Marcos informa sobre las mujeres en la tumba y su misterioso encuentro con los ángeles en la tumba. Lucas proporciona múltiples relatos que no se conservan en los otros Evangelios, incluido el encuentro de los dos discípulos con Jesús en el camino de Emaús (Lc. 24:13-35). Juan ofrece múltiples relatos que no se incluyen en los otros Evangelios, como el encuentro de Tomás con Jesús (Jn. 20:24-29), el encuentro de Jesús con los discípulos en el Mar de Galilea, la reincorporación de Pedro por Jesús (Jn. 21:15-19) y la pregunta de Pedro a Jesús sobre el ministerio de Juan (Jn. 21:20-23).

Además de los Evangelios, una quinta fuente se encuentra en el credo primitivo de 1 Corintios 15:3-9. El credo primitivo proporciona información adicional sobre las apariciones de Jesús en la resurrección. Habla del encuentro de Pedro con Jesús resucitado (1 Cor. 15:5), del encuentro entre Jesús y Santiago (1 Cor. 15:7) y de su aparición ante más de 500 personas (1 Cor. 15:6). Una sexta fuente se encuentra en los resúmenes de los sermones de Pedro en el libro de los Hechos (Hechos 2:14-41 y 3:12-26). Una séptima fuente se encuentra en el resumen del sermón de Esteban (especialmente en Hechos 7:52 y 7:59-60). Por último, una octava fuente se encuentra en los resúmenes de los sermones de Pablo. En el primer resumen del sermón de Pablo, éste habla incluso de la tumba vacía de Jesús (Hechos 13:29). Max Wilcox ha encontrado de forma convincente numerosos semitismos en los resúmenes de los sermones de Hechos 1-15 que en gran medida no se encuentran en el resto del libro. Por lo que los sermones de estos capítulos proceden de resúmenes anteriores que son anteriores a la composición del libro de los Hechos. Dado que una buena estimación de la datación de los Hechos es de mediados de los años 60, se puede decir que estos resúmenes son muy anteriores. El hecho de que hablen de la resurrección de Jesús proporciona una razón más para adoptarla como un evento genuino de la historia.

Testimonio extremadamente temprano

El estudio de los credos tempranos del NT está cobrando fuerza. Aunque pueda afirmar lo contrario, el erudito del NT y autoproclamado ateo-agnóstico Bart Ehrman escribió que Pablo recibió los credos (por ejemplo, 1 Cor. 15:3-9) mientras estaba en Jerusalén en el año 35 o 36 d.C. Continúa diciendo que “las tradiciones que [Pablo] heredó, por supuesto, eran más antiguas que eso y por lo tanto deben datar de un par de años más o menos después de la muerte de Jesús”. Dado que los primeros credos afirman sin reservas la resurrección corporal literal de Jesús, esto proporciona una evidencia firme de que los primeros discípulos creían que Jesús había resucitado de entre los muertos. El resumen del sermón de Pablo también afirmaba la creencia de que la tumba de Jesús estaba vacía, como se señaló anteriormente. En el caso de muchos, si no la mayoría, de los primeros credos, estamos hablando de que circularon entre unos meses y unos años después de la crucifixión de Jesús. Los credos que se encuentran en las epístolas paulinas surgieron de la información que Pablo obtuvo de su interacción con la Iglesia de Jerusalén un par de años después de su conversión (Gal. 1:18). Pasó dos semanas con Pedro y Santiago aprendiendo sobre las enseñanzas y doctrinas de Cristo. Como señala C. H. Dodd, “podemos suponer que no se pasaron todo el tiempo hablando del clima”. Así pues, la proclamación de que Jesús había resucitado de entre los muertos llegó muy pronto desde el lugar donde Jesús había sido crucificado. Los detalles de los resúmenes de los primeros sermones de los Hechos y los credos de las epístolas de Pablo constituyen un argumento completo y convincente de la predicación temprana de la resurrección. Cuando se combina con el primer argumento, es difícil encontrar otra explicación fuera del hecho de que Jesús resucitó literalmente de entre los muertos.

La única cristología escatológica primitiva

Por último, se ha observado que la cristología más antigua es la más elevada cristología. Además, las primeras tradiciones de Jesús respaldan la idea de que Jesús habló de una figura escatológica que introduciría el reino de Dios. Esta figura escatológica se conoce como el Hijo del Hombre. Podría decirse que el Hijo del Hombre constituye el núcleo cristológico de Q – un Evangelio teórico que precede a los Evangelios canónicos. Parte de esta tradición primitiva incluye el comentario de Jesús de que, al igual que “Jonás estuvo en el vientre del gran pez tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:40). La figura del Hijo del Hombre se encuentra casi exclusivamente en las enseñanzas de Jesús. Por lo tanto, esta fue una enseñanza única de Jesús. La figura del Hijo del Hombre no sólo se relaciona con que Jesús es el regente de Dios que trae el reino de Dios a la tierra, sino que también habla de su glorificación, que se relaciona con su resurrección. Por lo tanto, la predicación de Jesús sobre la resurrección fue recordada y preservada por los primeros discípulos debido al cumplimiento literal de Jesús de esta promesa única e inesperada.

Conclusión

Algunos de estos argumentos pueden ser nuevos para usted y otros no. Algunos de estos aspectos se desarrollarán más en mi disertación pendiente. No obstante, la naturaleza única e inesperada de la resurrección, la predicación temprana de la resurrección, las múltiples fuentes y la identificación escatológica temprana de Jesús con la resurrección hablan con fuerza de la probabilidad de que Jesús resucitó literalmente de entre los muertos el primer domingo de Pascua. Mi esperanza es que estos argumentos a favor de la resurrección de Jesús, además de los argumentos clásicos, fortalezcan su fe y le ofrezcan la esperanza de que hay una vida más allá de esta mera existencia mortal.

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el anfitrión de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidades en Teología de la Universidad Liberty (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Apologética Cristiana de la Universidad Biola. Actualmente, Brian está inscrito en el programa de doctorado en Teología y Apologética de la Universidad Liberty. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Fuente Original del blog: https://bit.ly/3wRX4fh

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

By Maggie Hendrick

Apologetics, when done gently and respectfully (1 Peter 3:15), is beneficial in evangelism, as we see the Holy Spirit using it over and over again in Scripture through Paul’s “reasoning” and “persuasion” to draw souls to the Lord. However, in this article, I will show how apologetics in the local church has other benefits: equipping the saints and preventing apostasy. Of course, our entire Christian walk should be dedicated to evangelism; that is a fact.

But, in order not to sound too internally focused, I want to show that apologetics has benefits for believers themselves and why the local church is the best source for implementing them.

Apologetics is useful in: Making disciples

The Great Commission in Matthew 28 commands believers to make disciples, not converts. This is an important distinction for apologetics, as it has many benefits and goals. We know that apologetics can be used in evangelism to lead to conversion, as Paul did in Acts, but it doesn’t stop there. The church needs to motivate love and good works (Hebrews 10:24), equip the saints for the work of ministry (Ephesians 4:12), help them keep their faith firm to the end (Hebrews 3:14), and encourage them to love God with their mind (Matthew 22:37). Apologetics can be used in all of these—not limited to a classroom or specialized ministry, but throughout the local church.

The local church is essential to equipping believers. But what should we be equipped with? Ephesians 6 tells us to put on the FULL armor of God so that we can withstand the wiles of the devil. Apologetics helps strengthen our faith, “that is able to quench all the flaming arrows of the evil one” and helps us “stand firm” with the “belt of truth.” Often local churches focus on “the breastplate of righteousness” and the “helmet of salvation,” but we need the full armor of God.

The church is founded on the Word of God, and must compare everything to it. Apologetics is another aid to knowing our Creator through the study of His creation, as well as helping us to love Him with our minds. Apologetics is not a substitute for Bible study or preaching, but is a useful tool used simultaneously to produce richer study and preaching. Therefore, it is not only helpful in evangelism as Paul used it, but also through making stronger and wiser disciples with a faith built on a solid foundation.

Evangelization+

Apologetics is not only used at the time of evangelism, but also before it. This is a huge benefit of incorporating apologetics into the church. Fear paralyzes congregants more than pastors want to admit. Of course, no matter how much we know, we can still feel nervous before sharing the gospel. However, the confidence that comes from being able to defend our faith, through apologetics, alleviates those fears and can lead to more conversations and encounters with unbelievers about the gospel. I experienced this myself when I was a 16-year-old girl heading to Utah to share my faith with Mormons. I knew very little and never wanted to be the one to initiate or speak in conversations. The more I studied, the more confident and able I was to share and defend my faith grew. This made me WANT to initiate conversations and continue sharing the gospel even when I got home. Having a congregation that can share the gospel more effectively and clearly, while also increasing the number of times they actually share it, should be an encouragement to pastors to embrace apologetics.

If the focus of apologetics in a local church is geared toward benefiting believers (not just reaching unbelievers) the church will have stronger congregants who will be better able to spur one another on to love and good works. This is because apologetics equips the saints to live out the Christian worldview outside the walls of the church…which includes evangelism! It is not a means for believers to quarrel with one another over trivial matters, but is used to fine-tune one another to better resist false ideologies and the evils of the world.

Preventing apostasy

“Now he who received seed on rocky places is the one who hears the word and immediately receives it with joy. Yet he has no deep root in himself, but is temporary. And when affliction or persecution comes because of the word, he immediately stumbles and falls.” Matthew 13:20-21

Another important aspect of a local church is helping the saints persevere and hold fast their faith to the end. Apologetics is a helpful tool in preventing apostasy. I have experienced this benefit of apologetics personally. If I had not attended a youth group so committed to equipping us before college, I would have been eaten alive there. Ultimately, being a Christian at a secular college is HARD. Our sinful hearts sometimes don’t “feel like” living out the Christian faith or even “want” to do so. But I felt like Peter, when Jesus asked him if he wanted to go too. Simon Peter answered, “Lord, to whom shall we go? You have the words of eternal life. And we have believed and come to know that you are the Holy One of God.” (John 6:68-69) No matter how I felt each day, the gospel is true, and my faith is based on truth and not feelings.

A local church may think that apologetics is not necessary since it is growing and its members are evangelizing. I would caution against that belief because, just as apologetics helps equip us to share the Good News, it also protects us. Even though it may seem like everyone has a strong faith and is not struggling with doubt, we know that many have and will leave the faith because they do not feel they have a good reason to believe it is true.

If we don’t give believers good reasons for their faith, it will be much easier for the world to shake that faith when life gets tough. Speaking of apologetics as a training avenue, William Lane Craig says, “Unfortunately, our churches have dropped the ball in this area. It is insufficient for youth groups and Sunday school classes to focus on entertainment and engaging devotional thoughts. We need to train our children for war.” [1] The world is at war with us. That’s why we need the whole armor of God.

Apologetics helps us formulate sufficient answers to the world’s tough questions. At some point (if not already), we will be faced with tough questions. If our faith resembles blind faith, or is built on feelings, it can be more easily shaken. Therefore, the local church must cultivate strong faith in its congregants so that “we are no longer children, tossed to and fro by the waves and carried about by every wind of doctrine, by human craftiness, by deceitful schemes.” ( Ephesians 4:14) 

How can pastors incorporate apologetics?

Everyone has questions. Only those who know everything don’t have questions, and that of course, is not any of us. Even pastors and church leaders have questions…and questions are a good thing! The local church should encourage their congregation to ask questions so they can join them in finding quality answers. Pastors should share the questions they themselves have had, how they have found the answers (within the church body and not the world), and even invite their congregants to ask questions to emphasize the benefits of faithfully asking and seeking the truth. This type of culture within a church will lead to loving God with their minds, no longer cowering in doubt. After all, we know that JESUS ​​IS THE TRUTH and therefore we know that we have true and genuine answers to give. There is no need to be afraid of questions when the truth is on our side.

Apologetics can be implemented in all teaching ministries of a local church. Of course, you can do specific series on these topics or organize apologetics events, but apologetics can be brought to all areas without leaving aside expository preaching. Find time in all teaching moments in the church to introduce some apologetics. Even if it is not overt apologetics, it is about creating a culture in which members can grow in their knowledge of the Lord, while receiving answers to their questions or doubts within the walls of the church.

If not for you, do it for them

As I have discussed many benefits of apologetics in a local church and practical ways to implement it, I must emphasize that apologetics must be taught early. Apologetics is not just for adults and should not be limited to the main pulpit. It should not even be limited to college or high school students. Apologetics begins when the children’s questions begin. As a mother of four young children, I can attest to how early it begins.

We should not answer any of our children’s questions with “because the Bible says so” for the same reason we reject our own parents’ “reason” of “because I said so.” These kinds of explanations didn’t satisfy us then, and they certainly won’t satisfy our children, ESPECIALLY if the question concerns big life issues and not just why they should make their bed. John Stonestreet and Brett Kunkle write:

“Challenges that undermine the authority of God’s Word cannot go unanswered. And we cannot simply claim that the Bible is God’s authoritative book and expect children to simply believe us. Young people must understand the nature of biblical authority. They must have good reasons to trust the Bible as God’s Word.” [2]

We have better answers than “because the Bible says so,” so let’s give them!

Another important reason to start young is that we must begin before we feel the urgent need to do so. As J. Warner Wallace writes, “According to statistics, young Christians decide to leave the church long before they tell anyone, and usually before they leave their parents’ home… That’s why it’s so important that we start early, even before your children verbalize their questions.” [3] Many times, parents jump into apologetics when it’s too late. Even though your children may ask you questions, if you don’t give them sufficient answers, they won’t stop asking—they’ll stop asking YOU. We must lead them to the truth in a satisfactory and complete way, or we’ll find them looking elsewhere for answers.

Conclusion

Apologetics is needed in the local church, in every ministry, and for every age. Even if a believer doesn’t personally believe they need apologetics or good reasons for their own faith, why take the risk and not protect themselves from the apostasy the Bible regularly warns against? And even if they don’t ultimately need apologetics for themselves, someone they love does. And to be a wise “disciple,” we must have good answers to give or risk having them turn to the world for answers.

We need apologetics in the local church to equip us to better know and love God with our minds, train and encourage us to evangelize, prepare us to better disciple young believers, and protect ourselves (and others) from the deceptive ideologies of this world and from falling into apostasy. The church is responsible for equipping its congregation, and therefore, it must implement apologetics regularly.

Now let’s fasten our belts of truth and get to work!

Footnotes:

[1] William Lane Craig. “Christian Apologetics: Who Needs It?: Reasonable Faith.” Who Needs It? Reasonable Faith, www.reasonablefaith.org/writings/popular-writings/apologetics/christian-apologetics-who-needs-it/. 

[2] John Stonestreet and Brett Kunkle. A Practical Guide to Culture. David C. Cook, 2020. 309.

[3] Sean McDowell and J. Warner Wallace. So the Next Generation Will Know. David C Cook, 2019. 41.

Recommended resources in Spanish: 

Stealing from God ( Paperback ), ( Teacher Study Guide ), and ( Student Study Guide ) by Dr. Frank Turek

Why I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist ( Complete DVD Series ), ( Teacher’s Workbook ), and ( Student’s Handbook ) by Dr. Frank Turek  

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Maggie is Curtis’ wife, a stay-at-home wife. She is the mother of their sons Troy (in heaven), Ty, Jay, Palin, and Boyd. She received her BA in Religious Studies from Chapman University and her MA in Christian Apologetics and Evangelism from Trinity College of the Bible and Theological Seminary. She is currently the coordinator of the Immersive Bible Experience at Maven where she has the joy of planning trips for Christian youth to share their faith with Mormons in Utah. In addition to her love for Christian youth and Mormon ministry, she is a pro-life and adoption advocate. She has a deep love for babies and has been nicknamed “the baby whisperer.” You’ll likely find her curled up on the couch with one of her sons while eating bacon and drinking a glass of chocolate milk (Nesquik, of course).

Original source of the blog: https://bit.ly/3kwocJS

Translated by Jennifer Chavez 

Edited by Monica Pirateque 

 

Por Mike Taylor

¿Alguna vez has visto la vida de alguien en las redes sociales y te has preguntado cómo puede hacer todo lo que hace? Vemos a personas en Instagram que se toman vacaciones, compran coches, abren negocios, dejan sus trabajos y hacen otras cosas glamurosas, todo ello al mismo tiempo que crían a varios hijos y terminan su máster. O eso parece, al menos.

Y mientras contemplamos su gloriosa vida, no podemos evitar preguntarnos: ¿cómo demonios tienen el tiempo, el dinero y la energía para hacer estas cosas?

Entonces podríamos empezar a preguntarnos: “¿Es vivir una vida centrada en la riqueza material y el éxito personal algo que Dios quiere para nosotros?” Porque parece que la glorificación de la riqueza está en todas partes hoy en día, y los cristianos están a menudo justo en la vanguardia de la locura.

Pero, ¿está bien que los cristianos persigan estas cosas? ¿Está bien que los cristianos busquen el éxito personal y la riqueza material en una sociedad capitalista?

Seamos sencillos. Volvamos a las cosas que necesitamos. Todos necesitamos dos cosas en nuestra vida: comodidad y significado.

Mira la jerarquía de necesidades de Maslow:

> Necesidades fisiológicas (Comida, agua, refugio, etc.) = Comodidad

> Necesidades de seguridad (Seguridad, empleo, recursos, salud, etc.) = Comodidad

> Amor y pertenencia = Importancia

>Estima (Respeto, estatus, reconocimiento, libertad) = Importancia

> Autorrealización (ser lo máximo que se puede ser) = Importancia

En ese contexto, todo lo que perseguimos en la vida se reduce a estas dos categorías tan básicas: comodidad y significado.

De hecho, sólo renunciaremos a una de esas cosas en la medida en que seamos capaces de ganar con la otra. Es una dinámica muy interesante.

Por ejemplo, una persona sólo hará ejercicio (sacrificando la comodidad) si cree que esa actividad le dará más importancia física y mental. Se esforzará mucho en el gimnasio si cree que el trabajo duro y la disciplina le harán más significante .

Lo mismo ocurre con la comodidad. Por lo general, sólo estamos dispuestos a renunciar a la posibilidad de ser significativos si con ello conseguimos una cantidad importante de comodidad. Mucha gente pasa una cantidad desproporcionada de tiempo fuera del trabajo y de otras obligaciones sentado en el sofá comiendo comida chatarra . Todos somos culpables de esto en algún nivel, y la razón por la que lo hacemos es porque, consciente o inconscientemente, estamos tomando la decisión de aceptar la comodidad en lugar de la importancia. Es un compromiso que estamos dispuestos a hacer, nos demos cuenta o no.

Así que, “éxito” es simplemente la abreviatura de más comodidad y significado. Si exploramos lo que significa ser exitoso, encontraremos que todo lo que visualizamos vuelve a estas dos cosas.

Así que la pregunta es: ¿le parece bien a Dios que yo busque más comodidad y significado?

Ni la comodidad ni la importancia son malas. De hecho, yo diría que estamos vivos por estas dos razones. Todas las mejores cosas de estar vivo trae un cierto nivel de comodidad. Si nos sentimos incómodos, y si nos sentimos incómodos sin ninguna razón asociada a una futura ganancia de comodidad o significación, entonces es probable que algo esté mal.

Por ejemplo, si estás experimentando cada vez más molestias en tu espalda en forma de dolor de espalda, probablemente haya algo mal. Lo sabes instintivamente porque no hay un objetivo final de lograr más comodidad o importancia de tu dolor de espalda.

Así que la incomodidad en sí misma no es algo bueno. Sin embargo, tu cuerpo lo sabe y te alarma continuamente utilizando la incomodidad y haciendo que te ocupes de posibles problemas a largo plazo.

Si eres un seguidor de Jesús, entonces todo lo que crees está basado en la comodidad y el significado.

El cielo es consuelo (Apocalipsis 21:4), caminar con Dios aquí en la Tierra trae consuelo (2 Corintios 1:3-4, Salmo 23:4), y ser un hijo de Dios es donde encuentras significado.

Dios nos hizo para encontrar consuelo y significado en Él, y nos guste o no, todo lo que hacemos en nuestras vidas gira en torno a estas dos cosas.

El problema viene cuando perdemos el enfoque en la fuente correcta de estas dos cosas.

Con demasiada frecuencia en nuestras vidas, nos apoyamos en otras fuentes tanto de comodidad como de importancia. Buscamos en nuestros trabajos, en nuestras familias, en nuestro estatus social y en cualquier otra cosa que nos ayude a obtener consuelo e importancia.

El problema es que nada llena el vacío, y las personas que tienen buenas intenciones terminan abandonando sus falsas fuentes de consuelo e importancia sin reemplazarlas nunca con la verdadera fuente. Entonces acabamos creyendo que el consuelo y la importancia son cosas que no están destinadas a nosotros.

No puedo decirles cuántas personas he conocido que viven vidas vacías porque han llegado a creer que la comodidad y la importancia son cosas malas. Y es cierto, cuando se busca la fuente equivocada, son cosas malas. Pero estamos hechos para la comodidad y la importancia.

Piensa en la historia bíblica de la raza humana. En un momento de nuestra historia, teníamos toda la comodidad y la importancia que queríamos. Teníamos todos los recursos a nuestra disposición y toda la autoridad que podíamos pedir. Eso era el jardín del Edén. Excepto que había algo más.

Había una cosa que parecía que podía traer más comodidad y significado, así que lo probamos. Pensamos que si aprendíamos lo suficiente y nos esforzábamos lo suficiente, podríamos ser la fuente de nuestra propia comodidad e importancia. Sin embargo, aquí estamos hoy en día, probando la misma táctica. Ahora no trae comodidad ni importancia duraderas, como no lo hacía antes .

Pero aquí es donde se pone divertido. Una vez que puedes ver e identificar el problema, realmente tienes una oportunidad de resolverlo. Una vez que sepas que la intención de Dios es que tengas consuelo e importancia, ahora sabes qué vacío llenar. Ahora sabes qué batalla librar.

La verdad es que el éxito no es algo que deba temerse . No todos los sueños en tu corazón son cosas que hay que reprimir . No siempre es el orgullo y no siempre es el enemigo el que intenta destruir tu vida a través de las aspiraciones.

Estás vivo para un propósito, y ese propósito puede y debe traerte frases de comodidad e importancia (es decir, éxito). Si podemos aprender a luchar la batalla dentro de nosotros mismos – la batalla de tratar de ganar comodidad e importancia por nuestra cuenta en lugar de sacarlos de Dios – entonces hemos aprendido a luchar la única batalla que vale la pena luchar, la batalla de la fe.

La fe por la que tú y yo luchamos es la creencia de que la comodidad y la importancia provienen de una fuente superior y no de nuestras propias capacidades de logro. Así que no rehuyas el éxito. El éxito es sólo una abreviatura de la comodidad y la importancia, y Dios tenía toda la intención de que tuvieras éxito.

En lugar de ver el éxito como algo que hay que evitar, míralo como lo que es: un regalo de tu Padre. Una vez que te des cuenta de eso, entonces encontrarás una gratitud y una plenitud crecientes que, francamente, sólo provienen de ver el éxito. Si te ves a ti mismo como una persona humilde cuyo trabajo es renunciar a todo lo bueno en favor de la abnegación, entonces ¿qué tienes que agradecer? ¿Cómo estás sabiendo y viendo que el Señor es bueno? (Salmo 34:8)

Dios promete prosperidad a su pueblo cuando lo escucha y lo sigue (Salmo 1:1-3, Levítico 26). Jesús dijo: “Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”(LBLA). Dijo “todas” estas cosas – no el mínimo de estas cosas. Dios no quiere que vivas una vida desesperada. De hecho, lo diré de esta manera: Dios quiere que lo tengas todo, sólo que no quiere que todo te tenga a ti.

Así que no debemos huir del éxito, y ciertamente no debemos hablar en contra de los que tienen éxito. Eclesiastés 10:20 dice: “Ni aun en tu recámara maldigas al rey, ni en tus alcobas maldigas al rico,” (LBLA). En cambio, como dijo Jesús, “usad las riquezas mundanas para ganaros amigos, de modo que cuando se acaben, seáis bienvenidos a las moradas eternas.” Usa el éxito como una herramienta para influir en Dios.

El éxito es una lupa – te hace más de lo que ya eres. Y si me preguntas, el mundo necesita más personas exitosas con el corazón de Cristo.

 

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Fuente Original del blog: https://bit.ly/3wjpSwV 

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

Por Mía Langford

La apologética está momento  un retraso en su momento de protagonismo, gracias en parte a los desafíos que supone la influencia de los medios de comunicación en la cultura. El Dr. Ray Ciervo, apologista, pastor y ex alumno de SES, se une a nosotros esta semana para hablar de cómo alguien puede ayudar a iniciar la formación apologética en su iglesia local, qué temas deben ser de prioridad  en tal iniciativa, así como algunos de los obstáculos a tener en cuenta.

Preguntas

Después de que los estudiantes universitarios de su congregación empezaron a plantearle preguntas, Ray Ciervo se propuso encontrar las respuestas. Esta decisión cambió por completo la trayectoria de su vida y el sentido de su misión como pastor y culmina  con su graduación como Doctor en Ministerio por el Southern Evangelical Seminary.

Después de años como pastor y apologista, Ciervo subraya que la capacidad de predicar la Biblia es una habilidad vital, pero no puede hacer el esfuerzo particular de la apologética (la defensa intelectual de la verdad del cristianismo). La predicación por sí misma no puede hacer frente al postmodernismo, y no puede por sí misma responder a todas las preguntas que uno va a encontrar durante la evangelización. A pesar de ello, se lamenta,

“La mayoría de las iglesias con las que tengo contacto no demuestran que estén enseñando a su iglesia como defender la fe cristiana histórica. No están abordando realmente las respuestas”.

Una llamada de atención

La teoría crítica ha sido una llamada de atención en este sentido, obligando a buscar respuestas y la capacidad de defenderse de lo que la gente reconoce intuitivamente como veneno ideológico. La cultura cristiana, que durante tanto tiempo parecía un amortiguador contra el pensamiento posmoderno, ha dado paso a una avalancha de dogmas seculares.  Para combatir la teoría crítica y otras implicaciones del pensamiento posmoderno, uno debe entender los fundamentos filosóficos involucrados, especialmente la naturaleza de la verdad como objetivo.

El camino a seguir

Entonces, ¿hacia dónde vamos? La apologética debe ocupar su lugar, en palabras de Ciervo, como “una parte regular de la dieta del púlpito”. Ciervo añade que las iglesias están en “modo de supervivencia” o en “modo de misión”, y da ejemplos de formas de ayudar a que la apologética forme parte de la misión de la propia iglesia local, incluyendo: Ven con un espíritu de humildad

Es importante que estés al lado de tu pastor y servirle en lugar de llegar con la actitud de que estás aquí para “arreglar” las cosas. Primero debes ganarte su confianza averiguando genuinamente cómo puedes ayudarle en sus metas  actuales.

Despierta  el apetito

No ofrezcas el material para un año. En su lugar, ofrécete a hacer un taller de una tarde o a dar clases durante unas semanas sobre un tema concreto.

Comienza con la Resurrección

La apologética es un campo muy rico y puede resultar fácilmente en una sobrecarga de información, provocando que la gente piense que no son capaces de enfrentar el desafío . Para los principiantes, temas como la filosofía o la ciencia pueden intimidar o perder su atención, mientras que algo bíblico como la resurrección es familiar y suele llevar incorporado el interés.

 

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Fuente Original del blog: https://bit.ly/3bsxSUw  

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

By Bob Perry 

I have shown that truth, goodness, and beauty are objective properties of the world we live in. I hope those three articles have been of interest to you. Please don’t go thinking that what you are about to read are unimportant doctrines or viewpoints. They are not. We are living in a post-truth culture. And yet it is a place where the nature and qualities of truth, goodness, and beauty are of the utmost importance. Our view of objective truth completely affects the way we live our lives. It is the antidote to moral relativism. Truth is important. And understanding the depth of this simple fact will radically change the way you interact with the world. Here is why.

But is faith belief without evidence? Is it something else? Here are the Top Five Reasons Why Faith Is Not What You Think It Is.

The assumptions of culture

Consider the three values ​​I’ve been talking about. And remember the way others often talk about them: Truth — “That may be true for you, but not for me.” Goodness — “Don’t try to impose your moral standards on me!”  Beauty — “Beauty is in the eye of the beholder.” Despite thousands of years of human knowledge and experience, modern-day culture has made each of these values ​​subjective. They have suddenly become things we decide for ourselves. In fact, if you were to say that the concepts for each of these values ​​are not subjective, you would be treated as an arrogant, oppressive Neanderthal who wants to impose his personal values ​​on the rest of the world. Who do you think you are to do that?!

The world is upside down

We live in cultural relativism. The place where we are expected to accept the idea that any individual’s opinion on any subject is equally valid. And remember that awkward definition of truth as “what corresponds to reality”? It’s a thing of the past. The new normal is that our highest aspiration is to “be true to ourselves .” But what exactly does that mean?

Follow your heart

When your standard for truth and virtue is the person you see in the bathroom mirror, you don’t need much imagination to know what’s next. Feelings rule. You’re encouraged to “follow your heart.” And following your heart means you evaluate reality by relying on emotions rather than using reason and logic. If it feels good, do it. “If it makes you happy, it can’t be that bad…” Sherlyl Crow. Living according to reality has become passé. An archaic obstacle. But there’s a problem with that. And the problem is that “persistent belief in something that doesn’t fit reality” is called delusion. Our culture has embedded delusion into the arts. Our culture has elevated delusion to an art form.

Philosophy is about the real world

It turns out that all this discussion of truth, goodness, and beauty goes beyond a pastime of self-absorbed philosophers. These ideas have consequences in the real world. Ideas are always put into practice. Good or bad, we live in a world where those ideas will be put into practice.  And so we see the consequences of erroneous beliefs about state policies and about the families and relationships of community members on which our politics depend. We hear about it on the news—and also in the false rumors that are generated on both sides of the political spectrum. We suffer the repercussions for denying the reality of the economic situation of the country. And our children and grandchildren will pay—in the broadest literal sense—the price for these deliberate delusions. Above all, we see it in the glorification of sexual autonomy that has infiltrated every corner of our culture. The denial of reality is at the core of issues such as abortion, sexual licentiousness, transsexualism, and homosexual behavior. Defending each of them can only be chronic madness.

Faith communities are not immune

The Church is certainly not immune to the corrosive acid of bad reasoning. The Word of Faith Movement, Universalism, and so-called “progressive” Christianity are proof that you can find nonsensical nonsense. And each of these social ills has found ways to creep into the church. When we strip away the window dressing, we see that the problems in our culture are not new. In fact, they are as old as humanity itself. The rejection of truth, goodness, and beauty began soon after we arrived on the scene. The fall of man was the first moment where human beings used their free will to exchange God’s truth for a lie. Since then, we have only expanded the boundaries of that futile exercise. The good news is that the antidote to bad reasoning remains the same. Seek truth in all its forms. Then align your life with it.  The Church should never be a safe space for bad ideas. It should be a place where people are treated with kindness and respect, but also a place where corrupt reasoning ceases to exist. Bob Perry is a Christian apologist who writes, teaches, and speaks on the subject of Christianity and culture at truehorizon.org . He is a senior writer for the Christian Research Journal and has also written articles for Touchstone , and Salvo . Bob is a professional pilot with 37 years of experience in military and commercial aviation. He holds a Bachelor of Science degree in Aerospace Engineering from the US Naval Academy , and a Master of Science degree in Christian Apologetics from Biola University . He has been married to his high school sweetheart since 1985. Their five children are grown.

Recommended resources in Spanish: 

Stealing from God ( Paperback ), ( Teacher Study Guide ), and ( Student Study Guide ) by Dr. Frank Turek

Why I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist ( Complete DVD Series ), ( Teacher’s Workbook ), and ( Student’s Handbook ) by Dr. Frank Turek  

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Bob Perry is a Christian apologetics writer, teacher, and speaker who blogs about Christianity and culture at truehorizon.org. He is a contributing writer to the Christian Research Journal, and has also been published in Touchstone, and Salvo. Bob is a professional aviator with 37 years of experience in military and commercial flight. He holds a BS in Aerospace Engineering from the United States Naval Academy and an MS in Christian Apologetics from Biola University. He has been married to his high school sweetheart since 1985. They have five grown children.

Original source of the blog: https://bit.ly/3Q6FQSi

Translated by Jennifer Chavez 

Edited by Monica Pirateque 

 

By Andrew Cabrera

A few years ago I was at a Christmas party and someone came up to me and started talking about my beliefs about God. At one point in the conversation he asked the age-old question, “Can God make a rock so heavy that he himself can’t lift it?” Among other things, I mentioned that omnipotence doesn’t mean God can do the logically impossible. Then the conversation ended abruptly when he said, “You can’t use logic to talk about God. God is not governed by the logic of man!” He then nodded and tilted his chicken wing at me as if to say “Gotcha!” and walked away triumphantly before I had a chance to say a word. Was I right? Is God governed by logic? Can God do the logically impossible?

What are the laws of logic?

The laws of logic are not made up; they are discovered truths about the nature of reality itself. It is commonly accepted that there are three fundamental laws of logic and that all other logical principles are derived from these three laws; they are: the principle of identity, the law of excluded middle, and the law of non-contradiction. Each of these is similar to, but subtly distinct from, the others. The principle of identity can be symbolized as ∀(p): (p=p), which is a fancy way of saying that “p” is what it is. The law of excluded middle can be symbolized as (pv ~p), and it means that it will always be the case that either “p” or “not p” is true (there is no third option). And finally, the law of non-contradiction can be symbolized as ~(p * ~p), and it means that both “p” and “not p” cannot be true in the same way at the same time. This may seem a bit abstract, but I just wanted to make sure we’re starting on the same footing as to what the laws of logic are before we try to apply them.

Is God governed by logic?

First we need to distinguish between what IS logically consistent and what SEEMS logically consistent. Our rational intuition can sometimes fail us. We can think of our rational intuition failing us in terms of what statisticians call Type I errors and Type II errors. A Type I error is also known as a “false positive” – this occurs when your rational intuition says something is logical when it is actually not. Conversely, when your rational intuition says something is illogical when it is actually logically consistent, this is a Type II error or a “false negative.” God is inherently rational and cannot go against His nature, but He is not limited to our “logic” when we make such mistakes. What SEEMS logical to us at the moment, may not always BE logical upon further examination. God is not bound by the laws of logic, as if they were outside forces acting upon Him; But just as Christians see goodness itself as metaphysically tied to God’s benevolence, so too can we see rationality and logic as ontologically anchored in the nature of God himself. God does not submit to external logic, nor does he arbitrarily dictate logic, but is rational by virtue of his essential nature.

Why should I care about logic as a Christian?

We are made in the image of God as moral and rational beings. Just as we must strive to imitate God’s goodness, we must also strive to imitate his rationality. Not only does logic help us gain a more solid understanding of God’s nature, it is essential to fulfilling our mandates to share the gospel and to have a ready defense of the hope within us. Far from being an opposing force, logic is at the heart of the Christian faith. Throughout the Old and New Testaments, authors (and even Jesus himself) make claims of exclusivity, identity, and ontological reality—all of which are meaningless without first acknowledging the fundamental laws of logic. Proper exegesis, historical data, every classical argument for God’s existence, every theological position taken, and even the gospel message itself all depend—in one way or another—on these fundamental laws being true. Even God’s very nature and existence must be described in terms of these fundamental laws. If the principle of identity is removed, the identity and deity of Christ are also lost. If the law of non-contradiction is removed, the exclusivity of truth itself is also lost, and any meaningful notion of God’s existence goes with it.

Recommended resources in Spanish: 

Stealing from God ( Paperback ), ( Teacher Study Guide ), and ( Student Study Guide ) by Dr. Frank Turek

Why I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist ( Complete DVD Series ), ( Teacher’s Workbook ), and ( Student’s Handbook ) by Dr. Frank Turek  

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Andrew Cabrera is an undergraduate student currently working toward his BA in Philosophy (with plans to pursue graduate work in philosophy afterward). He was born and raised in the San Francisco Bay Area, where he continues to live with his wife and son. His academic interests include: Metaphysics, Formal Logic, Political Philosophy, and Philosophy of Religion.

Original source of the blog: https://bit.ly/3bsxSUw  

Translated by Jennifer Chavez 

Edited by Monica Pirateque 

 

Por Richard Eng

La definición bíblica de la fe es simple, sencilla y directa. Pero hay influencias tanto dentro como fuera de la iglesia que confunden la definición bíblica. Imagina la definición bíblica como los ingredientes de un batido de frutas. Las  malas influencias son el chocolate, la sal, la pimienta y el pescado. Cuando lo mezclas todo, la bebida que antes era deliciosa se convierte en un desastre pegajoso, no precisamente apetitoso; una definición de la que el mundo se ríe. La parte engañosa de la ilustración del batido es la siguiente: la información falsa que se mezcla con la definición bíblica de la fe parece atractiva, pero al final conduce a una definición tan distinta de la original que cambia el significado. Los cristianos no podemos permitir que los falsos maestros y el mundo definan nuestros términos. Cuando perdemos nuestras definiciones, perdemos el control de la conversación. Los profesores ateos, las personalidades de youtube y los entusiastas comentaristas de las redes sociales devoran a los cristianos desprevenidos cuando preguntan: “Entonces, ¿dices que crees en un dios sin pruebas? ¿Y eso es la fe? ¿Por qué no crees en algo basado en evidencias?”.

Pero ¿es la fe una creencia sin evidencia? ¿Es otra cosa? Aquí están las Cinco Razones Principales por las que la Fe No es lo que Tú Crees que es.

La fe no es ciega

Realmente creo que este malentendido proviene de una mala interpretación de un pasaje bíblico conocido. 2 Corintios 5:7 dice, “porque por fe andamos, no por vista”. (LBLA) La gente toma este pasaje para dar a entender que la fe no tiene vista o es ciega. Como si ser cristiano fuera andar con los ojos cerrados. El mejor consejo que he escuchado sobre la lectura de la biblia es este, nunca leas un verso de la Biblia. Es decir, no leas solo un verso- siempre revisa el contexto.

Incluso echando un vistazo rápido al contexto, el apóstol Pablo está hablando de que este mundo no es nuestro hogar. Su punto en 5:7 es llevar a  los creyentes a que no estén tan centrados en este mundo que llegan a olvidar que este no es su verdadero hogar. En otras palabras, no se dejen arrastrar tanto por este mundo que se olviden del siguiente, el que todavía no vemos.

La fe no es “creer sin pruebas”

Nosotros en FreeThinking Ministries citamos a menudo a los ateos para ver de primera mano lo que se dice del cristianismo. Aquí está Richard Dawkins, “La fe es la gran excusa para evadir la necesidad de pensar y evaluar la evidencia. La fe es la creencia a pesar de, incluso tal vez debido a la falta de pruebas”. (nota 1) Seguramente ese es el hombre de paja que Dawkins quiere levantar, e incluso los cristianos tomarán esta definición y correrán con ella. Pero, ¿es realmente la definición de la Biblia?

Alan Shlemon, colaborador de Stand to Reason, escribe,

“Pero esta definición es ajena a la Biblia. La palabra griega para fe, pistis, se deriva del verbo pisteuo, que significa “convencer con argumentos”. Hebreos 11:1 explica que la fe es “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Algunas traducciones sustituyen “convicción” por “evidencia”. La fe, entonces, es estar convencido de que las cosas que no podemos ver (por ejemplo, Dios, el cielo, la resurrección, etc.) son reales.” (Enlace al resto del artículo)

Shlemon señala que cuando el autor de Hebreos dice, “convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1) quiere decir que, sencillamente, ¡todavía no vemos esas cosas! No quiere decir que no podamos verlas, o que la única manera de saber que son reales sea viendo. Es una pregunta retórica: “¿Ves a Jesús delante de ti? ¿No? Entonces es una convicción en aquel que aún no podemos ver”.

La fe no es un salto

Soren Kierkegaard, un filósofo del siglo XIX, inventó, o al menos se le atribuye la frase “el salto de fe”. Esto se basa en nuestros puntos anteriores, porque Kierkegaard ha dado forma a nuestra comprensión de la fe en occidente, de una manera sustancial. La comprensión de Kierkegaard sobre la creencia era muy parecida a la nuestra; la creencia debe estar justificada y ser verdadera. Pero Kierkegaard separó la fe de la evidencia, e hizo que la fe fuera más una experiencia que una afirmación sobre la realidad. Decía que la fe debe ser satisfecha con una intensa auto-reflexión, y la vida de fe es en última instancia, someterse a algo que no puede ser conocido en ningún sentido real. Para Kierkegaard, la fe es cerrar los ojos y saltar de un avión. ¿Quizás aparezca Jesús y te dé un paracaídas a mitad de camino? Pero esto no es seguro. Para Kierkegaard, la fe es un salto de tipo moneda al aire: tal vez lo consigas, o tal vez no. Pero nuestra fe es segura porque Jesús es quien dice ser, y hace lo que dice hacer.

La fe no es Todo o Nada

Los predicadores y los pastores explican, explícita o implícitamente,  que si usted no es 100% creyente, entonces no cree en absoluto. Pero la Biblia enseña una historia diferente.

Jesús le dijo: “¿Cómo si tú puedes? Todas las cosas son posibles para el que cree. 24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad. 25 Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.” (Marcos 9: 23-25 LBLA)

Si somos sinceros, todos podemos identificarnos con este hombre. “Creo; ayúdame en mi incredulidad“, es un resumen perfecto de la lucha interna que todo cristiano experimenta. Es como buscar a Jesús para que te saque del agua cuando tienes un peso atado al tobillo. En ese momento estás concentrado en las pesas que te mantienen debajo, pero tu corazón anhela mirar hacia arriba. Entonces, ¡mira a Jesús! El punto de este pasaje es el siguiente: incluso si sólo estás 51% seguro de que Jesús hará lo que dice, Él puede trabajar con eso. Esta es la cuestión, lo único que sabes con un 100% de certeza es que existes, porque eres un ser pensante, además de las leyes lógicas y matemáticas como “1+1=2”. Aparte de eso tenemos que estar tranquilos viviendo en la tensión de la duda y las preguntas sin respuesta. Jesús nunca promete responder a todas nuestras preguntas. La mayoría del tiempo dice algo como: “Confía en mí y déjame trabajar”. No tengas miedo de la duda o de las preguntas sin respuesta, porque Dios sale a tu encuentro. Nuestras creencias deben tener razones que las respalden, y deben corresponder lo mejor posible a la realidad. Pero si tu expectativa es que el cristianismo te lleve a un lugar de 100% de certeza, la carne te hará mucho daño cuando nunca llegues allí.

La fe no es una sustancia

Creo que esto  te va a doler, porque veo que los que asisten a la iglesia se tragan estas cosas. Lo triste es que no los culpo. Está de moda, es “espiritual”, ¡y se encuentra más de esta falsa enseñanza en las librerías que en las Biblias! Este es el movimiento de la fe, o de la palabra de fe. Escribiré más sobre esto más adelante, pero como un pasajero con asiento de ventanilla en un vuelo a casa, pueden mirar por la ventana y notar algunos puntos de referencia clave.

Los falsos maestros más eficaces en la iglesia utilizarán el mismo vocabulario, pero usarán un diccionario diferente. En otras palabras, usan las mismas palabras para hacer que parezca que están predicando la doctrina ortodoxa de la iglesia cuando en realidad están colando ideas que son mala filosofía.

Permítanme pintar una imagen:

Tu hijo está enfermo en el hospital. Llevas meses orando fielmente para que se cure… sabes que su vida corre peligro. Tus oraciones son fervientes y continuas, pero junto a su cama de hospital, estás al límite. En ese momento, ves a tu pastor entrar en la habitación. Te abraza en medio de la desesperación y comienzas a explicarle la situación. Después de escucharlo todo, te ofrece este consejo: “Bueno, me parece que Dios quiere curar a tu hijo a través de tus oraciones… pero no tienes suficiente fe. Si tuvieras suficiente fe, Dios lo sanaría”.

¿Has oído alguna vez eso? “¿No tienes suficiente fe?” ¿Has pensado eso? Permítanme ser claro, en ninguna parte de las escrituras hay siquiera un indicio de esta idea. ¡La fe es confianza! ¡Seguridad! ¡Creer en una persona confiable! La fe no es una sustancia o cosa, es el camino seguro hacia Jesús. El dice claramente: “porque en verdad os digo que, si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. (Mateo 17:20) No se trata de la cantidad de tu fe, sino del objeto de tu fe. Dios creó las montañas, ¡si quiere moverlas puede hacerlo!

Entonces, ¿qué es la fe?

La fe, en su definición más pura, es casi indistinguible de la palabra creencia, excepto por un componente clave: si la fe es el 51% o más, la confianza compensa la diferencia. La fe es confianza, seguridad y firmeza, pero el conocimiento nunca puede llevarnos al 100% de certeza. Siempre hay una buena dosis de preguntas sin respuesta con las que toda persona se enfrenta. La diferencia es que el cristianismo ofrece una persona, Jesucristo, en la que depositamos nuestra confianza en las preguntas sin respuesta. El Dios del cristianismo es un ser máximamente grande, no puede mentir, no puede pecar, es fiel, es bueno, es justo, es amoroso, etc. Las preguntas sin respuesta descansano en el carácter de Dios. No tengas miedo de dudar, pero lleva esas dudas al pie de la cruz. Que tu fe se caracterice por el hombre que en plena y total vulnerabilidad de su corazón clama: “Creo… ¡ayúdame en  mi incredulidad!”.

Notas de pie de página:

1. Una conferencia de Richard Dawkins extraida de The Nullifidian (Dec 94)

2. http://www.str.org/articles/is-faith-blind#.VrTQzDYrJmA (accessed 2/5/16)

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Fuente Original del blog: https://bit.ly/3bsxSUw  

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

By Brian Chilton

In a recent class at Liberty University, it was noted that 80% of a person’s doubts do not stem from intellectual problems with Christianity, but rather from emotional doubt. Emotional doubt is a problem for all people, but it seems to be a more difficult concept for men to combat. The reason is that most men refrain from talking about their emotions. Many suppress emotional doubt and ignore it. However, these actions do not eliminate the doubt. Emotional doubt can deal with issues related to the loss of a loved one, an unanswered prayer, or frustrations in life for which one blames God.

Interestingly, emotional doubt can be combated with a form of biblical cognitive behavioral therapy (CBT). Some will say, “Wait, Brian! You’re talking about that psychology mumbo jumbo! What good is cognitive therapy?” Actually, cognitive behavioral therapy is a pretty good practice. Paul argues as follows:

 “ Do not be anxious about anything, but in everything by prayer and supplication with thanksgiving let your requests be made known to God. And the peace of God, which surpasses all understanding, will guard your hearts and minds in Christ Jesus. Finally, brothers, whatever is true, whatever is honorable, whatever is just, whatever is pure, whatever is lovely, whatever is commendable—if there is any excellence or anything worthy of praise—think about these things.” (Phil. 4:6-8 ESV) [1] 

The believer should focus on the things that strengthen his faith and not on the worries and fears that cause anxiety. CBT does just that. Using CBT to combat emotional doubt is quite effective. CBT can also combat depression and anxiety. Biblical CBT follows three steps.

1.- Identify your lies. First, recognize the doubts and fears you tell yourself. You might say, “I’m sure I’m going to fail this test even though I studied hard for it. I’m too dumb to pass it.” Realize that these statements don’t correspond to reality. If you’ve studied hard for the test, then you’ve learned the information that will appear on it. You’re certainly not too dumb to learn the material.

2.- Eliminate your lies by arguing against them and giving reasons for your optimism. Secondly, argue against the lies you tell yourself with a positive and encouraging case. You may tell yourself that if you fail the exam it would be the worst thing in the world. In this case, it is better to remind yourself that you have studied the material and that you have learned it quite well. Even if the worst happens and you fail the test, it is not the end of the world. As bad as it is, it is not as bad as you are making it out to be.

3.- Replace your lies with the truth of God’s word. Third and last, replace your lies with the truth of God’s word. Realize that “I can do all things through Him (Christ) who strengthens me” (Philippians 4:13, parenthesis mine). Understand this as well ” And we know that for those who love God all things work together for good, for those who are called according to His purpose” (Rom. 8:28 ESV). With these truths in mind, doubts and anxieties begin to lose their control.

CBT is a biblical practice that all believers should embrace. For too long, we have allowed the devil to steal our joy and hope. We are often our own worst enemies by being too scared to take risks, by playing the “what if” game. Don’t let fear and anxiety steal the grace God has given you any longer. Always keep in mind that “God has not given us a spirit of fear, but of power and love and self-control” (2 Tim. 1:7).

Note

[1] Unless otherwise indicated, all Scripture quotations are from the Christian Standard Bible (Nashville: Holman, 2017).

Recommended resources in Spanish: 

Stealing from God ( Paperback ), ( Teacher Study Guide ), and ( Student Study Guide ) by Dr. Frank Turek

Why I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist ( Complete DVD Series ), ( Teacher’s Workbook ), and ( Student’s Handbook ) by Dr. Frank Turek  

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Brian G. Chilton is the founder of BellatorChristi.com and is the host of The Bellator Christi Podcast. He received his Master of Divinity in Theology from Liberty University (with high distinction); his Bachelor of Science in Religious Studies and Philosophy from Gardner-Webb University (with honors); and received a certificate in Christian Apologetics from Biola University. Brian is currently enrolled in Liberty University’s doctoral program in Theology and Apologetics. Brian has been in ministry for over 15 years and serves as a pastor in northwestern North Carolina.

Original blog source: https://bit.ly/39MVToY 

Translated by Jennifer Chavez

Edited by Monica Pirateque