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En la publicación anterior vimos acerca de las diez reglas de inferencia lógica para la construcción de un argumento válido. Ahora veremos 10 reglas de reemplazo que son útiles a la hora de demostrar la validez de un argumento cuando utilizamos el lenguaje formal. El conector ↔ en este contexto se traduce por “es lógicamente equivalente”, esto quiere que decir que no importa en que lado se encuentren las fórmulas, ambas tienen el mismo valor de verdad y significan lo mismo (más adelante hablaré de esto).

  1. Teoremas de Morgan (De M)
  • ¬ (P ^ Q) ↔ (¬P v ¬Q)
  • ¬ (P v Q) ↔ (¬P ^ ¬Q)

Esta regla establece que:

  • La negación de la conjunción es la disyunción de las negaciones.
  • La negación de la disyunción es la conjunción de las negaciones.

Ejemplos:

  • “A Jeanne no le gusta el chocolate y la vainilla” es lógicamente equivalente a “A Jeanne no le gusta el chocolate o a ella no le gusta la vainilla”.
  • “A Jeanne no le gusta el chocolate o la vainilla” es lógicamente equivalente a “A Jeanne no le gusta el chocolate y a ella no le gusta la vainilla”.
  1. Conmutación (Conm.)
  • (P v Q) ↔ (Q v P)
  • (P ^ Q) ↔ (Q ^ P)

Así como en las matemáticas el orden de factores no altera el producto, en lógica el orden de los argumentos no altera el resultado en ningún caso, con excepción de la implicación. Esta regla sólo aplica a conjunciones y disyunciones. Ejemplos:

  • “O Jeanne irá al partido de soccer o irá al cine” es lógicamente equivalente a “O Jeanne irá al cine o Jeanne irá al partido de soccer”.
  • “Reina tocará la trompeta y Kumiko tocará el eufonio” es lógicamente equivalente a “Kumiko tocará el eufonio y Reina tocará la trompeta”.
  1. Distribución (Dist.)
  • [P ^ (Q v R) ↔ [(P ^ Q) v (P ^ R)]
  • [P v (Q ^ R) ↔ [(P v Q) ^ (P v R)]

Esta regla establece que P puede distribuirse con Q y R por ser factores comunes en disyunciones y conjunciones. Ejemplos:

  • “Jeanne se sacará la lotería y comprará un auto nuevo o donará diez mil pesos a un orfanato” es lógicamente equivalente a “Jeanne se sacará la lotería y comprará un auto nuevo o Jeanne se sacará la lotería y donará diez mil pesos al orfanato”.
  • “O Reina irá a la librería o Reina irá a la plaza y comprará una blusa” es lógicamente equivalente a “O Reina irá a la librería o ella ira a la plaza; y, ya sea que Reina vaya a la librería o ya no compre la blusa”.
  1. Asociación (Asoc.)
  • [P v (Q v R)] ↔ [(P v Q) v R]
  • [P ^ (Q ^ R)] ↔ [(P ^ Q) ^ R]

Por medio de la asociación, no importa la manera como agrupemos las proposiciones en conjunciones y disyunciones, esto no altera su valor de verdad.

  1. Doble negación (DN)
  • P ↔ ¬¬P

Esta regla nos dice que una proposición (P) es equivalente a la falsedad de su negación (¬¬P). Ejemplos:

  • “Es de día” es lógicamente equivalente a “Es falso que no es de día”.
  • “Reina es una persona alegre” es lógicamente equivalente a “Es falso que Reina no es una persona alegre”.
  1. Transposición (Trans.)
  • (P → Q) ↔ (¬Q → ¬P)

Esta regla nos dice que una implicación es equivalente a su inversa negativa. Ejemplo:

  • “Si llueve, hace frío” es lógicamente equivalente a “Si no hace frío, es que no llueve”.
  1. Implicación material (Impl.)
  • (P → Q) ↔ (¬P v Q)

La regla establece que P implica Q es lógicamente equivalente a no P o Q. Ejemplo:

  • “Si se trata de un oso, entonces puede nadar” es lógicamente equivalente a “O no es un oso o puede nadar”.
  1. Equivalencia material (Equiv.)
  • (P ≡ Q) ↔ [(P → Q) ^ (Q → P)]
  • (P ≡ Q) ↔ [(P ^ Q) v (¬P → ¬Q)]

Tanto el símbolo ≡ como ↔ se utilizan para expresar la equivalencia lógica y equivalencia material, todo depende del autor; en este caso he utilizado ↔ para expresar la equivalencia lógica mientras que ≡ para la equivalencia material. Las proposiciones son materialmente equivalentes cuando tienen el mismo valor de verdad. Dado que dos proposiciones materialmente equivalentes son ambas verdaderas o ambas falsas, observamos que (materialmente) ambas se implican la una a la otra, porque un antecedente falso implica (materialmente) cualquier proposición, y un consecuente verdadero está (materialmente) implicado por cualquier proposición. Ejemplo:

  • “Júpiter es más grande que la Tierra” si y solo si “Tokio es la capital de Japón” es lógicamente equivalente a “Si Júpiter es más grande que la Tierra, entonces Tokio es la capital de Japón” y “Si Tokio es la capital de Japón, entonces Júpiter es más grande que la Tierra”.

También podemos extender la equivalencia material sobre los condicionales de esta manera:

  • “Júpiter es más grande que la Tierra” si y sólo si “Tokio es la capital de Japón”, es lógicamente equivalente a “Júpiter es más grande que la Tierra” y “Tokio es la capital de Japón”, o “Si Júpiter no es más grande que la Tierra” entonces “Tokio no es la capital de Japón”.

Con esto inmediatamente nos damos cuenta de la diferencia de equivalencia material y la equivalencia lógica. Ésta última se da cuando las proposiciones, aparte de tener el mismo valor de verdad, también tienen el mismo significado.

  1. Exportación (Exp.)
  • [(P ^ Q) → R] ↔ [P → (Q → R)]

Esta regla permite que proposiciones condicionales con antecedentes conjuntivos se sustituyan por proposiciones que tienen consecuentes condicionales y viceversa. Ejemplo:

  • “Si llueve y el sol brilla, entonces hay un arcoíris” es lógicamente equivalente a “Si llueve, entonces que el sol brille implica que hay un arcoíris”.
  1. Tautología (Taut.)
  • P ↔ (P v P)
  • P ↔ (P ^ P)

Elimina la redundancia en disyunciones y conjunciones en las demostraciones lógicas. Ejemplo:

  • “Reina toca la trompeta” es lógicamente equivalente a “Reina toca la trompeta o Reina toca la trompeta”.
  • “Kumiko canta horrible” es lógicamente equivalente a “Kumiko canta horrible” y “Kumiko canta horrible”.

Con nuestras diez reglas de inferencia originales no sería posible probar la validez del siguiente argumento:

  • A ^ B /∴ B

Pero utilizando nuestras diez reglas de reemplazo ahora podemos hacerlo:

  1. A ^ B /∴ B
  2. B ^ A (1, Conm.)
  3. B (2, Simp.)

Ten siempre en cuenta las veinte reglas de inferencia para construir un buen argumento o para probar la validez de uno.

Bibliografía recomendada

Irving M. Copi, Lógica Simbólica.

  1. P. Moreland y W. L. Craig, “Logic and Argumentation” en Philosophical Foundations for a Christian Worldview Second Edition.

 


Jairo Izquierdo Hernández es el fundador de Filósofo Cristiano. Actualmente trabaja como Director de Social Media para la organización cristiana Cross Examined. Es miembro en la Christian Apologetics Alliance y ministro de alabanza en la iglesia cristiana bautista Cristo es la Respuesta en Puebla, México.

Por Natasha Crain 

En mi último libro, Talking with Your Kids about God (Hablando con tus hijos sobre Dios), hay seis capítulos que se centran en el cruce entre la fe y la ciencia. Responden a las preguntas: ¿Puede la ciencia probar o refutar la existencia de Dios? ¿La ciencia y la religión se contradicen entre sí? ¿La ciencia y la religión se complementan entre sí? ¿Es Dios solo una explicación de lo que la ciencia aún no sabe? ¿Puede la ciencia explicar por qué las personas creen en Dios? ¿Y qué creen los científicos acerca de Dios?

Estuve particularmente emocionada de escribir estos capítulos porque sé cuán importante es, que estos temas sean comprendidos por los padres y los niños hoy en día, aun así, muchos de ellos no están seguros de cómo abordarlos. Sin embargo, en los últimos meses, una parte de los lectores con los que he hablado en eventos o en línea, me han dicho tímidamente que se saltaron esa sección del libro porque (estoy parafraseando) según ellos, la ciencia está fuera de su “zona de confort”.

Esto es profundamente preocupante; no que alguien omita una sección de mi libro, sino que los padres a menudo se resistan a participar en un tema de fe tan cuestionado hoy en día.

La creencia de que el cristianismo es anti-ciencia, se ha convertido en una razón principal por la cual muchos adultos jóvenes se estén alejando de la fe. Investigadores del Grupo Barna han descubierto que el 29 por ciento de los jóvenes entre los 18 y 29 años con antecedentes cristianos, señalan a las iglesias como entes que están “fuera de sintonía con el mundo científico en el que vivimos” y el 25 por ciento dice que “el cristianismo es anti-ciencia”. ” El hecho de que más de una cuarta parte de los niños de origen cristiano acepten esta narrativa dañina y falsa, debe levantar una gran bandera de preocupación en los padres cristianos.

¿Crees que este tema está siendo manejado o será manejado por el grupo de jóvenes de tu hijo? Piensa otra vez. La investigación de Barna también descubrió que solo un por ciento de los pastores jóvenes aborda cualquier problema relacionado con la ciencia en un año o tiempo determinado. La desconexión entre la necesidad y la respuesta a esa necesidad es enorme en este momento.

Eso significa que los padres deben asumir la responsabilidad de discutir estas preguntas con sus hijos. Pero hay cuatro cosas que creo que tendrán que suceder antes de que más padres lo hagan.

  1. Los padres tendrán que entender que no importa si nos preocupamos personalmente por la ciencia o no, nuestros hijos aún necesitan involucrarse en estos asuntos.

En mi experiencia hablando con los padres, creo que esta es la razón número uno por la cual la mayoría no está teniendo estas conversaciones: simplemente ellos no se preocupan personalmente por la ciencia. Ciertamente, nadie dice eso como la razón. Por lo general, los padres solo dicen que es algo que “deben analizar” o que es “demasiado complicado” (más sobre esto en el punto cuatro). Pero como sucede con la mayoría de las cosas en la vida, si realmente creemos que algo es importante para el bienestar de nuestros hijos, nos haremos cargo de la tarea. Cuidamos por necesidad.

Por ejemplo, mi hijo recientemente tuvo una reacción alérgica a los anacardos después de comer uno por primera vez. Entré en el modo de mamá médico e investigué todo lo que pude en línea para saber cómo ayudarlo mejor. ¿Hay mucha información sobre las alergias a los frutos secos? Sí. ¿Hay diferencias de opinión sobre qué hacer? Sí. ¿Me sentí abrumada al aprender todo esto? Absolutamente. ¿Por un minuto decidí que era muy difícil resolverlo, así que no iba a hacer nada para ayudarlo? Absolutamente no.

Te aseguro que normalmente no me preocupo por las alergias a los frutos secos; pero tan pronto supe que era importante para mi hijo que me educara sobre ello, me equipé. De la misma manera, no importa si nos “preocupa” la ciencia; la pregunta es si el conocimiento de la fe y las cuestiones científicas son importantes para nuestros hijos. La investigación (como señalé anteriormente) ha respondido eso con un sí inequívoco.

  1. Los padres tendrán que entender que no importa si a nuestros hijos les preocupa la ciencia o no, aún deben involucrarse en estos asuntos.

Un padre me dijo recientemente que sus hijos “simplemente no son científicos”. Dijo que están más metidos en las artes; por lo que no iba a tratar de entrar en los detalles de la problemática entre la fe y la ciencia, cuando eso no es un área de preocupación o interés para ellos.

Asumir que las preguntas acerca de la ciencia no afectarán la fe de sus hijos porque ellos no están involucrados en la misma, es un gran error. De hecho, creo que los niños que no se sumergen en la ciencia tienen la misma probabilidad de ser desafiados por estos problemas que los que sí lo hacen. ¿Por qué? Si carecen de interés en considerar personalmente los problemas en profundidad, simplemente pueden diferir a lo que parece culturalmente aceptado. La cultura dice que la ciencia y la fe son opuestas y tengo que elegir solo una. Bueno. La cultura dice que la ciencia ha refutado a Dios y que la fe es simplemente la aceptación ciega de algo sin evidencia. Creo que elegiré la ciencia porque no quiero sentir vergüenza.

¿Eso significa que todo niño necesita entender las complejidades del debate científico? De ningún modo. Pero como lo explico en mis capítulos sobre ciencia, todos deberían comprender los términos y conceptos claves en los que gira el debate y las suposiciones que se hacen al variar las visiones del mundo.

  1. Los padres tendrán que reconocer que las preguntas sobre la relación entre la fe y la ciencia son multifacéticas.

Si bien muchos padres se sienten abrumados ante la idea de aprender sobre cuestiones científicas, otros han simplificado demasiado el asunto. Veo esto mucho en grupos de Facebook. Alguien publica una pregunta sobre cómo su hijo comienza a cuestionar su fe debido a la “ciencia”, y en segundos, todos en el grupo han resuelto el problema pegando alegremente un enlace a la organización que defiende su punto de vista; sobre la edad de la tierra. No me mal interpreten: las preguntas sobre la edad de la tierra y de la evolución son extremadamente importantes (¡escribí ocho capítulos sobre esto en Keeping Your Kids on God’s Side (Mantener a los niños del lado de Dios), pero hay muchos contornos de la conversación más allá de esos temas en particular. Los niños que tienen conocimiento en una sola área, y solo una vista dentro de esa área, no tendrán la base necesaria para interactuar con el mundo de hoy.

  1. Los padres tendrán que aceptar que no tenemos que ser expertos en ciencias para ser guías conocedores.

Mi hija de nueve años se ha estado preparando para su primera competencia de piano. Después de escucharla practicar su pieza recientemente, muchas veces, me di cuenta que ella seguía luchando con los mismos errores. Ella insistió, sin embargo, que no había ningún problema. No pude captar dónde estaba el problema, así que le pedí que tocara la pieza mientras miraba la lectura de la música.

A pesar de que no toco el piano, he estado en bastantes de sus lecciones en los últimos tres años y he podido entender los conceptos básicos de cómo leer música. Puedo seguir y ver el ritmo, los silencios, la dinámica, etc. Cuando llegó a la parte del problema, dije: “¡Aquí! ¡Ésta es la parte que necesitas prestar atención!” Mi hija, que es muy independiente y nunca quiere ayuda con nada, no estaba exactamente muy contenta con mi dirección. Ella respondió: “No eres una experta en piano. ¡Ni siquiera sabes tocar el piano! ¿Cómo sabrías si algo está mal o dónde está mal?”

Es cierto que no soy una experta en piano, pero mi hija no entendió que no necesito ser una experta para ser una guía conocedora de ella. Había aprendido lo suficiente sobre los conceptos básicos y el marco teórico para mostrarle dónde estaban los problemas, aunque no pudiera sentarme y tocar la pieza yo misma.

De la misma manera, los padres no necesitan ser expertos en ciencia para ser guías conocedores de sus hijos en el cruce entre la fe y la ciencia. Pero muchos padres se “retiran” de la conversación porque simplemente no se sienten capacitados para tenerla. No hay razón para hacerlo. El hecho de que no pueda enseñar a sus hijos las complejidades de la teoría evolutiva (o cualquier otra cosa) no significa que no pueda estar equipado para guiar a sus hijos de una manera significativa y que honre a Dios.

Con un poco de motivación y esfuerzo, puedes aprender y mostrar cuán hermosa la ciencia describe la creación de Dios, no la refuta.

 


Natasha Crain es una bloguera, autora y oradora nacional que siente pasión por equipar a los padres cristianos para educar a sus hijos en la comprensión de cómo presentar un caso y defender su fe en un mundo cada vez más secular. Es autora de dos libros de apologética para padres: Talking with Your Kids about God (Hablando con tus hijos sobre Dios) (2017) y  Keeping Your Kids on God’s Side (Manteniendo a tus hijos del lado de Dios) (2016). Natasha tiene un Maestría en marketing y estadísticas en la UCLA y un certificado en apologética cristiana de la Universidad de Biola. Ex ejecutiva de mercadotecnia y profesora adjunta, vive en el sur de California con su esposo y sus tres hijos.

Blog Original: http://bit.ly/2G0YSoM

Traducido por Malaquias Toro Vielma

Editado por María Andreina Cerrada

Por Natasha Crain

El famoso físico, cosmólogo y autor Stephen Hawking murió. Era ampliamente conocido como uno de los científicos más brillantes de nuestro tiempo.

También era ampliamente conocido por ser ateo.

De hecho, muchos de los científicos más famosos de la actualidad son ateos.

Este punto no ha escapado a la atención de los escépticos que a menudo promueven la idea que la ciencia y Dios están en conflicto. Como evidencia de ese supuesto conflicto, los escépticos a menudo afirman que prácticamente ningún científico cree en Dios. Respaldan su aseveración citando una investigación de 1998 que mostró que el 93% de los miembros de la Academia Nacional de Ciencias (una organización científica de élite en los Estados Unidos) no creen en Dios. Ese hallazgo captó la atención de los medios de comunicación, y desde entonces se cita continuamente como un hecho conocido sobre la relación de las creencias religiosas y las profesiones científicas.

Por ejemplo, Sam Harris quien es un popular neurocientífico y autor ateo escribió:

Aunque es posible ser un científico y aún creer en Dios, como algunos parecen serlo, no hay duda de que un compromiso con el pensamiento científico tiende a erosionar, en lugar de apoyar, la fe religiosa. Tomando como ejemplo la población de los Estados Unidos: la mayoría de las encuestas muestran que alrededor del 90% de las personas en general creen en un Dios personal, pero el 93% de los miembros de la Academia Nacional de Ciencias no. Esto sugiere que el pensamiento científico es poco compatible con la fe religiosa.

Mi propósito en este artículo no es diseccionar las creencias religiosas de Stephen Hawking. Solo me refiero a él aquí porque su muerte llevó este tema una vez más a la discusión pública. Mi objetivo tampoco es analizar si Dios y la ciencia entran en conflicto (me refiero a esto en varios capítulos de  Talking with Your Kids about God –Hablar con tus hijos acerca de Dios–). En cambio, mi intención es ver si los científicos no creen en Dios y las implicaciones de la respuesta.

Si bien sabemos que la verdad no está determinada por la cantidad de votos, las estadísticas captan la atención de las personas y los jóvenes confían especialmente en la “opinión de expertos”, por lo que vale la pena que como padres dediquemos tiempo para explorar este tema. Cuando tus hijos preguntan por qué los científicos no creen en Dios (porque han escuchado que esa es una conclusión inevitable), esta es la discusión que deben tener.

¿Qué creen los científicos acerca de Dios?

Este es el tema del Capítulo 12 en Talking with Your Kids about God  (Hablar con tus hijos acerca de Dios), en el cual, explíco en detalle los cinco principales estudios de investigación que se han llevado a cabo sobre este tópico (con todas las referencias correspondientes). Voy a resumir brevemente los hallazgos aquí:

Estudio de James Leuba (1914) con actualización de Edward Larson y Larry Whitham (1996-98): en 1914, se descubrió que el 42% de los científicos creían en un Dios personal. Entre los científicos que Leuba identificó como “mayores” (científicos destacados), el número cayó al 28%. En 1996, Larson y Whitham intentaron replicar el estudio para conocer cómo los desarrollos científicos del siglo XX pudieron haber cambiado los puntos de vista religiosos entre los científicos. Sus resultados fueron casi idénticos: el 40% dijo que creía en un Dios personal. Para replicar el intento de Leuba de encuestar a un subconjunto de científicos de élite, Larson y Whitham encuestaron a la Academia Nacional de Ciencias. En ese grupo, la creencia en un Dios personal cayó al 7%. Este es el estudio específico al que se hace referencia con frecuencia para demostrar que los científicos no creen en Dios.

Estudio de religión entre académicos científicos (2005-08): la socióloga Elaine Howard Ecklund encuestó a casi 1700 científicos de 21 universidades de élite sobre sus puntos de vista sobre religión y ciencia. Descubrió que casi el 50% se identificó con una etiqueta religiosa. Es importante destacar que Ecklund llevó a cabo análisis estadísticos para identificar qué factores eran los predictores más significativos de creencias y comportamientos religiosos. Encontró que el predictor más fuerte de adherencia religiosa era la religiosidad infantil. En otras palabras, los científicos criados con una afiliación religiosa eran más propensos a ser religiosos como adultos, y aquellos criados sin afiliación religiosa eran más propensos a ser irreligiosos como adultos. Ecklund concluye:

Es una suposición de mucho trabajo académico afirmar que las creencias religiosas de los científicos corresponden a su compromiso con la ciencia. Los hallazgos presentados aquí muestran que, de hecho, los académicos de las ciencias naturales y sociales de las universidades élite de investigación son menos religiosos que muchos de los que pertenecen al público en general, al menos según los indicadores tradicionales de religiosidad. Asumiendo, sin embargo, que convertirse en científico lleva necesariamente a la pérdida de compromisos religiosos es insostenible si tenemos en cuenta la selección diferencial que hacen los científicos procedentes de ciertos trasfondos religiosos. Nuestros resultados indican que las personas de ciertos orígenes (los no religiosas, por ejemplo) de manera desproporcionada se inclinan a profesiones científicas.

Estudio del Pew Research Center (2009): los hallazgos sugieren que los científicos tienen aproximadamente las mismas probabilidades que el público en general de creer en Dios o en un poder superior.

Estudio de Entendimientos Religiosos de la Ciencia (2012-15): Ecklund realizó otro estudio que incluyó 574 científicos. En esta encuesta, el 36% de los científicos dijeron: “Sé que Dios realmente existe y no tengo dudas al respecto”, frente al 56% de la muestra general.

Consideremos ahora las implicaciones de estos estudios.

  1. No es cierto que el 93 por ciento de los científicos no creen en Dios.

Esta estadística frecuentemente citada se refiere solo a uno de varios estudios disponibles, y hay dos buenas razones por las que no deberíamos considerar que es un dato representativo.

En primer lugar, de las otras investigaciones queda claro que este hallazgo fue un caso atípico: los otros estudios importantes sobre este tema sugieren que del 33 al 50 por ciento de los científicos creen en un Dios personal, con cifras aún mayores si incluimos a aquellos que creen más ampliamente en un poder superior.

En segundo lugar, este estudio se realizó con un grupo único de miembros de la Academia Nacional de Ciencias, una organización de aproximadamente 2,300 científicos que fueron elegidos por otros miembros. Podríamos especular todo el día acerca de por qué estos científicos en particular son menos propensos a creer en un Dios personal, pero la conclusión es que esta organización no es representativa de la comunidad científica en general.

Lo más que se puede decir de este estudio es que el 93 por ciento de los científicos que son miembros de la Academia Nacional de Ciencias y respondieron a la encuesta no creen en un Dios personal. Es muy impreciso sugerir que el 93 por ciento de todos los científicos son ateos porque esta no es una muestra representativa.

  1. La correlación no es igual a la causalidad.

En las estadísticas, la correlación simplemente significa que dos variables tienden a moverse en la misma dirección: en este caso, aquellos que son científicos tienden a ser menos propensos a creer en Dios. Esto no significa, sin embargo, que ser un científico necesariamente causa que alguien no crea en Dios. (Piénsalo de esta manera: en algunas partes del mundo, llueve casi todas las Pascuas, pero eso no significa que la Pascua provoca la lluvia).

Si determinamos que convertirse en científicos hizo que las personas dejaran de creer en Dios, podríamos tener razones para pensar que hay un conflicto inherente entre la práctica de la ciencia y el teísmo. Pero, por el contrario, el estudio de Ecklund entre la religión y los académicos científicos reveló que los irreligiosos simplemente tienen más probabilidades de convertirse en científicos en primer lugar. La investigación disponible no sugiere que los científicos se vuelvan irreligiosos como consecuencia de su ocupación, aunque esto es lo que suelen asumir los escépticos. Y si convertirse en irreligioso no es una consecuencia de su ocupación, entonces todo el tema de lo que los científicos creen acerca de Dios se vuelve rápidamente menos relevante.

  1. Lo que los científicos creen acerca de Dios no tiene ninguna relación con la existencia de Dios.

Si bien debemos explorar este tema porque a menudo se plantea como un desafío a la verdad del cristianismo, debemos recordar que, en última instancia, las creencias no son ciertas según quién las tenga. Son verdaderos porque corresponden a la realidad. Los científicos no tienen más experiencia en la realidad de la existencia de Dios que cualquier otra persona.

Para obtener más información sobre estos estudios y una guía de conversación completa para usar con sus hijos al hablar sobre este tema, consulte Talking with Your Kids about God (Hablar con tus hijos acerca de Dios) en las páginas 125-132.

 


Blog Original: http://bit.ly/2DQI3M6

Traducido por Rudy Ordoñez Canelas

Editado por María Andreina Cerrada

RULES OF INFERENCE

Having seen the main points of argumentation and propositional logic , it is now time to see what gives formal validity to a good argument: the rules of inference.

1. Modus Ponens (MP)

If P implies Q, and P is true, then Q is true.

Logical form:

  1. P → Q
  2. P
  3. Q

This rule allows us, from a conditional statement (P→Q), to conclude the truth of its consequent (Q) from the truth of its antecedent (P). Example :

  1. If today is Saturday, then Reina is at the bookstore.
  2. Today is Saturday,
  3. So, Reina is in the bookstore.

2. Modus Tollens (MT)

If P implies Q, and Q is not true, then P is not true.

Logical form:

  1. P → Q
  2. ¬Q
  3. ¬P

This rule allows us, from a conditional statement (P→Q), to infer the falsity of its antecedent (P) if its consequent (Q) is also false. Example:

  1. If the cake is made with sugar, then the cake is sweet.
  2. The cake is not sweet.
  3. Therefore, the cake is not made with sugar.

An important feature of conditional propositions is this: The antecedent (the statement before “if”) sets up a sufficient condition for the consequent (the statement after “then”), while the consequent sets up a necessary condition for the antecedent. In other words, the truth of P is sufficient for the truth of Q , whereas P will never be true without Q . Take the example of the cake. That the cake is made with sugar is sufficient for the cake to be sweet. Likewise, if it turns out that the cake is not sweet, then it is impossible for the cake to be made with sugar.

Of course, not all arguments for modus tollens are so trivial. For example,

  1. If the security system detects an intruder, then the alarm will be activated.
  2. The alarm did not go off.
  3. Therefore, the security system did not detect an intruder.

Someone might object that there is a possibility that there was an intruder that the security system did not detect; but that does not invalidate the argument, why? Very simply: the first premise is “If the security system  detects  an intruder.” The important issue is that whether the system detects or does not detect an intruder, it says nothing about the existence of the intruder.

Let’s look at one last example that might be more complicated:

  1. If Reina passes her exam with good grades, then she will join the band.
  2. Reina was not part of the musical band.
  3. Therefore, Reina did not pass her exam with good grades.

It could clearly be the case that Reina did pass her exam with a high grade, but perhaps the teacher chose someone else because she was a relative. Does this invalidate the rule? Not at all. What happens is that in agreements like these, we tend to omit other factors that we take for granted will be fulfilled. In this case, one expects the teacher to be honest and to do his job. Now look at the same example but with that other condition added:

  1. If Reina passes her exam with good grades and the teacher is honest, then she will join the band.
  2. Reina was not part of the musical band.
  3. So either Reina failed her exam with good grades or the teacher was dishonest.

Another important point is that there are other ways of stating sufficient and necessary conditions besides the phrase “if…, then…”. Sometimes a necessary condition is stated by saying “only if.” For example, let’s say Reina’s teacher had said, “Secured position in the band only if she gets good grades on the exam.” Here getting good grades on the exam has been stated as a necessary condition , so this proposition would be our consequent (Q), not the antecedent in the conditional form (P). If this is the case, then the formulation, “If Reina passes her exam with good grades, then she will be in the band” is wrong, because that is not what the teacher said; he stated a necessary condition for the band position, not a sufficient one, so there may be other conditions that must be met to get the position, as we saw in our previous example where we included the teacher’s honesty. Taking the teacher’s statement as both a necessary and a nonsufficient condition, we can formulate the argument this way by modus tollens:

  1. If Reina is part of the band, then she got good grades on her exam.
  2. Reina did not get good grades.
  3. Therefore, Reina is not part of the band.

Always remember to keep this in mind to avoid misunderstandings.

3. Hypothetical Syllogism (SH)

If P implies Q, and Q implies R, then P implies R.

Logical form:

  1. P → Q
  2. Q → R
  3. P → R

The rule of hypothetical syllogism allows us to establish that the truth of P implies the truth of R. Example:

  1. If Christianity is true, then the soul exists.
  2. If the soul exists, then the human being has free will.
  3. Therefore, if Christianity is true, then human beings have free will.

4. Disjunctive Syllogism (DS)

Either P is true or Q is true; P is not true; therefore, Q is true. Likewise, whether P is true or Q is true; Q is not true; therefore, P is true.

Logical form:

  1. P v Q
  2. ¬P
  3. Q
  1. P v Q
  2. ¬Q
  3. P

This rule tells us that if a disjunction of two propositions is true, and one of the propositions is false, then the other proposition is true.

There are two types of logical disjunction:

  • It means “and/or” where at least one of them is true, or maybe both.
  • Exclusive . Means “XOR” (exclusive OR). Only one disjunct can be true, but not both.

Example of inclusive disjunction:

  1. Either Jeanne worked in the library or Marco played a game of chess.
  2. Marco did not play a game of chess.
  3. So Jeanne worked in the library.

Both propositions in premise (1) could be true. Therefore, you cannot conclude that because one of the disjuncts is true, the other is false. Both could be true (note that in premise (1) you can change “or” to “and/or” without any problem). So the disjunctive syllogism allows you to conclude only that if one disjunct is false then the other disjunct is true.

Example of exclusive disjunction:

  1. Either Jeanne is in the bedroom with Marco playing Xbox or she is with Arturo in the kitchen eating cake.
  2. She is in the bedroom with Marco.
  3. She is not in the kitchen with Arturo.

Note that in premise (1) you cannot change “or” to “and/or”, only in the case of exclusive disjunction can you infer the falsity of a disjunct from the truth of the other.

5. Constructive Dilemma (CD)

If P implies Q and R implies S , then if either P or R is true, it follows that either Q or S is true.

Logical form:

  1. (P → Q) ^ (R → S)
  2. P v R
  3. Q v S

The  constructive dilemma  is the disjunctive version of  modus ponens . Example:

  1. If Jeanne wins a million pesos she will donate them to an orphanage; and if Alter wins a million pesos he will buy a house.
  2. Jeanne wins a million pesos or Alter will.
  3. So either an orphanage will get a million pesos or Alter will get a house.

6. Destructive Dilemma (DD)

If P implies Q, and R implies S, and either Q is false or S is false; then either P is false or R is false.

Logical form:

  1. (P → Q) ^ (R → S)
  2. ¬Q v ¬S
  3. ¬P v ¬ R

The  destructive dilemma  is the disjunctive version of  modus tollens and states that if two conditionals are true, but one of their consequents is false, then one of their antecedents must be false. Example:

  1. If it rains, Jeanne will stay at home; and if it is sunny, she will go out for a walk.
  2. Jeanne will not stay at home or go out for a walk.
  3. So either it won’t rain or it won’t be sunny.

7. Conjunction (Conj.)

If P is true and Q is true, then the conjunction “P and Q” is also true.

Logical form:

  1. P
  2. Q
  3. P ^ Q

Simple, if two propositions are true in isolation, then their conjunction is also true. Example:

  1. Kumiko is playing the euphonium.
  2. Queen is playing the trumpet.
  3. Kumiko is playing the euphonium and Reina is playing the trumpet.

8. Simplification (Simp.)

If the conjunction of P and Q is true, then P is true and Q is true.

Logical form:

  1. P ^ Q
  2. P
  1. P ^ Q
  2. Q

For a set like P^Q to be true, both P and Q must be true. So simplification allows us to conclude from P^Q that P is true and that Q is true. Example:

  1. Kumiko is playing the euphonium, and Jeanne is playing the piano.
  2. Jeanne is playing the piano.
  1. Kumiko is playing the euphonium, and Jeanne is playing the piano.
  2. Kumiko is playing the euphonium.

9. Absorption (Ab.)

If P implies Q, then P implies P and Q.

Logical form:

  1. P → Q
  2. P → (P ^ Q)

By means of this rule P is “absorbed” by the term Q in the consequence. Example:

  1. If Jeanne goes shopping, then she will get a new blouse.
  2. If Jeanne goes shopping, then she will go shopping and get a new blouse.

10. Addition (Ad)

If P is true, then its conjunction with any other statement will also be true.

Logical form:

  1. P
  2. P v Q

Note that for a disjunction to be true, only one part of the disjunction has to be true. So, given any statement, it is possible to express it as a choice (disjunction) accompanied by any other statement. So if we know that P is already true, it follows that “P or Q” is also true no matter what Q is. Example:

  1. Human beings live on planet Earth.
  2. Humans live on planet Earth or the Moon is made of cheese.

 


Jairo Izquierdo Hernández is the founder of Christian Philosopher . He currently works as a Community Manager for the Christian organization Cross Examined . He is a member of the Christian Apologetics Alliance and a worship minister at the Christian Baptist Church Christ is the Answer in Puebla, Mexico.

By Bryan Auten

A frequently asked and important question in the Christian Apologetics Alliance is about how aspiring apologists should spend their time and develop their skills. In a recent thread, CAA members addressed this issue. Tim McGrew summarizes the main points of the discussion, and they are presented here as an Apologetics Toolkit post.

1) Online arguments are not a good training ground for someone who has no experience

Stay away from them altogether until you have studied them deeply, and even then, don’t dive into every argument headlong.

This is one of the hardest pieces of advice for most young people to accept, but it is one of the most important. I know what it feels like to want to save the world, to stand up to the intellectual bullies on Twitter or YouTube or some chat room. But if that is all you do, you will waste years in an intellectually empty extreme, the best you can be is a cartoon hero on a playground, and sometimes you will get a bloody nose and look like a complete fool. Take the long road. Start training now for the serious battles, and when they come, in God’s mercy, you will be ready for them.

2) Get a copy of Greg Koukl’s book  Tactics  and read it very carefully, preferably more than once.

It will give you the tools to have a conversation even when you don’t have all the answers, for those moments when conversation comes to you without looking for it. Learning to be polite in these types of conversations is a priceless gift.

3) Apologetics is only one dimension of the Christian life

Important lifelong habits like Bible reading and prayer won’t just happen by themselves; you have to develop them now. Finding a good church is vital. Studying beyond apologetics—history, literature, poetry, science, art, math, music—will broaden your understanding and make you a more cultured person, better able to meet other people where they care. It may also change your view of what counts as apologetics.

4) For the study of apologetics in particular, ask around for good resources and then work on mastering them at a steady pace.

There are fantastic resources already listed in this thread: videos, podcasts, blogs, and books. Figure out the best method for understanding the information (I prefer reading, a good friend of mine prefers podcasts and audio books) and focus on that method, but don’t neglect reading altogether, even if you’re an auditory type of person. Find a pace you can maintain, maybe half an hour a day, maybe an hour, and dedicate that block of time to studying.

5) Find a mentor

If you can find a mentor who can be seen as more than just an intellectual superior, someone who can bring you spiritual wisdom and godly counsel, as well as solid knowledge and extensive learning, your life will change almost inconceivably. There may not be anyone in your life right now who can fill that role. If that is the case, begin now to pray earnestly that God will bring you the right person.

Learn more about the Christian Apologetics Alliance here . 

 


Translated by  Jorge Gil Calderon

Edited by  Jairo Izquierdo

Original Blog:  http://bit.ly/2MeQbyq

Why would anyone want or should become a Christian? Why should anyone put their faith in Jesus – a man who lived over two thousand years ago? Certainly, there have been various answers to these questions throughout the history of Christianity. Christian apologetics is both the science and the art of answering these kinds of questions, using reason and evidence.

The word apologetics first appears in the New Testament in 1 Peter 3:15 where the apostle Peter is writing to the early Christians in Asia Minor (a Roman province) who were suffering persecution for their faith in Jesus. He writes, ‘But sanctify Christ as Lord in your hearts, always being ready to give a defense (apologia) to everyone who asks you to give a reason (logos) for the hope that is in you, but do this with gentleness and respect’ (NASB).

Within this verse we can see a synthesis of Christian apologetics . This can be summarized in two parts: a) reasons and objective evidence about the truth of Christianity (this corresponds to reality), and b) the communication of this truth to the world.

Objective evidence that Christianity is true

The first Christian believers were Jews and so, ironically, the first Christian apologists were also Jews. As a means of sharing their new faith in Christ with family and friends, who were also Jews, they appealed to the Old Testament and to the bodily resurrection of Jesus as the main reasons for their belief in Christ.

Today (in the 21st century), Christian apologists must contend with ideologies and philosophies such as naturalism, atheism, pantheism, and post-modernism. At CrossExamined.org we employ a classical apologetic approach to defending Christianity, which is summarized here.

Classical Apologetic Approach: (a simplified outline)

  • There is truth (objective reality can be known)
  • God exists (classic arguments about the existence of God)
    • The cosmological argument
    • The teleological argument
    • The moral argument
  • Miracles are possible (the universe is not a closed system)
  • The New Testament is historically reliable (evidence from manuscripts and archaeology)
  • Jesus rose from the dead (therefore Jesus is God)

Once these truths have been established, they must be communicated in a way that can be understood by the audience.

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The communication that Christianity is true (and therefore, should be believed)

The apostle Paul was also Jewish and he called his fellow Jews to believe in Christ, as well as the Gentiles (Romans and Greeks). When he visited Athens he debated with Epicurean and Stoic philosophers on Mars Hill, the philosophical center of Ancient Greece (Acts 17:16-34). While there, Paul quoted Greek philosophers such as Epimenides. In doing so, Paul was contextualizing the gospel in such a way that it could be understood by those listening. This is the second fundamental part of Christian apologetics – effective communication to a given audience.

In 1 Corinthians 9:20-23 (NASB), Paul writes:

To the Jews I became as a Jew, that I might win Jews; to those under the law, as under the law (though I myself am not under the law), that I might win those under the law; to those not under the law, as not under the law (though I am not without the law of God, but under the law of Christ), that I might win those not under the law. To the weak I became weak, that I might win the weak; to all men I have become all things, that by all means I might save some. And I do all things for the sake of the gospel, that I may share in it.

The gospel must be clearly communicated and understood in order to be believed. Each new generation of Christians must communicate and defend the gospel message in the social and cultural environment in which they find themselves. Culture will change over time, but the central message of the gospel never changes.

Christian apologetics seeks to connect with nonbelievers by presenting them with the reasons and evidence why Christianity is true, rational, and worthy of belief. Late twentieth-century Christian apologist Francis A. Schaeffer viewed apologetics as “pre-evangelism” – a way of preparing the mind and heart to receive the message of Christianity (the gospel). The connection between apologetics and evangelism can be summed up in the words of Oxford theologian Alister E. McGrath:

“…Christian apologetics represents a serious and sustained engagement with the ‘ultimate questions’ asked by a culture, people group, or individual, with the goal of demonstrating how the Christian faith is capable of providing meaningful answers to these questions. Where does God stand in regard to suffering in the world? Is faith in God reasonable? Apologetics paves the way for evangelism, just as John the Baptist prepared the way for Jesus of Nazareth…evangelism extends a personal invitation: ‘You are invited to the feast! Please come!’ Apologetics lays the necessary groundwork for the invitation, and evangelism extends it. Both are essential to the mission of the Church.” ( Mere Apologetics: How to Help Seekers & Skeptics Find Faith , pages 22–23)

If you would like to learn more about Christian apologetics for yourself or a small group, check out our resources at www.ImpactApologetics.com

A good place to start is the book ‘I Don’t Have Enough Faith to be an Atheist’, and one of the first Christian apologetics curricula (great for churches, Christian schools, and small study groups). ‘I Don’t Have Enough Faith to be an Atheist’.

We also have a free app for your smartphone. The app contains great resources on Christian apologetics (podcasts, blogs, and a quick question section). The CrossExamined.org app can be downloaded here .

 


Dr. Frank Turek (D.Min.) is an award-winning author and frequent college speaker who hosts a weekly television show on DirectTV and a radio program that airs on 186 stations nationwide. His books include I Don’t Have Enough Faith to be an Atheist and Stealing from God: Why atheists need God to make their case.

By Steven Dunn

The conception of the objective reality of elementary particles has not evaporated in the cloud of a new concept of reality, but in the transparent clarity of mathematics which no longer represents the behavior of particles, but our knowledge of this behavior. (W. Heisenberg, 1958) [1]

In this post, I want to focus on the phenomenon of consciousness with respect to quantum mechanics. More specifically, the latest 20th century perspectives on the role of the perceptive mind in quantum mechanics. As Varadaja V. Raman writes in his essay in The Journal of Cosmology (2009), “The disembodied soul goes elsewhere, perhaps to a space that transcends scope and moment. This view of the soul is satisfactory in explaining the phenomenon of dynamic life and nonliving death on a subjective level, but it does not constitute a scientific theory” [2] .

Varadaja Raman’s statement can be seen as an interesting pretext in connection with certain minor philosophical discussions of the physical universe; however, even though Raman here is discussing certain theories applied to the phenomenon of consciousness (e.g. quantum mechanical consciousness, evolution, neuroscience, etc.), Hans Reichenbach (1958) shows how philosophical problems can be brought into scientific interest by using the Euclidean geometrical system. An example:

The problem of the demonstrability of a science was solved by Euclid insofar as he had reduced science to a system of axioms. But now the epistemological question arose of how to justify the truth of these first assumptions. If the certainty of the axioms was transferred to the theorems obtained by means of the system of logical concatenations, the problem of the truth of this involved construction was transferred, in the opposite form, to the axioms. It is precisely the affirmation of the truth of the axioms that sums up the problem of scientific knowledge, once the connection between axioms and theorems has been made. [3]

Thus, as seen throughout your book, philosophy has a certain degree of relevance to questions about the physical universe [4] . As Bernard d’Espagnat (2006) once said: “The great philosophical puzzles lie at the core of present-day physics” [5] . However, the particular interest I have in that matter is how our own perceptual abilities and quantum mechanics have changed our understanding of materialist explanations “from the atom” to the mind having some role in the discussion (if not a fundamental role – the question of course, is “how fundamental?”).

First conscious

As far as the literature regarding this question of consciousness and quantum mechanics goes, a lot of philosophers and physicists over the past few months have really sparked quite an interest in me in asking about the most fundamental philosophical questions about the universe. For example, is the mind fundamental to the universe? Is there something more fundamental than space-time that could actually underlie it? Are there inherent anthropic properties within our universe that would challenge certain evolutionary cosmogonic models? These questions and more related to them are not particularly what I wish to address, but rather the role of the mind as it relates to quantum mechanics. Showing the relationship – or interest – between the two I think would constitute some pertinent criticism concerning materialist interpretations of consciousness.

For now, let us consider a problem relevant to our discussion to be the following: If quantum mechanics is universally correct (and we would like to think so), then we should be able to apply it to the entire universe in order to find its wave function [6] . In this way, we could see which events are probable and which are not. However, certain paradoxes seem to emerge (Linde, 2004) once we try to do so. For example, the Wheeler-DeWitt equation (or, the Shrodinger equation [7] for the wave function of the universe) has a function that does not depend on time – therefore, the evolution of the universe by appeal to its wave function would show that the universe does not change in time.

I was interested in Andrei Linde’s (2004) comment on this topic when he said that “we are not really asking why the universe as a whole is evolving. We are trying to understand our own experimental data. Therefore, a more precisely formulated question is why do we see the universe evolving in time in a certain way?” [8] Linde goes on to say:

Most of the time, when discussing quantum cosmology, one can remain entirely within the boundaries set by purely physical categories, regarding an observer simply as an automaton, and not dealing with questions of whether he/she/it is conscious or not conscious during the process of observation. This limitation is harmless for many practical purposes. But we cannot rule out the possibility that carefully avoiding the concept of consciousness in quantum cosmology may lead to an artificial narrowing of our perspective. [9]

This makes perfect sense with respect to earlier 20th-century commitments to a mechanistic understanding of the universe. As Henry P. Stapp (2009) acknowledged in his essay “Quantum Reality and Mind”: “The dynamical laws of classical physics are formulated entirely in terms of physically described variables: in terms of the quantities that Descartes identifies as elements of the “ res extensa.” Descartes psychologically and complementary describes the elements, things, of his res cogitans as being completely outside themselves: there is, in the causal dynamics of classical physics, no trace of their existence . ” [10]

Thus, our own mental realities have the ability to know about certain physically described properties, but have no way of affecting them in any way” – thus leaving man as an “independent observer”. However, “Quantum physics revealed an inevitable interaction between the observer and the observed in the microcosm. Thus, human consciousness entered the field of physics” [11] . Henry Stapp makes a remarkable comment regarding this shift in thinking:

In view of this fundamental re-entry of mind into basic physics, it is almost incomprehensible that few non-physical philosophers and scientists entertain today, more than eight decades after the downfall of classical physics, the idea that the physicalist conception of nature, based on invalidated classical physical theory, may be deeply flawed in ways highly relevant to the mind-matter problem. [12]

Although it could certainly be expounded in other articles, I would personally favor Stapp’s position regarding a dualistic account of quantum mechanics (“von Neumann Dualistic Quantum Mechanics”), since in my opinion it has the best account of the ontological character of physical reality in quantum mechanics and the relevance of mental reality to the physical (idealistic theories in my opinion fall under the same fault line as Berkeley’s system, and materialistic theories are wanting, so dualism I think does the best).

What have we learned?

Materialism understood within the framework of physics fails once we understand the quantum association of the “observer.” Once we integrate certain Aristotelian terms regarding the ontological character of the physical reality of quantum mechanics (i.e., “potentia” and “actual”), we see that physical reality has the ontological character of potentia— As such, it is more mind than matter in character” [13] . Therefore, mental realities cannot be completely revoked under the umbrella of materialism in quantum mechanics.

Grades

[1] Werner Heisenberg,  The Representation of Nature in Contemporary Physics . Daedalus, 87 (summer), 95-108.

[2] Varadaja V. Raman,  Four Perspectives on Consciousness . Journal of Cosmology (2009, vol. 3) p. 558

[3] Hans Reichenbach,  The Philosophy of Space and Time , trans. Maria Reichenbach and John Freud (Dover Books: 1958) pp. 1-2

[4] I would also look at Reichenbach’s chapter on “The Difference Between Space and Time” (p. 109) for more of what I want to say on this topic. For example, the first sentence reads: “The philosophy of science has examined problems of time much less than problems of space.” Further down he explains that while space might be associated with a geometric-Euclidean example, time cannot really be afforded the same courtesy (cf. contrasted from earlier discussions of space, Reichenbach writes that “it is impossible to distinguish between straightness and curvature” with respect to questions of time). Reichenbach there ends: “Thus time lacks, by its one-dimensionality, all the problems that have led to the philosophical analysis of problems of space” (p. 109).

[5] Bernard d’Espagnat,  On Physics and Philosophy  (Princeton University Press: 2006) p. 2

[6] In quantum mechanics, with a built-in principle known as the uncertainty principle, particles do not have “definitively” fixed positions or velocities, but rather states that can be represented by what is known as a wave function. According to Hawking (2001), “A wave function is a number at each point in space that gives the probability that the particle is located at that position” ( Universe in a Nutshell , p. 106).

[7] The Shrödinger equation (taken from http://en.wikipedia.org/wiki/Schr%C3%B6dinger_equation ): This equation tells us the rate at which the wave function changes with time (see Hawking 2001, p. 107–110). Subhash Kak (2009) also makes the interesting statement that “although the evolution of the quantum state is deterministic (given by the Shrodinger equation) its observation results from a collapse of the state into one of its components, in a probabilistic manner.” (See Penrose 2009, pp. 4–5).

[8] Andrei Linde, quoted from  The Mystery of Existence , ed. John Leslie and Robert Lawrence Kuhn (Wiley-Blackwell: 2013) p. 162

[9] Ibid.

[10] Henry P. Stapp, cited from  Quantum Physics of Consciousness , ed. Roger Penrose (Cosmology Science Publishers: 2009) p. 17

[11] Varadaja Raman (2009), in  Quantum Physics of Consciousness , p. 89-90 – emphasis mine.

[12] Henry Stapp (2009), p. 19

[13] Stapp (2009), p. 20

 


Translated by Jairo Izquierdo

Por Peter S. Williams

1) Un argumento Cosmológico Kalam

En una reciente conferencia en honor al 70 cumpleaños del físico Stephen Hawking, el cosmólogo ateo Alexander Vilenkin afirmó que “toda la evidencia que tenemos dice que el universo tuvo un comienzo”[1]. Una editorial de New Scientist en la conferencia comentó:

El big bang ahora es parte del mobiliario de la cosmología moderna… Muchos físicos han estado luchando contra una acción de la retaguardia contra ella durante décadas, en gran parte debido a sus matices teológicos. Si tienes un instante de creación, ¿no necesitas un creador? Los cosmólogos… han intentado en varios modelos diferentes del universo esquivar la necesidad de un comienzo mientras que todavía requieren un big bang. Pero la investigación reciente les ha dado muchos agujeros. Ahora parece cierto que el universo tuvo un comienzo. Sin una cláusula de escape, los físicos y los filósofos deben finalmente responder a un problema que les ha estado fastidiando durante la mayor parte de los 50 años: ¿cómo se obtiene un universo, completo con las leyes de la física, de la nada?[2]

El físico Paul Davies observa que:

Uno podría considerar alguna fuerza sobrenatural… como responsable del big bang, o se podría preferir considerar el big bang como un evento sin causa. Me parece que no tenemos demasiada elección. O[…] algo fuera del mundo físico [o] un evento sin una causa[3]

Sin embargo, un acontecimiento físico es por naturaleza un suceso contingente, y un suceso contingente está por definición supeditado a algo más allá de sí mismo.

La mecánica cuántica no proporciona un contraejemplo a esta afirmación causal, aunque concedamos la polémica interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica, puesto que los sucesos cuánticos se sitúan en un contexto de condiciones físicas que condicionan causalmente, aunque causalmente no requieran, los eventos en cuestión. Como el ateo Quentin Smith admite, las consideraciones cuánticas “a lo sumo tienden a mostrar que las leyes acausales gobiernan el cambio de condición de las partículas… estos no dicen nada sobre la causalidad o acausalidad de los comienzos absolutos…”[4]

Uno obviamente no puede plantear una causa física para el primer evento físico, pero negar que el primer evento físico tuvo una causa no física uno debe rechazarse la premisa de que “Todos los eventos físicos tienen al menos una causa”, o bien afirmar que los eventos físicos deben tener causas físicas. Sin embargo, por un lado, hacer una excepción a la regla de que todos los eventos físicos tienen al menos una causa cuando se trata del primer evento físico es ad hoc. Por otro lado, la afirmación de que los eventos físicos deben tener causas físicas implica un regreso infinito inaceptable. También plantea una petición de principio del naturalismo. Por lo tanto, debemos reconocer la existencia de un primer evento físico explicado por una causa no física:

  1. Hubo un primer evento físico.
  2. Todos los eventos físicos tienen al menos una causa externa e independiente de ellos mismos.
  3. Por lo tanto, el primer evento físico tuvo al menos una causa externa e independiente de sí misma.
  4. La causa del primer evento físico no pudo haber sido una causa física.
  5. Por lo tanto, puesto que las causas sólo pueden ser físicas o no físicas, el primer evento físico tuvo una causa no física externa e independiente de sí misma.

Como Dallas Willard argumenta:

El carácter dependiente de todos los estados físicos, junto con la completitud de la serie de dependencias que subyacen a la existencia de cualquier estado físico dado, implica lógicamente, por lo menos un estado de ser auto-existente y, por tanto, no físico.[5]

Por otra parte, como J.P. Moreland y William Lane Craig observan:

Hay dos tipos de explicación causal… explicaciones en términos de leyes y condiciones iniciales y explicaciones personales en términos de agentes y sus voliciones. Un primer estado del universo no puede tener [una explicación en términos de leyes y condiciones iniciales] ya que [no hay leyes o condiciones iniciales] antes de ella, y, por lo tanto, sólo puede explicarse en términos de explicación personal.[6]

Y esto, por supuesto, es una parte importante de lo que queremos decir con “Dios”.

2) El argumento cosmológico de Leibniz

El argumento cosmológico de Leibnitz se basa en el «principio de razón suficiente»:

  1. Todo lo que existe tiene una explicación de su existencia, ya sea en la necesidad de su propia naturaleza o en una causa externa.
  2. El universo existe.
  3. Por lo tanto, el universo tiene una explicación de su existencia.
  4. Si el universo tiene una explicación de su existencia, esa explicación es Dios.
  5. Por lo tanto, la explicación de la existencia del universo es Dios.

Como el universo existe obviamente, los no-teístas deben negar las premisas 1 o 4 para evitar racionalmente la existencia de Dios.

Muchos filósofos piensan que la Premisa 1 – el principio de razón suficiente – es evidente por sí misma: Imagina encontrar una esfera translúcida en el suelo del bosque mientras caminas. Naturalmente te preguntarás cómo llegó a estar allí. Si un compañero de excursión dijera: “Simplemente existe inexplicablemente. ¡No te preocupes por eso!” No lo tomarías en serio. Supongamos que aumentamos el tamaño de la esfera, por lo que es tan grande como el planeta. Eso no elimina la necesidad de explicación. Supongamos que fuera del tamaño del universo. El mismo problema.

Premisa 4 – “Si el universo tiene una explicación de su existencia, esa explicación es Dios” – es sinónimo de la afirmación atea estándar de que, si Dios no existe, entonces el universo no tiene explicación de su existencia. La única alternativa al teísmo es afirmar que el universo tiene una explicación en la necesidad de su propia naturaleza. Pero este es un paso muy radical y no puedo pensar en ningún ateo contemporáneo que lo dé. Después de todo, es coherente imaginar un universo hecho de una colección completamente diferente de quarks que la colección que actualmente existe; pero tal universo sería un universo diferente, así que los universos claramente no existen necesariamente.

Supongamos que te pido que me prestes un determinado libro, pero tú dices: “No tengo una copia en este momento, pero le pediré a mi amigo que me preste su copia y luego te la presto”. Tu amigo te dice lo mismo, y así sucesivamente. Dos cosas son claras. En primer lugar, si el proceso de pedir prestado el libro va ad infinitum, nunca voy a conseguir el libro. En segundo lugar, si consigo el libro, el proceso que me llevó a conseguirlo no pudo haber ido ad infinitum. En algún lugar de la línea de las solicitudes de pedir prestado el libro, alguien tenía el libro sin tener que pedir prestado. Del mismo modo, argumenta Richard Purtill, considere cualquier realidad contingente:

Los mismos dos principios se aplican. Si el proceso de todo lo que consiguiera su existencia de otra cosa fuese al infinito, entonces la cosa en cuestión nunca tendría existencia. Y si la cosa tiene… existencia, entonces el proceso no ha ido al infinito. Hubo algo que tenía existencia sin tener que recibirla de otra cosa…[7]

Un ser necesario que explica toda la realidad física no puede ser una realidad física. Las únicas posibilidades restantes son un objeto abstracto o una mente inmaterial. Pero los objetos abstractos son causalmente impotentes. Por lo tanto, la explicación del universo físico es una mente necesariamente existente y trascendente.

3) El argumento de Diseño de Ajuste Fino

En El Gran Diseño Stephen Hawking reconoce que:

El estado inicial del universo tenía que ser establecido de una manera muy especial y muy improbable… si el universo fuera sólo ligeramente diferente, seres como nosotros no podrían existir. ¿Qué vamos a hacer con este ajuste fino? ¿Es evidencia de que el universo, después de todo, fue diseñado?[8]

Bueno, si parece un perro, esa es una buena razón para pensar que es un perro. Además, la combinación de un evento “altamente improbable” con un patrón “muy especial”, visto en el ajuste fino cósmico, es un ejemplo de “complejidad especificada” que mejor se explica por el diseño inteligente. Es decir:

  1. Si algo exhibe complejidad especificada entonces es probablemente el producto del diseño.
  2. El ajuste fino del universo exhibe complejidad especificada.
  3. Por lo tanto, el ajuste fino del universo es probablemente el producto del diseño.

Una larga cadena de letras aleatorias es compleja (improbable) pero no está especificada (no se ajusta a ningún patrón independiente). Una cadena corta de letras podría estar especificada -como ‘esto’- pero no sería lo suficientemente compleja para superar la capacidad del azar de explicar la combinación. Ni la complejidad sin especificidad, ni la especificidad sin complejidad nos obligan a inferir el diseño. Sin embargo, si tu viste una obra de Shakespeare escrita en baldosas de Scrabble, infieres el diseño. Una obra de teatro es a la vez especificada y suficientemente compleja como para merecer una inferencia de diseño, ya que “en todos los casos en que conocemos el origen causal de… la complejidad especificada, la experiencia ha demostrado que el diseño inteligente desempeñó un papel causal”[9]. Lo mismo ocurre con el ajuste fino cósmico.

Dado el tiempo suficiente, de las máquinas de escribir y los monos, uno podría obtener las obras de Shakespeare por casualidad; ¿Por qué nadie explica las obras de Shakespeare usando la hipótesis de “muchos monos”? En ausencia de evidencia independiente para la existencia de suficiente tiempo, máquinas de escribir y monos, la explicación del diseño es claramente preferible. Del mismo modo, aun admitiendo que si hubiera “universos múltiples” entonces se podría obtener el ajuste de nuestro universo por casualidad, en ausencia de evidencia independiente de la existencia de “universos múltiples” la explicación de diseño es claramente preferible. De hecho, la hipótesis de múltiples versos no ha sido confirmada empíricamente por la observación del ajuste fino en una escala universal en lugar de en la escala local mucho más probable. Además, como observa Robin Collins:

Incluso si existe un generador de muchos universos, junto con las leyes y principios previos se podría decir que es un sistema perfectamente afinado… con la combinación justa de leyes y campos para la producción de universos que permiten la vida… la existencia de tal sistema sugiere el diseño[10].

4) Un argumento moral

  • Si existe cualquier valor moral objetivo, entonces Dios existe.
  • Existe al menos un valor moral objetivo.
  • Por lo tanto, Dios existe

Es importante no confundir este argumento con la afirmación falsa de que hay que creer en Dios con el fin de saber o hacer lo correcto.

¿Qué significa decir que los valores morales son objetivos? Supongamos que una persona piensa que el Sol gira alrededor de la Tierra, y otro piensa lo contrario. En este caso, sabemos que la Tierra gira alrededor del Sol. Los que creen lo contrario, sin embargo, sinceramente, están equivocados. Por otra parte, llegar a conocer que la Tierra gira alrededor del Sol es una cuestión de descubrimiento de la verdad, no de inventarla. El objetivismo moral dice que la ética es acerca del descubrimiento de verdades morales, verdades que existen, incluso si no somos capaces de discernirlas. De acuerdo al objetivismo moral existen auténticos desacuerdos morales; y la observación de que a veces las personas tienen diferentes opiniones morales sólo demuestra que nuestras creencias morales pueden ser correctas o incorrectas de acuerdo a los hechos morales en cuestión.

Para hacer frente a nuestra segunda premisa, primero, ¿existen hechos morales objetivos? Aquellos que señalan la realidad del mal como la base para un argumento en contra de Dios, sin duda creen que sí; pues nada puede ser objetivamente malo si no hay valores objetivos.

John Cottingham informa que “el creciente consenso entre los filósofos de hoy es que algún tipo de objetivismo de… valor es correcto…”[11] Por ejemplo, el ateo Peter Cave defiende el objetivismo moral apelando a sus intuiciones:

Cualquier argumento escéptico que pueda presentarse en contra de nuestra creencia de que matar a los inocentes es moralmente malo, nosotros estamos más seguros de que el matar es moralmente malo de que el argumento sea sólido… Torturar a un niño inocente por pura diversión es moralmente malo[12].

La intuición propiamente básica de que torturar a niños inocentes por diversión está mal, no es socavada por la existencia del psicópata que disfruta torturando a los niños. Por el principio de credibilidad[13], torturar a un niño inocente por diversión, claramente no es algo que meramente detiene que el niño funcione normalmente (una observación empírica), o meramente algo que no nos gusta debido a nuestra historia evolutiva, o meramente algo a lo que nuestra sociedad ha decidido oponerse. Más bien, torturar a un niño inocente por diversión es objetivamente malo. Así, al menos, una cosa es objetivamente mala. Por lo tanto, el subjetivismo moral es falso.

Algunas intuiciones morales son específicas (por ejemplo, es malo torturar niños pequeños por diversión) y algunas son generales (por ejemplo, siempre será lo correcto elegir el menor de dos males). Por supuesto, nuestras intuiciones morales pueden estar equivocadas, pero ésta mera admisión de la falibilidad presupone el objetivismo moral; porque si el subjetivismo moral, fuera verdad, ¡ninguna declaración moral podría estar equivocada! Como el ateo Russ Shafer-Landau argumenta: “La imagen del subjetivismo ético… como una empresa totalmente convencional implica una especie de infalibilidad moral para individuos o sociedades… Esta especie de infalibilidad es difícil digerir”[14].

Por último, si el objetivismo moral fuera falso no podría ser cierto que objetivamente debemos considerar los argumentos contra el objetivismo, o que debemos tenerlos en cuenta de manera justa, ¡por lo que la segunda premisa del argumento moral parece segura!

En cuanto a la primera premisa, muchos ateos reconocen que ‘si Dios no existe, a continuación, los valores morales objetivos no existen’. Por ejemplo, Jean-Paul Sartre escribió que es:

…muy embarazoso que Dios no exista, porque desaparece con él toda posibilidad de encontrar valores en un cielo inteligible. Puede que ya no haya un bien a priori, ya que no hay conciencia infinita y perfecta que piense en él[15].

Un valor moral objetivo es un ideal trascendente que prescribe y obliga comportamiento; pero un ideal implica una mente, una receta requiere un prescriptor y una obligación está supeditada a una persona. Como H. P. Owen sostiene:

Por un lado, declaraciones [morales objetivas] trascienden toda persona humana… Por el otro… es contradictorio afirmar que las declaraciones impersonales están sujetas a la lealtad de nuestra voluntad. La única solución a esta paradoja es suponer que el orden de las declaraciones [morales objetivas]… están, de hecho, enraizadas en la personalidad de Dios[16].

Es importante no confundir este argumento con la afirmación falsa de que uno debe creer en Dios con el fin de saber o hacer lo correcto. El argumento moral se refiere a la ontología moral y no a la epistemología moral.

5) Un Argumento Ontológico

Como “el ser más grande posible” Dios es por definición un ser necesario. Un ser necesario es por definición un ser que debe existir si su existencia es posible. Por lo tanto, podemos argumentar:

  1. Si es posible que Dios exista, entonces Dios existe.
  2. Es posible que Dios exista.
  3. Por lo tanto, Dios existe.

Una “propiedad engrandecedora” es cualquier propiedad que a) dota a su portador con alguna medida de valor objetivo y que b) admite un máximo lógico. Un calcetín no es más valioso que tú porque sea más oloroso que tú; y sin embargo un calcetín maloliente nos lo imaginamos, siempre es posible imaginar uno más oloroso. El olor no es una propiedad engrandecedora. Por otra parte, el poder es una propiedad engrandecedora, que tiene un máximo lógico en la calidad de ser “omnipotente”. Del mismo modo, el ser necesario es la instanciación máxima de una propiedad de gran realización. Incluso si Kant tenía razón al argumentar que decir que algo “existe” no agrega a nuestro conocimiento de sus propiedades, decir que algo “existe necesariamente” sin duda contribuye a nuestro conocimiento de sus propiedades. Por lo tanto, la mayoría de los filósofos están de acuerdo en que, si la existencia de Dios es incluso posible, entonces, como un ser necesario, Él debe existir. A diferencia de “el hada de los dientes”, no podría suceder que Dios no existiera a pesar de que Su existencia fuese posible.

Para negar la existencia del hada de los dientes, no es necesario afirmar que su existencia es imposible. Sin embargo, para negar la existencia de Dios uno debe hacer la afirmación metafísicamente más fuerte de que su existencia es imposible. ¡Pero la afirmación de que Dios existe claramente no está a la par con la afirmación de que existe un cuadrado redondo!

Muchos ateos reconocen que la idea de Dios es coherente. De hecho, el ateo Richard Carrier advierte que los argumentos para pensar lo contrario son:

Inválidos, ya que cualquier definición de dios (o sus propiedades) que es ilógico sólo puede ser revisado para ser lógico. De hecho, los argumentos de la Incoherencia no son realmente argumentos para el ateísmo, sino para la reforma de la teología[17].

Por otra parte, los seres humanos exhiben grados no máximos de propiedades engrandecedoras (tales como poder, conocimiento y bondad), y esto apoya la hipótesis de que los grados máximos de las propiedades engrandecedoras pueden coexistir sobre la hipótesis de que no pueden.

Por último, al confirmar varios aspectos de la hipótesis teísta, los otros argumentos teístas proporcionan argumentos independientes para pensar que la segunda premisa crucial del argumento ontológico es más plausible que su negación. El argumento ontológico vincula así el empuje de nuestro caso acumulativo para Dios.

Notes

[1] Alexander Vilenkin citado por Lisa Grossman, ‘Death of the eternal cosmos’, New Scientist, 14th Enero 2012, p.7. cf. Alexander Vile kin, ‘Did the Universe Have a Beginning?’ http://youtu.be/NXCQelhKJ7A

[2] ‘In the beginning’, New Scientist, 14th January 2012, p. 3.

[3] Paul Davies, ‘The Birth of the Cosmos,’ en God, Cosmos, Nature and Creativity (Jill Gready (ed.), Scottish Academic Press, 1995), p. 8-9.

[4] Quentin Smith, ‘The Uncaused Beginning of the Universe’, Philosophy of Science 55 (1988): p. 50.

[5] Dallas Willard, ‘The Three-Stage Argument for the Existence of God’ en Contemporary Perspectives on Religious Epistemology (ed. Douglas Geivett & Brendan Sweetman; Oxford University Press, 1992).

[6] J.P. Moreland & William Lane Craig, Philosophical Foundations for a Christian Worldview (IVP), p. 479-480.

[7] Richard Purtill citado por Charles Taliaferro, Contemporary Philosophy of Religion (Blackwells, 2001), p. 358-359.

[8] Stephen Hawking & Leonard Milodinov, The Grand Design (Bantam, 2010), p. 130 & 144.

[9] Stephen C. Meyer, ‘Teleological Evolution: The Difference it Doesn’t Make’, www.arn.org/docs/meyer/sm_teleologicalevolution.htm

[10] Robin Collins, ‘Design and the Many Worlds Hypothesis’, http://home.messiah.edu/~rcollins/finetune/Craig7.htm

[11] John Cottingham, ‘Philosophers are finding fresh meanings in Truth, Goodness and Beauty’, The Times (Junio 17, 2006)

[12] Peter Cave, Humanism (OneWorld, 2009), p. 146.

[13] Richard Swinburne define el Principio de Credibilidad como el principio que establece que si un sujeto le parece que x está presente, entonces probablemente x está presente. Ver http://www.philosophyofreligion.info/theistic-proofs/the-argument-from-religious-experience/the-principle-of-credulity/

[14] Russ Shafer-Landau, Whatever Happened to Good and Evil? (OUP), p. 16-17.

[15] Jean-Paul Sartre, Existentialism Is a Humanism (Yale University Press, 2007), p. 28.

[16] H.P. Owen, ‘Why morality implies the existence of God’, extracto editado de The Moral Argument for Christian Theism (George Allen & Unwin, 1965), in Brian Davies (ed.), Philosophy of Religion: a guide and anthology (OUP, 2000), p. 648.

[17] Richard Carrier, Sense & Goodness Without God (Author House, 2005), p. 276.

 


Blog Original: http://bit.ly/2JKn5ld

Traducido por Jairo Izquierdo

By Brian Chilton

Recientemente estaba conversando con un amigo mío que estaba encaprichado con una persona que no necesariamente compartía los mismos sentimientos. De hecho, no era algo claro lo que la otra persona en realidad deseaba en la relación. No mencionaré más acerca de esta situación por respeto a los involucrados. Esta situación ha causado que piense bastante acerca del amor, qué es y qué es lo que implica. Me parece que para que el verdadero amor sea genuino debe ser recíproco. Eso es que, debe ser aceptado por ambos individuos en la relación. Podemos aprender bastante acerca del amor desde la relación trinitaria de Dios.

I. El amor es recíproco en la relación trinitaria.

Cuando intentamos explicar la naturaleza trinitaria de Dios, Norman Geisler usa el ejemplo del espíritu de amor genuino para explicar este difícil concepto teológico. La ilustración de Geisler no es original de él, la tomó de Agustín de Hipona. Lo siguiente es la representación de Geisler del amor en la relación trinitaria de Dios:

Agustín sugirió una ilustración de cómo Dios es uno y tres al mismo tiempo. La Biblia nos dice que “Dios es amor” (1 Juan 4:16). El amor incluye un amante, un amado y un espíritu de amor entre el amante y el amado. El Padre podría ser comparado con el amante, el Hijo con el que es amado y el Espíritu Santo es el espíritu de amor. Sin embargo, el amor no existiría a menos que estos tres sean como uno solo. Esta ilustración tiene la ventaja de ser personal ya que incluye al amor, una característica que fluye solo de personas”[1].

Viendo que Dios es amor (1 Jn 4:16), la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es una demostración del amor perfecto en su forma más pura. El amor no es forzado. El amor es aceptado y fluye de una persona a otra. Hay un amante —el que inicia el romance, el amado —el que recibe el amor del amante, y el espíritu de amor —el amor recibido mutuamente entre las dos partes. En el caso de la relación trinitaria, el amor es dado mutuamente y recibido por los tres miembros de la Deidad. Podemos aprender bastante acerca del amor a través de Dios.

II. El amor es recíproco en las relaciones humanas.

Dios es la perfecta demostración de amor como pudimos notar en la sección anterior. El ejemplo de amor de la Trinidad se transfiere a sanas relaciones amorosas humanas. ¿Cómo así? Las relaciones sanas incluyen a dos personas que se aman mutuamente. Consideremos un ejemplo hipotético de una persona A (lo llamaremos Adán) y una persona B (la llamaremos Bárbara). Digamos que Adán ama a Bárbara y expresa su amor hacia ella. Sin embargo, Bárbara no ama a Adán. Adán trata y trata de que Bárbara lo ame, pero ella no corresponde a sus emociones. ¿Es esto verdadero amor? ¡Por supuesto que no! El amor de Adán no es recíproco.

Consideremos otro caso. Digamos que Bárbara ama a Adán, pero Adán no siente lo mismo. Bárbara manipula a Adán para iniciar una relación. Se llegan a casar, pero Adán nunca tuvo los mismos sentimientos que tiene Bárbara hacia él. Esta relación no es una basada en el amor, sino en el control y la manipulación. El verdadero amor tiene que ser recíproco.

Para que el amor de Adán y Bárbara sea genuino, Adán debe expresar su amor hacia Bárbara. Bárbara debe recibir su amor. Entonces, Bárbara expresará su amor hacia Adán y su amor será recibido abiertamente. Esta relación hipotética nos muestra cómo el verdadero amor requiere un amante (el que envía amor), un amado (el que recibe el amor), y un mutuo espíritu de amor entre los dos.

III. El amor es recíproco en las relaciones humanas/divinas

Desde que el amor genuino es visto en la eterna relación trinitaria de Dios y que el verdadero amor es recíproco entre dos individuos conscientes, entonces solo tiene sentido que Dios nos inculca su amor no a la fuerza, sino por reciprocidad. Es decir, Dios ofrece libremente su amor a individuos. Él no fuerza su amor a alguien. Recuerda, ¡el amor forzado no es amor genuino! Dios dice a través de su profeta Ezequiel, “¿quiero yo la muerte del impío?… ¿no vivirá si se apartare de sus caminos?” (Eze. 18:23)[2]. Jesús dice que “y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Jn 3:14-15). En este caso, Dios es el amante, y los seres humanos son los amados. Pero, el verdadero amor debe ser recíproco.

¿Pueden los individuos buscar a Dios por su propia cuenta? ¡Absolutamente no! La gracia de Dios debe ser extendida hacia ellos primero. Esta verdad es vista en la descripción de Jesús del ministerio del Espíritu Santo. Jesús muestra que el Espíritu Santo “convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado” (Jn 16:8-11). En este caso, vemos que Dios es el amante, los seres humanos son los amados y el espíritu trabajando para producir este amor es el Espíritu Santo. El amor forzado no es amor. Dios no fuerza a una persona para la salvación. Él dá su amor libremente y su amor debe ser libremente recibido, sino, no es verdadero amor.

Conclusión

Cuando aconsejo parejas que están planeando casarse, siempre les digo que, si ellos quieren amarse el uno a el otro, deben primero conocer a Dios porque Dios es amor. Porque Dios es amor y demuestra el amor perfecto, no debería sorprendernos descubrir que el amor exuda en las relaciones humanas cuando imita el amor de Dios. Los sistemas teológicos necesitan también aceptar este entendimiento del amor. El amor genuino debe tener un amante, un amado y el espíritu de amor. Sino, una relación podría existir, pero no seria una relación de amor verdadero.

Notes

[1] Norman L. Geisler, “Trinity”, Enciclopedia Baker de apologética cristiana, referencia librería Baker (Grand Rapids, MI: Baker books, 1999), 733.

[2] A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas son de Christian Standard Bible (Nashville: Holman, 2017).

 


Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidad en Liberty University (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics (Apologética cristiana) de la Universidad de Biola. Brian actualmente está inscrito en el programa Ph.D. en Teología y apologética en Liberty University. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Blog Original: http://bit.ly/2ri6wqu

Traducido por Italo Espinoza Gomez

Editado por María Andreina Cerrada

Por Evan Minton

Una pregunta frecuente que suelen hacer los ateos a los cristianos como yo es por qué creemos en el Dios de la Biblia en lugar de todos estos otros dioses en todas estas religiones inventadas. Ellos preguntarán “¿Crees en un solo Dios? ¿Por qué no crees en Thor, Zeus o Atenea? ¿Afirmas que todos estos dioses no existen? Sin embargo, ¿dices que tu dios sí? ¿Cómo sabes la diferencia?

En realidad, esta pregunta es una de las primeras cosas que me hizo dudar de mi propia fe cristiana. Hace años, no tenía manera de saber la diferencia entre el cristianismo y otras religiones. ¿Cómo sé que Yahveh es el único Dios verdadero? Si estos otros son inventados, ¿cómo sé que mi Dios no lo es? Afortunadamente, el Señor me mostró la Apologética Cristiana y me dio una buena manera de discernir entre ellos. Ahora, no voy a entrar en detalles con toda la evidencia del Dios de la Biblia en este momento. Si lo hiciera, esta publicación del blog sería extremadamente larga, increíblemente verboso. Más bien, voy a enlazar estos argumentos y pruebas que demuestran la verdad del cristianismo, y cuando termines de leer esta publicación en el blog puedes hacer clic en esos enlaces y estudiar los argumentos individualmente si lo deseas. Los enlaces resaltarán en color.

Una forma de saberlo es con el mismo Big Bang. De acuerdo con el Big Bang, ¡el universo entero surgió de la nada! Y según personas que han realizado estudios exhaustivos de las religiones del mundo (por ejemplo, Hugh Ross), las únicas creencias en las cuales Dios ha creado de la nada son el judaísmo, el cristianismo, el islam y el deísmo. Todas las otras religiones tienen a Dios o dioses creando dentro del espacio y el tiempo donde han existido desde la eternidad pasada. Entonces, el mismísimo origen del universo lo reduce a 4 posibilidades. Además, el origen del universo demuestra que la existencia de él debe haber sido creado por un agente causal. Un agente causal cuya existencia no está confinada al espacio, ni tiempo, inmaterial, poderoso, sin causa primera, sobrenatural y personal (ver el argumento cosmológico Kalam).

Si la evidencia científica del Diseño Inteligente pasa (por ejemplo, el ajuste fino del universo, ajuste fino local, la evidencia del ADN, la complejidad irreducible), puedes descartar el deísmo. Porque lo que argumentos como los argumentos teleológicos muestran que este Dios está moldeando activamente el universo y la vida para hacer que esté habitada por criaturas. Eso descarta el deísmo y se ajusta mejor al teísmo.

Además, debo agregar que el argumento ontológico demuestra que existe un ser muy parecido al Dios de la Biblia. El argumento ontológico, si pasa, demostraría que existe un ser que es Omnisciente, Omnipresente, Omnipotente y Omnibenevolente. Esto contradice a muchos dioses como Thor y Zeus. Las únicas religiones consistentes con un ser como este son las 3 religiones monoteístas. Los dioses politeístas como Thor son simplemente súper humanos (Stan Lee se aprovechó de este hecho). Pero no son omnipotentes ni omnipresentes ni nada por el estilo. La belleza del argumento ontológico es que no solo demuestra que Dios existe sino que presenta todas sus cualidades superlativas que no puedes derivar de otros argumentos de la teología natural.

De hecho, los argumentos de la teología natural pueden decirnos no solo que Dios existe, sino que pueden demostrar muchos atributos acerca de Dios. Atributos que la Biblia describe que Él tiene. El argumento cosmológico Kalam muestra que Dios es un agente afuera del espacio, del tiempo, es inmaterial, poderoso, sobrenatural y personal. Los Argumentos del Ajuste Fino (universales y locales) demuestran que Dios es increíblemente inteligente, al menos lo suficientemente inteligente como para saber cómo fabricar un universo adecuado para que puedan habitar las criaturas. Los otros argumentos teleológicos (ADN y Complejidad Irreducible) hacen lo mismo. El Argumento Moral demuestra que Dios es moralmente perfecto, ya que demuestra que Dios es el estándar por el cual medimos a las personas para determinar cuán buenas o cuán malas son en realidad. Demuestra que, en ausencia de la existencia de Dios, no habría nada que pudiéramos llamar objetivamente bueno y malo porque no habría nada con qué compararlo. ¿A quién o qué exactamente estamos comparando a Hitler o Bin Laden cuando los llamamos malos?

El argumento ontológico demuestra las cualidades superlativas de Dios (como ya lo mencioné anteriormente). Si pasa (es decir, si cumple los 3 requisitos para ser un buen argumento, que son: la conclusión debe seguir desde las premisas por las leyes de la lógica, todas las premisas deben ser verdaderas, y debemos tener buenas razones para pensar que son verdad), si este argumento cumple esos 3 requisitos, demuestra que existe un ser que es omnipotente, omnipresente, omnisciente, omnibenevolente y necesario en su existencia (aseidad).

Estos argumentos de la teología natural/revelación general, cuando se unen, nos dan poderosas razones para creer en la existencia de un Ser que se asemeja mucho, muy cercanamente, al ser que la Biblia describe como Dios. Además, lo bello de la teología natural es que derivan la existencia de este Ser sin apelar a ninguna escritura en absoluto. Entonces el ateo no puede acusarte de razonamiento circular (apelando a la Biblia para probar la Biblia). Podemos concluir que este ser existe basado solamente en la ciencia y la lógica.

Pero si quieres llegar al cristianismo y eliminar las otras 2 opciones, podemos revisar la evidencia de la resurrección de Cristo. Para mí, la resurrección de Cristo resuelve todo. Si se puede establecer históricamente que Jesús hizo afirmaciones de ser Dios, y luego resucitó de entre los muertos, entonces esa es una buena evidencia de que estaba diciendo la verdad. La resurrección significa que Dios puso su sello de aprobación en todo lo que dijo e hizo Jesús. Significa que Él es el Mesías y el Señor. Por lo tanto, cualquier cosa contradictoria a las enseñanzas de Cristo debe ser falsa. Pienso que la evidencia histórica de la resurrección de Jesucristo es muy poderosa. Te aconsejo que mires las publicaciones del blog Cerebral Faith (Fe Cerebral) en el que escribí sobre este tema. En la PARTE 1, doy la evidencia de los 5 hechos mínimos; (1) que Jesús murió por crucifixión, (2), que la tumba de Jesús se encontró vacía, (4) que los discípulos creyeron haber visto a Jesús vivo después de su muerte, (4), que un perseguidor llamado Pablo se convirtió sobre la base de lo que él creía era una aparición del Jesús resucitado, y (5) que un escéptico llamado Santiago se convirtió basado en lo que él creía que era una aparición del Jesús resucitado. En la PARTE 2, examino cuál de las explicaciones mejor argumenta esas hipótesis y muestro que solo la hipótesis “Dios resucitó a Jesús de la muerte” explica mejor los 5 hechos, mientras que las explicaciones naturalistas fallan.

Pero si quieres sumergirte en el estudio de este tema profundamente, te sugiero los libros El Caso de Cristo de Lee Strobel, “The Case For The Resurrection of Jesus” (El Caso por la Resurrección de Jesus) de Gary Habermas y Mike Licona, y también “On Guard” (En Guardia) de William Lane Craig (el libro de Craig también profundiza en 4 de los argumentos de teología natural que he enumerado anteriormente, pero también tiene un capítulo sobre las declaraciones de Jesús a la deidad y un capítulo sobre la evidencia de su resurrección).

Ahí lo tienes. Las razones por las que creo en el Dios bíblico en lugar de cualquier dios politeísta o panteísta. Espero que aunque seas cristiano como yo o un ateo, hagas clic en los enlaces de arriba y tómate el tiempo para leer esos artículos enlazados. Si eres un ateo, puede convertirte en un creyente. Si eres cristiano, es probable que fortalezca tu fe. Dios te bendiga.

Para un estudio más completo sobre esto, mira el libro de Evan  “Inference To The One True God: Why I Believe In Jesus Instead Of Other Gods” (Inferencia al único Dios verdadero: por qué creo en Jesús en lugar de otros dioses).

 


Evan Minton es un apologista cristiano y bloguero en Cerebral Faith (www.cerebralfaith.blogspot.com). Es el autor de “Inference To The One True God” (Inferencia al único Dios verdadero) y “A Hellacious Doctrine” (Doctrina infernal) . Ha participado en varios debates que pueden ser visto en la sección “Mis debates” de Cerebral Faith. El Sr. Minton vive en Carolina del Sur, EE. UU.

Blog Original: http://bit.ly/2qBOgI7

Traducido por JanLouis Rivera

Editado por María Andreina Cerrada