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Por Richard Eng

La definición bíblica de la fe es simple, sencilla y directa. Pero hay influencias tanto dentro como fuera de la iglesia que confunden la definición bíblica. Imagina la definición bíblica como los ingredientes de un batido de frutas. Las  malas influencias son el chocolate, la sal, la pimienta y el pescado. Cuando lo mezclas todo, la bebida que antes era deliciosa se convierte en un desastre pegajoso, no precisamente apetitoso; una definición de la que el mundo se ríe. La parte engañosa de la ilustración del batido es la siguiente: la información falsa que se mezcla con la definición bíblica de la fe parece atractiva, pero al final conduce a una definición tan distinta de la original que cambia el significado. Los cristianos no podemos permitir que los falsos maestros y el mundo definan nuestros términos. Cuando perdemos nuestras definiciones, perdemos el control de la conversación. Los profesores ateos, las personalidades de youtube y los entusiastas comentaristas de las redes sociales devoran a los cristianos desprevenidos cuando preguntan: “Entonces, ¿dices que crees en un dios sin pruebas? ¿Y eso es la fe? ¿Por qué no crees en algo basado en evidencias?”.

Pero ¿es la fe una creencia sin evidencia? ¿Es otra cosa? Aquí están las Cinco Razones Principales por las que la Fe No es lo que Tú Crees que es.

La fe no es ciega

Realmente creo que este malentendido proviene de una mala interpretación de un pasaje bíblico conocido. 2 Corintios 5:7 dice, “porque por fe andamos, no por vista”. (LBLA) La gente toma este pasaje para dar a entender que la fe no tiene vista o es ciega. Como si ser cristiano fuera andar con los ojos cerrados. El mejor consejo que he escuchado sobre la lectura de la biblia es este, nunca leas un verso de la Biblia. Es decir, no leas solo un verso- siempre revisa el contexto.

Incluso echando un vistazo rápido al contexto, el apóstol Pablo está hablando de que este mundo no es nuestro hogar. Su punto en 5:7 es llevar a  los creyentes a que no estén tan centrados en este mundo que llegan a olvidar que este no es su verdadero hogar. En otras palabras, no se dejen arrastrar tanto por este mundo que se olviden del siguiente, el que todavía no vemos.

La fe no es “creer sin pruebas”

Nosotros en FreeThinking Ministries citamos a menudo a los ateos para ver de primera mano lo que se dice del cristianismo. Aquí está Richard Dawkins, “La fe es la gran excusa para evadir la necesidad de pensar y evaluar la evidencia. La fe es la creencia a pesar de, incluso tal vez debido a la falta de pruebas”. (nota 1) Seguramente ese es el hombre de paja que Dawkins quiere levantar, e incluso los cristianos tomarán esta definición y correrán con ella. Pero, ¿es realmente la definición de la Biblia?

Alan Shlemon, colaborador de Stand to Reason, escribe,

“Pero esta definición es ajena a la Biblia. La palabra griega para fe, pistis, se deriva del verbo pisteuo, que significa “convencer con argumentos”. Hebreos 11:1 explica que la fe es “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. Algunas traducciones sustituyen “convicción” por “evidencia”. La fe, entonces, es estar convencido de que las cosas que no podemos ver (por ejemplo, Dios, el cielo, la resurrección, etc.) son reales.” (Enlace al resto del artículo)

Shlemon señala que cuando el autor de Hebreos dice, “convicción de lo que no se ve” (Heb. 11:1) quiere decir que, sencillamente, ¡todavía no vemos esas cosas! No quiere decir que no podamos verlas, o que la única manera de saber que son reales sea viendo. Es una pregunta retórica: “¿Ves a Jesús delante de ti? ¿No? Entonces es una convicción en aquel que aún no podemos ver”.

La fe no es un salto

Soren Kierkegaard, un filósofo del siglo XIX, inventó, o al menos se le atribuye la frase “el salto de fe”. Esto se basa en nuestros puntos anteriores, porque Kierkegaard ha dado forma a nuestra comprensión de la fe en occidente, de una manera sustancial. La comprensión de Kierkegaard sobre la creencia era muy parecida a la nuestra; la creencia debe estar justificada y ser verdadera. Pero Kierkegaard separó la fe de la evidencia, e hizo que la fe fuera más una experiencia que una afirmación sobre la realidad. Decía que la fe debe ser satisfecha con una intensa auto-reflexión, y la vida de fe es en última instancia, someterse a algo que no puede ser conocido en ningún sentido real. Para Kierkegaard, la fe es cerrar los ojos y saltar de un avión. ¿Quizás aparezca Jesús y te dé un paracaídas a mitad de camino? Pero esto no es seguro. Para Kierkegaard, la fe es un salto de tipo moneda al aire: tal vez lo consigas, o tal vez no. Pero nuestra fe es segura porque Jesús es quien dice ser, y hace lo que dice hacer.

La fe no es Todo o Nada

Los predicadores y los pastores explican, explícita o implícitamente,  que si usted no es 100% creyente, entonces no cree en absoluto. Pero la Biblia enseña una historia diferente.

Jesús le dijo: “¿Cómo si tú puedes? Todas las cosas son posibles para el que cree. 24 Al instante el padre del muchacho gritó y dijo: Creo; ayúdame en mi incredulidad. 25 Cuando Jesús vio que se agolpaba una multitud, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno: Sal de él y no vuelvas a entrar en él.” (Marcos 9: 23-25 LBLA)

Si somos sinceros, todos podemos identificarnos con este hombre. “Creo; ayúdame en mi incredulidad“, es un resumen perfecto de la lucha interna que todo cristiano experimenta. Es como buscar a Jesús para que te saque del agua cuando tienes un peso atado al tobillo. En ese momento estás concentrado en las pesas que te mantienen debajo, pero tu corazón anhela mirar hacia arriba. Entonces, ¡mira a Jesús! El punto de este pasaje es el siguiente: incluso si sólo estás 51% seguro de que Jesús hará lo que dice, Él puede trabajar con eso. Esta es la cuestión, lo único que sabes con un 100% de certeza es que existes, porque eres un ser pensante, además de las leyes lógicas y matemáticas como “1+1=2”. Aparte de eso tenemos que estar tranquilos viviendo en la tensión de la duda y las preguntas sin respuesta. Jesús nunca promete responder a todas nuestras preguntas. La mayoría del tiempo dice algo como: “Confía en mí y déjame trabajar”. No tengas miedo de la duda o de las preguntas sin respuesta, porque Dios sale a tu encuentro. Nuestras creencias deben tener razones que las respalden, y deben corresponder lo mejor posible a la realidad. Pero si tu expectativa es que el cristianismo te lleve a un lugar de 100% de certeza, la carne te hará mucho daño cuando nunca llegues allí.

La fe no es una sustancia

Creo que esto  te va a doler, porque veo que los que asisten a la iglesia se tragan estas cosas. Lo triste es que no los culpo. Está de moda, es “espiritual”, ¡y se encuentra más de esta falsa enseñanza en las librerías que en las Biblias! Este es el movimiento de la fe, o de la palabra de fe. Escribiré más sobre esto más adelante, pero como un pasajero con asiento de ventanilla en un vuelo a casa, pueden mirar por la ventana y notar algunos puntos de referencia clave.

Los falsos maestros más eficaces en la iglesia utilizarán el mismo vocabulario, pero usarán un diccionario diferente. En otras palabras, usan las mismas palabras para hacer que parezca que están predicando la doctrina ortodoxa de la iglesia cuando en realidad están colando ideas que son mala filosofía.

Permítanme pintar una imagen:

Tu hijo está enfermo en el hospital. Llevas meses orando fielmente para que se cure… sabes que su vida corre peligro. Tus oraciones son fervientes y continuas, pero junto a su cama de hospital, estás al límite. En ese momento, ves a tu pastor entrar en la habitación. Te abraza en medio de la desesperación y comienzas a explicarle la situación. Después de escucharlo todo, te ofrece este consejo: “Bueno, me parece que Dios quiere curar a tu hijo a través de tus oraciones… pero no tienes suficiente fe. Si tuvieras suficiente fe, Dios lo sanaría”.

¿Has oído alguna vez eso? “¿No tienes suficiente fe?” ¿Has pensado eso? Permítanme ser claro, en ninguna parte de las escrituras hay siquiera un indicio de esta idea. ¡La fe es confianza! ¡Seguridad! ¡Creer en una persona confiable! La fe no es una sustancia o cosa, es el camino seguro hacia Jesús. El dice claramente: “porque en verdad os digo que, si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”. (Mateo 17:20) No se trata de la cantidad de tu fe, sino del objeto de tu fe. Dios creó las montañas, ¡si quiere moverlas puede hacerlo!

Entonces, ¿qué es la fe?

La fe, en su definición más pura, es casi indistinguible de la palabra creencia, excepto por un componente clave: si la fe es el 51% o más, la confianza compensa la diferencia. La fe es confianza, seguridad y firmeza, pero el conocimiento nunca puede llevarnos al 100% de certeza. Siempre hay una buena dosis de preguntas sin respuesta con las que toda persona se enfrenta. La diferencia es que el cristianismo ofrece una persona, Jesucristo, en la que depositamos nuestra confianza en las preguntas sin respuesta. El Dios del cristianismo es un ser máximamente grande, no puede mentir, no puede pecar, es fiel, es bueno, es justo, es amoroso, etc. Las preguntas sin respuesta descansano en el carácter de Dios. No tengas miedo de dudar, pero lleva esas dudas al pie de la cruz. Que tu fe se caracterice por el hombre que en plena y total vulnerabilidad de su corazón clama: “Creo… ¡ayúdame en  mi incredulidad!”.

Notas de pie de página:

1. Una conferencia de Richard Dawkins extraida de The Nullifidian (Dec 94)

2. http://www.str.org/articles/is-faith-blind#.VrTQzDYrJmA (accessed 2/5/16)

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Fuente Original del blog: https://bit.ly/3bsxSUw  

Traducido por Jennifer Chavez 

Editado por Monica Pirateque 

 

Por Kike Medina

Introducción:

Como es común entre ciertos círculos ateos (sobre todo en redes sociales) podemos encontrar muchas objeciones hacia la existencia de Jesús, sus milagros y su resurrección; Algunas objeciones son decentes y otras son verdaderamente pésicas, formuladas con mucho desconocimiento filosófico y argumentativo, acompañado de ciertas actitudes y prejuicios negativos hacia los cristianos y su fe.

Pero hay una objeción que ha ganado fuerza durante los últimos años y ha sido objeto de debate entre muchos apologistas de alto prestigio, sobre todo porque forma parte de una especie de “grupo” de objeciones hacia la resurrección de Jesús y es aquella que postula que los apóstoles y discípulos de Jesús alucinaron al verlo luego de haber muerto por crucifixión y resucitado tres días después.

La teoría de las alucinaciones propuesta por el historiador Gerd Lüdemann, parece ser consistente y probablemente una objeción que puede tambalear los cimientos de la fe de muchas personas, sobre todo a aquellas que no están muy bien instruidas en la defensa de la fe. Muchos la han abordado desde distintas perspectivas y han creado objeciones, sobre todo desde una perspectiva histórica-metodológica. Sin embargo, hasta donde sé, no se ha desarrollado una objeción que va más acorde a la naturaleza de la teoría de Lüdemann.

El objetivo principal de este escrito es abordar la teoría desde un punto de vista psicológico, para ver si realmente es consistente con lo que objeta y así poder dar una herramienta más para todos aquellos que recién abordan esta teoría y recién inician en la defensa de la fe.

La teoría de las alucinaciones

Antes de empezar a abordar de lleno con la objeción de Lüdemann, hay que hacer dos importantes aclaraciones: Sigo el mismo pensamiento del Dr.Craig cuando él dice que “está de acuerdo con Lüdemann en que la resurrección de Jesús es el punto central de la religión cristiana”, y que “la tarea del historiador es muy parecida a la del abogado litigante; examinar a los testigos para reconstruir el curso más probable de los acontecimientos”.[1] En efecto, quizá no podemos saber si un hecho histórico pasó con una certeza del cien por ciento, pero podemos hacer historia recopilando datos, formulando hipótesis y ver cuál de todas nuestras explicaciones es la más razonable.

Ahora bien, parece que Lüdemann encuentra cierta satisfacción psicológica en su propia teoría, pues al negar a Cristo es común que una persona sienta cierta culpa por haber abandonado un estilo de vida, como le puede suceder a un empleado que es despedido de una mega empresa de alto nivel. Sin embargo, esto es irrelevante, dado que, si Lüdemann realizó tal explicación de la resurrección de Jesús y la experiencia de los discípulos debido a esa culpa, no valoraremos su veracidad partiendo desde este punto, pues eso sería solo un ataque personal, además de que su estado emocional y mental también carece de importancia para este análisis.

La teoría de las alucinaciones es desarrollada partiendo desde el punto de vista anímico y mental de los discípulos. Por ejemplo, la explicación de la alucinación de Pedro, es presentada de la siguiente manera:

Bajo la impresión de la proclamación y muerte de Jesús, finalmente despertó en Pedro la fe. De ese modo, el Jesús crucificado demostró ser el Jesús viviente para que Pedro pudiera volver a presentarse ante él y esta vez con profunda claridad. La palabra de perdón de Dios presente en la obra de Jesús.[2]

Supongamos que es totalmente válido; sería lógico creer que Pedro pudo haber alucinado a Jesús debido a su culpa, pues lo había negado tres veces. Luego de esto, tal alucinación fue contagiada hacia otras personas que no compartían el trauma de Pedro.

Luego de que se creara la leyenda de la tumba vacía y que Jesús se había aparecido a las mujeres en la misma tumba, Pablo luchaba internamente con la culpa mientras trabajaba bajo el yugo de la ley y su celo al perseguir cristianos era una manifestación de una atracción secreta por el mensaje cristiano. Lüdemann ofrece esta explicación sobre la “alucinación” de Pablo:

Si uno hubiera podido analizar a Pablo antes de su visión de Damasco, el análisis probablemente habría mostrado una fuerte inclinación hacia Cristo en su subconsciente. De hecho, la suposición de que era inconscientemente cristiano ya no es así tan descabellado […] En el camino de Damasco, la lucha reprimida estalló en una alucinación de Jesús, lo que resultó en la conversión total de Pablo a la fe que una vez persiguió. El complejo de culpa que había surgido con la persecución se resolvió mediante la certeza de estar en Cristo.[3]

De hecho, desconozco si Lüdemann tiene conocimientos psicoanalíticos, pero esta explicación sobre Pablo parece una explicación del mecanismo de defensa formación reactiva, el cuál consiste en transformar una emoción o un impulso en su contrario; el odio sería amor, la enemistad a amistad, tolerancia en intolerancia, etc. Y esto sucede porque el sujeto tiene dificultades para manejarlas y se protege inconscientemente con este mecanismo de defensa. Pero esto lo pasaremos por alto, pues no pretendo hacer un análisis psicoanalítico.

Experiencias delirantes y alucinatorias

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, clasifica a algunos trastornos que tienen como característica principal los delirios y las alucinaciones. Podemos encontrar algunos trastornos como el trastorno delirante, trastorno psicótico, esquizofreniforme, esquizofrénico, etc. También, tiene en cuenta características claves que definen los trastornos psicóticos como son, como se mencionó anteriormente, los delirios y alucinaciones.

Los delirios son creencias fijas que no son susceptibles de cambio a la luz de las pruebas en su contra. El contenido de los delirios puede incluir varios temas como persecuciones (es decir, la creencia de que uno va a ser perjudicado, acosado, perseguido, etc, por un individuo u organización), referenciales (es decir, la creencia de que ciertos gestos, comentarios, señales del medio ambiente, etc, se dirigen a uno mismo), de grandeza (es decir, cuando el sujeto cree que tiene habilidades ,riqueza o fama excepcionales), somáticos (es decir, preocupaciones referente a la salud y al funcionamiento de los órganos), etc.

Por otro lado, las alucinaciones son percepciones que tienen lugar sin la presencia de un estímulo externo. Son vívidas y claras, con toda la fuerza y el impacto de las percepciones normales, y no están sujetas al control voluntario. Pueden darse en cualquier modalidad sensorial, pero las alucinaciones auditivas habitualmente se experimentan en forma de voces, conocidas o desconocidas, que se perciben como diferentes del propio pensamiento. Las alucinaciones deben tener lugar en el contexto de un adecuado nivel de conciencia; aquellas que tienen lugar al quedarse uno dormido o al despertar se considera que está dentro del rango de las experiencias normales.

Algo que hay que destacar es que el mismo DSM-IV aclara que las alucinaciones pueden ser una parte normal de la experiencia religiosa en determinados contextos culturales.[4]

Tal parece que, hasta este punto, ya podemos descartar la teoría de las alucinaciones de Lüdemann, pues si hemos de valorar adecuadamente las alucinaciones de un individuo, pues la experiencia post-mortem de los discípulos era una experiencia normal y justificada, dado que es una experiencia religiosa, entendida en su tiempo y contexto. Sin mencionar, que no podemos diagnosticar como una “alucinación” a priori la experiencia de una persona sin, por lo menos, hacer una corta entrevista respecto a su experiencia, como se hace clínicamente. Pero este no será el caso, pues trataré de dar un argumento formal desde mi perspectiva como psicólogo.

La epistemología de las alucinaciones

Si analizamos correctamente los tipos de trastornos que son característicos por su naturaleza delirante y alucinatoria, nos daremos cuenta de que cada sujeto tiene experiencias totalmente distintas entre sí. Es decir, cuando un sujeto tiene una alucinación o un delirio, puede tener ciertas características en común para compartir con otros sujetos delirantes, sin embargo, su experiencia no es la misma pues cada sujeto la experimenta de forma diferente.

Por ejemplo, los sujetos que sufren de alucinaciones persecutorias tienen características experienciales en común como creer que alguien está conspirando en su contra, o que le engañan, lo espían o persiguen. Sin embargo, cada experiencia alucinatoria es epistémicamente distinta entre sí. Quizá un sujeto alucina con que lo están espiando un grupo de personas más allá de la realidad, sin cuerpo físico, mientras que otro sujeto piensa que es espiado por el gobierno o por su propia pareja.

Lo mismo sucede con las personas que tienen delirios, por ejemplo, somáticos. Los sujetos podrán tener características experienciales en común, como expresar una pérdida de control sobre la mente o el cuerpo, o que sus propios pensamientos han sido robados. Pero estas experiencias serán epistémicamente distintas entre sí, pues un sujeto puede experimentar la “pérdida de la mente” de una forma distinta a la de otro sujeto, o incluso podrían diferir entre causas como el “ladrón de sus pensamientos o mente”.

Podemos encontrar un caso clínico de trastorno delirante por consumo de cannabis, donde esta persona tiene antecedentes psiquiátricos durante los últimos dos años. El paciente se quejaba de dolor abdominal y en el pecho, según él, ocasionado por telequinesia, pues una vecina que era bruja se lo estaba provocando. Además de esto, colocaba por toda la casa diversos objetos para ahuyentar los malos espíritus.[5]

Por otro lado, tenemos el caso clínico de un hombre con trastorno delirante, donde afirmaba que, los policías y carabineros que vivían en su mismo edificio estaban perjudicándole sólo por simpatizar con una ideología diferente a ellos. Además, refiere que hablaban de él en la televisión y que el gas estaba envenenado, incluyendo el agua, por lo que tenía que comprar agua envasada y pedir comida por teléfono.[6]

Si analizamos correctamente estos dos casos, podemos ver que ambos sufren delirios de persecución, comparten características experienciales en común como ser conspirado por un tercero, y evitar ciertas actividades diarias por la creencia de que eran parte de la conspiración. Sin embargo, ambas experiencias son epistémicamente distintas entre sí, pues los “conspiradores” son distintos y no actúan de la misma manera, ni utilizan las mismas “formas” o “herramientas” para “conspirar” contra los pacientes mencionados.

La epistemología de la experiencia post-mortem de los discípulos

Ahora, vamos a aplicar el mismo análisis a las experiencias de los discípulos cuando vieron a Jesús nuevamente con vida. Pero antes, hay que anotar algo pues uno puede preguntar: ¿no es verdad que hay diferencias entre los relatos de la resurrección? Por ejemplo, Mateo y Marcos relatan que un ángel les habló a las mujeres, mientras que Lúcas y Juan dicen que había dos ángeles en la tumba.[7] ¿No es esta una experiencia epistémicamente distinta entre sujetos y, por lo tanto, sería un caso legítimo de alucinación o delirio?

Bueno, hay que aclarar que el caso de la experiencia respecto a los ángeles es algo secundario, pues la alucinación analizada en este escrito es la de la visión de Jesús por parte de sus discípulos. Por lo que sería irrelevante si fue o no una alucinación en todo el sentido de la palabra. Ahora, podemos rescatar un hecho importante sobre el caso de la resurrección y es que en múltiples ocasiones y bajo varias circunstancias, diferentes individuos y grupos de personas, experimentaron apariciones de Jesús vivo de entre los muertos.

Un caso experiencial que podemos encontrar en la biblia es el de Tomás, quien no estaba con los discípulos cuando había llegado Jesús, relatado en Juan 20:24-31. Tomás no creía lo que los discípulos le decían, habían visto a Jesús nuevamente. Sin embargo, Tomás objetaba que mientras no viera la marca de los clavos en sus manos y no sintiera su mano en su costado no creería. Luego de una semana, Jesús se apareció a los doce, y fue cuando le dijo a Tomás que tocara sus manos y su costado. Entonces él creyó.

Como podemos observar, la experiencia de Tomás fue totalmente distinta en primera persona (fue él quien tocó sus manos y su costado) a la de los demás discípulos. Sin embargo, esto no pudo haber sido una alucinación, ya que para que cumpla su naturaleza alucinógena, tendría que haber sido una persona distinta, en situaciones distintas, pues estaban todos reunidos y era Jesús mismo.

En otras palabras, la experiencia post-mortem no puede tratarse de una alucinación, pues se observó a la misma persona (Jesús), en la misma situación (los discípulos reunidos) e incluso las mismas palabras escuchadas (“la paz sea con ustedes”, “porque me has visto, has creído…”).

El argumento

Luego del análisis mencionado anteriormente y habiendo explicado que las alucinaciones son epistémicamente distintas entre sí, aunque existan características en común, y que las experiencias de los discípulos, recalcando la de Tomás, son la misma, podríamos formalizar un argumento de la siguiente manera.

1.- Si las experiencias alucinatorias son epistémicamente distintas entre sujetos, entonces los apóstoles no pudieron haber tenido la misma experiencia alucinatoria.

2.- Los apóstoles tuvieron la misma experiencia post-mortem, pues se trata de la misma persona (Jesús) y la misma circunstancia (discípulos reunidos).

3.- Por lo tanto, los apóstoles no pudieron haber tenido una alucinación.

4.- Por lo tanto, la teoría de las alucinaciones es falsa.

Pero ¿no es verdad que también se apareció a otras personas quienes estaban en situaciones y circunstancias distintas? En efecto, incluso la experiencia pudo haber sido muy distinta a la de los apóstoles. Sin embargo, aún sigue tratándose de la misma persona y la misma creencia de haber resucitado luego de haber sido ejecutado por la corte Romana.

Ahora bien, cabe mencionar que las experiencias alucinógenas no son sólo experiencias epistémicamente distintas entre sujetos, sino que también son privadas. Es decir, cada alucinación es vivida enteramente en y sólo en primera persona, nunca son experimentadas en grupo. ¿Esto quiere decir que las alucinaciones grupales no existen? Efectivamente, las experiencias grupales no existen, si por grupal se entiende como un conjunto de X cantidad de personas, experimentando exactamente lo mismo, al mismo tiempo o que incluso tengan el mismo desorden psicótico, o que hayan ingerido la misma sustancia en la misma cantidad. De otra forma no puede ser considerado una “alucinación grupal”. Esto es ridículamente improbable.

Así que, siguiendo con el argumento anterior, podríamos reformularlo de la siguiente manera:

1.- Si las experiencias alucinatorias son epistémicamente distintas entre sí y son experiencias privadas, entonces los apóstoles no pudieron haber tenido la misma experiencia post-mortem de Jesús.

2.- Los apóstoles sí tuvieron la misma experiencia post-mortem de la misma persona de Jesús.

3.- Por lo tanto, las experiencias de los apóstoles no son epistémicamente distintas entre sí ni fueron experiencias privadas. Por lo que no se consideran alucinaciones.

4.- Por lo tanto, los apóstoles no tuvieron una alucinación.

5.- Por lo tanto, la teoría de las alucinaciones es falsa.

Conclusión 

Es muy probable que este argumento no sea lo suficientemente lógico y que haga agua por muchos lados, pues está claro que se requiere explicar muchas cosas de naturaleza psicológicas como delirios extravagantes, comorbilidad entre trastornos, etc. Pero la intención desde un inicio fue no extenderse en explicar cada término en profundidad.

Quizá este argumento no sea el definitivo contra toda objeción de naturaleza psicológica por parte de ateos, ya que siempre encontraremos objeciones como “los cristianos son esquizofrénicos porque escuchan la voz de Dios” o simplemente nos seguirán llamando neuróticos. Pero, cualquier psicólogo serio sabe que para poder diagnosticar a una persona con algún trastorno o poder concluir clínicamente que una persona tuvo una alucinación genuina, se necesitan estudios y entrevistas en condiciones. Pero esto es entendible, pues estamos acostumbrados a usar estos términos para cualquier situación fuera de lo normal; “estás alucinando”, “puros delirios tuyos”.

De igual manera, abro la invitación a colegas para que sigan el trabajo establecido en este escrito para reforzarlo o para formular otro argumento de naturaleza psicológica para su uso en la apologética actual y futura ya que, desafortunadamente, la psicología es atacada constantemente por ciertos círculos cristianos y casi no tiene presencia dentro de la apologética. Pero ese tema será tratado en otra ocasión.

Referencias:

[1] Lane Craig, William, Visiones de Jesús: una evaluación crítica de la hipótesis de alucinación de Gerd Lüdemann. Disponible en https://www.reasonablefaith.org/writings/scholarly-writings/historical-jesus/visions-of-jesus-a-critical-assessment-of-gerd-ludemanns-hallucination-hypo/

[2] Ídem.

[3] Ídem.

[4] APA, Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5ta, ed) Pp.87

[5] Gúrpide, Caso clínico; trastorno delirante en consumidor de cannabis, disponible en: http://www.madrid.org/cs/Satellite?blobcol=urldata&blobheader=application%2Fpdf&blobheadername1=Content-disposition&blobheadername2=cadena&blobheadervalue1=filename%3Dcaso9-+CANNABIS+CASOS+CLINICOS-18.pdf&blobheadervalue2=language%3Des%26site%3DPortalSalud&blobkey=id&blobable=MungoBlobs&blobwhere=1202790953505&ssbinary=true

[6] Diaz, Mancilla, Ortíz & Osorio, Caso clínico de trastorno delirante, disponible en: http://docs.bvsalud.org/biblioref/2018/12/967562/208-216.pdf

[7] Hernández de Alba, Claudia, Las contradicciones en el relato de la resurrección, disponible en: https://hoy.com.do/las-contradicciones-en-el-relato-de-resurreccion/

 


Kike Medina, radica en México, licenciado en psicología, se dedica al estudio de la apologética. Co-fundador del proyecto “Apologeeks” y es parte del equipo de Filósofo Cristiano

Los cuatro evangelios hablan de Jesús, el Cristo. Juntos nos hablan de la vida de Jesús de diferentes formas. Nos hablan de su nacimiento virginal, sus argumentos con líderes religiosos, sus enseñanzas, sus milagros y mucho más. Destacan su crucifixión en una cruz romana y su resurrección de entre los muertos. Pero, ¿qué vamos a hacer con todo esto? ¿Son estas narrativas simplemente falsas por autores que fueron o engañados o lo arreglaron? ¿Hay un caso para la fiabilidad de los Evangelios?

Este ensayo destaca un numero de razones por la que todos deberían creer que los Evangelios con confiables. Esto no implica que sean 100% verdaderos, perfectos, o algo parecido. En cambio, los evangelios son algo en lo que debemos confiar, y si podemos confiar en ellos, entonces podríamos tener que repensar lo que creemos acerca de Jesús de Nazaret.

Fuentes no cristianas

Supongamos que no tenemos los cuatro Evangelios en absoluto. ¿Qué podemos saber acerca de Jesús de Nazaret? Analizaremos una serie de fuentes no cristianas para encontrar esta respuesta.

Cornelio Tacito

Tácito nació poco después de que Jesús fuera crucificado. Ocupó una serie de oficinas romanas, pero hoy es más famoso por sus escritos. Mientras habla del incendio en Roma en el año 64 d.C., Tácito menciona una serie de hechos relevantes. Nerón culpó a un grupo de personas llamados Chrestians (una ortografía temprana común de los cristianos). Menciona a un Christus, el fundador del nombre. Este Cristo fue ejecutado durante el reinado de Tiberio por la sentencia de Poncio Pilato. La enfermedad (de los cristianos) comenzó en Judea, que pronto se extendió a Roma.

Hay dos razones principales para confiar en que esta parte de sus Anales proviene de Tácito[1]. En primer lugar, los escribas durante la Edad Media copiaron fielmente la literatura religiosa de los griegos y romanos que difería de la suya. Si eran copistas fieles de esta manera, necesitamos buenas razones para no confiar en ellos en otros casos, especialmente cuando tenemos confirmación basada en hallazgos anteriores de la literatura pertinente. En segundo lugar, el estilo de Tácito se conoce como latín plateado (Literatura Latina en la Edad de Plata). Por lo tanto, preservar este estilo cuando el latín era un lenguaje en constante evolución habría sido casi imposible.

Plinio el Joven

Plinio nació poco después de que Jesús fuera crucificado. Mientras gobernaba Bitinia y Ponto de alrededor de 109-111, escribió una serie de cartas al emperador Trajano. En una de las cartas más famosas, pide consejo sobre cómo se supone que debe tratar con los cristianos. Curiosamente, también tenemos la respuesta de Trajano. Podemos reunir una serie de puntos de esta correspondencia. A ninguno le gustaban los cristianos. También era a menudo difícil ser cristiano. Plinio también sugiere que había un gran número de cristianos al hablar sobre el número de personas en peligro por los juicios, que esto incluiría a muchas personas de todas las edades, rangos y sexos, y que el contagio cristiano no se limita a las ciudades, sino que se ha extendido a los pueblos y distritos rurales también. Él dice que los templos estaban casi desiertos y la demanda de carne de sacrificio se había estancado.

Los cristianos también creen en un solo Dios mientras cantan a Cristo “como a un dios”. Dado que la mera adoración a los dioses romanos significaba que el adorador estaba negando el cristianismo, Jesús es visto aquí como el único Dios de los cristianos.

Flavio Josefo

Josefo es invaluable en la comprensión de la Palestina del siglo I. Puesto que hay un debate considerable sobre uno de los pasajes de sus obras que menciona a Jesús, sólo nos centraremos en el otro pasaje. Este pasaje relata la muerte de Santiago, el hermano de Jesús. Así, se muestra que Jesús tiene un hermano, como dicen los Evangelios. Según Hechos y Gálatas, Santiago era el líder de los cristianos en Jerusalén, así que esto explicaría por qué el sumo sacerdote Ananías estaba involucrado en su muerte. La acusación es que eran violadores de la ley judía, tal como Jesús había sido acusado ante ellos. Josefo también nos dice la valiosa información de que los miembros de la familia de Jesús estuvieron involucrados en su movimiento de Jesús durante varias décadas después de su muerte. Dada la muerte de Santiago, un pariente de Jesús debe haber creído realmente que el judío crucificado de Nazaret era realmente el Mesías Judío. Este conocimiento de Jesús y su papel en la iglesia hacen improbables las nuevas enseñanzas importantes que surgen dentro de la iglesia.

Resumen

Sólo de fuentes no cristianas, entonces, podemos aprender los siguientes hechos: (1) confirmación de hechos básicos de los Evangelios como la muerte de Jesús bajo Pilato; (2) Jesús fue adorado como Dios desde el principio; (3) Los seguidores de Jesús a menudo experimentaban persecución; (4) El cristianismo se extendió ampliamente y rápidamente; y (5) algunos líderes cristianos tempranos habrían sabido de los orígenes familiares de Jesús.[2]

A continuación, veremos lo que son los cuatro Evangelios.

Lo que son los cuatro Evangelios

Contrariamente a algunas creencias populares, los cuatro evangelios no son el resultado de alguna conspiración de la iglesia. En cambio, son los cuatro primeros relatos extendidos sobre la vida de Jesús. Ya a prinTabla 3.2 Evangelioscipios del siglo III tenemos un testimonio sobre los cuatro Evangelios que son especiales de Egipto (Papyrus 45 en la Biblioteca Chester Beatty), Francia (Irenaeus) y Siria (Tatian). Como Williams dice, “Estos cuatro libros fueron tratados juntos como la mejor fuente de información sobre Jesús mucho antes de que cualquier ciudad central, grupo o individuo en el cristianismo poseyera suficiente poder para imponer la colección a otras personas”[3].

 

Los cuatro evangelios son algo así como una anomalía en la antigüedad. La cercanía a la vida de Jesús, cuán cerca están nuestras copias cronológicamente de cuando se compuso el original, y la atestación manuscrita son asombrosas. La comparación de estos y otros hechos con nuestras fuentes sobre el emperador Tiberio muestra que tenemos buena información sobre Jesús en relación con una figura bien conocida de la antigüedad.

Los autores del Evangelio sabían sus cosas

Esto es lo que quiero que hagas. Sin ninguna ayuda externa, llega a algunos lugares y nombres para una obra establecida en el estado nación de Alemania en 1850. Détente ahí hasta que hayas hecho eso, aunque sólo sea en tu cabeza.

Bueno, veamos como lo hiciste. Aquí está la primera cosa: no había ningún estado nación de Alemania en 1850 (Pero si sabías esto y se te ocurrió lugares, y nombres, entonces no dudes en ver si tu puede comprobar tus conjeturas). El punto es que tratar de encontrar lugares ficticios y nombres para un lugar que no conocemos bien, es extremadamente difícil. Esto es así a pesar de que tenemos internet en la punta de nuestros dedos. Este es el caso, aunque muchos de nosotros probablemente aprendimos en algún momento que Alemania no se convirtió en un estado nación hasta 1871. Así que veamos qué pasa cuando aplicamos esta prueba a los autores evangélicos.

Geografía

Aquí están algunas tablas de Williams:[4]

Tabla 3.1 EvangeliosTabla 3.3 EvangeliosTabla 3.4 Evangelios

Estas tablas muestran tres cosas: (1) los escritores tienen conocimiento sobre un guardabosques de localidades bien conocidas a recónditas; (2) ningún escritor evangélico obtiene todo su conocimiento de otro, porque todos tienen información única; y (3) los escritores muestran conocimientos sobre una variedad de información geográfica. Todo esto es extremadamente sorprendente si están escritos bien después del hecho en algún lugar a las fueras de Palestina. Como dice Williams, “Los cuatro Evangelios demuestran familiaridad con la geografía de los lugares sobre los que escriben”.[5]

Ellos deben haber recibido su información de la experiencia o a través de la escucha de cerca a aquellos que tenían ese conocimiento.

Cuando Williams se da cuenta de la frecuencia de las referencias geográficas, los resultados son aún más sorprendentes. Las ubicaciones mencionadas por 1.000 palabras son las siguientes: Mateo 4.905; Marcos 5.404; Lucas 5.087; y Juan 4.921. [6]. Con ingenio, ” La distribución uniforme de los nombres de lugares en los cuatro evangelios es improbable que sea el resultado de cada uno de los cuatro escritores haciendo un esfuerzo deliberado para difundir nombres, pero es exactamente el tipo de patrón que podría ocurrir a través de un comportamiento inconsciente, registrando lugares naturalmente cuando es relevante para sus historias”.[7]

Williams entonces mira cuerpos de agua, carreteras de viaje, jardines y más. Demuestra que no sólo los autores evangélicos son exactos, sino que los Evangelios mismos son una valiosa fuente de información geográfica. Esto es especialmente obvio cuando se comparan los cuatro Evangelios con los Evangelios posteriores. Simplemente no hay comparación.

Nombres

Sé que te gustan las tablas, así que aquí están unas cuantas más de Williams, basado en el trabajo de Richard Bauckham: [8].

Tabla 3.6 Evangelios Tabla 3.7 Evangelios Tabla 3.8 Evangelios

En pocas palabras, no se podía vivir en otra parte del Imperio Romano y mágicamente llegar a nombres que encajarían en Palestina durante la época de Jesús. Hay confirmación adicional aquí. Cuando un número de personas comparten el mismo nombre, una referencia puede ser ambigua. Esta es la razón por la que la gente toma apodos o se agrega un descriptor como “Mike de contabilidad.” Lo que vemos cuando estudiamos los evangelios es que los desambiguadores se utilizan para los nombres más comunes, pero no para los menos comunes. Vimos que los patrones de nomenclatura se ajustan a Palestina durante el primer siglo. No sólo eso, “sin embargo los patrones de desambiguación son los que serían necesarios en Palestina, pero no en otros lugares“. [9]. Una vez más, encontramos más evidencia en la forma en que el narrador y los personajes en la narrativa se distinguen por su uso de nombres y desambiguadores y el hecho de que el nombre de Jesús a veces necesita un identificador adicional. Por lo tanto, “el conocimiento de los nombres locales refuerza este patrón de familiaridad local”.[10]

Otras señales

La judería de los Evangelios también sirve como evidencia para su testimonio temprano. Estos son algunos ejemplos interesantes. Cuando Jesús está siendo tentado en el desierto, una cuestión de disputa es la lectura correcta del Salmo 91. A través del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto (11Q11, específicamente), nos enteramos de que este salmo fue utilizado para exorcizar demonios. [11] Además, la oración de Jesús en Lucas 23:46 es una cita directa del Salmo 31:5, “la tradicional oración en el lecho de muerte de un judío observador”.[12] Esto contrasta con los Evangelios posteriores. Dada la división entre el judaísmo y los seguidores de Jesús, el judaísmo generalizado favorece una fecha anterior. Los términos botánicos, las finanzas, las lenguas locales y las costumbres inusuales sirven como evidencia adicional sobre lo que los autores evangélicos sabían.

Conclusión

En pocas palabras, los autores evangélicos conocían sus cosas. Tenían conocimientos detallados o acerca de los nombres de lugares, los nombres de las personas, Judaísmo, los términos botánicos, las finanzas, los idiomas y las costumbres. Esto no es simplemente un conocimiento menor, sino una profundidad que es bastante sorprendente. Para nosotros, puede ser difícil entender lo difícil que sería tratar de hacer que esto encaje en un momento y lugar con el que no estás familiarizado. Con Internet al alcance de la mano, creemos que una tarea así es fácil.

Sin embargo, es difícil incluso con Internet, ya que se puede discernir si se mira en el proceso de escritura de alguien como Thomas Pynchon. Dado que este proceso ya es difícil y que los autores evangélicos no tenían Internet ni los recursos que tenemos, se trata de argumentos firmes a favor de que los Evangelios estén conectados con alguien que realmente conocía la Palestina del siglo I durante la época de Jesús. Este es un argumento sólido para la fiabilidad.

Coincidencias no diseñadas

María y Marta

Toma Lucas 10:38-42. Allí vemos a Marta como la que está ocupada en el trabajo mientras María se sienta y es más contemplativa. Ahora considera cuando Jesús va a resucitar a Lázaro de entre los muertos. Bueno, Marta está en la tarea de  dar la bienvenida y hablar con Jesús mientras María se sienta.

Una vez que ella va a ver a Jesús, cayó a sus pies, tal como ella estaba sentada a sus pies en Lucas. En Lucas, Marta se preocupa por las necesidades prácticas: ella necesita ayuda. Así que no es de extrañar que cuando Jesús dice que se retire la piedra de la tumba de Lázaro para levantarlo de entre los muertos, Marta está preocupada por las preocupaciones prácticas: va a apestar.

En términos de contenido, las narrativas son muy diferentes porque están hablando de diferentes situaciones. Sin embargo, en términos de representación del personaje, las dos se alinean sin ningún problemas. No hay razón para pensar que esto se debe al esfuerzo deliberado de uno de los autores. Williams explica coincidencias no diseñadas como esta: “En una coincidencia no diseñada, los escritores muestran un acuerdo de un tipo que es difícil imaginar como deliberadamente inventado por cualquiera de los autores para hacer que la historia parezca auténtica”.[13] Así que uno podría imaginar que esto es de alguna manera deliberadamente inventado, pero el resultado es que “entonces te imaginas que están entre los más brillantes de todos los autores antiguos”.[14]  La mejor explicación es que los autores son confiables.

Y para que no pienses que este es solo es un incidente aislado, daré otros ejemplos más.

Hijos del Trueno

En Marcos 3, Jesús se refiere a Santiago y Juan como hijos de trueno. No se dice nada más sobre esto. Sin embargo, en Lucas 9 aprendemos que querían derribar fuego del cielo en una aldea samaritana. Eso ciertamente se ajusta al personaje que uno deduciría de su apodo.

Alimentación de los  5.000

Un ejemplo muy interesante es la alimentación de los 5.000. Tanto Marcos como Juan hacen una nota sobre la hierba, pero no hacen nada más con ella. Marcos dice que se retiraron a un lugar más desolado porque muchas personas se estaban moviendo, sin embargo, él no hace más de esto. Sólo Juan añade que el milagro tuvo lugar cuando se acercaba la Pascua. El no hace mención sobre las multitudes moviéndose, sino que simplemente menciona la próxima Pascua. Cuando Jesús ve a la gran multitud, le pregunta a Felipe dónde se supone que van a conseguir pan. ¿Por qué le pregunta a Felipe específicamente? Además, Andrés es el que responde. ¿Por qué responde? Juan no da ninguna razón.

Sin embargo, hay una pista. Antes Juan escribió que Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Adivina dónde Lucas localiza este milagro. Lo tienes, cerca de Betsaida. Así que tenemos todas estas cuentas entrelazantes que se están explicando unas a otras.

Williams lo expresa así: “Así que en esta narrativa, Juan explica a las muchas personas que viajan en Marcos, y Lucas explica el diálogo en Juan. Incluso el pequeño detalle en Juan de que el niño tiene panes de cebada (Juan 6:9) encaja muy bien con la cercanía de la Pascua, que inmediatamente sigue a la cosecha de cebada.”[15]. Pero, para fusionar las descripciones de Marcos y Juan, ¿qué pasa con la abundancia de hierba verde? Basado en los registros de precipitación de las cercanas Tiberias y el rango calendárico en el que la Pascua tendría que caer, la descripción de una abundancia de hierba verde encaja perfectamente.

No obstante, todas estas coincidencias no diseñadas rodean un milagro: la alimentación de los 5.000. Para subestimar el punto, es un poco extraño pensar que los escritores evangélicos preservaron los detalles tan bien y de alguna manera el evento principal fue corrompido. Es difícil ver esto como cualquier cosa menos a un alegato especial.

Los Evangelios y Josefo

Una última coincidencia no diseñada viene de la mirada en los Evangelios y Josefo. En Antiguedades de los Judíos, el pueblo vincula la muerte de Juan el Bautista con la derrota del ejército de Herodes. No hay una explicación clara de por qué es esto. Josefo nos informa que la causa de la contención entre Herodes Antipas y Aretas fue que Herodes se casó con la hija de Aretas y luego se divorció de ella más tarde para casarse con Herodías. Sin embargo, los Evangelios nos dicen que Juan se opuso al nuevo matrimonio de Herodes y esta fue la causa de su arresto y muerte final. Williams muestra cómo estas diversas fuentes se explican entre sí: “los judíos conectaron la destrucción del ejército de Herodes con su ejecución de Juan el Bautista precisamente porque la ejecución de Juan había sido para oponerse públicamente al nuevo matrimonio que fue la causa principal de la conflicto”.[16]

Conclusión

Esto es sólo para rascar la superficie de coincidencias no diseñadas. No obstante, estas son impresionantes. Citando el libro de Lydia McGrew sobre este tema, Williams señala que “en nueve ocasiones los Evangelios Sinópticos [Mateo, Marcos y Lucas] explican a Juan, en seis ocasiones Juan explica los Sinópticos, y en cuatro ocasiones los Sinópticos se explican unos a otros”.[17] Ahora, tu podrías idear todo tipo de explicaciones para cada una de ellas, pero cada explicación adicional agrega complejidad. La mejor explicación es que estamos tratando con registros veraces.

¿Las Palabras de Jesús?

La forma en que citamos a las personas no puede ser leída de nuevo en los Evangelios. Toma algunas de las citas de este post. Probablemente esperas que use las palabras exactas citadas. Si hago omisiones, esperas que lo indique con puntos suspensivos. Si agrego palabras, esto se hace con corchetes. Sin embargo, no podemos volver a leer esto en los Evangelios para averiguar si tenemos las palabras de Jesús.

Por lo tanto, cuando miramos los Evangelios y vemos que tienen a Jesús diciendo palabras diferentes en el mismo incidente, eso no implica que no tengamos las palabras de Jesús. La distinción clásica aquí es entre tener la ipsissima verba (las mismas palabras) y el ipsissima vox (la misma voz). Para utilizar un ejemplo moderno, nuestra comprensión moderna de la cita directa se centra en las mismas palabras. Cuando parafraseamos los pensamientos de alguien o lo ponemos en nuestras propias palabras, nos centramos en la voz misma.

Entonces, ¿tenemos la misma voz de Jesús en los Evangelios? Veamos algunas de las pruebas.

Preparando el escenario

Si los autores evangélicos estuvieran poniendo palabras en la boca de Jesús, un poco del texto es sorprendente. En la iglesia primitiva, el papel de la circuncisión fue enormemente debatido. ¿Por qué los autores de los evangélios no harían que Jesús hablara sobre este tema?

Genialidad

Todos conocemos la Regla de Oro: “cualquier cosa que desees que los demás te hagan, hazla también a ellos” (Mateo 7:12) y “como quieras que los demás te hagan, hazlo con ellos”. (Lucas 6:31) Si esta es la primera articulación de la forma positiva de este mandamiento, trazarla a alguna forma que Jesús sabría que es difícil. Puesto que es más sencillo pensar que una persona se le ocurrió en lugar de Mateo y Lucas que lo inventaban de forma independiente o postula una tercera fuente desconocida que entonces se supone que influye en los dos de una manera que los hace ponerlo en los labios de Jesús , esto es una indicación de que tenemos las palabras de Jesús.

Parábolas

Jesús habla en historias cortas. Jesús cuenta más de 40 parábolas en los Evangelios. Estas son algunas razones para suponer que Jesús realmente las dijo: (1) Hay pocas o ninguna parábola en la literatura judía anterior (el Antiguo Testamento, los Rollos del Mar Muerto y los apócrifos) y pocas utilizadas por los primeros cristianos fuera del Nuevo Testamento; (2) si queremos negar que Jesús los dijo, entonces tenemos que multiplicar a los inventores y así hacer la explicación más complicada (especialmente una vez que observamos que esencialmente murieron después de los Evangelios); y (3) parábolas como la del sembrador, el buen samaritano y otros son vistos como la obra del genio y así se explican mejor por tener una fuente singular.[18] Se observa más confirmación en el hecho de que las parábolas de Jesús a menudo incluyen elementos tradicionales (un rey, siervos, un banquete, por ejemplo) con el fin de llegar a una conclusión sorprendente. Así que un escenario en la Palestina del siglo I tiene mucho sentido.

El hijo del hombre

Este es otro factor que parece irrupción con Jesús y luego desaparece. La frase “Hijo del Hombre” se encuentra en los labios de Jesús a menudo. Sin embargo, rara vez se encuentra en el resto del Nuevo Testamento y está ampliamente ausente del resto de la literatura cristiana primitiva. Puesto que la frase se encuentra en los cuatro evangelios y en todos los tipos diferentes de material, lo mejor es ver esto como volver a Jesús.

¿Qué hay de Juan?

Para sacudir primero nuestras expectativas, quiero que pensemos en nuestra experiencia normal. Considérese a sí mismo y a las personas que conoce. ¿Normalmente sólo hablas en breves declaraciones y parábolas? O, en cambio, a menudo hablas en formas más largas de discurso, tal vez hablando durante 5-10 minutos seguidos, si no más una vez que incluimos algunas interjecciones por otros. Lo más probable es que seamos mucho más pesados en las formas más largas del discurso. Basándose en eso, la forma de discurso en Juan parece más probable que provenga de alguien sobre las breves y piadosas declaraciones y parábolas de los Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Así que el hecho de que Juan es como Juan, no debe ser sorprendente en absoluto.

Sin embargo, Williams también cita algunas razones para pensar que John y los Sinópticos se basan en material común.[19] En primer lugar, destaca lo que se conoce como el rayo Johannine. Aquí es de Mateo 11:25-27, “En ese momento Jesús declaró: ‘Te agradezco, Padre, Señor de los cielos y de la tierra, que has ocultado estas cosas de los sabios y del entendimiento y las has revelado a los niños pequeños; Sí, Padre, por tal fue tu gentil voluntad. Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie conoce al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce al Padre excepto al Hijo y a cualquiera a quien el Hijo elija revelarlo’. Ahora, tal vez no hayas leído los Evangelios para tener un sentido de su lenguaje y escritura. Sin embargo, si este pasaje no se encuentra en ninguno de los Evangelios, alguien lo compuso, y luego pidieron a los eruditos que averiguaran en qué Evangelio encajaría mejor, la respuesta clara sería Juan. Por lo tanto, cuando Juan tiene largas secciones sobre Jesús hablando de Dios como su padre y de sí mismo como el Hijo, esto encuentra confirmación en la Sinóptica.

Segundo, consideren el uso del Hijo del Hombre en los cuatro Evangelios. Si bien hay un debate considerable sobre la frase, Daniel 7 está ciertamente en el fondo en cierto sentido. Allí se recogen dos temas comunes en los puntos: (1) llegada y (2) autoridad. Sin embargo, son exactamente estos temas los que se encuentran detrás del uso del Hijo del Hombre en Juan. Esto encaja bien con volver a un orador común, Jesús.

Tercero, considere las apariciones de resurrección en Mateo y Juan. Ambos tienen a la mujer o a las mujeres aferrándose a Jesús. Ambos tienen a Jesús diciéndoles lo que tienen que hacer. Ambos tienen a Jesús refiriéndose a sus seguidores como “mis hermanos”. Así que hay una gran superposición aquí en lo que es más detalles menores. Por otro ejemplo, Juan no registra la oración en el jardín de Getsemaní acerca de quitar la copa, pero en su arresto Juan tiene a Jesús refiriéndose a su sufrimiento venidero con la palabra copa (Juan 18:11).

Aquí tampoco debemos olvidar las coincidencias no diseñadas discutidas anteriormente. Para refrescar la memoria, vuelva a visitar la sección sobre la alimentación de los 5.000.

¿Y el arameo?

El primer punto a hacer es que incluso si Jesús habló principalmente en arameo, entonces esto no significa que no tengamos la voz misma de Jesús en el texto griego. Si bien no hay una traducción perfecta, eso está muy lejos de decir que ha habido traducción errónea. Aun así, se debate el conocimiento linguístico de Jesús: “la idea todavía popular de que Palestina era un dominio exclusivamente arameo probablemente debe más al romance de la idea que a cualquier evidencia histórica dura”.[20]

Aquí hay un dato interesante que aprendí sobre este asunto. El consejo gobernante de Jerusalén fue llamado el Sanedrín. La mayoría de nosotros con cierta familiaridad con los Evangelios probablemente lo sabemos. Así que aquí está la parte interesante: Sanedrín es un nombre griego. Así que la influencia de la lengua griega claramente se extendió bastante.

Jesús creció en Nazaret, que estaba cerca de Séforis. Dada la ocupación de José y Jesús, es probable que hubieran participado en proyectos de construcción en Séforis y por lo tanto tuvieron contacto con la lengua griega. Más atestación se encuentra en las interacciones de Jesús con los griegos en Juan 12:23, el centurión en Mateo 8:5-13, la mujer griega en Marcos 7:26, y tal vez los herodianos en Marcos 12:13.[21]

Nada de esto significa que Jesús sólo hablaba griego. Sin embargo, todo esto pone en duda a Jesús sólo conocía el arameo. La compleja interacción entre diferentes culturas e idiomas se está sucediendo claramente en la Palestina del siglo I. Por lo tanto, no es sorprendente que Jesús supiera, y a veces enseñaba en griego. No importa el veredicto, nada de esto debería llevar a dudas sobre la fiabilidad de los Evangelios.

Conclusión

Hemos cubierto una serie de razones para pensar que tenemos las palabras de Jesús. Si bien esto no debe tomarse en el sentido moderno de las citas exactas, el hecho de que Jesús no se dirija a la circuncisión, el genio de los dichos, las parábolas y la frase Hijo del Hombre todos apoyan que tenemos confiablemente las palabras de Jesús. Juan no pone en duda esto debido al acuerdo en material. También es digno de mención que en Juan parece un mejor ajuste para la forma en que la gente habla sobre los dichos más cortos de los Sinópticos. Finalmente, mientras se debate el alcance del conocimiento de Jesús sobre diversas lenguas, nada de esto pone en duda la fiabilidad de los Evangelios.

¿Un texto corrompido?

Williams aborda esta pregunta mirando como el trabajo de Erasmo de Róterdam. El produjo la primera edición publicada e impresa del Nuevo Testamento griego. Sólo tenía dos manuscritos disponibles para su obra sobre los Evangelios. Además, ambos manuscritos provinieron del siglo XII. Así que Erasmo, estaba trabajando desde una base de texto muy pequeña y con manuscritos separados de los Evangelios por más de un milenio. Si la copia del escriba es pobre, entonces esperaríamos todo tipo de errores en el Nuevo Testamento griego de Erasmo.

Ahora tenemos un par de miles de manuscritos griegos para los Evangelios. También tenemos dos manuscritos de los cuatro Evangelios que son del 350 d.C.-Codex Vaticano y del Codex Sinaiticus. Además de esto, algunos fragmentos y copias tempranas pueden incluso venir del siglo II. La base del texto se ha ampliado considerablemente, mientras que la distancia cronológica se ha reducido masivamente. Entonces, ¿qué encontramos cuando comparamos las ediciones críticas modernas con el Nuevo Testamento griego de Erasmo?

Hay dos grandes diferencias. En primer lugar, está el final más largo de Marcos, el texto que viene después de Marcos 16:8. Segundo, hay doce versículos en Juan, Juan 7:53-8:11. Lo interesante aquí es que Erasmo habría conocido estas posibilidades. Uno de sus dos manuscritos le contó acerca de la incertidumbre sobre el final más largo de Marcos y omitió los versículos de Juan. Como escribe Williams: “En otras palabras, el hombre más sabio de la tierra en el siglo XVI no se habría sorprendido por ningún descubrimiento en los últimos cinco siglos que haya puesto en duda estos versículos”.[22] La duda de estos versículos muestra en realidad que no había ninguna autoridad general que imponga uniformidad en el texto.

Poco después de Erasmo surgió un hombre llamado Robert Estienne, también conocido como Stephanus. Es famoso por introducir números de verso en 1551. Además de los dos bloques más largos de texto que acabamos de mencionar, una comparación del Nuevo Testamento griego de Erasmo, una edición crítica moderna trae a la luz del día que hay once versos que no se encuentran en las ediciones modernas (por ejemplo, Mateo en la versión estándar en inglés saltos de 18:10 a 18:12.De estos once versos, Erasmo conocía la incertidumbre para tres de ellos. Así que cuando se suma la diferencia de versos entre la edición de Erasmus y la nuestra de hoy, Erasmo conocía la incertidumbre durante al menos 27 de los 35 versos. ¡Eso es 77%!

Todavía hay algunos casos en los que los eruditos modernos piensan que nuestras versiones actuales tienen demasiado texto. Esos versículos son Mateo 16:2b-3, Lucas 22:43-44 y Lucas 23:34a. Esto es sólo unos cuatro versículos de alrededor de 3.750 versículos en los Evangelios. En otras palabras, alrededor del 0,1%.

Pero, ¿qué pasa antes de las primeras copias que tenemos? Algunas consideraciones apuntan en contra de esto. En primer lugar, no hay razón para pensar que los primeros textos estaban en un estado de flujo. De hecho, sobre la base de la información cubierta anteriormente, tenemos todas las razones para pensar lo contrario. Dada la rápida difusión del cristianismo y, por lo tanto, de sus escritos, la idea de que el texto más antiguo se perdiera de alguna manera es extremadamente improbable. Finalmente, dado que los escribas en el mundo antiguo no eran autores, sino que eran, bueno, escribas, tienen todas las razones para transmitir fielmente el texto.

Contradicciones

El propósito no es disipar toda supuesta contradicción. Por un ejemplo, aunque haya contradicciones que no signifiquen que los Evangelios no sean fiables. El argumento es que los Evangelios son fiables y dignos de confianza, no que son inerrantes.

El enfoque de William es un enfoque de rotonda. En lugar de disipar las contradicciones más comúnmente citadas o las más difíciles, quiere que pensemos más profundamente en el tema. Para ello, destaca las “contradicciones formales deliberadas” en el Evangelio de Juan mismo y con 1 Juan, un libro que guarda similitudes estilísticas con el Evangelio de Juan.

El da seis ejemplos: (1) Dios ama al mundo (Juan 3:16) y no se supone que amemos al mundo (1 Juan 2:15); (2) las personas creyeron cuando vieron las señales de Jesús (Juan 2:23) y no creyeron (Juan 12:37); (3) conocen a Jesús y de dónde vino (Juan 7:28) y no lo conocen ni de dónde vino (Juan 8:14, 19); (4) si Jesús da testimonio de sí mismo, su testimonio no es verdadero (Juan 5:31) y lo contrario (Juan 8:13-14); (5) Jesús no juzga a nadie (Juan 8:15) y tiene mucho que juzgar (Juan 8:16, 26); y (6) Jesús no vino a juzgar (Juan 3:17; 12:47) y vino a juzgar (Juan 9:39).

Estas “contradicciones” son deliberadas. Nos hacen pensar más profundamente en las palabras y el tema en cuestión. Así que si sólo tenemos una familiaridad pasajera con el Evangelio de Juan y estamos buscando contradicciones, en realidad nos perderemos las sutilezas que tenemos a mano.

Teniendo en cuenta ese trasfondo, Williams analiza una cita de Bart Ehrman. En la cita, Ehrman destaca una contradicción en el Discurso de despedida (Juan 13-17) que se perdió durante años. Subraya que Pedro pregunta a dónde va Jesús (Juan 13:36), al igual que Tomás (Juan 14:5), pero luego en la misma comida y unos minutos más tarde Jesús pregunta por qué ninguno de ellos le pregunta a dónde va (Juan 16:5). Ehrman concluye que debe haber diferentes fuentes detrás de estos capítulos que den lugar a la contradicción.

Pero los puntos destacados anteriormente deberían atemperar tal conclusión. Después de todo, esto significa que el autor final creó una obra que (1) de alguna manera reunió varias fuentes tan bien que se perdieron durante 1900 años todavía (2) y contiene una contradicción flagrante a los pocos minutos de la lectura. Esa es toda una hazaña. En cambio, dada la naturaleza del Evangelio de Juan, parece más probable que Ehrman se haya perdido la ironía: Jesús va a la cruz y luego a su Padre, pero los discípulos se preguntan sobre asuntos más mundanos como dónde está caminando a continuación. El problema es que probar o disipar contradicciones se ha convertido en un asunto de puntuación de puntos.

El Evangelio de Juan, entonces, utiliza lo que parece contradicciones formales para hacer que el lector piense más profundamente. Para usar un ejemplo personal, encuentro que a menudo cuando estoy interactuando con personas que quiero decir lo contrario de lo que dicen, incluso si estoy de acuerdo formalmente con su declaración. Esto se refleja en el viejo adagio, una media verdad es toda una mentira. Empujar en una (incluso verdadera) dirección puede terminar distorsionando el todo.

Nada de esto implica que no haya contradicciones en los Evangelios. Esperamos que esto reoriente la forma en que abordamos estos asuntos. Por poner otro ejemplo, no podemos suponer que diferentes autores usaran la misma palabra de la misma manera. Tendemos a entender esto en la vida cotidiana, pero es fácil para todos nosotros olvidar cuando comenzamos a leer los Evangelios. No importa lo que uno termine concluyendo sobre este asunto, las meras contradicciones no prueban que los Evangelios no sean confiables. Si las contradicciones con otras obras literarias resultaran algo poco confiable, no habría una obra literaria confiable.

Cerrando

Por supuesto, se pueden dar explicaciones para todos estos hechos que todavía dejan los Evangelios poco fiables. Pero para llegar a estas explicaciones y luego apilarlas juntas es extremadamente improbable. Por lo tanto, las pruebas llevan a la conclusión de que los Evangelios son fiables. Sin embargo, esos milagros difíciles quedan. Aparte de los milagros, la mayoría de la gente probablemente no tendría mucho problema con que los Evangelios sean confiables. ¿Y qué hay de ellos? Bueno, las objeciones filosóficas no se deshacen del terreno. Si asumes que los milagros no pueden ocurrir, eso es simplemente una petición de principio. La idea de que los milagros rompen las leyes de la física simplemente asume que Dios no puede trabajar en el mundo. Y si uno quiere suponer que son tan improbables de tal manera que uno nunca puede creer racionalmente en milagros, así que simplemente no se lleva a cabo Probabilísticamente. Lo más que se podría decir es que ningún milagro ha superado el umbral necesario, pero eso no se puede no suele ser petición de principio.

Sin embargo, hay buena evidencia para un milagro. Aquí Williams se centra en la resurrección. Hemos tratado sobre este tema en Capturing Christianity antes, así que no dude en echar un vistazo a estos enlaces. Así que incluso los milagros pueden ser de confianza.

Los Evangelios no sólo son fiables para la historia, sino también para el mensaje. Una vez más, los humanos son ingeniosos y pueden llegar a un millón de explicaciones. Pero debemos dar un paso atrás y preguntar cuál es la mejor explicación de todo esto. Si toda la historia se cierne sobre Jesús, entonces se explica tanto: la historicidad de los Evangelios, la resurrección, la correspondencia entre el Antiguo Testamento y la vida de Jesús, el genio de Jesús, su carácter y más. Esto, sin embargo, es una suposición que implica algo más que un simple consentimiento cognitivo. No se trata simplemente de pedir que uno firme algunos hechos. Si esto es cierto, Jesús es verdaderamente señor. Lo único que Jesús no puede ser es moderadamente importante.

Como caso introductorio sobre la fiabilidad de los Evangelios, ¿Podemos confiar en los Evangelios de Peter Williams? es un sobresaliente. Es un libro que se puede leer fácilmente en pocos días, sin embargo, si esta revisión muestra algo, es un tesoro de información. ¿Podemos confiar en los Evangelios? De seguro. Jesús habla hoy mientras habla a sus primeros seguidores: “Sígueme“.

Notas

[1] Peter S. Williams, Can We Trust the Gospels?, loc. 193ff.

[2] Ibid., loc. 400ff.

[3] Ibid., loc. 500.

[4] Ibid., loc. 754ff.

[5] Ibid., loc. 888.

[6] Ibid., table 3.5.

[7] Ibid., loc. 936; emphasis original.

[8] Ibid., loc. 1058ff.

[9] Ibid., loc. 1140; emphasis original.

[10] Ibid., loc. 1259.

[11] Ibid., loc. 1300.

[12] Ibid., loc. 1308; citing R. Steven Notley.

[13] Ibid., loc. 1527.

[14] Ibid., loc. 1529.

[15] Ibid., loc. 1606ff.

[16] Ibid., loc. 1644.

[17] Ibid., loc. 1574.

[18] Ibid., loc. 1730ff.

[19] Ibid., loc. 1763ff.

[20] Ibid., loc. 1809.

[21] Ibid., loc. 1853.

[22] Ibid., loc. 1938.

 


Brett Lunn está realizando una Maestría en Teología en el ministerio cristiano, a través del Seminario Teológico Bautista del Sureste. Está interesado en los estudios bíblicos, la teología, la filosofía y más. Blogs en brettlunn.wordpress.com.

Blog Original: http://bit.ly/2Rv3efU

Traducido por Ricardo Flores.

Por Xavier González

No les ha pasado que cuando están debatiendo con un ateo e intentas dar sus mejores argumentos, un hermano en Cristo o un desconocido que se meten en la discusión y comienza a dar sus argumentos. Pero cuando te das cuenta es pura tontería lo que proponen, dicen cosas como “La filosofía va en contra de las escrituras” o “Jesús no vino a discutir”.

Bueno, me ha pasado y debo de decir que a veces me provoca darles un cabezazo para que no vuelvan a argumentar tantas tonterías…

En éste escrito vamos a tratar un tema que tal vez muchos cristianos desconozcan o alguna vez han oído, pero no han profundizado en él. Este artículo fue escrito con la intensión de corregir a ciertos hermanos en la fe que, por alguna razón en sus falsas o descuidadas congregaciones, se les ha enseñado que la Fe y la Razón no se juntan o que “no son compatibles”, en pocas palabras, Fideísmo.

Irónicamente, esto también lo “predican” la gran mayoría de ateos (Principalmente los Nuevos Ateos), pero vamos a demostrar que esto es falso y que realmente tanto en la historia de la iglesia como en la misma biblia nos dan razones suficientes para concluir que la Razón y la Fe son compatibles.

Definición

Antes de profundizar en el tema, creo que es importante dar una definición apropiada a lo que el Fideísmo es realmente:

  • «Sistema de pensamiento y de interpretación de los valores y hechos religiosos mediante el cual se da la primací­a absoluta la fe con menosprecio de los otros rasgos que apoyan las creencias, la razón, la tradición, la autoridad.

En general el fideí­smo roza el misticismo exagerado de quien, con motivos y actitudes afectivas más que racionales, deposita una confianza ciega en lo que se cree ser revelación divina. Sin embargo, sabemos que Dios ha hecho al hombre libre para creer y desea que también reflexione sobre su fe».

  • «Error que dice que la fe es la única fuente del conocimiento de Dios; la razón no lo puede conocer».
  • «El fideísmo es cualquiera de los varios sistemas de creencias que sostienen, sobre variados argumentos, que la razón es irrelevante a la fe religiosa. De acuerdo a algunas versiones de fideísmo, la razón es la antítesis de la fe».

De hecho, Alvin Plantinga define el fideísmo como “la exclusiva o básica dependencia sobre la fe sola, acompañada por un consecuente menosprecio de la razón y utilizada especialmente en la persecución de una verdad filosófica y religiosa”.

Con estas definiciones, se nos da a entender que simplemente la Fe de cualquier creencia (sobre toda la cristiana) es ciega e irracional. Pero antes de desmontar eso, vayamos por unos breves antecedentes históricos.

Historia del Fideísmo

Para eso, debemos viajar a la historia de la teologí­a católica, el fideísmo como un movimiento de pensamiento se desarrolló en Francia a mediados del siglo XIX:

Este movimiento nació para ser antítesis hacia racionalismo y el liberalismo del siglo pasado y sus principales representantes suelen enlistarse a el abate Bautain (1867), A. Grahy (1872). A. Bonnettv (1879), fundador de los Annales de pí­lilosophie chrétienne, Bonald (1840) como Lamennais (1854).

La principal caracterí­stica del movimiento fue una crí­tica cerrada contra la razón humana convertida por los enciclopedistas en el criterio único de verdad, en favor de una exaltación exagerada de la fe, fundamento de sí­ misma y capaz de reconocer la verdad de la revelación sin ninguna necesidad de signos exteriores o de motivos de credibilidad.

Aunque las desviaciones del fideí­smo fueron condenadas varias veces por el Magisterio, sobre todo con Gregorio XVI (DS 2751-2756), con pí­o IX en la encí­clica Qui pluribus de 1846 (DS 2778-2780) y finalmente por el concilio Vaticano I, -donde se reconoció expresamente la posibilidad de conocer a Dios “con la luz natural de la razón humanan (DS 3004; DS 3008-3009), todaví­a hoy siguen estando presentes ciertas formas larvadas de esta actitud en muchos católicos (como protestantes), que no conceden ninguna importancia a los problemas de credibilidad de la revelación.[1]

Por otro lado:

…estas fórmulas sistemáticas de fideísmo, nos encontramos a través de toda la historia de la filosofía desde la época de los sofistas hasta la actualidad una actitud fideísta de la mente, que se volvió más o menos conspicua en diferentes períodos. El fideísmo debe su origen a la desconfianza en la razón humana, y la secuencia lógica de esta actitud es el escepticismo. Es para escapar de esta conclusión que algunos filósofos, aceptando como principio la impotencia de la razón, han hecho hincapié en la necesidad de la creencia por parte de la naturaleza humana, ya sea afirmando la primacía de la fe sobre la razón o, de otro modo, afirmando una separación radical entre la razón y la creencia, es decir, entre la ciencia y la filosofía por un lado y la religión por el otro.

Tal es la posición adoptada por Kant, cuando distingue entre la razón pura, confinada a la subjetividad, y la razón práctica, que sola es capaz de ponernos por un acto de fe en relación con la realidad objetiva. También es una actitud fideísta que es la ocasión del agnosticismo, positivismo, pragmatismo y otras formas modernas de anti-intelectualismo

No es de sorprender, por lo tanto, que la Iglesia haya condenado tales doctrinas. En 1348, la Santa Sede proscribió ciertas proposiciones fideístas de Nicholas d´Autrecourt (cf. Denzinger, Enchiridion, 10ma. ed., núms. 553-570). En sus dos encíclicas, una en septiembre de 1832 y la otra en julio de 1834, el Papa Gregorio XVI condenó las ideas políticas y filosóficas de Lamenais. El 8 de septiembre de 1840 se le requirió a Bautain que suscribiera varias proposiciones directamente opuestas al fideísmo, la primera y la quinta de las cuales leen como sigue:

“”La razón humana es capaz de probar con certeza la existencia de Dios; la fe, un don celestial, es posterior a la revelación, y por lo tanto no se puede utilizar adecuadamente contra el ateo para probar la existencia de Dios “; y “El uso de la razón precede a la fe y, con la ayuda de la revelación y de la gracia, conduce a ella.” Y, finalmente, el Concilio Vaticano I enseña como un dogma de la fe católica que “un verdadero Dios y Señor puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón humana por medio de las cosas creadas”.[2]

Es bastante evidente que el despreciar las enseñanzas de los sabios, los descubrimientos científicos del pasado, y la voz de común acuerdo sería condenarnos a una infancia perpetua en el conocimiento, hacer imposible cualquier avance en la ciencia, ignorar el carácter social del hombre y hacer la vida humana intolerable: pero, por otro lado, es un error hacer de estos elementos el criterio supremo de la verdad, ya que son sólo reglas particulares de certeza, cuya validez está cimentada sobre una norma más fundamental. En efecto, es cierto que la certeza moral difiere de la matemática, pero la diferencia no reside en la firmeza o la validez de la certeza que ofrece, sino en el proceso utilizado y las disposiciones requeridas por la naturaleza de las verdades con las que tratan respectivamente.[3]

Promotores del Fideísmo

En la actualidad todavía hay ciertos cristianos siguen con este pensamiento irracional y que para nada concuerda ni con la historia de la iglesia primitiva ni con la misma biblia, de hecho, vamos a citar a ciertas personas que promulgan esto, no obstante, hasta un reformador se une a esta penosa lista:

«Si quieres moverte en lo sobrenatural tienes que dejar a un lado la razón»

—Guillermo Maldonado.

 «No te pierdas en medio de tanto conocimiento de la Palabra. ¡Cree! Eso es lo importante.»

—Cash Luna.

«No Seas un Cristiano Razonable»

—Otoniel Font.

«Los hechos pueden decirte una cosa. Pero, Dios no está limitado por los hechos. Elige la fe a pesar de los hechos.»

—Joel Osteen.

Decepcionante… ¿Verdad? Y como pueden ver, en general son los predicadores de un evangelio a lo “pare de sufrir” o el evangelio de la prosperidad los que predican estas ideas.

Ahora bien, esta pequeña lista no trata de ser exhaustiva y tampoco trata de exponer un remanente del anti-intelectualismo en el protestantismo. Pues el catolicismo, por lo menos en el área popular también existe este tipo de ideas, así que, si es de una denominación u otra, es irrelevante, lo que nos importa discutir es el problema del fideísmo.

Por otro lado, los promotores y defensores del Ateísmo y principalmente del Nuevo Ateísmo, aplaudirían y se levantarían de sus sillas de lo más felices por escuchar estas palabras, de hecho, hasta comparten dichos pensamientos, aquí algunas citas:

«La fe es la gran excusa, la gran excusa para evadir la necesidad de pensar y evaluar las pruebas. La fe es creencia a pesar, incluso tal vez por la falta de evidencia».[4]

—Richard Dawkins.

«La fe es la rendición de la mente; es la rendición de la razón, es la rendición de lo único que nos diferencia de otros mamíferos».[5]

—Christopher Hitchens.

«La fe generalmente no es más que el permiso que las personas religiosas se dan mutuamente para creer las cosas fuertemente sin evidencia».[6]

—Sam Harris.

Debo de decir que, si un cristiano que va en esta línea de pensamiento (aunque lo desconozca y lo haga inconscientemente) se le pone en duda su creencia o doctrina, muy posiblemente pasen 4 cosas:

  1. Ignorará las objeciones en contra de su fe o doctrina.
  2. Insultara a su replicante.
  3. Dara una excusa para no replicar con versículos de la biblia y con mucha seguridad, serán citas sacadas de contexto.

O en el peor de los casos…

  1. Se alejará de su fe o doctrina.

De hecho, este tipo de cristianos se basan más en sus experiencias emocionales que en la misma biblia y debo de mencionar que esto es lo que asombra más de ellos, por varios motivos. La primera razón obviamente, es que a medida que estas personas crecen en su fe, prefieren vivir en un éxtasis que conocer y asegurar que la biblia es verdadera como también si su Fe es verdadera.

La segunda razón es que este tipo de cristianos, le tienen miedo al conocimiento de la palabra de Dios (Su estudio formal y sistematizado).

Y la tercera razón, más extraño aun, es un delirio que no quieran profundizar y conocer su fe, porque piensen que la “letra mata”. De las tres razones presentadas, creo que esta es la más disparatada.

Próxima parte, la historia que hay de cristianos con una fe razonable.

Referencias:

[1] R. Latourelle, Fideísmo y tradicionalismo, en DTF, 483-486: R. Aubert, El acto de fe, Barcelona 1965:

https://mercaba.org/VocTEO/F/fideismo.htm

[2] PERRONE, Praelectiones theologicae, vol. I: De ver Religione; OLLE-LAPRUNE, De la Certitude Morale (5ta ed., Paris, 1905); MERCIER, Critériologie générale (4ta. ed., Lovaina, 1900), III, ch. I; JOHN RICKABY, The First Principles of Knowledge (4ta. ed., Londres, 1901), chs. XII, XIII.

Párrafo 4 al 8.

[3] Ibíd, párrafo 9.

[4] Discurso del Festival Internacional de Ciencia de Edimburgo (1992)

[5] Penn y Teller: ¡Mierda! (Temporada 3, Episodio 5: “Holier Than Thou”)

[6] Carta a una nación cristiana (Vintage Books, 2008), 110.

 


Xavier González es de Venezuela, se dedica al estudio de la filosofía, cristianismo primitivo y teología. Se convirtió al cristianismo a los 15 años. Administró la página de Me Lo Contó Un Ateo y es el encargado de la sección de apologética de la página de la Iglesia cristiana la gracia (http://www.iglesialagracia.org).

Por Lidia Mcgrew

La sabiduría popular del mundo de la erudición del Nuevo Testamento sabe que, si uno es muy conservador, se fechan todos los evangelios entre 60 DC y 100 DC. No antes. El único registro de las enseñanzas de Jesús que tenemos antes de eso es una tradición oral, y cuando nosotros los occidentales escuchamos “tradición oral”, asumimos que esto significa “algo muy incompleto y minimalista de lo que tenemos en los textos de los Evangelios”.

El consenso casi universal de los expertos -no sólo entre los eruditos “muy conservadores”- es que el Apóstol Pablo murió a más tardar en el año 68 durante la persecución de Nerón a los cristianos.

¿Qué nos dice entonces, la sabiduría popular, si encontramos que el apóstol Pablo hace alusiones casuales a pasajes de los Evangelios como si esperara que sus lectores los reconocieran y aceptaran como autoridad?

Se dice que la sabiduría popular bien podría estar equivocada. Esto aumenta significativamente la probabilidad de que al menos un evangelio sinóptico (o evangelios), que contiene los pasajes que Pablo menciona, fueron escritos mucho antes de lo que la sabiduría popular sostiene. O por lo menos que necesitamos reforzar radicalmente nuestra noción de la “tradición oral”. Recuerda que todo lo que Pablo citaba tuvo que haber tenido suficiente tiempo para ser difundido a sus lectores, muchos de ellos lejos de Jerusalén. Esto es importante. Si él se refería a documentos, se refería a documentos escritos lo suficientemente atrás de la fecha de su propia escritura que, copias de estos documentos o informes precisos, hubiesen llegado a sus lectores y estos los hubieran aceptado como copias o informes verdaderos de los acontecimientos de la vida y enseñanzas de Jesús.

Dicho esto, algunos ejemplos de estas alusiones paulinas:

1 Corintios 9:14 “Así también ordenó el Señor que los que proclaman el evangelio, vivan del evangelio” ¿El Señor ordenó? ¿Dónde? Aquí, en Mateo 10:9-19: “No se provean de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en sus cintos, ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén”. O aquí, en Lucas 10:4.6 “No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias… Permanezcan entonces en esa casa, comiendo y bebiendo lo que les den; porque el obrero es digno de su salario.”

1 Corintios 6:2 “¿O no saben que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo es juzgado por ustedes, ¿no son competentes para juzgar los casos más sencillos?” ¿Por qué se esperaría que los corintios sepan estos? Posiblemente, por Mateo 19:28 “Jesús les dijo: “…cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de Su gloria, ustedes se sentarán también sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.” (O su pasaje paralelo en Lucas 22:39).

1 Corintios 13:2 “… y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.” ¿Por qué alguien pensaría que la fe mueve montañas? Quizás por qué Jesús lo dijo. Mateo 17:20 “Y Él les dijo: “Por la poca fe de ustedes; porque en verdad les digo que, si tienen fe como un grano de mostaza, dirán a este monte: ‘Pásate de aquí allá,’ y se pasará; y nada les será imposible.”

Permítanme señalar en este punto que este tipo de alusión, sin citar exactamente igual es perfectamente normal en los escritos de este tipo (también es común en la predicación y en la literatura de hoy en día). Justino Mártir, por ejemplo, hace alusiones similares no sólo a los Evangelios, sino también a la Septuaginta.

1 Corintios 11:23-26, uno de los pasajes más famosos de la Escritura:

“Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto es Mi cuerpo que es para ustedes; hagan esto en memoria de Mí.” De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre; hagan esto cuantas veces la beban en memoria de Mí.” Porque todas las veces que coman este pan y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor hasta que El venga.”

La redacción paralela es Lucas 22,19-21, es sorprendente:

“Y tomando el pan, después de haber dado gracias, lo partió, y les dio, diciendo: “Esto es Mi cuerpo que por ustedes es dado; hagan esto en memoria de Mí.” De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: “Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre, que es derramada por ustedes. Pero, vean, la mano del que Me entrega está junto a Mí en la mesa…”

Además de la redacción casi exactamente igual al relato de Lucas de la Institución de la Eucaristía, tenemos la alusión a la traición de Cristo (Todas las narraciones de la Pasión en los Evangelios dicen que esto ocurrió en la noche de la traición de Jesús). Y tan sólo unos pocos versículos antes en Lucas y Mateo, Jesús menciona su regreso: “Porque les digo que no volveré a comerla (la Pascua) hasta que se cumpla en el reino de Dios.”

Es justo señalar que muchos comentaristas toman que Pablo recibió su información acerca de la última cena como una revelación directa de Dios -esto como una interpretación de la frase de Pablo “Yo recibí del Señor.” Sin embargo, los paralelos verbales al evangelio de Lucas, en concreto, son muy llamativos en este pasaje. Parece poco probable que Jesús hubiera hecho una revelación a Pablo que hace parecer que Pablo específicamente se estuviera refiriendo al evangelio de Lucas y no a los demás. Aun cuando Pablo recibió una revelación directa de Dios acerca de la Última Cena, él pudo haber comentado esa la revelación en forma verbal en la carta a los corintios, citando el testimonio que Lucas había investigado y proporcionado. También es posible que algunos comentaristas estén influenciados por la suposición de que los evangelios escritos no estaban disponibles a Pablo en esta fecha temprana, y que por lo tanto él debe haber recibido esta información por completo como una revelación especial. Pero, en realidad, la redacción del pasaje sugiere que Lucas o algo muy parecido a Lucas era conocido por Pablo.

Estas alusiones son pruebas importantes para demostrar la familiaridad de Pablo, ya sea con el texto de algunos de los Evangelios, especialmente Mateo y Lucas, o de lo contrario a las “tradiciones” muy detalladas que llegaron por lo menos a textos parciales de los Evangelios en sustancialmente la misma forma verbal como los escritos que tenemos.

Dado que Lucas fue compañero de Pablo (véase, por ejemplo, Hechos 16:10-17 y 20:5-15, entre otros “nosotros” de los pasajes de Hechos), tiene todo el sentido imaginar que Pablo realmente estaba presente mientras que Lucas redactaba su Evangelio y pudo haber leído partes del mismo “en proyecto”, por así decirlo, y la referencia en 2 Corintios 8:18 “Junto con él hemos enviado al hermano cuya fama en las cosas del evangelio se ha divulgado por todas las iglesias.” puede ser una referencia a Lucas y a su trabajo en ese momento de anotar las “Buenas Nuevas “. Y una vez más, las referencias de Pablo implican una expectativa de familiaridad por parte de su público, que sería bien explicada por la disponibilidad del Evangelio de Lucas a los Corintios previo a la escritura de I Corintios.

Puede parecer como “pescar en un barril” citar a Richard Dawkins sobre dicho tema, pero la siguiente cita ilustra una actitud bastante común hacia la relación entre las epístolas paulinas y los Evangelios:

“Los evangelios no son relatos confiables de lo que sucedió en la historia del mundo real. Todos fueron escritos mucho después de la muerte de Jesús, y también después de las epístolas de Pablo, que no mencionan casi ninguno de los supuestos hechos de la vida de Jesús.” El espejismo de Dios (edición de 2008, p. 118).

San Pablo es una vergüenza para el escéptico sobre la historicidad de los Evangelios, y mientras más radical es un escéptico, más vergonzoso se vuelve Pablo. La historicidad de Pablo es indudable. Incluso la denuncia falsa de que no tenemos cartas escritas por Jesús (como si eso fuera un requisito para la aceptación de la historicidad de nadie) no se aplica a Pablo. Y el breve credo al principio de I Corintios 15 se ha utilizado ampliamente y con vigor por los apologistas cristianos para argumentar a favor de la fecha temprana de las afirmaciones básicas del cristianismo. Es útil, si no realmente necesario, para alguien en la posición de Dawkins, rebajar el grado en que las epístolas paulinas confirman los Evangelios.

De la declaración de Dawkins se podría obtener la impresión de que las epístolas paulinas son poco teológicas de manera que esto impide que tengan alguna relación significativa con siquiera los acontecimientos fundamentales de la vida de Jesús como se informa en los Evangelios, y mucho menos los textos de los Evangelios mismos. Aunque las epístolas son realmente teológicas y, por lo tanto, diferentes en el género de los evangelios, se basan claramente en una religión con firmeza histórica. La implicación de que los escritos de Pablo son ajenos a los hechos reales de la vida de Jesús es absurda, especialmente en lo que se refiere a la crucifixión y la resurrección. Alusiones de Pablo a la cruz son numerosas (por ejemplo, 1 Corintios 1:17-18, 2:23, Gálatas 3:01).

Hay otros aspectos de la vida de Cristo, también, de los que Pablo demuestra conocimiento: 2 Corintios 8:09, “…a pesar de que, siendo rico, por vosotros se hizo pobre” es una clara alusión a la forma de vida de Jesús -por ejemplo, Lucas 9:58, “El Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” 1 Timoteo 6:13 menciona el juicio de Jesús ante Poncio Pilato. Y, por supuesto, el pasaje de Corintios 11 muestra el conocimiento de los acontecimientos del Jueves Santo -la institución de la Eucaristía y de la traición.

El argumento del principio, sin embargo, muestra más de la familiaridad de Pablo con varios eventos en la vida de Jesús. Un examen detallado nos da evidencia no despreciable para la familiaridad de Pablo y la familiaridad de sus lectores con al menos uno de los evangelios sinópticos -muy probablemente Lucas y Mateo probablemente también. Esta conclusión sería muy inconveniente de hecho, para la “sabiduría” popular incluso entre los estudiosos del Nuevo Testamento, y aún más para los apologistas del ateísmo, como Dawkins.

Notas

Los ejemplos de este artículo provienen de Arthur Penrhyn Stanley, Las Epístolas de San Pablo a los Corintios, 5ª ed. (London: John Murray, 1882)

 


Traducido por José Giménez Chilavert

Blog Original: http://bit.ly/2mJaycn

Por Brian Chilton

Cuando llegué a tener dificultades con mi fe, no las tuve en el área de la ciencia. He creído que la ciencia y la fe pueden coexistir, y aún lo creo. El Dios que dio la revelación especial de la Biblia, es también el mismo Dios que creó los cielos y la tierra de ninguna materia existente. Mis luchas, fueron en el área de la historia. En 1997, me topé con el trabajo de un grupo llamado El Seminario de Jesús (compuesto de individuos tales como: Jhon Dominic Crossan, Robert Funk, y Marcus Borg) los cuales afirmaban que la mayoría de las palabras de Jesús, como están escritas en los evangelios, no podían ser históricamente verificadas. Más tarde me percaté en que El Seminario de Jesús, no tenía evidencias para apoyar sus afirmaciones si no que, solo contaban con sus propias presuposiciones.

Sin embargo, cuando comencé a estudiar las áreas de historia, filosofía y teología, noté que los detalles esenciales de la vida de Jesús de Nazaret pueden ser conocidos con gran certeza. Uno de mis profesores en “Liberty”, Gary Habermas, desarrolló lo que él llama “acercamiento mínimo de hechos”. Este enfoque enumera seis áreas de la vida de Jesús que son universalmente aceptadas por todos los historiadores. También agregó una séptima, la cual sostiene un gran peso como evidencia; aunque quizás no al grado que las otras seis. Entonces, ¿cuáles son estos siete aspectos históricos de la vida de Jesús que se pueden considerar con tanta certeza? Son los siguientes:

  1. Jesús murió en una cruz romana. Es universalmente aceptado que Jesús de Nazaret murió por crucifixión. Incluso el agnóstico de inclinación atea erudito del Nuevo Testamento Barth Ehrman, declara que “La crucifixión de Jesús, por los Romanos, es uno de los hechos más seguros que tenemos acerca de su vida”[1]. Los romanos eran asesinos eficientes. Ellos se aseguraban de que los individuos a quienes tenían que matar murieran, de no ser así, sus vidas tomarían el lugar de las víctimas.
  2. Los discípulos tuvieron experiencias que los llevaron a creer que Jesús había resucitado de entre los muertos. Podría sorprenderte esto, pero la mayoría de los historiadores aceptan que los discípulos tuvieron experiencias que los llevaron a creer en la resurrección de Jesús. Gran parte de los estudiosos están de acuerdo que algo sucedió ese primer domingo de Pascua. Pero en donde sí difieren, es en lo que ocurrió.
  3. Los discípulos fueron transformados por sus experiencias a tal punto que estaban dispuestos a morir por lo que ellos sabían que era verdad.  Las personas mueren por algo que es mentira todo el tiempo. Muchos individuos han caído en guerras por naciones sin causas nobles. Sin embargo, es muy diferente cuando la persona muere por algo que conoce que es verdad o mentira.  Los primeros discípulos estaban dispuestos a entregar sus vidas, y aun las vidas de aquellos a quienes ellos amaban, por lo que ellos sabían que era verdadero o falso. Ellos creían que Jesús literalmente había resucitado de entre los muertos.
  4. El mensaje de la resurrección fue difundido temprano en la historia de la iglesia. Este es uno de los puntos que me emociona. Espero escribir mi disertación sobre este mismo tópico. En todo el Nuevo Testamento hay credos que preceden los documentos del Nuevo Testamento. Uno de los más antiguos es 1 Corintios 15:3-7, el cual habla de las apariciones de la resurrección de Jesús a sus discípulos, Esteban, y en un momento dado a 500 testigos. La elaboración del credo es extremadamente antigua. Bart Ehrman, un agnóstico, considera que el material data “cerca de los años 30 de la era común”[2]. James D. G. Dunn afirma que el material data “entre uno a dos años de los mismos eventos”[3]. Lo más probable es que el credo data al mismo año de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús. Esto, junto con Gálatas 1:18-19 y los primeros credos, están entre los documentos más antiguos en todo el registro del Nuevo Testamento.
  5. Pablo de Tarso, el antes adversario del cristianismo, se convirtió en cristiano después de tener un encuentro con el Jesús resucitado. Nadie niega que Pablo de Tarso tuvo una experiencia camino a Damasco que transformó radicalmente su vida. ¿Qué pudo haber sido lo que transformó a este Fariseo de Fariseos, quien era miembro del Sanedrín o alguien que iba camino a convertirse en uno (Una posición que pagaba extremadamente bien)? El haber tenido tal encuentro con el Jesús resucitado realmente, hubiese provocado tal transformación.
  6. Santiago el hermano de Jesús, que era escéptico, se convirtió en cristiano después de tener un encuentro con el Jesús resucitado. Lo mismo sucedió con Santiago, el hermano de Jesús, el cual no era un seguidor de Jesús hasta después de la resurrección. Santiago desaprobaba el ministerio de Jesús (mirar Juan 7:5). Quizás en parte porque se esperaba que el hijo mayor de la familia se hiciera cargo del negocio de la familia. Jesús no lo hizo. En lugar de hacer eso, se fue a predicar. Probablemente Santiago sintió un gran resentimiento hacia Jesús durante el inicio de su ministerio. Sin embargo, su experiencia con el Jesús resucitado cambio todo eso.
  7. La tumba fue encontrada vacía. Mientras que este hecho no es tan aceptado como los otros seis, el 75% de eruditos de historia aceptan que la tumba de Jesús se encontraba vacía el primer Domingo de Pascua. De igual manera, es interesante notar que la predicación de la resurrección empezó justo después que sucedieran estas cosas en Jerusalén. Esto es convincente, ya que el escéptico sabría dónde estaría localizada la tumba de José de Arimatea. La tumba podría ser corroborada fácilmente. Jesús no estaba ahí.

Es muy probable que, a medida que nos acercamos a la temporada de Pascua, usted se encontrará con programas de televisión, libros, y folletos que intentarán disuadirlo de creer que Jesús se levantó de entre los muertos. La realidad es que la mejor evidencia no solo apoya que Jesús vivió y murió, pero que también se levantó de entre los muertos. De la misma manera que Santiago y Pablo fueron transformados por la resurrección de Jesús, ¡tú también puedes serlo! Exclamemos en triunfo con los ángeles parados junto a la tumba de Jesús, “Él no está aquí, ¡ha resucitado!” (Lc. 24:6).

Notas

[1] Bart D. Ehrman, Porqué Jesus fué asesinado?, Edición Kindle

[2] Bart D Ehrman, Jesús existió?  Este argumento histórico de Jesús de Nazaret (New York: HarperOne, 2012), 141.

[3] James D.G. Dunn, Jesús recordado, Cristianismo en la fabricación, vol.1 (Grand Rapids;Cambridge,UK: Eerdmans,2003),864.

 


Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidad en Liberty University (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics (Apologética cristiana) de la Universidad de Biola. Brian actualmente está inscrito en el programa Ph.D. en Teología y apologética en Liberty University. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Blog Original: http://bit.ly/2CGBvlK  

Traducido por Natalia Armando

Editado por Billy Morales

A recent podcast listener offered the following objection: Couldn’t the disciples have been wrong about Jesus’ death? After all, when Paul was stoned by the Jews of Antioch and Iconium (in Acts 14 ) they dragged him out of the city and left him for dead. “ But the disciples surrounded him and he got up and went into the city ” (verse 20). If the disciples were wrong about Paul, couldn’t they have been wrong about Jesus too? As I always say, anything and everything is possible, but not everything is reasonable. There are good reasons to believe that the disciples were not wrong about Jesus’ death:

  1. Prolonged contact

Unlike the contact with Paul after his stoning, the disciples had intimate and prolonged contact with the body of Jesus. We tend to read the following verses very quickly:

Mark 15:43-46

Joseph of Arimathea, a prominent member of the council… bought a linen cloth, and taking it off, wrapped it in the linen cloth, and laid it in a tomb that was hewn out of the rock…”

But stop and think about it for a minute. The disciples had to remove the nails, take the body down, carry it a distance to the tomb, prepare the body thoroughly with ointments and spices used on such occasions, wrap the body, and then place it in the tomb. While we can read the procedure in minutes, it takes much longer to actually complete. Surely the disciples were also deeply grieving over Jesus’ death. In all this prolonged contact with his body, do we really think that they didn’t go out of their way to prove to themselves that he wasn’t really dead? During all this time, is it reasonable to believe that they wouldn’t have noticed the three uncomfortable characteristics of dead bodies? I’ve been around enough dead people to recognize the characteristics that appear when a heart stops beating:

Temperature drop

When the heart stops beating, the body begins to grow cold. In the time it would take to prepare Jesus for the grave, the disciples would certainly have noticed this characteristic of death.

Rigidity

When blood is not circulating, the body begins to stiffen. Dead bodies begin to feel and behave differently than unconscious bodies with a beating heart.

Lividness

Gravity begins to act on the lack of blood circulation. When the blood remains in those extremities closest to the ground, the pigmentation is noticeable.

In all the time it took to prepare Jesus’ body, with all the time the disciples had in contact, is it reasonable to think that they would not have repeatedly checked to see if he was still breathing and that they would not have noticed the three uncomfortable characteristics of dead people?

  1. Unexpected corroboration

John , a disciple of Jesus, grew up as a fisherman. I doubt he had any medical training. However, look at what he reports in his Gospel:

John 19:32-34

The soldiers came and broke the legs of the first man, and of the other man who had been crucified with him. But when they came to Jesus and saw that he was already dead, they did not break his legs. But one of the soldiers pierced his side with a lance, and immediately blood and water came out .”

John seems to record an aspect of Jesus’ body that is common when people are fatally wounded. Critical injuries typically cause people to go into circulatory shock, a condition I commonly see at the scenes of assaults or accidents. When people die from their wounds, their death is usually accompanied by Pericardial or Pleural Effusion , a condition that causes water to accumulate around the heart or inside the lungs. It appears that the illiterate fisherman is reporting this condition in his Gospel.

Do you think he could have done this intentionally in an effort to mislead us, or is it more reasonable to attribute his description to a true observation?

  1. External confirmation

History tells us that Roman soldiers were to pay a terrible penalty if they allowed a capital criminal to escape or avoid the sentence to which he was sentenced. For this reason, Roman soldiers were ruthless and meticulous in carrying out their orders with precision . Look again at how the Bible describes the death of Jesus:

John 19:31 – 33

Then the Jews, because it was the Preparation Day, that the bodies should not remain on the cross on the Sabbath day (for that Sabbath day was a high day), begged Pilate that their legs might be broken, and that they might be taken away. So the soldiers came and broke the legs of the first, and of the other who had been crucified with him. But when they came to Jesus, and saw that he was dead already, they did not break his legs .”

According to non-Christians at the scene, Jesus was dead on the cross.

  1. Connection with eyewitnesses

Look at the description of Jesus’ burial given in Mark’s Gospel. Note Joseph of Arimathea’s description:

          Mark 15:42-46

“When evening came, (for it was the Preparation, that is, the day before the Sabbath,) Joseph of Arimathea, a distinguished member of the council, who himself was waiting for the kingdom of God, came and went boldly to Pilate and asked for the body of Jesus. Pilate was surprised that he was already dead; and when he had brought the centurion, he asked him if he were already dead. When the centurion had informed him, he gave the body to Joseph. Joseph bought a linen cloth, took it off, wrapped it in the linen cloth, and laid it in a tomb that was hewn out of rock. He rolled a stone against the entrance of the tomb.”

It appears that Mark is describing the same scene as John, but Mark includes a character that John omits. Why does Mark, writing many years before John, include Joseph? It stands to reason that Joseph was still alive when Mark wrote his account; Mark may be including Joseph so that early readers can contact Joseph as a living eyewitness who not only saw the crucifixion, but also touched and wrapped Jesus’ dead body.

The experience the disciples had with Jesus was very different from the experience the disciples had with Paul at the time of his stoning. The disciples simply “stood around” Paul after the stoning; they did much more with Jesus’ body after his crucifixion.

 


J. Warner Wallace is the author of Cold-Case Christianity, has a career spanning more than 25 years as a police officer and detective, holds a Master of Divinity from Golden Gate Baptist Theological Seminary, and is an adjunct professor of apologetics at BIOLA University.

Original Blog: http://bit.ly/2Sa4Df1

Translated by Raul Jaramillo

Edited by Maria Andreina Cerrada

Por Huge Ross

Cuando se trata de las características de ajuste fino del universo, los no-teístas se encuentran en un aprieto. La evidencia es demasiado significativa y concreta como para dejar de lado. La evidencia es inanimada; así que no se puede apelar a hipótesis darwinistas. Las apelaciones a un tiempo casi infinito se ven frustradas por las pruebas de la creación del tiempo sólo unos pocos miles de millones de años atrás. Los siguientes cinco argumentos parecen cubrir el rango de las respuestas no teístas a la evidencia del diseño cósmico:

Argumento 1: nosotros no estaríamos aquí para observar el universo si lo extremadamente improbable no hubiera ocurrido.

La evidencia a favor del diseño es meramente accidental. Nuestra existencia simplemente testifica que lo extremadamente improbable ciertamente tuvo lugar por azar. En otras palabras, no estaríamos aquí para reportar las características del universo a menos que el azar hubiera producido estas propiedades altamente improbables.

Refutación: Este argumento es fundamentalmente una apelación a las probabilidades infinitas que ya ha sido contestada (ver capítulo 12). Otra respuesta ha sido desarrollada por el filósofo Richard Swinburne[1] y ha sido resumida por otro filósofo, William Lane Craig:

Suponga que cien tiradores expertos son enviados para ejecutar a un prisionero en un escuadrón de fusilamiento, y el prisionero sobrevive. El prisionero no debería asombrarse de que no ve que está muerto. Después de todo, si estuviera muerto no podría observar su muerte. No obstante, tendría que asombrarse de que esté vivo.[2]

Extendiendo el argumento de Craig y Swinburne, el prisionero debería concluir, dado que está vivo, que todos los tiradores expertos erraron por algún azar extremadamente improbable. Él podría querer atribuir su supervivencia a una increíble buena suerte, pero sería mucho más racional que él concluyera que los fusiles estaban cargados con salvas o que los tiradores erraron a propósito. Alguien tiene que haber tenido el propósito de que viva. De la misma forma, la conclusión racional que se deduce del ajuste fino del universo es que alguien tuvo el propósito de que nosotros viviéramos.

Argumento 2: el diseño del universo es simple antropomorfismo

El astrofísico Joseph Silk, en su más reciente esfuerzo de comunicar la física de la cosmología del Big Bang a los legos, se mofa de la conclusión de que el universo ha tenido un ajuste fino para soportar la vida. Compara la “tontería” de la idea del diseño con la suposición absurda de la pulga de que el perro del que se alimenta ha sido diseñado precisamente para su beneficio. El error de la pulga, sugiere, se vuelve muy aparente apenas se le coloque al perro un collar para las pulgas.[3]

Refutación: El argumento de Silk ignora algunos temas clave. Si bien la pulga puede estar un poco centrada en sí misma al suponer que el perro fue diseñado exclusivamente para ella, no hay ninguna razón para negar que el perro fue diseñado para un propósito, o para varios propósitos. (El mito de que la vida es producto estrictamente de procesos naturales accidentales es tratado en el capítulo 16.) El collar contra las pulgas puede ser un argumento más fuerte a favor del diseño (por ejemplo, el control de la población) que a favor de la falta de diseño. Más importantemente, si bien podemos imaginarnos un amplio rango de huéspedes adecuados para soportar a la pulga, cada uno de ellos requiere elementos de diseño para facilitar la supervivencia de la pulga.

Aunque son bastante abundantes los huéspedes adecuados para la pulga, no lo son los universos adecuados para la vida. Los astrofísicos no han sido capaces de inventar universos hipotéticos significativamente diferentes del nuestro que pudieran soportar seres humanos o, para el caso, cualquier tipo de vida física inteligente concebible.

Argumento 3: los argumentos del diseño están fuera del dominio de la ciencia y, por lo tanto, deben ser ignorados

Las publicaciones del National Center for Science Education, entre otros grupos anti-creacionistas, aseveran repetidamente que la ciencia está “basada en lo empírico y es necesariamente materialista; los milagros no deben ser permitidos” y que “cualquier teoría con un fundamento sobrenatural no es científica.”[4] Dado que los argumentos de diseño implican la intervención sobrenatural, pueden ser ignorados justificadamente porque “no pueden ser considerados científicos.”[5]

Refutación: Afirmar que la ciencia y la teología son mutuamente excluyentes puede ser conveniente para los materialistas que no están dispuestos a defender su filosofía, pero es insostenible. La ciencia raramente es neutral en lo religioso. Análogamente, la fe religiosa raramente es neutral en lo científico. Tanto la ciencia como la teología tratan frecuentemente con causa y efecto y con procesos de desarrollo en el mundo natural. Tanto la ciencia como la teología tratan con el origen del universo, el sistema solar, la vida y la humanidad.

Cuando se trata de las causas, los procesos de desarrollo y los orígenes, existen siempre dos posibilidades: natural o sobrenatural. Insistir dogmáticamente que nunca deben considerarse respuestas sobrenaturales equivale a decir que todos los seres humanos sigan una sola religión, la religión del materialismo ateo. Encuentro irónico que, en nombre de la libertad religiosa, ciertos proponentes de la educación científica insisten en librar a nuestras instituciones de enseñanza e investigación de cualquier fe que se atreva a competir con la suya.

Argumento 4: el orden puede surgir del caos

La idea de que bajo condiciones estrictamente naturales el orden puede surgir y surgirá del caos fue propuesta primeramente por David Hume, casi doscientos años atrás. Recientemente, ha sido revivido por el químico galardonado con el premio Nobel, Ilya Prigogine en su libro Order out of Chaos (El orden a partir del caos)[6] y por la exitosa película Jurassic Park (Parque Jurásico). Hume hizo la afirmación sin ningún apoyo de las evidencias. Prigogine señaló varias reacciones químicas en las que el orden parece surgir de sistemas caóticos. Jurassic Park en realidad toca otro tema, a saber la teoría del caos y la lógica borrosa.

El principio detrás de la teoría del caos y la lógica borrosa es que, al tratar de predecir el resultado del estado futuro de sistemas excepcionalmente complejos, el investigador estará mejor si se conforma con respuestas o conclusiones aproximadas en cada paso en la solución de un problema en vez de respuestas o conclusiones exactas. La presunción de un principio auto-organizador en los sistemas caóticos surge del hecho de que cuanto más complejo es el sistema mayor es la oportunidad de desviaciones del equilibrio termodinámico en pequeñas porciones del sistema (y mayor es la dificultad para determinar cuáles son realmente los estados de equilibrio termodinámico). Según la segunda ley de la termodinámica, la entropía crece en todos los sistemas, pero la entropía puede decrecer (es decir, el orden puede crecer) en parte de un sistema, siempre que un incremento adicional de entropía (es decir, desorden) ocurra en otra parte del sistema.

Debido a que los investigadores humanos pueden ser propensos a subestimar la complejidad de algunos sistemas, se sorprenden ocasionalmente por cuánto puede desviarse una pequeña porción de un sistema del equilibrio termodinámico. No obstante, las leyes de la termodinámica predicen que estas desviaciones son temporarias, y cuanto mayor la desviación, más rápidamente se corrigen los desvíos.

Sin los desvíos del equilibrio termodinámico, no se formarían las gotas de lluvia y los copos de nieve, por ejemplo. Pero la formación de gotas de lluvia y de copos de nieve se acerca a los límites de auto-organización de un proceso natural. Si bien los copos de nieve exhiben un alto grado de orden, su contenido de información o nivel de diseño permanece bastante bajo. La distinción es aproximadamente como la diferencia entre el Nuevo Testamento y un libro que contenga la oración “Dios es bueno” repetida 90.000 veces.

El último ejemplo muestra un orden considerable, pero no mucha información. El primer ejemplo contiene un alto grado de orden y un alto grado de información (o diseño) a la vez. Los ejemplos de Prigogine exhiben incrementos de orden pero sin incrementos significativos en el contenido de información. Los procesos naturales solos no pueden explicar el nivel excepcionalmente alto de diseño y de contenido de información en los organismos vivos o en la estructura del universo que hacen que la vida sea posible.

Argumento 5: a medida que seguimos evolucionando, llegaremos a ser el creador-diseñador

En su libro, The Anthropic Cosmological Principle (El principio antrópico cosmológico), los astrofísicos John Barrow y Frank Tipler reseñan muchas nuevas evidencias del diseño del universo.[7]

Luego pasan a discutir versiones del principio antrópico como el WAP (Weak Anthropic Principle – principio antrópico débil: los seres conscientes sólo pueden existir en un medio ambiente con características que permitan que lo habiten), el SAP (Strong Anthropic Principle – principio antrópico fuerte: la naturaleza debe adoptar aquellas características que admitan, en algún lado y en algún tiempo, la existencia de seres conscientes), y versiones más radicales, incluyendo el PAP (Participatory Anthropic Principle – principio antrópico participativo: los observadores conscientes son necesarios para traer a la existencia al universo, y el universo es necesario para traer a la existencia a los observadores). Pero lo que ellos propician es el FAP (Final Anthropic Principle – principio antrópico final).

Con el FAP, la vida que existe (pasado, presente y futuro) continuará evolucionando con los recursos inanimados del universo hasta que alcance un estado que Barrow y Tipler denominan el “Punto Omega.”[8] Este Punto Omega, dicen, es una Entidad que tiene las propiedades de omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia, con la capacidad de crear en el pasado.[9] En otras palabras, el Dios-Creador no existe todavía, pero nosotros (toda la vida y todas las estructuras inanimadas del universo) estamos evolucionando gradualmente hacia Dios. Cuando Dios sea construido finalmente así, Su poder será tal que Él puede crear un universo entero con todas sus características de diseño miles de millones de años atrás.

En su último libro, The Physics of Immortality (La física de la inmortalidad),[10] Tipler propone que la evolución hacia el Punto Omega ocurrirá mediante el avance de la tecnología de las computadoras. Extrapolando el tiempo de duplicación de la capacidad de computación (en la actualidad, alrededor de dieciocho meses) hacia algunos millones de años en el futuro, Tipler predice que una generación futura de seres humanos podrá no sólo alterar todo el universo y todas las leyes de la física sino también crear un Dios que aún no existe. Más aún, podremos resucitar cada ser humano que haya vivido jamás mediante la recuperación de los recuerdos que alguna vez residieron en el cerebro de cada persona.

Refutación: Es difícil tratar estas hipótesis del FAP y del Punto Omega en forma seria. En el New York Review of Books, el conocido crítico Martin Gardner ofreció su evaluación del trabajo de Barrow y Tipler:

¿Qué podemos decir de este cuarteto de WAP, SAP, PAP y FAP? En mi opinión no tan humilde, creo que el último principio puede llamarse mejor CRAP, Completely Ridiculous Anthropic Principle – principio antrópico completamente ridículo (nota: en inglés, la palabra “crap” significa “basura”).[11]

En The Physics of Immortality, Tipler sobrestima groseramente el papel de la memoria humana y la capacidad futura de las computadoras. Así como las computadoras no pueden funcionar solamente con bancos de memoria, tampoco la mente humana y la conciencia humana operan solamente mediante la memoria. Si bien están teniendo lugar hoy notables progresos en la tecnología de computación, las leyes de la física imponen límites finitos predecibles sobre el hardware de las computadoras futuras. Como ha sido documentado rigurosamente por Roger Penrose en The Emperor’s New Mind y Shadows of the Mind, estos límites no permiten siquiera la duplicación de la conciencia humana, y mucho menos las capacidades fantásticas que sugiere Tipler.[12]

Pero Tipler aparentemente quiere alterar mucho más que sólo el universo y las leyes de la física. Él cree, por ejemplo, que las computadoras futuras serán capaces de exponer a la gente a los principios de la teoría del juego tan efectivamente que todos los pensamientos y acciones destructivos serán purgados y ya no habrá maldad, aún para gente del tipo de Adolf Hitler y Mata Hari.[13]

En la religión de Tipler, la obra redentora de un Salvador se vuelve innecesaria. Considere, sin embargo, que si la propuesta de Tipler fuera cierta, cuanto mejor la gente comprendiera la teoría del juego menor sería la propensión que exhibirían a cometer el mal.

Desafortunadamente para Tipler, no hay evidencias de ninguna correlación de este tipo.

Tipler no sólo descarta el infierno, sino que redefine el cielo. El “cielo” de Tipler trae la dicha relacional (más precisamente, sexual) a todo hombre y mujer. Él produce una ecuación para “probar” que su utopía generada por la computadora traerá a cada hombre una mujer, y a cada mujer un hombre, capaces de entregar 100 000 veces el impacto y la satisfacción del mejor compañero que uno pueda imaginar en la vida que conocemos.[14] La atracción popular de esta idea documenta la bancarrota espiritual de nuestro tiempo. Evidentemente muchas personas nunca han saboreado un placer mayor que lo que puede dar la experiencia sexual.

En un artículo para el Skeptical Inquirer, Gardner nuevamente blandió sus cuchillos satíricos:

Le dejo al lector que decida si deberán optar por OPT (Omega Point Theology – teología del punto omega) como una nueva religión científica superior a la Cienciología – una religión destinada a elevar a Tipler al rango de un profeta más grande que L. Ron Hubbard – u optar por el punto de vista de que OPT es una fantasía descabellada generada por la lectura de demasiada ciencia-ficción.[15]

En su rechazo persistente de un Creador eterno y trascendente algunos cosmólogos (y otros) están recurriendo a opciones cada vez más irracionales. Hay cierta lógica en esto, sin embargo. Si por motivos personales o morales el Dios de la Biblia no es aceptable, entonces, dada toda la evidencia para la trascendencia y el diseño, las alternativas están restringidas a vuelos de la imaginación.

A lo largo del tiempo y a medida que destrabamos más de los secretos del vasto cosmos, los hombres y mujeres estarán más sobrecogidos por cuán exquisitamente está diseñado el universo. Pero ¿a qué estará dirigido ese sobrecogimiento – a la cosa creada o al Creador? Esa es la elección de cada persona.

Notas

[1] Swinburne, p. 165.

[2] William Lane Craig, “Barrow and Tipler on the Anthropic Principle Versus Divine Design,” British Journal of Philosophy and Science 38 (1988), p. 392.

[3] Joseph Silk, Cosmic Enigma (1993), p. 8-9.

[4] NCSE staff, Education and Creationism Don’t Mix (Berkeley, CA: National Center for Science Education, 1985), p. 3; Eugenie C. Scott, “Of Pandas and People,” National Center for Science Education Reports (Enero-Febrero1990), p. 18; Paul Bartelt, “Patterson and Gish at Morningside College,” The Committees of Correspondence, Iowa Committee of Correspondence Newsletter, vol. 4, no. 4 (October 1989), p. 1.

[5] Education and Creationism Don’t Mix, p. 3; Eugenie C. Scott and Henry P. Cole, “The Elusive Scientific Basis of Creation Science,” The Quarterly Review of Biology (March 1985), p. 297.

[6] Ilya Prigogine and Isabelle Stengers, Order out of Chaos: Man’s New Dialogue With Nature (New York: Bantam Books, 1984).

[7] Barrow y Tipler.

[8] Barrow y Tipler, p. 676-677.

[9] Barrow y Tipler, p. 676-677, 682; Martin Gardner, “Notes of a Fringe-Watcher: Tipler’s Omega Point Theory,” Skeptical Inquirer 15, no. 2 (1991), p. 128-132.

[10] Frank J. Tipler, The Physics of Immortality: Modern Cosmology, God and the Resurrection of the Dead (New York: Doubleday, 1994).

[11] Martin Gardner, “WAP, SAP, PAP, and FAP,” The New York Review of Books, vol. 23, no. 8, 8 May 1986, p. 22-25.

[12] Roger Penrose, The Emperor’s New Mind (New York: Oxford University Press, 1989), p. 3-145, 374-451; Roger Penrose, Shadows of the Mind (New York: Oxford University Press, 1994), p. 7-208.

[13] Frank J. Tipler, p. 253-255.

[14] Frank J. Tipler, p. 256-257.

[15] Gardner, “Notes of a Fringe-Watcher,” p. 132.

 


Blog Original: http://bit.ly/2OERFPO

Traducido por Alejandro Field

By Terrell Clemmons

The man to whom science proved religion

Dennis Garvin grew up the second of three sons born into a Norman Rockwell-infused environment in the Berkshire Mountains of upstate New York. After graduating as valedictorian of his class from the Citadel Military College in South Carolina, he went on to graduate with honors from the VCU School of Medicine in Virginia and served thirteen years in the U.S. Air Force. By the time he reached his mid-30s, he had achieved every one of his life goals. He had raised a family with children he loved. He was a successful doctor doing well in Roanoke, Virginia. And, to his delight, he had earned a good four-year degree that certified him as a smart kid. So why, after having accomplished so much, did he feel so empty?

It was not depression; his life was full and active. No, his existential weariness was like that of Alexander the Great, who looked over the vastness of his domain and wept because there were no more worlds to conquer. And when he looked inside himself, he saw a life in black and white. On the other hand, his then wife seemed to have access to a joy that he did not possess. He thought she had colour in her life. What was behind this?

Having been raised in a Unitarian Universalist home, Dennis was a staunch atheist. But, having adopted his mother’s liberal feminist ethic, which held tolerance to be a supreme virtue, he had no particular hostility toward Christianity. So, with an appearance of open-mindedness, the rational scientist in him became curious.

This was, philosophically speaking, new territory for him. But the time had come. As a lifelong devotee of Darwin, he had begun to realize that there were many cracks in Darwin’s theories, chiefly that of altruism, as he saw it. He could explain any human behavior except that, and he could not shake that uneasiness. Worse still, he had begun to realize that he had long parroted the phrase “science denies religion,” but had never questioned it. This was utterly and utterly embarrassing for a man who considered himself a scientist.

So he began to honestly re-examine his hypotheses. The main one he had accepted a priori  was atheism. Okay, he said, let’s say there is a God. How could he have done all that he did? Since the Bible, the book of Christianity, was the first thing he had discarded, that was where he turned in his search for answers.

A dangerous book

As he read on, he became increasingly astonished to discover that the Bible – the book he had dismissed as a stupid fairy tale – was probably one of the most accurate books on quantum physics he had ever come across. This was not quite what he had expected, and as a knowledgeable expert in modern physics, it began to turn his entire epistemological orientation on its head. Dennis had long been fascinated with the study of light, and he believed that the quantum physics of light accurately explained the Christian doctrine of the Trinity. This brought him to his knees.

There was also an evangelistic element at work during this time. His wife had introduced him to some people who were part of the Campus Crusade for Christ. Now Dennis had an arsenal of sharp verbal missiles designed to destroy belief in God or revealed religion in any form. He was not your run-of-the-mill, friendly atheist, but a predator, the kind of atheist no Christian parent wants their children to be friends with when they go off to college. He delighted in destroying the faith of poor, miserable souls, and with his scientific credentials and the academic degree to back them up, he was pretty good at it.

But the good people at Campus Crusade for Christ met his childish attacks like brave soldiers. He raised one objection.  “But what about Christ?” someone would say. He raised another.  “But what about Christ?”  He ranted and raved about Isis and Osiris and the mythological figure of Christ who is reborn every winter and how Christianity was just mythology writ large. They listened patiently. And then they came back with, “  Okay, but what about the God who loves you?”  Finally, he ran out of arguments. Science brought him to his knees. Through Campus Crusade, he became a new creature in Christ.

A violent man conquered by God

In the United States, it is extremely rare for someone to come to the Christian faith after the age of 35. And for someone to do so carrying the burden of science on their shoulders is almost impossible. But that is what happened to Dennis Garvin. All this happened almost thirty years ago, and since then, some things in his life have not changed all that much. He is still a family man, although two grandchildren have been added to the mix. He is still a doctor, although medicine on the mission field has been added to the schedule. And he is still a thoroughbred scientist who applies the concordant aspects of scientific knowledge to biblical concepts, and has begun writing and teaching to disseminate the findings.

There is one other thing that has not changed. The good doctor still loves a good argument. Never one to do anything halfway, the “smart boy” who has now fully graduated as a healthy intellectual Christian humbly compares himself to the apostle Paul, who had a confrontational style when he was Saul of Tarsus, and who then went on to preach the gospel in an equally confrontational tone. But, just as Paul went on to preach the faith he once sought to destroy, Dennis delights in destroying the faith he once preached, and aspires to be the kind of Christian that atheist professors and materialistic scientists do not want their students to know.

“I have a wipe-out mentality,” he says of them – not the run-of-the-mill atheists, for whom he feels a brotherly sympathy, but the wise guys who are profiteers and predators who consider themselves intellectually superior in order to destroy them. He certainly recognizes the command to love our enemies, but that doesn’t necessarily translate into playing nice with people who aren’t.

“I know these SOBs because I was one of them. And I know what makes them think. I have street credibility. And I can tell you, based on my credentials and my study, that anyone who retains a belief in atheism is an idiot . And they have the right to be idiots, but they should not dress themselves in intellectual property.”

“The great secret of atheists, the great fear of all atheists, is that they will be seen as intellectually stupid in front of their contemporaries. They don’t care if you pull down their pants in front of a bunch of religious Neanderthals or people they can label as such. But if you can go into their caves and, in front of their contemporaries, pull down their pants, you’ve done something. That’s what I want to do.”

It’s not about winning a fight. It’s about exposing and smothering a predator that’s coming to kill.

A violent man conquered by God

André Trocmé was a Huguenot pastor in the French mountain village of Le Chambon when Germany invaded France in 1940. When it came to war, Trocmé was a noncombatant pacifist. But when the Nazis demanded oaths of loyalty and complicity in the deportation of Jews, he openly defied them. “We have Jews and we will not hand them over,” he declared in an open letter to the Vichy minister sent to Le Chambon in 1942. A man who knew which war was worth dying for, he was often described as a violent vaincu par Dieu  – a violent conquered by God. “The curse on him who began with gentleness,” the pastor wrote in his diary, “will end in dismay and cowardice, and he will never set foot in the great liberating current of Christianity.”

Like Pastor Trocmé, Dr. Garvin is by profession a servant of healing. And like him, he knows which battle is worth firing a bullet into. That is why, for the sake of a generation subjugated by arrogant SOBs with big egos and pompous academic degrees, he stands ready and eager to enter the ring and do violence for the sake of truth.

 


Terrell Clemmons is a freelance writer and blogger who writes about apologetics and matters of faith.

Original Blog: http://bit.ly/2JPbdQz

Translated by Natalia Armando

Edited by Maria Andreina Cerrada

Por Brian Chilton

El Sudario de Turín es probablemente uno de los artefactos más controversiales de todos los tiempos. Es ya sea una de las reliquias santas más increíbles relacionadas a Jesús de Nazaret o es uno de los fraudes más ingeniosos que se haya inventado. El Sudario de Turín es un paño de lino de 436 cm x 113 cm que porta la imagen de un hombre crucificado que corresponde con la descripción de la manera en la que Jesús de Nazaret fue crucificado. Se muestra el frente y detrás del hombre crucificado, el frente de un lado del paño y sus espaldas en el otro lado con la cabeza hacia el medio. Las manos del hombre están cruzadas mientras las rodillas están ligeramente inclinadas. Sangre cubre el Sudario especialmente en las marcas de los clavos de las manos y los pies.

El Sudario es bastante controversial, especialmente desde 1988. Un equipo de investigadores tomó tres muestras del Sudario y las fechó usando radiocarbón en tres laboratorios independientes. La prueba mostró que el Sudario se fechaba alrededor de 1260 – 1390 D.C. por lo tanto, al parecer, demostrando que el Sudario fue un fraude medieval. Sin embargo, no se ha puesto a descansar al Sudario. Pruebas posteriores parecen elevar la probabilidad de la autenticidad del Sudario. Mientras uno investiga el Sudario, se debe entender que la resurrección de Jesús no descansa en la autenticidad del Sudario. Sin embargo, si el Sudario es auténtico, añade mayor peso a las declaraciones Cristianas. No hay manera de demostrar o refutar de manera conclusiva el Sudario. Sin embargo, los datos nos llevarán a aceptar o a rechazar la autenticidad del Sudario. De mi investigación, he encontrado 8 razones por las cuales el Sudario es probablemente el paño de entierro auténtico de Jesús.

  1. La prueba de datación de carbono de 1988 fue defectuosa. Muchos investigadores cuestionarán la declaración, sin embargo, un consenso creciente de investigadores están aceptando la noción de que la prueba de datación de Carbono en 1988 fue defectuosa (Stephen Adams, Telegraph, 2009). Está bien documentado que el Sudario fue dañado por un incendio alrededor de 1200 y fue extinguido y reparado por un grupo de monjas en la catedral donde el Sudario fue resguardado. Una persona aún puede ver las marcas del Sudario donde fue dañado. Actualmente es ampliamente aceptado que las fibras que fueron probadas en 1988 fueron las del trabajo de reparación de las monjas. Recientes estudios confirman que este fue el caso ya que colorantes fueron encontrados en las fibras que fueron examinadas, indicando que las fibras no venían del paño original (Adams, Telegraph, 2009). En 2013, un nuevo conjunto de exámenes fueron hechos en el Sudario que sitúan el paño en un tiempo alrededor del 300 a.C. al 400 d.C., cercano al tiempo de Jesús de Nazaret (Stanglin, USA Today, 2013). Por lo tanto, la prueba de 1988 no es el golpe definitivo que una vez se sostuvo que era.

    Imagen positiva a la izquierda, negativa a la derecha.

  2. La sangre del Sudario es auténtica. Los escépticos han pensado por mucho tiempo que la imagen y la sangre en el Sudario fueron pintadas en el paño. Sin embargo, se ha confirmado que la sangre y la imagen tienen orígenes separados. Cuando examinan el paño, los investigadores han notado que la sangre apareció antes que la imagen. Los investigadores del Sudario de Turín han adoptado el slogan “sangre primero, luego la imagen” para describir el Sudario. La sangre ha sido confirmada como auténtica hemoglobina y ha sido identificada como tipo AB.

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    La sangre en el Sudario. La sangre está separada de la imagen del Santo Sudario.

  3. La imagen del Sudario no es una pintura. Como el arqueólogo Ted Wright señaló en el podcast The Bellator Christi, cuando investigamos el Sudario, podemos descartar varias cosas que el Sudario no es. Una de las cosas que han sido negadas es la idea de que el Sudario es una pintura. La imagen en el Sudario apenas tiene de profundidad algunas cuantas fibras. También, la imagen es un negativo fotográfico y es tri-dimensional. Lo que sea que la imagen es, ciertamente no vino de un pincel de un pintor.
  4. El polen en el Sudario se encuentra exclusivamente en el área de Jerusalén. Se ha encontrado polen a través del Sudario de Turín. El Dr. Max Frei notó que alrededor de la cabeza y el abdomen, hay impresiones de flores a pesar de que son difíciles de observar. El polen y las impresiones corresponden con flores encontradas alrededor de Jerusalén, incluidas las pistacia lentiscus, chrysanthemum coronarium y la gundelia tournefortii (Whanger y Whanger, Duke.edu, 2015). El Concilio del Estudio del Sudario de Turin de la Universidad de Duke señala lo siguiente:

Mientras que hay cientos de imágenes de flores en el Sudario, muchas son vagas o incompletas. Sentimos que hemos identificado, tentativamente, pero con certeza razonable, veintiocho plantas cuyas imágenes son lo suficientemente claras y completas para hacer una buena comparación con los dibujos de la literatura botánica. De estas veintiocho plantas, veintitrés son flores, tres son pequeños arbustos, y dos son espinos. Todas crecen en Israel. Veinte crecen en el mismo Jerusalén, y las otras ocho potencialmente crecen en la vecindad de Jerusalén, ya sea en el desierto de Judea o en el área del Mar Muerto o en ambas. Todas las veintiocho habrían estado disponibles en los mercados de Jerusalén en un estado fresco” (Whanger y Whanger, Duke.edu, 2015).

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Gundelia tourneforii espina de la Sábana Santa (c). Consejo para el Estudio de la Sábana Santa de Turín. Duke.edu.

Estos descubrimientos sugieren que el Sudario de Turín debió de haberse originado en, o al menos estado alrededor de Jerusalén. El hecho de que el polen data del primer siglo también provee indicación de que el Sudario fue encontrado por primera vez en el Israel del primer siglo.

  1. Las heridas del hombre en el Sudario corresponden con los detalles de la crucifixión de Jesús. Cualquier examinación del arte religioso que representa la crucifixión de Jesús muestra las huellas de los clavos en las palmas de la mano. Sin embargo, el Sudario de Turín muestra las marcas de los clavos en la parte baja de la mano hacia la muñeca. Experimentos hechos en cadáveres notan que el Sudario de Turín muestran correctamente como ocurrían las crucifixiones. Además, las marcas de azotes en la espalda del hombre corresponden con las puntas de los látigos usados por los romanos del primer siglo para escarmiento.

    Jesus Hands

    Heridas de los clavos en las muñecas del hombre de la Sábana Santa.

  2. Los puntos del rostro corresponden con aquellos de los retratos más tempranos de Jesús. El Concilio para el Estudio del Sudario de Turín también hizo otra evaluación importante del Sudario. Ellos notan que las representaciones de Jesús corresponden con ciertos detalles de la imagen facial encontrada en el Sudario. El Cristo Pantocrátor en el Monasterio de Santa Catalina del Monte Sinaí es uno de los iconos religiosos bizantinos más antiguos que data hasta el siglo seis (es decir, entre el 500 y 599 d.C.). Para más información sobre la pintura del Cristo Pantocrator, ver https://es.wikipedia.org/wiki/Pantocr%C3%A1tor_del_Sina%C3%AD
  3. La posición idéntica y el tipo de sangre en el rostro del Sudario comparado con el del Sudario de Oviedo. Otro artefacto de gran interés es un paño llamado el Sudario de Oviedo. El Sudario de Oviedo es una sábana que se dice haberse situado sobre el rostro de Jesús cuando fue bajado de la cruz. El paño puede haber permanecido ahí para su entierro. El Evangelio de Juan señala la posibilidad de ambas sábanas. Juan señala, “pero el lienzo que había cubierto la cabeza de Jesús estaba doblado y colocado aparte de las otras tiras.” (Juan 20:7; NTV). Mientras que el Sudario de Oviedo no contiene una imagen facial, sí tiene una gran cantidad de sangre sobre la nariz y la frente. El Sudario de Oviedo es mencionado cerca del 570 d.C. por Antonino de Plasencia. Las marcas de sangre del sudario de Oviedo corresponden con las marcas de sangre del Sudario de Turín y también contienen la misma hemoglobina tipo AB que se encuentra en este.

    Pantocrator-Shroud-overlay

    Superposición de la ilustración Pantocrátor y la imagen del Sudario de Turín.

  4. La probabilidad de la radiación ultravioleta amplificada usada para construir la imagen en el Sudario. Una de las características más bizarras del Sudario es la radiografía de los dientes y dedos del hombre. Después de una examinación más profunda, uno notará cuadrados alrededor de la boca. Se ha descubierto que estos cuadrados son una radiografía de los dientes del hombre. Los dedos aparentan estar alargados porque una persona está viendo las falanges. Nada existía en los tiempos antiguos o medievales que pudieran producir una radiografía como esta. Se ha teorizado que cuando Jesús resucitó de la muerte, una gran cantidad de radiación emitida podría haber creado la imagen en el paño. Estudios han indicado que “la potencia de la radiación ultravioleta en vacío requerida para dibujar instantáneamente la superficie de lino que corresponde con un ser humano de altura y área del cuerpo promedios es igual a 2000 MW/cm2 * 17000 cm2 = 34 000 000 000 000 watts, lo que lo hace impráctico actualmente reproducir la imagen entera del Sudario usando un único láser excimer, dado que este poder no puede ser producido por una luz fuente VUV contruída hoy en día (la más poderosa disponible en el mercado llega a varios miles de millones de wats)” (uCatholic.com, 2016). Para hacer las cosas más interesantes, el equipo de investigación en la Iglesia del Santo Sepulcro señaló que “los dispositivos de medición ya sea mal funcionaron o cesaron de funcionar en lo absoluto… análisis previos desarrollados con los instrumentos parecen haber sido distorsionados por una perturbación electromagnética.” (uCatholic.com, 2016). Esto no prueba que el Sudario se originó en la Iglesia del Santo Sepulcro y no prueba que una radiación de alto poder creó la imagen en el Sudario, pero la conexión entre ambas es bastante convincente.

    Sudario de Oviedo

    Sudario de Oviedo

Conclusión

Superposición del Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín.

Superposición del Sudario de Oviedo y el Sudario de Turín.

Como el arqueólogo y apologista cristiano, Ted Wright dijo una vez, “no podemos ser completamente dogmáticos sobre el Sudario de Turín. Pero ciertamente hay una alta probabilidad de que sea genuino”. Yo creo que Wright está en lo correcto. Se debe decir que el cristiano no necesita el Sudario de Turín para proveer evidencia de la resurrección de Jesús. Sin embargo, si el Sudario de Turín es auténtico, entonces el creyente puede tener una pequeña ventana al galileo que trajo la salvación al mundo. Si no, el cristiano no pierde nada. En realidad, se trata de una situación de ganar o ganar. La evidencia documental de fuentes tanto cristianas como no cristianas son suficientes para verificar la confiabilidad de los relatos de la crucifixión y la resurrección. Pero no sería sorprendente que el mismo Jesús quien se apareció al Tomás escéptico es el mismo Jesús que dejó una reliquia que demostraría a billones y billones que Él realmente ha resucitado. ¿Podremos estar seguros que el Sudario de Turín tiene una imagen de Jesús de Nazaret? Probablemente no. Sin embargo, la evidencia parece indicar que es altamente probable que el Sudario de Turín es el paño genuino que cubrió a Jesús de Nazaret antes de su asombrosa resurrección de entre los muertos. Si es así, entonces la imagen de Jesús pudo haber sido dejada atrás, pero el Jesús real no está más ahí. ¡Él está vivo! Jesús “está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34).

Reconstrucción de la cara en la Sábana

Reconstrucción de la cara en el Sudario.

Fuentes

Adams, Myra. “The Shroud of Turin, Authenticated Again” NationalReview.com (April 16, 2016). Tomado el 17 de Abril, 2017. http://www.nationalreview.com/article/434153/shroud-turin-jesus-christ-blood-relic-sudarium-oviedo

Adams, Myra. “Easter and the Shroud of Turin, ‘Nothing is Impossible with God” NationalReview.com (April 15, 2017). Retrieved April 17, 2017. http://www.nationalreview.com/article/446763/easter-shroud-turin-jesus-christ-carbon-14-dating-medieval-forgery-debunked-crucifixion-resurrection

Adams, Stephen. “Turin Shroud Could be Genuine as Carbon-Dating was Flawed” Telegraph (April 10, 2009). Tomado el 17 de Abril, 2017. http://www.telegraph.co.uk/news/religion/5137163/Turin-Shroud-could-be-genuine-as-carbon-dating-was-flawed.html

Whangler, Alan, and Mary Whanger. “Council for Study of the Turin Shroud” Duke.edu (2015). Tomado el 17 de Abril, 2017. http://people.duke.edu/~adw2/shroud/flowers-and-pollens.html.

“Scientists Who Opened Christ’s Tomb Detect Mysterious Readings that Support Shroud Theory” UCatholic.com (Diciembre 5, 2016). Tomado el 18 de Abril, 2017. http://www.nationalreview.com/article/434153/shroud-turin-jesus-christ-blood-relic-sudarium-oviedo

Stanglin, Doug. “New Test Dates Shroud of Turin to Era of Christ” USA Today (Marzo 30, 2013). Tomado el 17 de Abril, 2017. 2017.https://www.usatoday.com/story/news/world/2013/03/30/shroud-turin-display/2038295/.

Wright, Ted. “The Resurrection of Jesus: Exploring the Archaeology—Part 1” EpicArchaeology.org (Abril 2017). Tomado el 17 de Abril, 2017. http://epicarchaeology.org/archaeology-and-the-new-testament/the-resurrection-of-jesus-exploring-the-archaeology-part-1/

 


Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidad en Liberty University (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics (Apologética cristiana) de la Universidad de Biola. Brian actualmente está inscrito en el programa Ph.D. en Teología y apologética en Liberty University. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Blog Original: http://bit.ly/2MDSuby

Traducido por Raúl Jaramillo de Lira