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Por Wintery Knight

Tengo la clave que resolverá un confuso misterio.

Así que, esto es solo una publicación de asesoramiento para hacer apologética.

Aquí hay tres situaciones que he encontrado haciendo apologética en el último mes.

Primera situación. Estaba conversando con una señora que es atea. Tenía en mi mano una copia de “God´s Crime Scene” (La escena de crimen de Dios), y ella me preguntó sobre él. Le dije que fue un libro escrito por el sujeto que resolvió el caso de homicidio que le pedí que viera en Dateline (programa de Tv). Ella lo recordó — era el especial de dos horas sobre la mujer que fue asesinada con un garrote. Señaló el libro y dijo: “¿Qué hay ahí?”. Le dije, contiene 8 piezas de evidencia que encajan mejor con la cosmovisión teísta que la atea, y algunas de ellas científicas. Su respuesta fue –literalmente– “¿A qué denominación quiere que me una?”.

Segunda situación. Estaba conversando con una amiga que enseña en una escuela católica. Me estaba contando que tuvo la oportunidad de hablarle a sus estudiantes sobre Dios, y se enteró que algunos de ellos no eran ni siquiera teístas, y muchos tenían preguntas. Entonces les pidió las preguntas e hizo una lista. Esta lista incluía muchos temas difíciles, como “¿Qué hay acerca de la Biblia y la esclavitud?”, y “¿Porqué los cristianos se oponen al matrimonio gay?”. Y cosas por el estilo.

Tercera situación. Hablando con una estudiante graduada sobre la existencia de Dios. Dándole mis argumentos científicos, esperando por la revision de los documentos para cada descubrimiento. Llegué al documento de Doug Axe sobre las probabilidades de plegamiento de proteínas, y levantó la mano. Una pregunta: “¿Me iré al infierno?”.

Así que piense acerca de esas tres situaciones. En cada una el oponente esta tratando de rechazar el cristianismo saltándose hasta el final del proceso. Cuando haces apologética cristiana, no muerdas el anzuelo saltando hasta el final del proceso lidiando con los detalles esenciales hasta que hayas presentado el núcleo de la cosmovisión cristiana usando tu evidencia mas  sólida. Déjame explicarlo.

Así que, tus evidencias mas sólidas como cristiano son los argumentos científicos, junto con el argumento moral. Esos incluirían (para principiantes) lo siguiente:

  1. Argumento cosmológico Kalam.
  2. Ajuste fino del universo.
  3. Habitabilidad galáctica y estelar.
  4. Origen de la vida / ADN.
  5. Máquinas moleculares / complejidad irreducible.
  6. El argumento moral.

El problema que veo hoy en día es que los ateos están rechazando debates acerca de la evidencia porque creen que en todo lo que estamos interesados es en que se conviertan en cristianos. Y bueno, sí. Quiero que te conviertas en cristiano. Pero sé perfectamente bien qué es lo que implica –implica un cambio de prioridades en la vida. Dos de las mujeres con las que hablé están viviendo con sus novios, y los niños en la escuela católica solo quieren divertirse. Ninguno de ellos quieren creer en un Dios que requerirá autonegación, autocontrol y autosacrificio. Nadie quiere que Dios esté en esa posición de líder en sus vidas. El cristianismo es 100% opuesto al espíritu de esta era que busca lo suyo, que es aventurero, que busca lo divertido y emocionante, y que teme perderse algo.

Entonces, ¿cómo responder a todas estas preguntas que buscan saltarse hasta el final? La respuesta es sencilla. No respondas ninguna de esas preguntas hasta que la persona con la que estés hablando considere los ampliamente aceptados datos en tu lista. Estas son cosas que tienen que ser aceptadas antes de que pueda presentarse cualquier discusión sobre asuntos de menor importancia como la de un ángel o dos ángeles en la tumba vacía. Cuando debatimos todos los temas básicos donde la evidencia es la mas fuerte, entonces podemos continuar debatiendo temas donde la evidencia es debatible,  entonces finalmente, en las últimas partes antes de que termine, podemos discutir estas otras clases de preguntas.

¿Cómo explicarle a la persona que hace preguntas específicas sobre temas de menor importancia que se debe seguir este proceso? Simple. Puedes explicar que tu objetivo no es que se conviertan en cristianos ahora mismo. Que quieres dejarlos creer cualquier cosa que ellos quieran. Así es. Ellos pueden creer cualquier cosa que ellos quieran creer. Siempre y cuando lo que ellos crean sea consistente con la evidencia. Y lo que voy a hacer es darles evidencia, y así ellos puedan creer cualquier cosa que ellos quieran —siempre y cuando sea consistente con la evidencia.

Entonces, por ejemplo, voy a darles 3 piezas de evidencia para el comienzo cósmico del universo: el universo expandible (corrimiento al rojo – redshift), el antecedente cósmico de radiación de microondas, y la abundancia de elementos ligeros. Esa es la ciencia convencional que muestra que el universo existió de la nada, un tiempo finito en el pasado. Y les voy a pedir que no crean en ninguna religión que asuma que el universo siempre ha estado aquí. Por ejemplo, el mormonismo está desacreditado, ellos creen en la eterna existencia de la materia. ¿Vez como funciona? Oye, Sr. Ateo. Puedes creer lo que quieras. Mientras lo que creas sea consistente con la evidencia.

Creo que este enfoque de no dejarlos que te apresuren de llevarte al final desde el comienzo es importante por dos razones. Primero, podemos iniciar una conversación que sea interesante para todos, en un ambiente de no estrés. Todos pueden hablar de evidencia tranquilamente. Segundo, mostramos que mantenemos nuestras creencias porque simplemente dejamos que la evidencia establezca los límites sobre lo que se nos permite creer.  No podemos creer en el no-cristianismo, porque el no-cristianismo no es consistente con las evidencias. Y puedes empezar con la evidencia mejor respaldada y eliminar cosmovisiones que son falsificadas por la evidencia que está mejor respaldada. El ateísmo en realidad se descubre como falso bastante rápido, por la evidencia científica.

Entonces, este es mi consejo. Tuve un amigo llamado William que intentó esto hace como una semana. Fue así como sucedió:

William a mí:

Este chico que conozco me mensajeó y empezó a fanfarronear por un rato acerca de cómo él podía desmantelar el cristianismo. Dijo: “Preséntame el evangelio así como tú lo entiendes. Simplemente te haré preguntas para demostrarte que tu creencia no vale la pena”.

WK a William:

Primero que nada, él no tiene permitido a solo sentarse allí y hacer agujeros en tu caso; él tiene que presentar un buen caso para el ateísmo. Segundo, no debatas el cristianismo con él hasta que primero debatas la evidencia para el teísmo – empieza con la buena evidencia científica.

Y Willian escribió esto a su amigo:

La manera en que estoy programado es que proceso todas las teorías competitivas y me quedo con la mejor. Haciendo un análisis comparativo de cosmovisiones me doy cuenta que la teología cristiana explica mejor la mayoría de cosas  acerca del mundo en el que me encuentro.

Estoy bastante seguro que existe un Dios de algun tipo por la evidencia científica para el origen del universo y el ajuste fino en la física. Desde ahí lo encuentro bastante intuitivo que si un Dios pasó por la dificultad de crear y ajustar un universo para la vida, este Dios probablemente tiene un interés en él y que se ha revelado Él mismo a la humanidad de alguna manera.

Desde ahí puedo ver a las religiones más grandes del mundo y compararlas para ver cuál explica mejor el pasado y el presente. El cristianismo fácilmente queda en el primer lugar.

Y luego unos días después, obtuve esto de William:

Finalmente logré que el agnóstico me dijera qué es lo que piensa acerca del origen y del ajuste fino. Cuando comencé a señalar que sus puntos de vista no eran científicos, enloqueció, me llamó deshonesto y me dijo que ya no quería seguir debatiendo más sobre el tema.

Y ahí es donde quieres estar. Corta toda discusión donde el retador intente saltarse hasta el final y llevarte a discutir las últimas etapas de tu caso. Presenta la evidencia más fuerte para tus afirmaciones principales, y llévalo a explicar su evidencia dentro de su propia cosmovisión. Dirige la discusión con evidencia pública y comprobable. Toda guerra depende de elegir el terreno, las armas, y las tácticas que te permitan unir tus fuerzas contra las debilidades de tu oponente.

 


Blog Original: http://bit.ly/2HKFu54

Traducido por Italo Espinoza Gómez.

Editado por María Andreina Cerrada.

“So you are a king!” Pilate told him.

—It is you who say that I am a king. For this I was born, and for this I came into the world:

to bear witness to the truth. Everyone who stands for the truth

listen to my voice.

—And what is truth? —asked Pilate.

Having said this, he went out again to see the Jews.

-John 18:37-38

The Roman governor of Judea questions the humble carpenter from Nazareth hours before his death on the cross and the question he asks him still reverberates like an echo in one of those medieval cathedrals in the minds and hearts of believers and non-believers alike: “ And what is truth ?”

Let’s take a few seconds to think about how important this question is, whether we are really equipped to respond adequately to it, and whether we even have a real concept of what truth is. If someone were to ask us this question, how would we respond? In these verses of the gospel we realize that everything, and I really want to imply that everything (all our beliefs, our life, our eternal destiny, etc.) is based on the answer to this question, What is truth ? Without having a clear idea and a precise definition of what truth is, it is impossible to try to know what is true and how to discern what is not. If we do not know this, then how can we be sure that we are right? Where is our reference point? And how do we know that we will not find a great disappointment at the end of the tunnel?

In today’s world, the mere thought of this leaves many without the slightest concern (just as many deny the simple reality that [objective] truth exists and we can come to know it) this should not surprise us, because our adversary (Satan), has taken it upon himself through his tactics of deception, to make us believe that the answer to this ancient question is not necessary, because now the fashion is to do whatever we please as long as we feel comfortable with ourselves without thinking about others or the consequences that this brings, this is because now everything is relative based on how it makes us feel. It is exactly at this point that our adversary takes it upon himself to inject us with this virus of relativity and we imperceptibly stop feeling threatened by its existence, we try to justify all our actions without considering the moral implications, we gradually forget that the Devil, sin and [objective] truth exist and as a consequence we join Pilate and leave the presence not only of the one who undoubtedly knows the truth, but also of the one who clearly tells us that he is the truth personified: Via, Veritas, Vita (John 14:6).

To turn away from the truth by choice is one thing, but to be unable to discern the truth even when it is right in front of us is, I would say, extremely worrying under any circumstance or situation. Let us now see how we can best address this issue. My hope is that by the end of this article each of you will have at least the basic tools to detect the lies that our adversary so cleverly uses to lead us away from the truth, and consequently, be able to enjoy the majesty of our Lord Jesus Christ and his truth in all its splendor.

Let’s see how the Royal Spanish Academy defines truth:

  1. Conformity of things with the concept that the mind forms of them.
  2. Conformity of what is said with what is felt or thought.
  3. Judgment or proposition that cannot be rationally denied and that is generally accepted by a community.

I dare say that our Lord Jesus would not have used any of these three definitions if Pilate had waited long enough to receive an answer to his question. Why? Let’s see what these three definitions have in common that makes them insufficient to correctly answer this question. The common factor is that they have all been formulated in a way that presupposes that truth is subjective from the beginning, since they appeal to the thoughts and feelings of each person (or group of people) without having a reference point, and they do not even give us the assurance that it can be known at all.

In order not to repeat the error of the previous definitions, we will begin with the definition of “The Truth” seeing it from the point of view that the truth about reality is knowable.

Let’s first rule out “ What is not the truth ” (we are not going to expand on this aspect but we will use it as a point of reference).

The truth is not:

  1. It is not that which works satisfactorily: One of the popular theories is that of the pragmatism of William James and his followers who say that truth is that which works satisfactorily.
  2. It is not that which is coherent: Many thinkers have suggested that truth is that which is internally consistent, which is self-consistent, but we have to see that there are statements or declarations that can be coherent and appear to be solid while inside they may be lacking in content.
  3. It is not that which is comprehensive: Comprehension is a test of truth but not a definition.
  4. It’s not what feels good: The subjective popular belief that truth gives us a good feeling and mistakes make us feel bad. Obviously bad news can be true. But if what feels good is always true then we wouldn’t have to believe anything that isn’t pleasant. Feelings are also relative to individual personalities. What is pleasant for one person may not be for another. Truth would then be highly relative. But as we will see, truth cannot be relative so even though certain truths make us feel good, this does not mean that everything that makes us feel good is true.

After seeing these four points of what is not the truth, we can see more clearly what “the Truth” really is, and it is simply what corresponds to reality. Truth is what corresponds to its referent. The truth about reality is what corresponds to the way things really are. Truth is telling things as they are. [1]

Truth is that which corresponds to and/or adequately expresses what is real. Most philosophers have conceptualized truth only as a property of propositions. The most common account of propositional truth is the correspondence theory, which holds that a proposition is true if and only if it corresponds to how things are. [2]

A quick example would be the following statement “Jorge Gil was born in Turrialba, Costa Rica.” This statement is true only if it matches the facts of where I was born. If my birth certificate says: “born in Quetzaltenango, Guatemala.” Well, we would clearly know that statement is false, but since my birth certificate does in fact say, born in Turrialba, Costa Rica and this matches the statement made first, then we know that it is true.

If the opposite were said, “Jorge Gil was not born in Turrialba, Costa Rica” and we assume that he was born there, then we would immediately know that this statement is false. This brings us to the law of non-contradiction, which we can briefly summarize as follows: “Something cannot be true and false at the same time and in the same situation” that is, if something is true, its opposite is false.

We can also know many things about the truth such as:

–Truth is discovered, not invented. It exists independently of anyone knowing it. (Gravity existed before Newton.)

–Truth is cross-cultural; if something is true, then it is true for all people, everywhere, all the time (2+2=4 for everyone, everywhere, all the time).

–The truth never changes, no matter how much our beliefs about the truth change. (When we start believing that the earth is round instead of flat, the truth about the earth doesn’t change, only our beliefs about the earth change.)

–Beliefs cannot change facts, no matter how sincerely we hold to them. (Someone may sincerely believe that the world is flat, but that only makes that person sincerely mistaken.)

–Truth is not affected by the attitude of the one who professes it. (An arrogant person [I want to clarify that this attitude is not worthy of any follower of Christ] does not make the truth that he professes false. A humble person does not make the error that he professes true.)

–All truths are absolute. Even those that appear to be relative are actually absolute. (For example, “I, Jorge Gil, felt cold on January 4, 2014” may seem to be a relative truth, but in reality it is absolutely true for anyone and anywhere that Jorge Gil felt cold on that day.)

In short, contrary beliefs [opinions/criteria/opinions] are possible, but contrary truths are not possible. We can believe everything to be true, but we cannot make everything true. [3]

I hope that with what we have seen so far, we have a little clearer what the truth is (and what it is not) and as we already know more about it logically, we see how important it is to handle these concepts and ideas in an appropriate way, this will help us identify, resist and counteract the constant attacks of our adversary, which continues to blind the minds of all those who do not believe or who have rejected the message of salvation, let us remember that we not only have the truth of God carved on the table of our hearts (Prov 3:3, 7:3; 2 Cor 3:3) God also gives us our intellectual faculties, our reasoning ability, the infallibility of the holy scriptures and undoubtedly the Holy Spirit that protects us and helps us discern in all things concerning God.

The Bible, as we will see below, uses the criterion of correspondence of truth; to conclude, we will cite several examples.

–The ninth commandment is based on this criterion: “You shall not bear false witness against your neighbor.” (Ex. 20:16)

–Satan is called a “liar” (John 8:44); his statement in the Garden of Eden to Eve, “No, you will not surely die!” does not correspond to what GOD actually said, “In the day that you eat from it you will surely die.”

–Ananias and Sapphira “You lied to the Holy Spirit… You lied not to us but to God!” (Acts 5:1-4) They lied by giving a false report concerning their finances.

–Moses gives us one of the most important biblical passages regarding false prophets, following the principle of correspondence, these have to be tested based on “If what a prophet proclaims in the name of the Lord does not come true or come to pass, it is a sign that his message is not from the Lord. That prophet has spoken presumptuously; do not be afraid of him.” (Dt 18:22)

–In Proverbs we see “A truthful witness saves from death, but a false witness lies.” This implies the correct truth regarding the facts. In a court of law, intentions alone will not save innocent lives when they are accused, only “The truth, the whole truth and nothing but the truth” will do so. [4]

I hope that now we are not only much more comfortable with the definition of what “The Truth” is, but also with the fact that our God and redeemer, our Lord and savior Jesus Christ said the following words “I am the way, the truth, and the life. No one comes to the Father except through me.” (John 14:6) in them all the weight of the Absolute Truth falls on Him and it is our duty as Christians to trust in Him, we are called to love Him with all our mind (Matthew 22:37) that is why it is important to approach our beliefs and His word in a way that we can maintain both a spiritual and intellectual balance and follow it to the letter, always remembering that He Himself calls us to put everything to the test and hold on to what is good (1 Thess 5:21).

I leave you with these two quotes to reflect on:

“Truth is a reality whether you believe in it or not. Truth does not require you to believe in it to be true, but it does deserve your belief in it.” – Doug Powell

“Men stumble upon the truth from time to time, but most of them pick themselves up and walk away as if nothing ever happened.” – Winston Churchill

References

[1] The Big Book of Christian Apologetics , The Nature of Truth p. 562

[2] Evans, C. Stephen (2010-03-17). Pocket Dictionary of Apologetics & Philosophy of Religion: 300 Terms & Thinkers Clearly & Concisely Defined (The IVP Pocket Reference Series) (Kindle Locations 2267-2270). InterVarsity Press. Kindle Edition.

[3] [Geisler, Norman L.; Turek, Frank (2004-03-12). I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist p.37-38]

[4] Systematic Theology in One Volume , Norm Geisler, p.85-85

Note on references

Because these are originally in English, the translation and modification was made by the author of this article who does not claim any intellectual rights over them.

Por Brian Chilton

Cuando dejé el ministerio debido a mi escepticismo, uno de los factores involucrados en mi salida se debió a la confiabilidad de los documentos del Nuevo Testamento y la resurrección de Jesús. La gente del Jesus Seminar (Seminario de Jesús) me tenian adivinando si es que podia confiar en lo que decía el Nuevo Testamento y si yo en verdad podría aceptar la literal resurrección corporal de Jesús de Nazaret. En Julio de 2005, mi vida cambió. Entré a la librería cristiana Lifeway en Winston-Salem, Carolina Del Norte y leí tres libros que han cambiado mi vida más que cualquier otro libro sin contar la Biblia. Descubrí The case for Christ (El caso de Cristo) de Lee Strobel, The New Evidence that Demands a Verdict (La Nueva Evidencia que exige un Veredicto) y A Ready Defense (Una defensa lista) ambos de Josh McDowell. Descubrí qué hay varias razones para aceptar la resurrección de Jesús de Nazaret como un hecho histórico.

Resurrection Jesus History

A través de los años, la evidencia ha aumentado cada vez más para la historicidad de la resurrección de Jesús. Este artículo proveerá 10 de los más fascinantes argumentos para la resurrección de Jesús de Nazaret. Esta lista no es exhaustiva y mis tratos con cada argumento son extremadamente breves. Sin embargo, espero que esta lista te provea de un punto de partida para considerar la autenticidad de la resurrección de Jesús.

  1. Los primeros testigos oculares fueron mujeres. Los primeros testigos oculares de la resurrección fueron mujeres. Todos los Evangelios cuentan que los primeros individuos en descubrir la tumba vacía fueron mujeres. Mateo cuenta que ¨Después del Sabbath, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver la tumba… El ángel les dijo, ´No tengan miedo, porque yo sé que están buscando a Jesús quien fue crucificado. Él no está aquí. Pues ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde fue puesto el Señor¨ (Mateo 28:1, 5-6).[1] Las mujeres no eran tenidas en alta estima. En la cultura Greco-Romana, el testimonio de una mujer no era admisible en la corte. En los círculos Judíos, costaba el testimonio de dos mujeres para igualar al de un hombre. Si uno fuera a inventar una historia, las ultimas personas que uno colocaría como testigos principales serían mujeres, a menos que fuera cierto.
  2. Hechos mínimos sobre la resurrección. Gary Habermas ha popularizado el tan conocido argumento de hechos mínimos para la resurrección. Los datos mínimos son esas cosas que son aceptadas por casi todos los eruditos del Nuevo Testamento. Los hechos mínimos son ¨1. Jesús murió por crucifixión. 2. Los discípulos de Jesús creyeron que Él resucitó y se les apareció a ellos. 3. Pablo, el perseguidor de la iglesia, fue repentinamente cambiado. El escéptico Santiago, hermano de Jesús, fue repentinamente cambiado. 5. La tumba estaba vacía.¨[2] Estos hechos son casi aceptados universalmente por los eruditos del Nuevo Testamento, incluyendo a los liberales.
  3. Transformación de los primeros Discípulos. Como se señala en los hechos mínimos, Santiago, el hermano de Jesús, cambió de ser escéptico a creyente por la resurrección. Santiago junto a sus hermano no creían en Jesús durante los inicios de su ministerio (mire Juan 7:5). Sin embargo, Jesús se le apareció a Santiago (1 corintios 15:3-9) y Santiago se convirtió en el líder de la iglesia primitiva de Jerusalén. Su muerte es registrada por Josefo.[3] Pablo es otro ejemplo de alguien que ha sido completamente transformado por la resurrección de Jesús. Pablo había sido un perseguidor de la iglesia. Después de atestiguar al resucitado Jesús, Pablo se convirtió en un proclamador de la iglesia.
  4. Detalles vergonzosos de la resurrección. Históricamente hablando, los detalles vergonzosos añaden veracidad a una afirmación histórica. El hecho de que mujeres fueran las primeras testigos, que un miembro del Sanedrín (el mismo sanedrín que ejecuto a Jesús) tenían que darle a Jesús un entierro apropiado, y que los discípulos estaban temerosos y huyeron, todos sirven como factores vergonzosos para el propósito de la resurrección
  5. Se conoció por la disposición a morir por ello. Muchas personas morirían por lo que ellos creen que es verdad. Pero nadie moriría por algo que ellos inventaron erróneamente. Los discípulos sabían que ellos decían la verdad. Aun así, uno se da cuenta que los discípulos estaban dispuestos a morir por algo que ellos sabían que era verdad. Esteban murió apedreado (Hechos 7:54-60), Jacobo hijo de Zebedeo por una espada en las manos de Herodes (Hechos 12:2), Santiago el hermano de Jesús murió,[4] y Pedro y Pablo en las manos de Nero.[5]
  6. Evidencia documentaria. La evidencia documentaria de la resurrección de Jesús es muy buena. El historiador busca encontrar cuantas fuentes primarias y secundarias[6] se puedan juntar por un evento para determinar la historicidad de dicho evento. Con respecto a las fuentes primarias, la  resurrección tiene el reporte de Mateo, Juan y Pablo en 1 Corintios 15, incluyendo las referencias adicionales de Santiago  (si es que uno acepta que Santiago escribió la carta atribuida a él) y Judas. Las siguientes son fuentes secundarias de la resurrección: Lucas, Marcos, Clemente de Roma y de un grado menor Ireneo e Ignacio.
  7. Evidencia circunstancial. Douglas Groothius señala que la evidencia circunstancial para la historicidad de la resurrección es ¨a saber, la práctica de la iglesia primitiva al observar el bautismo, La Cena Del Señor y los domingos de adoración¨[7]. El bautismo se basa en la analogía de la muerte, entierro y resurrección de Jesús. La Cena Del Señor es un símbolo de la muerte sacrificial de Cristo. En adición, es bastante extraño que fieles Judíos cambiaron su adoración de viernes por la tarde hasta el sábado a domingo por la mañana a menos que algo de mayor importancia hubiese ocurrido el domingo por la mañana. El más importante evento de un domingo por la mañana fue la resurrección de Jesús.
  8. El motivo faltante. Warner Wallace ha señalado en sus conferencias y libros que cuando una conspiración se forma, hay tres factores motivantes detrás de tal movimiento—poder, codicia, y/o lujuria.[8] Los discípulos no tendrían ningún poder por afirmar la resurrección como historia. Ellos andaban por ahí mientras estaban siendo amenazados por los Judíos y autoridades Romanas. En cuanto a la codicia, ellos enseñaron que uno no debería desear posesiones terrenales sino espirituales. La lujuria no era un factor tampoco. Ellos enseñaban el celibato antes del matrimonio y fidelidad marital después del matrimonio. De hecho, N. T. Wright señala su libro clásico, The Resurrection of the Son of God (La resurrección del Hijo de Dios), que los discípulos no tenían una motivación teológica tras afirmar que Jesús ha resucitado de entre los muertos como si ellos estuviesen anticipando un héroe militar y una resurrección final al acabar el tiempo. ¿Qué factores motivacionales existían para estos discípulos inventar tal historia? ¡Ninguna! La única razón por la que los discípulos enseñaron la resurrección es por que la resurrección de Jesús había ocurrido.
  9. Atestación enemiga de la resurrección. Históricamente hablando, si uno sostiene la atestación enemiga a un evento, entonces el evento se fortalece. Cuando uno considera las reclamaciones de las autoridades de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús  (Mateo  28:11-15), el testimonio de la resurrección se fortalece. La creencia primitiva de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús se fortalece debido al descubrimiento de la inscripción de Nazaret que ordena a pena capital para cualquiera que robe un cuerpo de su tumba[9]. Asimismo, varias referencias de Jesús y su resurrección incluyen citas de Josefo[10], Tacito,[11] y Suetonio[12] entre otros (incluyendo el Talmud Babilonico).
  10. Múltiples testigos oculares post-resurrección. Finalmente, hay multiples testimonios de testigos oculares pertenecientes a la resurrección de Jesús. Varias personas han visto a Jesús vivo por un periodo de 40 días. Los testigos oculares incluyen a María Magdalena (Juan. 20:10-18), la mujer en la tumba acompañando a María (Mateo. 28:1-10), los guardianes romanos (Mateo 28:4), los once discípulos (Juan 21), los dos hombres en el camino a Emaús ( Lucas 24:13-35), un indeterminado número de discípulos (Mateo 28:16-20), más de 500 discípulos (1 Corintios 15:6), a Santiago (1 Corintios 15:7) y a Pablo (1 Corintios 15:8-9). Estoy seguro que hubieron muchos otros testigos que no son identificados.

Conclusión:

Muchas otras evidencias podrían ser dadas para la resurrección de Jesús. Pensando acerca de los métodos de historia, uno debe entender que hay una razon por la que los americanos aceptan como el primer presidente de Estados Unidos a George Washington y no a Bob Esponja. La historia respalda la afirmación que Washington fue el primer presidente. De la misma manera, la historia respalda la realidad de la resurrección de Jesús. Ahora la pregunta es esta: ¿qué harás con dicha información? Algunos trataran de ignorar el evento. Algunos trataran de desacreditarlo. Otros trataran de reconocer la naturaleza objetiva del evento y adorar a Jesús como el Señor resucitado. Es mi oración que hagas lo último.

Notas

[1] Salvo que se indique lo contrario, toda la escritura mencionada proviene de Christian Standard Bible (Nashville: Holman, 2017)

[2] Gary R. Habermas y Michael R. Licona, The Case for the Resurrection of Jesus (Grand Rapids: Kregel, 2004), 48-50, 64-69.

[3] Josefo, Antioquia XX.200

[4] Ibid.

[5] Eusebio, historia de a¡la iglesia XV.5.

[6] Fuentes primarias son documentos escritos por testigos oculares.

Fuentes secundarias son documentos escritos por individuos que conocen a los testigos oculares. Por ejemplo, mi abuelo fue un testigo ocular de la más grande  batalla naval en la historia de la Segunda Guerra Mundial. De la información que mi papá junto de el, el seria una fuente secundaria, mientras mi abuelo seria una fuente primaria.

[7] Douglas Groothius, Christian Apologetics: A Comprehensive Case for Biblical Faith  (Downers Grove;  Nottingham, UK:  IVP Academic; Apollos, 2011), 553-554

[8] Mire J. Warner Wallace,“Rapid Response: I Think the Disciples Lied About the Resurrection”, Cold-case  Christianity.com  (Octubre 17, 2016), recuperado 11 de Abril, 2017, http://coldcasechristianity.com/2016/rapid-response-i-think-the-disciples-lied-about-the-resurrection/.

[9] Mire http://www.biblearchaeology.org/post/2009/07/22/The-Nazareth-Inscription-Proof-of-the-Resurrection-of-Christ.aspx#Article.

[10] Josefo, Antioquia XX.9.1.

[11] Tacito, Anales XV.

[12] Suetonio, Lives of the Caesars-Claudius 25 y Suetonio, Lives of the Caesar-Nero 16.

 


Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidad en Liberty University (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics (Apologética cristiana) de la Universidad de Biola. Brian actualmente está inscrito en el programa Ph.D. en Teología y apologética en Liberty University. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Blog Original:  http://bit.ly/2ppUPKK

Traducido por Italo Espinoza Gómez.

Editado por María Andreina Cerrada.

Por Peter S. Williams

Contra Grayling

Una respuesta cristiana a “Contra todos los dioses” (Oberon Books, 2007)

Por Peter S. Williams (MA, MPhil)

A.C. Grayling, profesor de Filosofía en el Birbeck College de la Universidad de Londres, comienza su autodenominada polémica contra la religión con una pregunta y una respuesta: “¿Merece respeto la religión? Yo sostengo que no merece más respeto que cualquier otro punto de vista, y no como la que más lo merece”[1].  A partir de entonces, la crítica de Grayling a “todos los dioses” es principalmente un asalto a dos caras sobre a) la respetabilidad intelectual de la fe y b) la respetabilidad ética de los creyentes e instituciones religiosas como tales.

Con respecto a la respetabilidad intelectual de la fe, Grayling piensa que: “Algunos en mi propio lado del argumento aquí cometen el error de pensar que la disputa sobre las creencias sobrenaturales es si son verdaderas o falsas. La epistemología nos enseña que el punto clave es sobre la racionalidad”[2].  Mientras que la ‘epistemología’ enseña la distinción entre la verdad y la racionalidad de una creencia (considere la obra de Alvin Plantinga sobre la diferencia entre las objeciones de facto y de jure al teísmo cristiano y cómo los cristianos deberían responder a estos diferentes tipos de objeciones[3]), esta distinción no justifica la afirmación de que el asunto de la verdad tome la última palabra. Dios puede existir incluso si es irracional creer en Dios (así como cierto acusado podría ser culpable incluso si el jurado fuera irracional para condenarlo sobre la base de los datos disponibles para ellos) — una observación que hace menos interesante la acusación de irracionalidad y, por lo tanto, menos fundamental que la acusación de falsedad. Además, si uno tiene una creencia justificada de que el teísmo sea verdadero, con seguridad se justificaría pensar que la creencia teísta fuera racional (así como si alguien tuviera una buena razón para condenar a un acusado determinado, tendría una buena razón para considerar la propia creencia en su culpabilidad por ser racional).

Sin embargo, Grayling reformula incluso una objeción de facto tradicional al teísmo como el problema lógico del mal como una objeción de jure a su respetabilidad racional: “Creer en la existencia de (digamos) una deidad benevolente y omnipotente frente a los cánceres infantiles y las muertes masivas en tsunamis y terremotos [es un ejemplo de] irracionalidad grave”[4].  Grayling no hace nada para elaborar un argumento real en este sentido, y parece ignorar el hecho de que: “Los filósofos de la religión han puesto serias dudas sobre si existe alguna incoherencia que implique las proposiciones apropiadas sobre el mal y las supuestas propiedades de Dios”[5].  Como explica William L. Rowe:

“Algunos filósofos han sostenido que la existencia del mal es lógicamente inconsistente   con la existencia del Dios teísta. Nadie, creo, ha logrado establecer una afirmación tan extravagante. De hecho, concediendo incompatibilismo, hay un argumento bastante convincente para la opinión de que la existencia del mal es lógicamente consistente con la existencia del Dios teísta”[6].

La religión es…

¿Cuál es, más precisamente, el objetivo de Grayling? Grayling afirma (y como veremos, Grayling es muy bueno simplemente afirmando cosas) que:

“por definición, una religión es algo centrado en la creencia de la existencia de organismos o entidades sobrenaturales en el universo; y no meramente en su existencia, sino en su interés por los seres humanos en este planeta; y no solo su interés, sino su interés particularmente detallado en lo que los humanos usan, lo que comen, cuando lo comen [etc.][7]

Se supone que esta lista cada vez más específica de características pretende constituir una especie de argumento demasiado obvio para ser digno de escribir sobre los absurdos de pensar que Dios estaría interesado en su creación (si él se toma la molestia de existir). Sin embargo, también tiene el efecto de sugerir que Grayling nunca ha oído hablar de budistas no-teístas, o deístas, o aristotélicos, o panteístas, o personas que son naturalistas salvo por la creencia de que su mente es más que su cerebro (para el humano el espíritu o el alma de un vegano ciertamente cuenta como una entidad sobrenatural interesada en los seres humanos y en lo que comen). De hecho, es notoriamente difícil definir la religión. Como observó Eric S. Waterhouse: “Nunca se ha encuadrado una definición de religión que afecte a todos los aspectos de la vida, y ninguna ha encontrado incluso una medida considerable de aceptación general”[8].

Apologistas religiosos y creyentes ordinarios

Grayling se queja de que:

“Los apologistas de la fe son una comunidad evasiva que busca evitar o desviar las críticas deslizándose detrás de las abstracciones de la teología superior, un dominio envuelto en neblina de palabras largas, distinciones superfinas y sutilezas vagas, en algunas de las cuales Dios no es nada… y ni siquiera existe… Pero la religión no es teología; es la práctica y el punto de vista de la gente común en la mayoría de los cuales las creencias y supersticiones sobrenaturales fueron inculcadas como niños cuando no podían evaluar el valor de lo que se vendía como una visión del mundo; y es la falsedad de esto y sus consecuencias para un mundo sufriente lo que los críticos atacan”[9].

Esta queja requiere un poco de desenredo. Ciertos apologistas son criticados por defender creencias (como la inexistencia de Dios) que de ninguna manera representan las creencias del creyente ordinario. No tengo ningún problema en criticar a tales creencias, o tales apologistas. Los apologistas en general son criticados por defender la fe usando: a) abstracciones, b) palabras largas que los no expertos no entienden, c) distinciones súper finas y d) vagas sutilezas. Sin embargo, las abstracciones, el lenguaje técnico, las distinciones finas e incluso las vagas sutilezas son la base natural en el oficio de los filósofos, científicos y, de hecho, el de todos los estudiosos que defienden puntos de vista controvertidos sobre el mundo. El mismo Grayling no está por encima de usar abstracciones (“religión”, así como el comportamiento de sus seguidores, es una “abstracción” en la polémica de Grayling); palabras largas que los no expertos no entienden (prueba con “espesado crepúsculo”[10] para el tamaño); distinciones súper finas (como la que existe entre el ateísmo y el naturalismo); o sutilezas vagas (en cuya categoría uno podría poner toda la insinuación de un argumento en el libro de Grayling). Los apologistas deben, por supuesto, hacer todo lo posible para fundamentar sus abstracciones en datos suficientes con una lógica convincente, para explicar su terminología para los no iniciados, para evitar distinciones que son tan finas y que se conviertan en “distinciones sin diferencia” (distinciones que son precisamente lo suficientemente finas son una marca de excelencia filosófica) y que retengan sutilezas vagas para temas que son vagos y/o que realmente requieren una comprensión sutil. Por el tono de Grayling uno imagina que acusaría a todos los apologistas religiosos de no cumplir con estas responsabilidades intelectuales. Lamentablemente, no proporciona ninguna evidencia para respaldar lo que yo consideraría una generalización apresurada en el mejor de los casos y un hombre de paja en el peor de los casos.

La experiencia personal me lleva a pensar que Grayling se sorprendería de lo mucho que la teología y la apologética son parte integrante de la vida y la fe del creyente religioso “común”. Una vez más, es interesante observar cómo Grayling concentra su atención en las supuestas consecuencias negativas de toda religión para un mundo que sufre, pero dice muy poco acerca de la supuesta falsedad de todas las creencias sobre lo sobrenatural. Por último, no creo que el supuesto de Grayling acerca de las creencias sobrenaturales que se inculca en los niños que no pueden evaluar el valor de lo que se les está vendiendo como una visión del mundo nazca por la evidencia. Por ejemplo, como en el 2005   se reveló en el cuestionario de Dare to Engage (Atrévete a participar), una gran proporción de estudiantes de nivel A que han pasado toda su vida criados en hogares religiosos y comunidades que profesan no estar decididos a aceptar esa tradición de fe.

Los males de la religión

Grayling defiende el tono polémico de su libro: “Si el tono de la polémica aquí parece combativo, es porque la competencia entre puntos de vista religiosos y no religiosos es tan importante, un asunto literalmente de vida o muerte, y no puede haber contemporización”[11].  Pensé que, cuanto más importante sea el tema, más importante sería alejar a aquellos con quienes no estás de acuerdo insultándoles. Y como Grayling observa: “El debate se ha vuelto acerbo…”[12]. Uno podría pensar que un debate mordaz implicará más calor que luz. De hecho, Grayling reconoce que: “Podríamos mejorar el respeto que otros nos otorgan si somos amables, considerados… veraces… aspirantes al conocimiento… buscadores del bien de la humanidad, y cosas por el estilo” y admite (de acuerdo al gusto de Richard Dawkins) que: “Ningún conjunto de características tiene alguna conexión esencial con la presencia o ausencia de sistemas de creencias específicos, dado que hay cristianos buenos y desagradables, musulmanes agradables y desagradables, ateos agradables y desagradables”[13]. Sin embargo, Grayling está interesado en: “Criticar las religiones como sistemas de creencias y como fenómenos institucionales que, como lo atestiguan el lúgubre historial y el presente, han causado y continúan causando mucho daño en el mundo, sea cual sea el bien que se pueda reclamar para ellos además”[14].  Esta es una crítica extraña que equivale a decir que incluso si la religión hace abrumadoramente más bien que mal, es razonable criticar a la religión sobre la base del daño que causa. Eso es más bien como conducir un debate sobre los méritos del transporte público al señalar que los trenes a veces chocan, mientras se está preparado para reconocer que los trenes son mucho más seguros que los automóviles.

Grayling señala que “no se han librado guerras, ni se han llevado a cabo pogromos, ni se han quemado personas en la hoguera, sobre teorías rivales en biología o astrofísica”[15].  Esto puede ser, estrictamente hablando, la verdad; sin embargo, lo que uno hace de esta observación más bien depende de la visión que uno tenga de diversos actos que han sido inspirados y/o justificados por varias teorías científicas (¿alguien por el racismo científico, la eugenesia o el aborto?). Para responder que hay una diferencia entre una ciencia que se usa o se tuerce para justificar algo y la ciencia en realidad justificándolo es abrir la puerta para que los creyentes religiosos hagan una defensa paralela de la religión.

Sobre el tema específico de la incineración, mencionado por Grayling (un tema que debería ser entendido dentro de su contexto histórico), el científico social Philip J. Sampson observa que: “El número de enjuiciamientos por brujería a menudo se ha exagerado mucho, y nosotros ahora sabemos que la Inquisición tendió a moderar en lugar de incitarlos”[16].  El historiador William Monter escribe que “la suavidad de los juicios inquisitoriales sobre la brujería contrasta notablemente con la severidad de los jueces seculares en todo el norte de Europa”[17]. De hecho, según el historiador Hugh Trevor-Roper: “En general, la iglesia establecida se oponía a la persecución [de las brujas]”[18].

Con Keith Ward, creo que está claro que: “La religión causa un poco de mal y un poco de bien, pero la mayoría de la gente, frente a la evidencia, probablemente estará de acuerdo en que hace mucho más bien que mal, y que estaríamos mucho peor como especie sin religión”[19]. Esto no es para negar que los cristianos (incluso los cristianos ‘nacidos de nuevo’ de creencias religiosas intrínsecas más que extrínsecas) han hecho muchas cosas terribles a lo largo de la historia (somos, después de todo, pecadores), pero como Ward argumenta: “Hay algunas creencias religiosas inequívocamente malvadas 2025 también hay algunas creencias no religiosas inequívocamente malvadas. Lo que hace que las creencias sean malas no es la religión, sino el odio, la ignorancia, la voluntad de poder y la indiferencia hacia los demás”[20]. La religión no debería ser más atacada con el pincel de sus peores ejemplos que la política o la ciencia. Como dijo William Wilberforce: “Del mismo modo que no descartaríamos la libertad porque la gente abuse de ello, ni el patriotismo, ni el coraje, ni la razón, el discurso y la memoria -aunque todos abusaron– no más deberíamos eliminar la verdadera religión porque los egoístas la han pervertido”[21].

De hecho, algunas formas de religión, al menos, hacen un gran bien. Como advierte el humanista secular Richard Norman:

“Reconozco que la religión ha inspirado no solo a algunos de los peores sino también a algunos de los mejores logros humanos. Ha inspirado movimientos sociales y políticos para mejorar la suerte de los seres humanos, como en la abolición de la trata de esclavos, el movimiento por los derechos civiles, las campañas por la paz, contra la pobreza y la hambruna en el mundo. Ha inspirado muchos de los mayores logros culturales y artísticos… Presentar la religión y sus obras bajo una luz totalmente negativa sería, en mi opinión, irremediablemente desequilibrado”[22].

Todo esto a un lado, como observa Tom Price:

“Me parece que todo el argumento compromete lo que podríamos llamar ‘El culpable por la falacia de asociación’. Lo cual supone que la religión es incorrecta y no creíble porque algunas personas se radicalizan. Esa es solo una mala estructura lógica. Si la religión conduce a la violencia o no, no afecta en si esta es verdad o no. La resurrección de Jesús como un evento, la evidencia que se le presenta y sobre la cual se le pide que base la creencia cristiana, es completamente independiente del comportamiento de sus seguidores. Alister McGrath dio el ejemplo de los médicos: “Solo porque vimos lo que Harold Shipman hizo, no significa que decimos que todos los médicos son malos”[23].

¿Debería la fe ganarse el respeto?

De acuerdo con Grayling:

“Es hora de negarse a caminar de puntillas en torno a personas que reclaman respeto… sobre la base de que tienen una fe religiosa… como si fuera noble creer en afirmaciones sin fundamento y antiguas supersticiones. No tiene sentido. La fe es un compromiso con la creencia contraria a la evidencia y la razón… creer en algo frente a la evidencia y en contra de la razón, creer en algo por fe, es innoble, irresponsable e ignorante, y merece lo contrario al respeto”[24].

De todo corazón estoy de acuerdo en que un compromiso con la creencia contraria a la evidencia y la razón es innoble. De todo corazón estoy en desacuerdo con que esta sea una descripción precisa de mi fe cristiana. La descripción de fe de Grayling comete la falacia del hombre de paja. La falacia del hombre de paja se comete “cuando un argumentador distorsiona la posición de un oponente con el propósito de hacerlo [más fácil] de destruir, refuta la posición distorsionada, y concluye que la opinión de su oponente es por lo tanto demolida”[25]. La definición de fe de Grayling es un hombre de paja porque aunque las creencias irracionales son fáciles de criticar, pocos cristianos aceptarían la definición fácil de crítica de Grayling de “fe” como una que se aplica a ellos. Ciertamente no es como la Biblia describe la fe. Considera lo que la Biblia dice acerca de la evidencia y la razón:

  • El cosmos es la creación de un Dios racional que hizo a los humanos en su propia “imagen” (Génesis 1:27).
  • Dios dice a los seres humanos: “Estemos a cuentas” (Isaías 1:18).
  • El profeta Samuel se puso de pie delante de Israel y dijo: “Voy a confrontarte con evidencias delante del Señor” (1 Samuel 12:7).
  • Según Jesús, el mandamiento más grande incluye el requisito de “amar al Señor tu Dios… con toda tu mente ” (Mateo 22:37).
  • Jesús dijo: “Créanme cuando digo que estoy en el Padre y que el Padre está en mí; o al menos crean en la evidencia de los milagros mismos” (Juan 14:11).
  • Pablo escribió acerca de “defender y confirmar el evangelio” (Filipenses 1:7) y “razonó… desde las Escrituras, explicando y probando” (Hechos 17:2-3).
  • A los cristianos se les ordena: “Siempre estén preparados para dar una respuesta a todos los que les piden que den la razón de la esperanza que tienen… con gentileza y respeto” (1 Pedro 3:15).

El griego traducido como “razón” es “apología“, de lo cual obtenemos la palabra “apologética”, que significa “defensa razonada”. La apologética es el arte de dar una defensa razonada para el cristianismo. El Nuevo Testamento describe la apologética como parte de la “guerra espiritual” en la que los cristianos “derriban argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios…” (2 Corintios 10:5). La Apologética utiliza la erudición de muchos tipos, que implican un compromiso con las “leyes de la razón” en el corazón de la filosofía. Como C.S. Lewis escribió: “La buena filosofía debe existir, si por ninguna otra razón, porque la mala filosofía debe ser respondida”[26]. Tom Price observa que: “Cuando el Nuevo Testamento habla positivamente de la fe, solo usa palabras derivadas de la raíz griega [pistis] que significa “ser persuadido”[27]. Si bien es cierto que Colosenses 2:8 advierte a los cristianos de no ser “cautivos por la filosofía y el engaño vacío según la tradición humana… y no según Cristo”, esta advertencia “no es una prohibición contra la filosofía como tal, sino contra la falsa filosofía… De hecho, Pablo advierte contra una filosofía falsa específica, una especie de gnosticismo incipiente… el artículo definido “esto” en [el] griego indica una filosofía particular”[28].

Sorprendentemente, Grayling hace referencia a la historia del Nuevo Testamento de la incredulidad de Tomás (Juan 20: 24-31), que se negó a aceptar el testimonio de diez amigos acerca de la realidad de la resurrección de Jesús (pero que aceptó esta realidad después de su propio encuentro con la resurrección) — como apoyo a su redefinición de la fe de hombre de paja. Sin embargo, en esta historia, Jesús elogia a las personas que creen sin tener que ver por sí mismos, no aquellos que creen sin evidencia, y mucho menos en contra de la   evidencia. ¡Antes de que Jesús se ofreciera a Tomás para un examen personal, ¡a Tomás no se le pedía que creyera sin pruebas! Además, la razón por la cual Juan da para contar estos eventos es porque son evidencia de la verdad del evangelio (Juan 20: 30-31).

Grayling afirma que: “Es asunto de todas las doctrinas religiosas mantener a sus devotos en un estado de infancia intelectual (¿de qué otra manera mantienen los absurdos aparentemente creíbles?)”[29]. Incapaz de imaginar a una persona intelectualmente madura que no piense que toda religión es absurda, Grayling deduce que todos los creyentes religiosos deben ser intelectualmente inmaduros.  Al parecer, no le preocupa la observación de que al menos algunos creyentes religiosos son pensadores intelectualmente maduros. Por ejemplo, el filósofo secular John Gray hace el siguiente cumplido a los eruditos religiosos contemporáneos:

“Hoy no se puede entablar un diálogo con pensadores religiosos en Gran Bretaña sin descubrir rápidamente que, en general, son más inteligentes, mejor educados y notablemente más librepensadores que los incrédulos (como los ateos evangélicos aún se describen de manera incongruente)”[30].

Según Gray, las acusaciones como las de Grayling dicen más sobre el acusador que sobre el acusado:

“Karl Marx y John Stuart Mill insistieron en que los religiosos morirían con el avance de la ciencia. Eso no ha sucedido, y no existe la perspectiva más remota de que esto suceda en el futuro previsible. Sin embargo, la idea de que la religión puede ser erradicada de la vida humana sigue siendo un artículo de fe entre los humanistas. A medida que la ideología secular se vierte en todo el mundo, quedan desorientados y boquiabiertos. Es esta dolorosa disonancia cognitiva, creo, lo que explica el rencor particular y la intolerancia de muchos pensadores seculares. Incapaces de dar cuenta de la irrefrenable vitalidad de la religión, solo pueden reaccionar con horror puritano y estigmatizarla como irracional”[31].

Según los informes, A.J. Ayer estaba “desconcertado por el hecho de que los filósofos a quienes respetaba intelectualmente, como Michael Dummett, tuvieran creencias religiosas”, pero al menos “tenía que admitir que ese era el caso”[32]. James Lazarus ha reconsiderado públicamente su creencia previa de que es imposible ser razonable y ser creyente:

“La afirmación de que una persona razonable no puede creer en Dios puede ser cuestionada seriamente… Personalmente, he conocido a muchos creyentes que llamaría personas muy racionales, razonables e inteligentes. No los llamaría simplemente racionales, razonables e inteligentes en general, sino que continuaría diciendo que son racionales, razonables e inteligentes con respecto a su creencia en Dios”[33].

Mera afirmación

“Simplemente afirmar algo, no importa cuán fuerte sea, no lo hace cierto. La afirmación confiada no puede sustituir al argumento…” – Nigel Warburton[34].

Una de las principales fallas de Against All Gods (Contra todos los dioses) es la indulgencia repetida de Grayling en la afirmación falsa, o al menos infundada, afirmación. Por ejemplo, Grayling simplemente afirma que “la religión es un dispositivo hecho por el hombre, no menos importante es la opresión y el control”[35]. No hay evidencia o argumentos en apoyo de esta amplia generalización. Por otra parte, Grayling afirma que la historia del nacimiento de Jesús está a la par de otros cuentos de Medio Oriente, como “Hércules y sus labores”[36]. No hay ningún compromiso con los estudios históricos relevantes aquí. Además, no hay compromiso con las muchas obvias dis-analogías entre el testimonio histórico acerca de Jesús por un lado[37], y la mitológica historia genérica de Grayling de una deidad que embaraza a una mujer mortal que luego da a luz a una figura heroica cuyas obras le dan lugar en el cielo[38] en el otro. Por ejemplo, el Nuevo Testamento no presenta a Jesús como que se ganó su lugar en el cielo por sus obras. En todo caso, él se presenta como “ganándose” nuestro lugar en el cielo. Cuentos de dioses embarazando a mujeres mortales de semidioses heroicos (y Jesús no es semi dios en los evangelios) puede haber sido común en el Medio Oriente, pero no eran en absoluto comunes en el contexto judío que dio origen al cristianismo. El ataque de Grayling a la creencia en la concepción virginal de María es pura fanfarronería:

“pregúntale a un cristiano por qué la historia antigua de una deidad que embaraza a una mujer mortal… es falsa tal como se aplica a Zeus y sus muchos amantes… pero verdadera como se aplica a Dios, María y Jesús… No esperes una respuesta racional; un llamamiento a la fe será suficiente, porque con la fe todo vale”[39].

Desafortunadamente para Grayling, esta amplia generalización es demostrablemente falsa. Por ejemplo, mientras era profesor de Historia y Filosofía de la Religión en el King’s College de la Universidad de Londres, el filósofo cristiano Keith Ward escribió un artículo sobre “Evidencia del nacimiento virginal” en el que justificaba la creencia en la historia de la Natividad con evidencia:

“El argumento más fuerte para la veracidad de estos relatos es que es muy difícil ver por qué deberían haber sido inventados, cuando hubieran sido tan impactantes para los oídos judíos… hay dos fuentes independientes de historias de un nacimiento de virgen; y eso aumenta la probabilidad de que se fundan en recuerdos históricos”[40].

Independientemente de si los argumentos históricos de Ward son sólidos (creo que lo son), el punto es que Grayling está claramente equivocado sobre la creencia cristiana en el nacimiento virginal que no tiene nada que ver con la evidencia. Algunos cristianos pueden creer en el nacimiento virginal sin evidencia directa (algunos incluso podrían creer sin evidencia indirecta). Pero algunos cristianos al menos sostienen esta creencia porque creen que la evidencia merece directamente que lo hagan.

Por supuesto, Grayling descarta la idea de que “es razonable que la gente crea que los dioses suspenden ocasionalmente las leyes de la naturaleza”[41]. Si el plural se reemplaza con el singular, esta es una creencia que tengo y que creo que es razonable. Grayling no me ofrece ninguna razón para pensar que estoy equivocado; él simplemente (indirectamente) afirma que lo estoy. Del mismo modo, en The Meaning of Things (El significado de las cosas) Grayling afirma irónicamente que: “La feliz realidad de los milagros es que no requieren apoyo en el camino de la evidencia o la evaluación racional0”[42]. Como generalización, esta afirmación es simplemente falsa. Tanto Jesús como los escritores del Nuevo Testamento apelaron a los milagros de Jesús como evidencia de la verdad de sus afirmaciones personales precisamente porque hubo testimonio de testigos oculares de su aparición. Desde entonces hasta el presente los apologistas cristianos han presentado argumentos basados en evidencia para reclamos milagrosos, especialmente por el milagro de que Jesús resucitó de entre los muertos. Si estos argumentos son o no sólidos, no viene al caso que nos ocupa. El mero hecho de que los argumentos son ofrecidos es suficiente para hundir la afirmación de Grayling. Filosóficamente hablando, me parece que si la creencia en Dios es razonable, entonces la creencia en los milagros es razonable, al menos en principio. Como argumentó Ward en su artículo sobre el nacimiento virginal:

“Si hay un Dios… todas las leyes de la física y la química, etc., deben ser mantenidas por Él. Bien podemos esperar que Él continúe permitiendo que tales leyes operen; de lo contrario, nunca sabríamos qué sucedería a continuación. Pero no hay ninguna razón para que Él algunas veces no haga cosas que no sean predecibles solo con las leyes de la física o la biología. Dios puede hacer lo que quiera con su propio universo”[43].

Dado que me parece que la creencia en Dios es razonable, me parece que la creencia en los milagros es (en principio) razonable. Una de las razones por las que me parece que creer en Dios es razonable es que ofrece la mejor explicación para la existencia del mundo natural. De hecho, Grayling sugiere que quizás las personas religiosas:

“necesitan creer en agentes [sobrenaturales] porque de otra manera no pueden entender cómo puede haber un mundo natural, como invocando al “Caos y la noche anterior” (en una mitología del Medio Oriente, los progenitores de todas las cosas) explicaran cualquier cosa, y mucho menos la existencia del universo. Hacerlo podría satisfacer una necesidad metafísica patológica de lo que Paul Davies llama “la super-tortuga auto-levitante”, pero obviamente no vale la pena discutirlo”[44].

Admito que no puedo, además de una creencia en algún tipo de dios, entender cómo puede haber un mundo natural. Sin embargo, no admito que esto se deba a una peculiar falla de imaginación de mi parte. Los comentarios de Grayling exhiben un rechazo francamente sorprendente de abordar las complejas cuestiones filosóficas que rodean a varias versiones del argumento cosmológico defendido por destacados filósofos contemporáneos de la religión (por ejemplo, W. David Beck, William Lane Craig, Alexander R. Pruss, Robert C. Koons, la lista continúa); una evasión que sustituye el psicoanálisis de sillón y las referencias de paja a la mitología por el diálogo racional. La pregunta es si nadie (no solo las “personas religiosas”) pueden entender cómo puede haber un mundo natural sin una causa sobrenatural. Argumentos cosmológicos, como su nombre indica, discutir que no pueden, porque la comprensión más plausible de la existencia del mundo natural es, de hecho, que hay más en la realidad que en el mundo natural. Contra estos argumentos, Grayling dirige un esnobismo cronológico poco sofisticado (que C.S. Lewis definió como: “La aceptación acrítica del clima intelectual de nuestra propia época y la suposición de que lo que haya quedado desactualizado es por ese lado desacreditado”[45]) y una insinuación indirecta de que todos los teístas sufren de algún tipo de bloqueo mental que les impide compartir la visión superior del naturalista sobre los por qué y los por qué de la realidad. ¿Cuál es la comprensión que ofrece Grayling de cómo puede haber un mundo natural? Ninguna. Simplemente afirma que el naturalismo es verdadero: “Ningún ateo debe llamarse a sí mismo uno… Un término más apropiado es ‘naturalista’, que denota que el universo es un reino natural, gobernado por las leyes de la naturaleza. Esto correctamente implica que no hay nada sobrenatural en el universo…”[46]. Ciertamente implica esta conclusión; no la justifica. Grayling escribe que: “Las personas con creencias teístas deberían llamarse sobrenaturales, y se les puede permitir intentar refutar los hallazgos de la física, la química y las ciencias biológicas en un esfuerzo por justificar su afirmación alternativa de que el universo fue creado, y es dirigido por seres sobrenaturales”[47].  Sin embargo, esto equivale a otra aseveración porque, en el mejor de los casos, Grayling simplemente está asumiendo que el teísmo soporta una carga de prueba que el ateo no posee.

Fue otro filósofo británico, Antony Flew (que recientemente se convirtió en teísta[48]), quien más famoso instó a que la “carga de la prueba recae sobre el teísta”[49], y que a menos que se puedan dar razones convincentes para la existencia de Dios, debería haber una “presunción de ateísmo”. Sin embargo, por ‘ateísmo’, Flew quería decir simplemente ‘no-teísmo’, una definición no estándar de ‘ateísmo’ que incluye el agnosticismo, pero excluye el ateísmo como comúnmente se entiende. La presunción de ateísmo, por lo tanto, no es particularmente interesante a menos que (como parece ser la suposición de Grayling) realmente sea la presunción de ateísmo en lugar de la presunción de agnosticismo. Sin embargo, el primero es mucho más difícil de defender que el segundo:

“la ‘presunción del ateísmo’ demuestra una manipulación de las reglas del debate filosófico para jugar en manos del ateo, quien hace una afirmación de la verdad. Alvin Plantinga correctamente argumenta que el ateo no trata con las afirmaciones de ‘Dios existe’ y ‘Dios no existe’ de la misma manera. El ateo asume que si uno no tiene evidencia de la existencia de Dios, entonces uno está obligado a creer que Dios no existe, ya sea que tenga evidencia o no   en contra   de la existencia de Dios. Lo que el ateo no puede ver es que el ateísmo es tanto una afirmación de saber algo (“Dios no existe”) como el teísmo (“Dios existe”). Por lo tanto, la negación de la existencia de Dios por parte del ateo necesita tanta justificación como lo hace la afirmación del teísta; el ateo debe dar razones plausibles para rechazar la existencia de Dios… en ausencia de evidencia de la existencia de Dios, el agnosticismo, no el ateísmo, es la presunción lógica. Incluso si los argumentos a favor de la existencia de Dios no persuaden, no se debe presumir el ateísmo porque el ateísmo no es neutral; el agnosticismo puro sí lo es. El ateísmo se justifica solo si hay suficiente evidencia contra la existencia de Dios”[50].

Como escribe Scott Shalkowski: “Basta decir que si no hubiera ninguna evidencia para creer en Dios, esto [en el mejor de los casos] legitimaría meramente el agnosticismo a menos que exista evidencia contra la existencia de Dios”[51].

Por otra parte, ¿por qué el teísta necesitaría   refutar cualquiera de los hallazgos de la ciencia moderna? Por un lado, Grayling realmente no dice lo que él considera que son los hallazgos de la ciencia moderna; por otro lado, él no explica por qué él piensa que esos supuestos hallazgos están en tensión con cualquier creencia religiosa en particular. Explica que no considera la teoría del Diseño Inteligente como uno de los hallazgos de la ciencia moderna (como algunos, incluso yo mismo); pero la definición de identidad de Grayling es un hombre de paja (lo confunde con el creacionismo)[52] e incorrectamente lo etiqueta un argumento de la ignorancia[53]), y su compromiso con el argumento de Michael Behe a partir de la complejidad irreductible biomolecular es leve, por decir lo menos[54].

Grayling escribe que: “En contraste con las certezas absolutas de la fe, un humanista tiene una concepción más humilde de la naturaleza y la extensión actual del conocimiento. Todas las preguntas que la inteligencia humana realiza para ampliar el conocimiento progresa siempre a expensas de generar nuevas preguntas”[55]. Me identifico con el enfoque ‘humilde’ de Grayling al conocimiento; pero me pregunto si Grayling está incluso abierto a la posibilidad de que algunas de esas preguntas generadas por el progreso del conocimiento (especialmente el conocimiento científico) puedan tener a ‘Dios’ como su verdadera respuesta. Si Grayling no está abierto a esta posibilidad, sus protestas de humildad epistemológica son propensas a sonar falsas. Si él está abierto a esta posibilidad, entonces uno se pregunta ¿qué hacer con sus afirmaciones sobre la supuesta “lenta, pero sangrienta retirada de la religión”[56] frente al progreso científico? En el mejor de los casos, estas afirmaciones tendrían que indicar una inferencia tentativa y que pueda refutarse a partir de la evidencia disponible en lugar de una suposición dogmática de que la ciencia y la religión están necesariamente en desacuerdo con la religión del lado perdedor.

De hecho, la descripción de Grayling de la “lenta, pero sangrienta retirada de la religión”[57] es un anacronismo académico. Como Alister McGrath reporta: “La idea de que la ciencia y la religión están en perpetuo conflicto ya no es tomada en serio por ningún gran historiador de la ciencia”[58]. De hecho, según el ateo Michael Ruse:

“La mayoría de la gente piensa que la ciencia y la religión están, y necesariamente deben estarlo, en conflicto. De hecho, esta metáfora de la “guerra”, tan amada por los racionalistas del siglo XIX, tiene solo una aplicación tenue a la realidad. Durante la mayor parte de la historia del cristianismo, fue la Iglesia el hogar de la ciencia… No fue hasta el siglo XVII, en el momento de la Contrarreforma, que la Iglesia Católica mostró verdadera hostilidad hacia la ciencia, cuando condenó a Galileo por su promulgación del heliocentrismo copernicano. (Copérnico mismo no había sido simplemente un buen católico, fue un sacerdote). En el siglo XIX, la Iglesia Católica había vuelto a su papel tradicional… es cierto que la llegada de la evolución, particularmente en la forma de Origen de las especies de Charles Darwin, pone esta tolerancia a severa prueba. Pero sin negar que había opiniones fuertes en ambos lados, la verdad parece ser que gran parte de la supuesta controversia era una función de la imaginación de los no creyentes (especialmente Thomas Henry Huxley y sus amigos), quienes estaban decididos a matar dragones teológicos existieran o no”[59].

Grayling señala que “los supernaturalistas gustan de afirmar que algunas personas irreligiosas recurren a la oración cuando están en peligro de muerte, pero los naturalistas pueden responder que los sobrenaturalistas generalmente depositan gran fe en la ciencia cuando se encuentran (digamos) en un hospital o un avión, y con mucha mayor frecuencia”[60]. En otras palabras, los naturalistas pueden ser inconsistentes, pero los teístas son más inconsistentes. Desafortunadamente para Grayling, el naturalista que ora in extremis y el sobrenaturalista que confía en la ciencia en su día a día simplemente no son análogos. El naturalista que ora es alguien cuya acción es coherente con las creencias que están en contradicción con sus creencias cotidianas. El supernaturalista que va al hospital no ve ninguna incoherencia entre confiar en un cirujano y confiar en Dios, y ¿por qué deberían hacerlo? Grayling admite que: “Los supernaturalistas pueden afirmar que la ciencia misma es un regalo de Dios, y así justificarlo”[61]. Como escribe Alvin Plantinga: “La ciencia moderna surgió dentro del seno del teísmo cristiano; es un brillante ejemplo de los poderes de la razón con los que Dios nos creó; es una exhibición espectacular de la imagen de Dios en nosotros los seres humanos. Así que los cristianos se comprometen a tomar la ciencia y las liberaciones de la ciencia contemporánea con la mayor seriedad”[62]. Sin embargo, Grayling quiere recordar a los creyentes que Karl Popper dijo que “una teoría que explica todo no explica nada”[63]. Se supone que esta observación revela la locura de la posición supernaturalista. Grayling aparentemente (es imposible estar seguro) tiene algo así como el siguiente argumento en mente:

  • Un supernaturalista que confía en cualquier cosa (o tal vez en todo) que la ciencia nos dice está contradiciendo su cosmovisión o no.
  • Si están contradiciendo su cosmovisión, su cosmovisión no puede mantenerse de manera consistente y debe ser archivada.
  • Si no contradicen su cosmovisión, esto solo puede ser porque su cosmovisión es compatible con lo que sea o puedan ser los hallazgos de la ciencia.
  • Pero una cosmovisión que sea compatible con lo que los hallazgos de la ciencia son o podrían ser explicaciones de todo y, por lo tanto, no explica nada.
  • Una cosmovisión que no explica nada debe ser archivada.
  • Por lo tanto, de cualquier manera, el sobrenaturalismo debe ser archivado.

Hay varios problemas con este argumento. En primer lugar, ¿si una persona no puede vivir su cosmovisión consistentemente en ocasiones, esto necesariamente significa que su cosmovisión debe ser archivada (o que es falsa)? ¿Debería un ateo dejar de lado su ateísmo en el momento en que se encuentra orando? Las cosmovisiones constantemente incompatibles son sospechosas, pero la falta de incompatibilidad es una cuestión de condición y, en el mejor de los casos, solo está relacionada indirectamente con la racionalidad o la verdad de una cosmovisión. En segundo lugar, si un supernaturalista no es inconsistente al visitar un hospital, no está contradiciendo nada de lo que cree que la ciencia realmente tiene que decir sobre el mundo; pero esto no significa que su cosmovisión sea necesariamente consistente con nada que la ciencia podría decir con sinceridad sobre la realidad. Las creencias religiosas pueden incluir, y de hecho implican, afirmaciones de la verdad que tienen el potencial de entrar en conflicto con el conocimiento científico. Por ejemplo, la afirmación de la verdad de que Jesús resucitó entraría en conflicto con la ciencia si los arqueólogos alguna vez hubieran descubierto los huesos de Jesús. Hubo incluso un reclamo reciente, aunque académicamente ridiculizado y muy desacreditado, en este sentido[64]. Finalmente, Grayling aplica comentarios de Poppers fuera de contexto, siendo el contexto de teorización científica. Las teorías metafísicas no pueden simplemente suponerse que estén sujetas a los mismos criterios que las teorías científicas. De hecho, la observación de Popper debe ser entendida dentro del contexto de su filosofía falsacionista de la ciencia, una filosofía ahora ampliamente abandonada por los filósofos de la ciencia. Por lo tanto, incluso haciendo nuestro mejor esfuerzo para construir el tipo de argumento que Grayling parece estar formulando cuando cita a Popper, no encontramos nada de alguna sustancia. Por supuesto, Grayling podría ser capaz de construir un argumento más sustancial para llenar su nombre Popperiano; pero el hecho de que nos vemos obligados a hacer el trabajo por él, revela cuán dependiente de la afirmación es su polémica.

Religión y la esfera pública

“La tolerancia es una virtud rara e importante. Tiene sus límites, pero por lo general están demasiado apretados y en lugares equivocados”. – A.C. Grayling[65]

Grayling escribe: “Es hora de revertir la noción predominante de que el compromiso religioso es intrínsecamente merecedor de respeto, y que debe manejarse con guantes y protegido por la costumbre y en algunos casos la ley contra la crítica y el ridículo”[66]. Estoy de acuerdo en que no es un compromiso religioso per se lo que merece respeto; sino la persona con un compromiso religioso que merece respeto y cuyo compromiso (en igualdad de condiciones) debe ser respetado, es decir, al menos tolerado en una sociedad libre. Como Grayling escribe: “Lo que hay que hacer en oposición a la respuesta predecible de los creyentes religiosos es que los individuos humanos merecen respeto ante todo como individuos humanos[67]. El cristianismo está de acuerdo con Grayling en este punto; no hay ninguna base en la teología cristiana para valorar a una persona más que a otra, ciertamente no sobre la base de lo que creen:

“La humanidad compartida 2025 es la base última de todas las relaciones persona a persona y de grupo a grupo, y puntos de vista que establecen diferencias entre los seres humanos como base de consideración moral, especialmente aquellas que implican reclamos de posesión por parte de un grupo de mayor verdad, santidad o similares, comienzan en el lugar absolutamente equivocado”[68].

Como cristiano, digo ‘Amén’. El punto de Grayling puede haber atacado algunas religiones, pero está fundamental en acuerdo con el cristianismo. De hecho, la posición de Grayling es una expresión del humanismo que deriva de las raíces cristianas del humanismo en el Renacimiento (y, por último, por supuesto, dentro de la Biblia), con eruditos como el humanista y teólogo holandés Desiderio Erasmo. Grayling escribe:

“Es hora de exigir a los creyentes que tomen sus elecciones personales y preferencias en estos asuntos no racionales y con demasiada frecuencia peligrosos en la esfera privada, como sus inclinaciones sexuales. Todos son libres de creer lo que quieran, siempre que no molesten (o coaccionen o maten) a otros… es hora de exigir y aplicar un derecho para el resto de nosotros a la no interferencia de personas y organizaciones religiosas: un derecho a ser libres de proselitismo y los esfuerzos de los grupos minoritarios autoseleccionados para imponer su propia elección de moralidad y práctica a quienes no compartimos su punto de vista”[69].

Ciertamente puedo estar de acuerdo con Grayling en que nuestro sistema democrático podría construirse mejor hasta el fin de representar los puntos de vista de la población y decidir los asuntos sobre la base de argumentos relevantes. Sin embargo, sí vivimos en una democracia, y apenas no se trata de minorías religiosas imponiendo su propia elección de moralidad y práctica a aquellos que no comparten su punto de vista. (De hecho, el caso es a menudo todo lo contrario, como lo demuestra el reciente debate sobre las agencias de adopción católicas[70]) Grayling puede muy bien quejarse acerca de: “Personas de fe religiosa, que se dan el derecho incuestionable de respetar la fe a la que se adhieren, y un derecho a avanzar, si no es que imponer (porque dicen saber la verdad, recuerden) sus opiniones sobre los demás”[71]. Sin embargo, como cristiano, no es tanto mi fe que creo que tiene derecho a ser respetada, ya que mi persona como ser humano tiene derecho al respeto. Este no es un derecho que excluya la disidencia o el cuestionamiento intelectual robusto de los no creyentes. Tampoco excluye la polémica artística de comediantes, dibujantes, guionistas y otros. Sin embargo, se extiende al derecho a esperar que los detractores no participen en ataques ad hominem, o para atacar con caricaturas de hombres de paja de mi posición. De hecho, este derecho no es más que la expectativa de que aquellos que quieran criticar mis creencias deberían estar sujetos a los mismos estándares del discurso académico civil que deberían aplicarse cuando la bota es, por así decirlo, del otro pie.

Por otra parte, Grayling claramente se toma a sí mismo para tener derecho a presentar (e incluso, como veremos más adelante, para imponer) sus puntos de vista sobre los demás, precisamente porque afirma conocer la verdad (al menos conocer la verdad mejor que cualquier creyente religioso la conoce). Quejándose de los creyentes religiosos que se dedican precisamente al mismo tipo de actividad, precisamente por la misma razón, enloda a Grayling en un doble estándar (este fango depende de cuánto más uno lee de la polémica de Grayling). Irónicamente (y dejando de lado la afirmación de Grayling de que todas las creencias religiosas son preferencias no racionales), en su defensa de la creencia de que “todos son libres de creer lo que quieren, siempre que no molesten (o coaccionen o maten) a otros…”[72], Grayling está: a) molestando a las personas religiosas al escribir una polémica en contra de sus creencias (algo que estoy feliz de que él haga), y b) abogar por la coacción a creyentes religiosos. Su posición parece ser que las personas deberían ser libres de tener las creencias religiosas que deseen sin temor a la coacción, etc., siempre y cuando no crean que sus creencias deberían acompañarlos a la esfera pública, en cuyo caso deberían ser obligados a no hacerlo. Dado que las creencias de Grayling implican la coacción de los demás, de acuerdo con sus propios criterios ¡él no debería ser libre de creer como lo hace! Grayling claramente ha dibujado los límites de la tolerancia demasiados estrechos, y por lo tanto ha caído dentro de su propia definición de intolerancia: “Una persona intolerante… desea que otros vivan como él cree que deberían y… busca imponer sus prácticas y creencias sobre ellos”[73].  La sugerencia de Grayling va más allá de su afirmación anterior, en The Meaning of Things (El significado de las cosas), que: “La única coacción debería ser la del argumento…”[74].

Si Grayling quiere creer que se debe obligar a las personas a no llevar sus creencias religiosas a la esfera pública, debe aceptar que las personas son libres de creer que las personas deben ser libres de llevar sus creencias religiosas a la esfera pública. Grayling no puede tener las dos cosas sin caer en un doble estándar autocontradictorio, autoexceptor. De hecho, Grayling adopta otra regla de autoexcepción cuando aboga por “el derecho a ser libre de proselitismo”, ¿qué es Against All Gods (Contra todos los dioses), sino un acto de proselitismo para el humanismo secular? Sin duda, todos deberían tener el derecho de invitar al debate público sobre su propia cosmovisión; e igualmente todos deben tener el derecho de no leer, escuchar, mirar o participar en una conversación sobre estos temas cuando se ofrece. Por ejemplo, tanto los Testigos de Jehová como los Humanistas Seculares deberían, creo, tener el derecho de llamar a mi puerta ofreciéndome literatura y discusión (no es que esto último lo haga). Y debería tener el derecho de invitarlos a una charla, o de despedirlos amablemente, como mejor me parezca. Grayling no dice nada sobre los derechos de los religiosos a no ser proselitistas por parte de los no religiosos (por lo tanto, sus derechos propuestos discriminan a los religiosos). Permítanme ser claro, no quiero ningún derecho semejante: quiero que los humanistas seculares sean libres de escribir libros públicos como Against All Gods (Contra todos los dioses); sino a cambio parece justo esperar el derecho de respuesta pública.

Grayling afirma la necesidad de “devolver el compromiso religioso a la esfera privada…”[75]. Desafortunadamente, hay al menos algunas formas de creencias religiosas que son esencialmente de mentalidad pública. Por ejemplo, el cristianismo es, por su propia naturaleza, una religión misionera y una religión que toma en serio servir a otros. Tales creencias simplemente no pueden ser relegadas a la esfera privada mientras se mantienen. Uno no puede simplemente prohibir la proclamación pública del mensaje del ‘evangelio’, o actos públicos de caridad cristiana, sin por ello prohibir efectivamente el cristianismo mismo. Si Grayling está realmente comprometido a excluir a toda religión de la esfera pública, exigiendo y aplicando un derecho de los no religiosos a la “no interferencia”, por lo tanto, está necesariamente comprometido con la prohibición del cristianismo.

[Anexo: En una reciente conversación de radio con Grayling, me complació encontrarlo en un estado de ánimo más liberal, pero me sorprendió descubrir que pensaba que “proselitismo ” era sinónimo de “lavado de cerebro”, que ciertamente ¡no es la definición de diccionario del término! cf. A.C. Grayling y Peter S. Williams, ‘The God Argument’ (El argumento de Dios) http://www.bethinking.org/who-are-you-god/advanced/unbelievable-ac-graylings-the-god-argument.htm / http://oxforddictionaries.com/definition/spanish/proselytize]

No me gusta el corte de tu pluma

Grayling ofrece un psicoanálisis sin pruebas de creyentes religiosos que: “Entran en el dominio público vistiendo o luciendo declaraciones visuales inmediatamente obvias de su afiliación religiosa…”[76]. De acuerdo con Grayling:

“Al menos uno de sus motivos para hacerlo es que se le otorgue la identidad primordial de un devoto de esa religión, con la demanda implícita asociada de que, por lo tanto, se le dé algún tipo de tratamiento especial, incluido el respeto… aunque excentricidades de la vestimenta y la creencia fueron de poca importancia en nuestra sociedad, cuando el compromiso religioso personal estaba más reservado a la esfera privada, a la que pertenece correctamente, de lo que lo ha hecho últimamente su politización”[77].

Sin embargo, no es difícil imaginar otros motivos además del único atributo de Grayling, y uno se pregunta si Grayling diría lo mismo acerca de usar los colores del equipo de fútbol de su país o nación .Si usar una declaración visual inmediatamente obvia de la asociación religiosa de uno es un acto político, ¿se debe desaprobar solo sobre ese hecho? En ese caso, ¿no sería igualmente sospechoso el uso de un traje de baño de la bandera del Reino Unido en la playa, especialmente en el extranjero? Y si la última sugerencia es una reducción absurdum de la primera, ¿la naturaleza sospechosa del acto político en cuestión es solo un asunto de su contenido religioso? ¿En qué caso Grayling está defendiendo que repudiemos cualquier y toda expresión religiosa, por menor que sea? ¿O es el supuesto problema aquí una cuestión de condición? Porque hay una diferencia obvia entre llevar una cruz pequeña en una cadena por un lado y por el otro llevar una cruz de tamaño completo por las calles en Semana Santa. ¿Grayling quiere imponer una prohibición contra ambas formas de expresión, o solo la última? Grayling es bastante vago acerca de cuán iliberal es él aquí.

Sin embargo, la actitud abiertamente antiliberal de Grayling a la religión raya en la paranoia. Afirma que: “Cuando cualquiera de estas ideologías encarceladas está a la zaga y/o en minoría, presentan rostros dulces a aquellos que desean seducir: el beso de la amistad en la iglesia parroquial, el campamento de verano para jóvenes comunistas en la década de 1930. Pero dales las palancas del poder y son los talibanes, la Inquisición, la Stasi[78].  No es de extrañar que Grayling piense que debemos ser duros con la religión y duros con las causas de la religión. ¡Aparentemente, un enfoque de tolerancia cero es la única forma de salvar la civilización occidental de una Inquisición de la Iglesia de Inglaterra! El comediante Eddie Izzard una vez realizó un acto hilarante que involucró tal inquisición, presentando el ‘Torta o muerte a la Iglesia de Inglaterra’, en la que las autoridades religiosas obligaron a la gente a elegir entre un buen trozo de torta o la muerte. En otras palabras, es difícil tomar en serio la paranoia radical de Grayling. Frente a esto, Grayling sin duda respondería que: “En su forma moderna, moderada y paliativa, el cristianismo es una versión reciente y altamente modificada de lo que, durante la mayor parte de su historia, ha sido una ideología a menudo violenta y siempre opresiva… un monje medieval quien se despertó hoy… no podría reconocer la fe que lleva el mismo nombre que la suya”[79].  Si bien es una lástima que no tengamos monjes medievales a quienes plantear esta pregunta, podría considerarse ser algo así como una pista falsa. Tal vez antes de la reforma (y contrarreforma) el cristianismo medieval era aberrante   para los estándares del cristianismo auténtico del Nuevo Testamento, que es, después de todo, el único estándar que realmente cuenta. Pero si Grayling tiene razón acerca de que el cristianismo contemporáneo tiene al menos una forma que es una aberración en su naturaleza modesta y permisiva, entonces está equivocado sobre que toda religión esté a la par con la Stasi. Grayling no puede tener las dos cosas.

¿Puede un ateo ser un fundamentalista?

Grayling piensa que no, pero yo quiero diferir. Grayling está molesto por:

“Los apologistas religiosos [que] acusan a los no religiosos de ser ‘fundamentalistas’ si atacan la religión con demasiada solidez, sin parecer darse cuenta de la ironía de emplear, como término de abuso, una palabra que se aplica principalmente a las tendencias demasiado comunes de su propia perspectiva. ¿Puede un punto de vista que no es una creencia sino un rechazo de cierto tipo de creencia ser realmente ‘fundamentalista’? Por supuesto no…[80]

Sin embargo, el mismo Grayling señala que no ser religioso, o más específicamente ser un ‘ateo’, es en el mejor de los casos una descripción parcial de una cosmovisión no religiosa más amplia: “Como sucede, ningún ateo debería llamarse a sí mismo uno… el término más apropiado es “naturalista”, que denota quien toma que el universo es un reino natural…”[81]. En el uso popular ‘ateo’ se utiliza como sinónimo de ‘naturalista metafísico’, y mientras estrictamente hablando de ateísmo puede o no puede ser incapaz de la calificación fundamentalista, naturalismo metafísico (‘ateísmo’ en su sentido popular) es sin duda   capaz de la hazaña, como lo demuestra ampliamente la existencia de Richard Dawkins. Grayling busca evitar la etiqueta fundamentalista aplicada a su propia posición jugando con un equívoco sobre el significado del “ateísmo”.

Grayling afirma: “Es también el momento de dejar de lado… una frase utilizada por algunas personas religiosas cuando se habla de quienes hablan abiertamente sobre su incredulidad en cualquier afirmación religiosa: la frase “ateo fundamentalista”[82]. El mero hecho de que ‘fundamentalista’ se utiliza para calificar ‘ateo’ en esta frase debería llevar a Grayling al hecho de que no tiene la intención de describir a aquellos que son simplemente “francos sobre su incredulidad a cualquier afirmación religiosa”. Sin embargo, Grayling parece pensar que “fundamentalista” es necesariamente un calificador redundante cuando se lo vincula con el ateísmo, y plantea la siguiente pregunta retórica: “¿Qué sería un ateo no fundamentalista? ¿Sería él alguien que solo creyera un tanto que no existen entidades sobrenaturales en el universo…?[83]  Si bien el concepto de ateo con dudas es aparentemente incomprensible para Grayling, parece tener tanto sentido como un ‘cristiano de domingos’ para mí. Sin embargo, sugiero que una mejor respuesta a la pregunta de Grayling es que el ‘ateo fundamentalista’ significa un ateo que piensa que la creencia en Dios es una falla intelectual y ética perniciosa a la que deben oponerse activamente los no creyentes de buen juicio. En otras palabras, un ateo fundamentalista es lo que apodó un miembro del movimiento de la Revista Wired como “El nuevo ateísmo” en una historia de portada de noviembre de 2006 por el editor y agnóstico Gary Wolf:

‘Los nuevos ateos no nos dejarán salir del anzuelo simplemente porque no somos creyentes doctrinarios. Condenan no solo la creencia en Dios sino el respeto por creer en Dios. La religión no solo es incorrecta; es malvada. Ahora que la batalla se ha unido, no hay excusa para eludir. Tres escritores han llamado este llamado a las armas. Ellos son Richard Dawkins, Sam Harris y Daniel Dennett[84].

El Against All Gods (Contra todos los dioses) de Grayling es claramente otra reserva del campo ‘Nuevo (o ‘fundamentalista’) ateo’.

En 2006 el darwinista Michael Ruse tuvo un intercambio de correos electrónicos notoriamente malhumorado con Daniel Dennett en el que el primero etiquetó el libro de este último Breaking the Spell (Rompiendo el hechizo) “realmente malo y no digno de ti”[85]:

“Creo que tú y Richard [Dawkins] son absolutos desastres en la lucha contra el diseño inteligente: estamos perdiendo esta batalla… lo que necesitamos no es un ateísmo rotundo sino una lucha seria con los problemas, ninguno de ustedes está dispuesto a estudiar el cristianismo en serio y comprometerse con las ideas, es simplemente tonto y grotescamente inmoral afirmar que el cristianismo es simplemente una fuerza para el mal, como afirma Richard: más que eso, estamos en una pelea, y tenemos que hacer aliados en la lucha , no simplemente alienar a todos de buena voluntad”[86].

Sorprendentemente, Ruse aprovechó la oportunidad para criticar a Dawkins en la portada de la respuesta conjunta de Alister y Joanna McGrath a El espejismo de Dios (titulada El espejismo de Dawkins), donde Ruse afirmó:

El espejismo de Dios me avergüenza de ser ateo, y los McGrath muestran por qué”.

Ruse continuó su debate sobre las tácticas con los ateos fundamentalistas en un artículo para Skeptical Inquirer que lamentaba el estado fracturado del ateísmo frente al “creacionismo” (que para Ruse es un término que abarca la teoría del Diseño Inteligente):

“en este momento, aquellos de nosotros contra el creacionismo vivimos en una casa dividida. Un grupo está formado por los ardientes, completos ateos. No quieren tener nada que ver con el enemigo, que están dispuestos a definir como cualquier persona de inclinación religiosa, desde literalistas (como un Bautista del Sur) a deístas (como unitario), y piensan que cualquiera que piense lo contrario es tonto, equivocado, e inmoral. Miembros destacados de este grupo incluyen a Richard Dawkins… Daniel Dennett… y Jerry Coyne… El segundo grupo… contiene a aquellos que no tienen creencias religiosas, pero que piensan que uno debería colaborar con cristianos liberales [por medio de los cuales Ruse quiere decir evolucionistas teístas] contra un enemigo compartido, y que se inclinan a pensar que la ciencia y la religión son compatibles”[87].

Ruse reconoció que en este debate interno:

“La retórica es fuerte y desagradable. He acusado a Dennett de ser un matón y alguien que es un cerdo ignorante de los problemas. Me ha dicho que estoy en peligro (quizás por encima del peligro) de perder el respeto de aquellos cuyo respeto debería desear… Dawkins ha ido más allá; en su nuevo libro más vendido, El espejismo de Dios, Dawkins me compara con Neville Chamberlin, el primer ministro británico que trató de apaciguar a Adolf Hitler[88].

Ruse respondió pragmáticamente a Dawkins que: “Cuando Hitler [es decir, el “creacionismo”] atacó a Rusia [es decir, la evolución teísta], Inglaterra y Estados Unidos dieron ayuda a Stalin [es decir, a los cristianos “liberales”]. No es que les gustara especialmente Stalin, pero trabajaron según el principio de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo[89]. Ruse terminó su artículo con un llamado a la unidad: “Fundamentalismo, creacionismo, teoría inteligente del diseño: estas son las amenazas reales. Agradar a Dios –o a ningún Dios– dejemos de luchar contra nosotros mismos y sigamos con el trabajo real que enfrentamos”[90]. Sin embargo, parece poco probable que esta petición esté dirigida por personas como el Profesor Grayling, porque Ruse señala: “La escuela Dawkins-Dennett no permite ningún compromiso. La religión es falsa. La religión es peligrosa. La religión debe combatirse en todos los sentidos. No puede haber trabajo con el enemigo [incluso los evolucionistas teístas “liberales”]. Los que como yo trabajamos con personas religiosas somos como los apaciguadores ante los nazis”[91]. Por lo tanto, una respuesta a la pregunta retórica de Grayling sobre lo que sería un ateo no fundamentalista es que serían como Michael Ruse.

“Podría ser”, le pregunta Grayling con la lengua firmemente en la mejilla, “que un ateo no fundamentalista es alguien a quien no le importa que otras personas tengan creencias profundamente falsas y primitivas sobre el universo, sobre cuya base [alerta de generalización generalizada] han pasado siglos asesinando en masa a otras personas que no tienen exactamente las mismas creencias falsas y primitivas que ellos mismos, ¿y todavía lo hacen?[92] Por supuesto que no; pero luego Grayling plantea un falso dilema. No es que los ateos como Michael Ruse no tenga en cuenta que otras personas tienen lo que consideran creencias falsas; es solo que preferirían involucrar a los creyentes en un debate inteligente y respetuoso siempre que sea posible, en lugar de emitir el equivalente ateo de una fatwa islámica a cualquiera con la temeridad de estar en desacuerdo con ellos. (Estoy tentado a escribir “en desacuerdo con sus creencias primitivas” para hacer una observación sobre el esnobismo cronológico de Grayling[93]; después de todo, el naturalismo se remonta a los filósofos presocráticos de la antigua Grecia).

¿Puede el humanismo ser religioso?

Según Grayling: “El humanismo en el sentido moderno del término es la opinión de que cualquiera que sea su sistema ético, se deriva de su mejor comprensión de la naturaleza humana y la condición humana en el mundo real”[94]. Me parece que un cristiano podría hacer esta afirmación humanista. Sin embargo, Grayling afirma que la ética humanística ‘significa que no, en su pensamiento sobre el bien y sobre nuestras responsabilidades con nosotros mismos y entre nosotros, establece datos putativos de astrología, cuentos de hadas, creencias sobrenaturalistas, animismo, politeísmo o cualquier otra herencia de las edades del pasado remoto y más ignorante de la humanidad”. Aparte de otro ejemplo evidente de esnobismo cronológico, Grayling no hace nada para justificar su afirmación sobre este punto. Por ejemplo, si uno piensa que la mejor comprensión de la naturaleza humana y la condición humana es que los humanos son la creación caída del Dios bíblico, entonces uno está naturalmente obligado a establecer datos putativos de creencias sobrenaturales en los que piensan en lo bueno. Grayling admite: “Es posible que las personas religiosas también sean humanistas”[95]; pero inmediatamente califica esta admisión al afirmar que las personas religiosas no pueden ser humanistas ‘sin incoherencias’[96]; aunque inmediatamente retira esta acusación y en su lugar afirma que las personas religiosas no pueden ser humanistas sin ‘rareza, ya que no hay un papel que desempeñar en una ética humanista por su creencia (definitoriamente religiosa) en la existencia de agentes sobrenaturales”[97]. Después de haber detenido a Grayling con respecto a su definición de religión, no tenemos que volver a hacerlo. Sin embargo, podemos observar que Grayling no hace nada para justificar su afirmación de que las creencias religiosas no tienen ningún papel en una ética que se deriva de la mejor comprensión de la naturaleza humana y la condición humana en el mundo real. En cambio, Grayling simplemente parece estar asumiendo que el naturalismo es verdadero y de ahí deducir que el humanismo debe ser naturalista.

Grayling sugiere que nosotros: “Consideremos lo que los humanistas aspiran a ser como agentes éticos”[98]. Dada la cosmovisión del humanista secular naturalista, uno podría preguntarse por qué aspiran a ser agentes éticos (no parece que Nietzsche lo apruebe), o (lo que es más importante) cómo pueden justificar la creencia en conceptos como el bien y el mal, correcto e incorrecto[99]. Grayling ni siquiera menciona estos problemas. Según Grayling, los humanistas no religiosos: “Siempre desean respetar a los demás seres humanos, gustarles, honrar sus esfuerzos y simpatizar con sus sentimientos”[100].  ¡Oh, nueva y valiente palabra que tenga tanta gente! Grayling no dice por qué Neitzsche no cuenta como humanista. Me parece que uno puede ser perdonado por derivar una impresión diferente del resto del libro de Grayling, repleto de acusaciones de retraso intelectual y el deseo de obligar a los creyentes religiosos a contradecir sus conciencias si esto les llevara a meter la nariz en la esfera pública. Y luego Grayling suelta un tañido metafísico, afirmando que: “En todos los casos, el enfoque humanista descansa en la idea de que lo que da forma a las personas es el complejo de hechos sobre la interacción entre las bases biológicas de la naturaleza humana y las circunstancias sociales e históricas de cada individuo”[101]. Se trata de un obstáculo metafísico porque equivale a una negación del libre albedrío libertario, que es un requisito previo para la responsabilidad personal, que es un requisito previo para la ética. Como no soy el profesor Grayling, al menos indicaré un argumento para esta afirmación. ¿Cuál es la diferencia entre una roca golpeándote en la cabeza y yo golpeándote en la cabeza que te lleva a considerar irracional hacer a la roca moralmente responsable, pero racional hacerme moralmente responsable? Si “yo” soy una entidad cuyo comportamiento no está conformado por otra cosa que las interacciones entre los fundamentos biológicos de mi naturaleza humana y mi situación social e histórica, entonces seguramente soy análogo a la roca (que es también una entidad del comportamiento de que está conformado por nada más que interacciones entre su naturaleza física y su entorno físico). Por lo tanto, uno podría concluir que no solo el humanismo puede ser religioso, sino que ese humanismo debería ser religioso en la pena de la autocontradicción.

Conclusión

Estoy de acuerdo con Grayling en que: “Todos los que tengan motivos seguros para sus puntos de vista no deben temer al fuerte desafío y crítica”[102]. Desafortunadamente, Grayling no ofrece casi nada por medio de un compromiso serio con los supuestos motivos de la religión o de su propia “perspectiva no religiosa”. En efecto, Against All Gods (Contra todos los dioses) debe clasificarse como una de las críticas más débiles de la religión jamás publicada. Es francamente decepcionante encontrar a un filósofo profesional, y alguien que exige “que se respeten los estándares de rigor intelectual en todos los niveles educativos”[103], fracasando tan singularmente en manejar el importante tema de la religión con algo que se acerca al rigor intelectual .Grayling sustituye a los hombres de paja, las pistas falsas y los falsos dilemas por la precisión cuidadosa que exige su tema; él sustituye las generalizaciones precipitadas y apresuradas por inferencias basadas en la evidencia; y él sustituye repetidamente la afirmación por argumento. Lo más decepcionante de todo es que Grayling defiende el doble estándar intolerante e independiente que la sociedad debería exigir y aplicar (es decir, hacer cumplir): “Un derecho para el [no religioso] a ser libre de proselitismo”[104], una demanda que lógicamente implica que el cristianismo debe ser ilegal. Lejos de que sea hora de “devolver el compromiso religioso a la esfera privada”[105] –un acto de opresión que solo puede alimentar los fuegos del fundamentalismo religioso– sugiero que ahora, más que nunca, es el momento de alentar el debate respetuoso entre personas con diferentes visiones del mundo en el terreno común de su humanidad compartida. Si un cristiano y un humanista secular no pueden ponerse de acuerdo sobre eso, entonces el futuro parece realmente sombrío. No estoy en desacuerdo con todo lo que Grayling tiene que decir. En particular, aplaudo su recomendación de que: “La idea de las buenas derrotas –aquellas en las que se aprende, o da, o permite que florezca mejor– es una importante”[106].

Artículo original 2007. Revisado 2013.

Recursos recomendados

A.C. Grayling, Against All Gods (Contra todos los dioses), (Oberon Books, 2007)

A.C. Grayling, The Meaning of Things (El Significado de las Cosas), (Weidenfeld & Nicolson, 2001)

Wikipedia, ‘AC Grayling’ @ http://en.wikipedia.org/wiki/A._C._Grayling

A.C. Grayling y Peter S. Williams, The God Argument (El argumento de Dios): www.bethinking.org/who-are-you-god/advanced/unbelievable-ac-graylings-the-god-argument.htm

John F. Ankerberg (editor), Gary R. Habermas y Antony GN Flew, Resurrected? An Atheist & Theist Dialogue (¿Resucitado? Un diálogo ateo y teísta) , (Rowman y Littlefield, 2005)

Michael J. Behe, Darwin’s Black Box, edición, (Free Press, 2006)

Richard Bauckham, Jesus and the Eyewitnesses: The Gospels as Eyewitness Testimony (Jesús y los testigos presenciales: Los Evangelios como Testimonio de un testigo ocular), (Eerdmans, 2006)

Douglas Geivett y Gary R. Habermas, In Defense of Miracles: A Comprehensive Case for God’s Action in History (En defensa de los milagros: un caso completo para la acción de Dios en la historia), (Apollos, 1997)

Paul Copan y Paul K. Moser (ed.), The Rationality of Theism (La racionalidad del teísmo), (Routledge, 2003)

J.P. Moreland, Scaling the Secular City (Escalando la ciudad secular), (Grand Rapids: Baker, 1987)

J.P. Moreland, Love Your God With All Your Mind: The role of reason in the life of the soul, (Ama a tu Dios con toda tu mente: el papel de la razón en la vida del alma), (Navpress, 1997)

Alvin Plantinga, Warranted Christian Belief (Creencia Cristiana Garantizada), (Oxford, 2003)

Richard Swinburne, The Resurrection of God Incarnate (La Resurrección de Dios Encarnado), (Clarendon Press, 2003)

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Michael Behe, “The Lamest Attempt Yet to Answer the Challenge Irreducible Complexity Poses for Darwinian Evolution” (El intento más débil aún por responder al desafío, la complejidad irreductible plantea para la evolución darwiniana) www.idthefuture.com/2006/04/the_lamest_attempt_yet_to_answ.html

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Audio: Peter S. Williams, “The Moral Argument” (El argumento moral) www.damaris.org/cw/audio/williams_on_dawkins_moral_argument.mp3

Notas

[1] A.C. Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 7.

[2] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 37.

[3] cf. Alvin Plantinga, Warranted Christian Belief, (Oxford, 2003)

[4] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 37.

[5] Scott A. Shalkowski, “Atheological Apologetics” en R. Douglas Geivett y Brendan Sweetman (ed.), Contemporary Perspectives on Religious Epistemology (Oxford, 1992), p. 66.

[6] William L. Rowe, ‘The Problem of Evil and Some Varieties of Atheism’, American Philosophical Quarterly 16 (1979).

[7] A.C. Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 29.

[8] Eric S. Waterhouse, The Philosophical Approach to Religion (Epworth Press, 1933), p 20.

[9] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 9-10.

[10] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 31.

[11] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 13.

[12] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 9.

[13] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 18.

[14] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 9.

[15] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 30.

[16] Philip J. Sampson, Six Modern Myths Challenging Christian Faith, (IVP, 2000), p. 133.

[17] William Monter, Ritual, Myth and Magic in Early Modern Europe (Brighton: Harvester, 1983), p. 67.

[18] Hugh Trevor-Roper, The European Witch-Craze of the Sixteenth and Seventeenth Centuries, (Penguin, 1969), p. 37.

[19] Keith Ward, Is Religion Dangerous? (Lion, 2006), p. 7.

[20] ibid, p. 35.

[21] William Wilberforce, citado por Louis Palau, Is God Relevant? (Hodder y Stoughton, 1997), p. 185.

[22] Richard Norman, On Humanism, p. 17.

[23] Tom Price, ‘Can you teach old dog new tricks?’ @   http://abetterhope.blogspot.com/2007/03/can-you-teach-old-dog-new-tricks.html

[24] A.C. Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 15-16.

[25] J.P. Moreland, Love Your God With All Your Mind, (NavPress, 1997), p. 122.

[26] C.S. Lewis, quoted by Norman L. Geisler in the foreword to J.P. Moreland’s Scaling the Secular City (Baker, 1987).

[27] Tom Price, ‘Faith is just about “trusting God” isn’t it?’@   www.bethinking.org/resource.php?ID = 132 & TopicID = 9 & CategoryID = 8

[28] Norman L. Geisler y Paul D. Feinberg, lntroduction to Philosophy – A Christian Perspective (Baker, 1997), p. 73.

[29] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 26.

[30] John Gray, ‘Sex, Atheism and Piano Legs’ in Heresies: Against Progress and Other Illusions’, (Granta, 2004), p. 45.

[31] ibid, p. 46.

[32] Piers Benn, ‘Is Atheism a Faith Position?’ Think, issue thirteen, summer 2006, p. 29.

[33] James Lazarus, ‘A reconsideration of some atheistic arguments’ (Una reconsideración de algunos argumentos ateos) @ www.iidb.org/vbb/showthread.php?t = 181970

[34] Nigel Warburton, Pensando: De la A a la Z, Segunda Edición, (Routledge, 1998), p. 19.

[35] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 46.

[36] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 36.

[37] cf. Richard Bauckham, Jesús y los testigos oculares: Los Evangelios como Testimonio de un testigo ocular, (Eerdmans, 2006); Richard Baukham, “Los testigos oculares y las tradiciones evangélicas” @ www.apollos.ws/nt-historical-reliability/BauckhamRichardJHRG1.pdf

[38] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 43.

[39] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 45.

[40] Keith Ward, ‘Evidence for the Virgin Birth’ en Gilliam Ryeland (ed.), Beyond Reasonable Doubt , (The Canterbury Press, 1991), pág. 56-57.

[41] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 28.

[42] A.C. Grayling, El significado de las cosas, (Weidenfeld & Nicolson, 2001), p. 125.

[43] Ward, “Evidence for the Virgin Birth” en Gilliam Ryeland (ed.), Beyond Reasonable Doubt, (The Canterbury Press, 1991), pág. 60.

[44] A.C. Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 34.

[45] Art Lindsley, “C.S. Lewis sobre el esnobismo cronológico” @ www.cslewisinstitute.org/pages/resources/publications/knowingDoing/2003/LewisChronologicalSnobbery.pdf

[46] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 28.

[47] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 28-29.

[48] cf. Peter S. Williams, ‘Un Cambio de Mente para Antony Flew’ @   www.arn.org/docs/williams/pw_antonyflew.htm

[49] Antony Flew, La presunción del ateísmo, (Londres: Pemberton, 1976), p. 14.

[50] Copán, “La presuntuosidad del ateísmo” @ www.rzim.org/publications/essay_arttext.php?id = 3

[51] Scott A. Shalkowski, ‘Atheological Apologetics’ en R. Douglas Geivett y Brendan Sweetman (ed.), Contemporary Perspectives on Religious Epistemology , (Oxford, 1992), p. 63.

[52] cf. Stephen C. Meyer, “El diseño inteligente no es creacionismo” @   www.discovery.org/scripts/viewDB/index.php?command = view & id = 3191 ;

John G. West, ‘Diseño inteligente y creacionismo no son lo mismo’ @ www.discovery.org/scripts/viewDB/index.php?command = view & id = 1329

[53] cf. Michael Behe, “Objeciones filosóficas al diseño inteligente” @ www.arn.org/docs/behe/mb_philosophicalobjectsresponse.htm ; ‘¿ El diseño inteligente es meramente y el argumento forma ignorancia?’@   www.ideacenter.org/contentmgr/showdetails.php/id/1186

[54] En el documento científico al que hace referencia Grayling (páginas 49, 51 y 52), cf. Michael Behe, “El intento más débil aún por responder al desafío, la complejidad irreductible se presenta para la evolución darwiniana” @ www.idthefuture.com/2006/04/the_lamest_attempt_yet_to_answ.html

[55] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 63.

[56] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 59.

[57] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 59.

[58] Alister McGrath, El ocaso del ateísmo, op cit, p. 87.

[59] Michael Ruse en David L. Hull y Michael Ruse (ed.), The Philosophy of Biology, (Oxford, 1998), p. 671.

[60] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 29.

[61] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 29.

[62] Alvin Plantinga, ‘Evolución y diseño’, James K. Beilby (ed.), Para la fe y la claridad, (Baker, 2006), p. 212.

[63] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 29.

[64] cf. Kirby Anderson, ‘Historias de la cripta: ¿Tenemos los huesos de Jesús?’@   www.probe.org/commentaries/tales-from-the-crypt-do-we-have-the-bones-of-jesus.html ;

John Ankerberg y Dillon Burroughs, “Nueve hechos que refutan la tumba perdida de Jesús ” de Discovery Channel @ www.ankerberg.com/Articles/historical-Jesus/the-Jesus-family-tomb/the-Jesus-family-tomb-9 -facts-that-desprove-discovery-channel-lost-tomb-of-jesus.htm ;

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[65] A.C. Grayling, El significado de las cosas, (Weidenfeld & Nicolson, 2001), p. 7.

[66] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 15.

[67] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 17, mi cursiva.

[68] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 17.

[69] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. dieciséis.

[70] cf. Rees Mogg, ‘¿Adoptar el cambio después de 2000 años? ¡Nunca!’ @   www.timesonline.co.uk/tol/comment/columnists/william_rees_mogg/article1329412.ece

[71] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 17.

[72] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. dieciséis.

[73] Grayling, El significado de las cosas, (Weidenfeld & Nicolson, 2001), p. 7.

[74] Grayling, El significado de las cosas, (Weidenfeld & Nicolson, 2001), p. 8.

[75] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 47.

[76] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 19.

[77] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 19.

[78] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 46.

[79] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 24.

[80] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 7.

[81] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 28.

[82] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 23.

[83] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 23.

[84] Gary Wolf, ‘La Iglesia de los No Creyentes’, Revista Wired, noviembre de 2006, p. 184 y @ www.wired.com/news/wiredmag/0,71985-0.html?tw = wn_index_1

[85] Michael Ruse @ www.uncommondescent.com/archives/844

[86] ibid.

[87] Michael Ruse, “Fighting the Fundamentalists: Chamberlin or Churchill?”, Skeptical Inquirer Volumen 31, n.º 2, marzo / abril de 2007, p. 39-40.

[88] ibid, p. 40.

[89] ibid, p. 41.

[90] ibid, p. 41.

[91] ibid, p. 40.

[92] A.C. Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 23.

[93] Art Lindsley, ‘C.S. Lewis sobre el esnobismo cronológico’ @ www.cslewisinstitute.org/pages/resources/publications/knowingDoing/2003/LewisChronologicalSnobbery.pdf

[94] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 33.

[95] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 33.

[96] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 33.

[97] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 33.

[98] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 60.

[99] Paul Copan, ‘El argumento moral para la existencia de Dios’ @ www.4truth.net/site/apps/nl/content3.asp?c = hiKXLbPNLrF & b = 778665 & ct = 1264233 ;

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JP Moreland, “Correcto e incorrecto como clave del significado del universo” @ http://webcast.ucsd.edu:8080/ramgen/UCSD_TV/8008.rm

[100] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 60.

[101] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 60.

[102] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 9.

[103] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 47.

[104] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. dieciséis.

[105] Grayling, Against All Gods, (Oberon Books, 2007), p. 47.

[106] Grayling, El significado de las cosas, (Weidenfeld & Nicolson, 2001), p. 25.

 


Blog Original: http://bit.ly/2pGbPhB

Traducido y editado por María Andreina Cerrada

Por Max Andrews

Demasiado a menudo encuentro cristianos descartando algo porque es “filosofía” y no es de la Biblia, de un credo,  de una confesión, etcétera. En mi experiencia, muchas personas tienden a acusar al Molinismo como filosofía. Para seguir esta breve tangente, el conocimiento medio y el Molinismo no es una rejilla filosófica puesta encima de la Escritura; más bien, es una derivación de un compromiso a ciertos principios ya obtenidos de la Escritura. (Vea El Directorio Molinista para más sobre ese tema). Bien, resulta que ayer vi un tweet haciendo esta afirmación sobre el Molinismo siendo filosofía. (Este tweet en particular simplemente categoriza el Molinismo como filosofía, pero sigue siendo descartado en la larga cadena de tweets anteriores y posteriores).

Si estamos persiguiendo la verdad entonces hay muchos medios para descubrir cuál es la verdad [sobre Dios, la realidad, etc.]. Es increíblemente ingenuo descartar algo porque no está en una categoría preferida. Si estamos persiguiendo la verdad entonces sería un error de categoría descartar el Molinismo simplemente porque es filosofía (de acuerdo a la persona que hace la afirmación). Siéntete libre en no estar de acuerdo con el Molinismo, pero hazlo en una base consistente y refútalo a través del testimonio de las Escrituras, reflexiones/consideraciones teológicas, consistencia lógica y metafísica, etc.

Este método de razonamiento es difícilmente eficiente y contrario a un enfoque clásico a la educación. Pienso que muchos han olvidado o no saben por qué la teología fue una vez considerada la “Reina de las Ciencias”. Cuando los estudiantes estudiaban en la escuela o en la universidad, la teología era la última cosa que ellos aprendían. Los estudiantes estudiaban primero filosofía, arte, biología, química, física, literatura, matemáticas, etcétera y luego aprendían teología. ¿Por qué? Porque todas estas disciplinas son esenciales para aprender sobre Dios y la exégesis de la Escritura.

Por ejemplo, es necesario tener un entendimiento científico de la naturaleza y la agencia antes de interpretar las Escrituras. A fin de saber que un milagro ha pasado, uno debe saber que el agua líquida es menos densa que el cuerpo humano; que el agua normalmente no experimenta reacciones químicas para convertirse en vino fermentado, o que los cuerpos muertos normalmente no experimentan una resucitación biológica natural o una resurrección. De hecho, encuentro la búsqueda de la ciencia un excelente medio para descubrir verdades teológicas—la ciencia es la búsqueda de lo sagrado.

Así que, ¿por qué la búsqueda de la ciencia es la búsqueda de lo sagrado? Estoy seguro que sonó un poco blasfemo para algunos lectores al principio. Si Dios es el creador del orden natural entonces podemos tener una teología natural significativa. Si la ciencia es el descubrimiento de las verdades empíricas que llevan a la explicación de ciertos fenómenos entonces aprender las verdades científicas es aprender las verdades sobre Dios. Toda verdad [objetiva] es verdad de Dios. A nosotros también comúnmente nos gusta bifurcar la ciencia con Dios. ¿Por qué? Si buscamos el conocimiento sobre el orden creado entonces estamos buscando el conocimiento sobre Dios.

Dudo que tales élites teológicas y categóricas descartaran un argumento que presento para la resurrección porque tiene componentes científicos en él (por ejemplo, el aspecto bioquímico o físico de la muerte). Difícilmente escuchas, “No, no… eso es ciencia y no es bíblico ni teológico”. Es decir, a menos que empieces a hablar sobre el relato de la creación—todos sabemos que no podemos tener a la ciencia involucrada en nuestra exégesis ¿verdad?… (Sarcasmo). Mi punto es, esa filosofía es usualmente descartada simplemente porque es filosofía—necesitamos parar de hacer eso.

La filosofía moldea y guía cómo pensamos y razonamos a través de cada disciplina. Hay una filosofía de la matemática, filosofía de la biología, filosofía de la física, filosofía del arte, etcétera por una razón. Así que, incluso si el Molinismo es solo “filosofía” entonces sería ilícito para estas élites categóricas discriminar contra cualquier cosa filosófica simplemente por ser filosófica.

 


Este artículo fue publicado inicialmente por Max Andrews en el sitio Sententias.org y en este momento no está vigente.

Traducido por Allan Sánchez

Editado por Raúl Jaramillo

Por Peter S. Williams

Un universo de alguien:

Contra Lawrence M. Krauss “Un universo de la nada”:

¿Por qué hay algo en lugar de nada? (Free Press, 2012)

– Peter S. Williams (MA, MPhil); Filósofo residente en el Damaris Trust; Profesor asistente de comunicación y visión del mundo en la escuela de periodismo y comunicación de Gimlekollen en Noruega.

Un universo de alguien

Un universo de la nada: ¿por qué hay algo en lugar de nada? (Free Press, 2012), del cosmólogo Lawrence M. Krauss, ha sido alabado por otros ateos como A.C. Grayling, Sam Harris y Neil deGrasse Tyson. Según Richard Dawkins: “El título significa exactamente lo que dice. Y lo que dice es devastador”[1]. Estoy de acuerdo en que lo que dice este libro sobre el tema de por qué algo existe en lugar de nada (que no es mucho) es devastador, pero solo para la credibilidad intelectual de Krauss y sus partidarios. Krauss pasa la mayor parte de su libro redefiniendo “nada” en términos de algo cada vez más incorpóreo (del “espacio vacío” a las “leyes de la física”), como si esto justificara la conclusión de que la literal nada podría ser la causa del cosmos. Eso es como argumentar que, dado que es posible vivir con menos y menos alimentos cada día, debe ser posible vivir sin comida.

Krauss admite que “no simpatiza con la convicción de que la creación requiere un creador”[2]  (una convicción que afirma es “en la base de todas las religiones del mundo”[3] — aunque esto sería una sorpresa para los budistas que no creen en Dios). Por supuesto, es cierto por definición que la creación requiere un creador (ser un creador es crear una creación, y ser una creación debe ser creada por un creador). Lo que Krauss quiere decir es que no simpatiza con la idea de que el cosmos sea una creación, porque eso implicaría un Creador: “No puedo probar que Dios no existe, pero preferiría vivir en un universo sin uno”[4]. Este tipo de confusión es sintomático de la actitud desdeñosa de Krauss hacia la filosofía, un “sesgo intelectual” confeso[5] que lo llevó a crear un libro con éxito de ventas plagado de confusiones, circunscrito por una argumentación circular y socavado por la auto contradicción.

Krauss reconoce que “nadie más que los fundamentalistas más ardientes sugerirían que todos y cada uno de los objetos [materiales] son… creados intencionalmente por una inteligencia divina…”[6] y que “muchos laicos y científicos se deleitan en nuestra capacidad para explicar cómo los copos de nieve y los arco iris pueden aparecer espontáneamente, sobre la base de leyes simples y elegantes de la física”[7]. Sin embargo, incluso dando el máximo debido a las capacidades causales inherentes del mundo natural, queda una pregunta abierta: ¿por qué existe el mundo natural? De hecho, como reconoce Krauss: “Uno puede preguntar, y muchos lo hacen, ¿De dónde vienen las leyes de la física?”[8]. Siguiendo esta línea de pensamiento, Krauss reconoce que “muchas personas reflexivas son conducidas a la aparente necesidad de la Primera Causa, como Platón, Tomás de Aquino o la moderna Iglesia Católica Romana podría decirlo, y por lo tanto suponer algún ser divino: un creador de todo lo que hay…”[9]. Como argumenta Dallas Willard: “El carácter dependiente de todos los estados físicos, junto con la completitud de la serie de dependencias subyacentes a la existencia de cualquier estado físico dado, lógicamente implica al menos un estado auto existente, y por lo tanto un estado no físico del ser”[10].

Existen, por supuesto, varias versiones independientes del argumento de “primera causa” o “cosmológico”. Lo más relevante en el contexto del libro de Krauss es claramente la forma leibnitziana del argumento, defendida por filósofos contemporáneos como Bruce R. Reichenbach[11], Richard Taylor[12] y William Lane Craig[13]. Este tipo de argumento se puede poner de la siguiente manera:

1) Todo lo que existe tiene una explicación de su existencia, ya sea en la necesidad de su propia naturaleza o en una causa externa.

2) El universo existe.

3) Por lo tanto, el universo tiene una explicación de su existencia.

4) Si el universo tiene una explicación de su existencia, esa explicación es Dios.

5) Por lo tanto, la explicación de la existencia del universo es Dios.

Dado que este es un argumento deductivo lógicamente válido, y dado que el universo obviamente existe, los no teístas deben negar las premisas 1 o 4 para evitar racionalmente la existencia de Dios. Sin embargo, muchos filósofos piensan que la Premisa 1, una versión del “principio de la razón suficiente”, es simplemente evidente por sí misma. Imagina encontrar una pelota translúcida en el suelo del bosque mientras camina. Naturalmente, te preguntarás cómo llegó a estar allí. Si un compañero de excursionismo dice: “Simplemente existe inexplicablemente. ¡No te preocupes por eso!”. No lo tomarías en serio. Supongamos que aumentamos el tamaño de la pelota para que sea tan grande como el planeta. Eso no elimina la necesidad de una explicación. Supongamos que era del tamaño del universo. El mismo problema. En cuanto a la premisa 4: “Si el universo tiene una explicación de su existencia, esa explicación es Dios”, esto es sinónimo con la afirmación atea estándar de que si Dios no existe, entonces el universo no tiene explicación de su existencia. La única alternativa al teísmo es afirmar que el universo tiene una explicación de su existencia   en la necesidad de su propia naturaleza. Pero esto sería un paso muy radical (y no puedo pensar en ningún ateo contemporáneo que lo tome). Después de todo, es coherente imaginar un universo hecho a partir de una colección completamente diferente de quarks/campos/cuerdas que la colección que realmente existe; pero tal universo sería un universo diferente, entonces los universos claramente no existen necesariamente. De hecho, Krauss invoca la posibilidad de otros universos (“Los teóricos han estimado que tal vez haya 10500 universos tetra dimensionales consistentes posibles diferentes que podrían resultar de una única teoría de cuerdas de diez dimensiones”[14]) y esta posibilidad implica que los universos no existen por una necesidad de su propia naturaleza[15].

Supongamos que le pido que me preste un determinado libro, pero usted dice: “No tengo una copia en este momento, pero le pediré a mi amigo que me preste su copia y luego se la prestaré”. Supongamos que su amigo le dice lo mismo a usted, y así sucesivamente. Dos cosas están claras. Primero, si el proceso de pedir prestado el libro continúa ad infinitum, nunca tendré el libro. En segundo lugar, si obtengo el libro, el proceso que me llevó a conseguirlo no puede haber continuado ad infinitum. En alguna parte de la línea de solicitudes para tomar prestado el libro, alguien tenía el libro sin tener que pedirlo prestado. Asimismo, argumenta Richard Purtill, considera cualquier realidad contingente:

“los mismos dos principios se aplican. Si el proceso de todo para obtener su existencia de otra cosa llegara al infinito, entonces la cosa en cuestión nunca [tendría] existencia. Y si la cosa tiene… existencia, entonces el proceso no ha llegado al infinito. Había algo que tenía existencia sin tener que recibirlo de otra cosa…”[16].

Un ser necesario que explica toda la realidad física no puede en sí mismo ser una realidad física. Las únicas posibilidades restantes son un objeto abstracto o una mente inmaterial. Pero los objetos abstractos (incluso otorgando su existencia) son por definición causalmente impotentes. Por lo tanto, la explicación del universo físico es necesariamente una mente existente y trascendente.

Frente al argumento cosmológico, Krauss busca la vieja y cansada objeción en la parte superior de la guía neo-ateísta:

la declaración de una Primera Causa aún deja abierta la pregunta: “¿Quién creó al creador?” Después de todo, ¿cuál es la diferencia entre discutir a favor de un creador eternamente existente, versus un universo eternamente existente sin uno?[17]

En primer lugar, aun suponiendo que la deducción (no mera “declaración”) de una Primera Causa dejara abierta la pregunta secundaria de “¿quién creó al creador?”, esto no proporcionaría ninguna base sobre la cual objetar el argumento cosmológico. La suposición implícita de que una explicación no puede ser la mejor explicación de un conjunto de datos dados a menos que uno tenga disponible una explicación de la explicación (y así sucesivamente) claramente implica una regresión realmente infinita de explicaciones que nunca pueden ser satisfechas. La adhesión a una suposición explicativa tan regresiva haría imposible la ciencia; que es una razón por la cual el argumento de la causa principal es justificado al rechazar la noción de una regresión explicativa realmente infinita. Segundo, el argumento de la Primera Causa no deja abierta la pregunta secundaria de “¿quién creó al creador?”. Krauss simplemente plantea la pregunta en contra del concepto de una no creada Primera Causa, un ser que (a diferencia del universo físico) tiene una explicación de su existencia en la necesidad de su propia naturaleza.

Krauss continúa fusionando el contraste entre las realidades causadas, por un lado, y la Primera Causa, por otro lado, con un contraste vago entre un “universo eternamente existente” y un “creador eternamente existente” (¿significa que Krauss pretende abrazar la posibilidad de una regresión temporal realmente infinita para el cosmos? ¿Está él atento a los debates actuales sobre los diversos modelos de la relación de Dios con el tiempo? Uno no sospecha). Entonces encona la situación al notar que “una regresión infinita de alguna fuerza creadora que se engendra a sí misma… no nos acerca más a lo que da origen al universo”[18]. Por supuesto, un kluge de incoherencias no nos va a ayudar aquí; pero este kludge no guarda ningún parecido relevante con la noción de una Primera causa no causada que creó el universo un tiempo finito atrás.

Krauss objeta que “Definir la pregunta [de los orígenes] argumentando que el dinero se detiene con Dios puede parecer obviar el problema de la regresión infinita, pero aquí invoco mi mantra: El universo es como es, nos guste o no”[19]. Tenga en cuenta que “argumentar que la responsabilidad es de Dios” es, por definición, no una cuestión de simplemente “definir la cuestión” de los orígenes. Argumentar y definir no son actividades sinónimas. Tenga en cuenta también que el argumento de la causa principal hace “obviar el problema de la regresión infinita”. Nótese, finalmente, que el atractivo de Krauss a su mantra de que “el universo es como es, nos guste o no” es un intento desastrosamente equivocado de eludir la lógica del argumento cosmológico al lanzar supuestas aserciones científicas sobre la lógica.

De manera típica, neo-atea, Krauss tiene poco tiempo para la filosofía[20]. Krauss incluso afirma que: “El único conocimiento que tenemos es de experimentos… el único conocimiento que tenemos sobre el mundo es empírico”[21]. Como reflexiona el filósofo ateo de la ciencia Massimo Pigliucci:

No sé qué les pasa a los físicos estos días. Solía ser que eran un grupo intelectualmente sofisticado, con gente como Einstein y Bohr haciendo no solo investigación científica brillante, sino también interesada, respetuosa y versada en otras ramas del conocimiento, particularmente la filosofía. En estos días, es mucho más probable encontrar físicos como Steven Weinberg o Stephen Hawking, que alegremente rechazan la filosofía por las razones equivocadas, y obviamente por una combinación de profunda ignorancia y soberbia (los dos a menudo van juntos, como yo estoy seguro de que Platón felizmente lo señalaría). El más reciente así es Lawrence Krauss, de la Universidad Estatal de Arizona[22].

La falta de respeto de Krauss por la filosofía subyace y por lo tanto socava todo su proyecto. Por ejemplo, argumenta que, si bien la cuestión de los orígenes últimos “generalmente se enmarca como una cuestión filosófica o religiosa, es ante todo una pregunta sobre el mundo natural, y por lo tanto el lugar apropiado para intentar resolverlo, ante todo, es con la ciencia”[23]. Pero esto es para combinar todas las preguntas sobre el mundo natural con las preguntas científicas   sobre el mundo natural. De hecho, puede haber preguntas filosóficas sobre el mundo natural, y la pregunta sobre los orígenes últimos es una de ellas. Tratar de responder a esta pregunta filosófica mientras se deja de lado la filosofía conduce a resultados predecibles.

Por ejemplo, y volviendo al mantra de Krauss, por supuesto   el universo “es como es, nos guste o no”. Sin embargo, una de las formas en que el universo es (“nos guste o no”) que se ajusta a las leyes básicas de la lógica. Uno podría desear un círculo cuadrado, uno podría preferir que 1+1 sea igual a 7, pero sabemos que el universo no lo va a complacer porque estos conceptos son auto contradictorios. De hecho, uno no puede negar la proposición de que “la realidad se ajusta a las leyes básicas de la lógica” sin depender de la conformidad de la realidad con las leyes básicas de la lógica en el proceso mismo de emitir la propia negación. Ciertamente, no se puede basar tal negación en la afirmación de que “El universo es como es, nos guste o no”; esta afirmación es en sí misma simplemente una sustitución de la ley lógica del medio excluido. Argumentar contra la proposición de que la realidad es lógicamente coherente apelando a la afirmación lógicamente coherente de que “El universo es como es, nos guste o no” es lógicamente incoherente[24]

Krauss opina que “sin ciencia, cualquier definición es solo palabras”[25].  Después de lamentar brevemente el destino de nuestros antepasados tratando de hablar antes de la invención de la ciencia, uno podría señalar que Krauss ha reinventado la rueda chueca del positivismo lógico (completa con su extinta teoría verificacionista del significado lingüístico) y su afirmación de que “sin ciencia”, cualquier definición es solo palabras que carecen de sus estructuras. Tal incoherencia lógica es una entre muchas razones por las cuales, como Bruce R. Reichenbach comentó en 1972: “La era ha pasado cuando todas las afirmaciones o argumentos metafísicos simplemente pueden descartarse como tontos o sin sentido, ya que no cumplen un criterio preestablecido de verificabilidad”[26]

Krauss ha sido visto en el abrazo del verificacionismo antes. Randy Everist observa que “el debate [de marzo de 2011] entre Lawrence Krauss y William Lane Craig puso de manifiesto algunas de las afirmaciones de cientificismo en la Nueva comunidad atea. En cierto modo, recuerda mucho al positivismo lógico con A.J. Ayer y los antiguos ateos de principios y mediados del siglo XX”[27].  Durante el tiempo de “Pregunta y respuesta”, Krauss afirmó que “la ciencia hace lo que hace, y determina el sinsentido de los sentidos mediante la prueba[28].  Un asombrado Craig respondió que Krauss:

parece sostener una epistemología que dice que solo debemos creer en lo que puede ser probado científicamente, y … que en sí mismo es una posición auto contradictoria, porque no se puede demostrar científicamente que solo se debe creer en lo que se puede demostrar científicamente. Entonces, cuando dice que “distingue el sentido del sinsentido”, es el verificacionismo de la vieja línea, ¿no es así?, y el positivismo, que salió con los años 30 y 40. Es una posición contraproducente[29].

Como Craig comentó después: “Todavía estoy asombrado… cuando entro en un debate con alguien como Lawrence Krauss, sobre cómo la epistemología del verificacionismo antiguo y el positivismo lógico todavía arroja su larga sombra sobre la cultura occidental”[30]

En la tradición verificacionista, Krauss se queja de que “la religión y la teología… enturbian las aguas… al centrarse en cuestiones de la nada sin proporcionar ninguna definición del término basada en evidencia empírica”[31] — ¡pero, por supuesto, Krauss no puede proporcionar ninguna definición de este criterio de significado basado en evidencia empírica! Tampoco el criterio de significado de Krauss es tautológicamente verdadero (en marcado contraste con el principio tautológico de que “de la nada, nada viene”, a lo que Krauss se opone). Por lo tanto, Krauss se enorgullece de su incapacidad de prestar atención a la filosofía cuando se trata de definir los términos, y este fracaso convierte a la gran mayoría de Un universo de la nada en una búsqueda inútil en la que gasta todas menos 4 páginas (ver páginas 174-178) que abordan preguntas además de la pregunta fundamental de si uno puede obtener un universo de la nada. Como se lamenta el científico ateo Jerry Coyne: “Gran parte del libro era no sobre el origen del universo, pero se ocupó de otros asuntos, como la energía oscura y similares, que ya se habían cubierto en otras obras populares sobre física. De hecho, gran parte del libro de Krauss se sintió como tácticas engañosas”[32].  Esta objeción se desliza fuera de Krauss como el agua en la espalda de un pato:

Nada molesta más a los filósofos y teólogos que están en desacuerdo conmigo que la idea de que yo, como científico, no entiendo realmente “nada”. (Estoy tentado de replicar aquí que los teólogos son expertos en nada). “Nada”, insisten, no es cualquiera de las cosas que discuto. Nada es “no ser”, en un sentido vago y mal definido… Pero… seguramente “nada” es tan físico como “algo”, especialmente si debe definirse como la “ausencia de algo”. Entonces nos corresponde comprender la naturaleza física de estas dos cantidades. Y sin ciencia, cualquier definición es solo palabras[33]

Entrevistado por el compañero neo-ateísta Sam Harris, Krauss asevera vergonzosamente:

el famoso reclamo, “de la nada, nada viene” [es] espurio [porque] la ciencia ha hecho irrelevante el debate de algo de la nada. Ha cambiado por completo nuestra concepción de las palabras “algo” y “nada”… “algo” y “nada” son conceptos físicos y, por lo tanto, son propiamente el dominio de la ciencia, no de la teología o la filosofía[34]

Por desgracia para Krauss, la famosa afirmación de que “de la nada, nada viene” (una reclamación que se remonta a Parménides de Elea en el siglo 5 antes de Cristo) es claramente cierto por definición. Para existir o para ser es ser una cosa u otra, tener una o más propiedades. “Nada”, que es un término de negación universal, es “nada”, es decir, no es algo de ningún tipo. “Nada” no tiene ninguna propiedad (ya que no hay nada allí para tener alguna propiedad). Por definición, entonces, “nada”   no tiene ninguna propiedad capaz de hacer nada   – ciertamente de no crear algo. Por lo tanto, nada puede “salir de” (es decir, ser causado por) nada. Contra Krauss, no hay nada “vago y mal definido” sobre esto (y ni siquiera el criterio vergonzante y auto contradictorio del significado va a beneficiar a Krauss en este momento).

Además, si Krauss quiere decir que niega el principio evidente de razón suficiente y afirma que las cosas pueden simplemente existir o aparecer sin causa o explicación de su existencia, entonces ha abandonado la metafísica seria (de hecho, rechaza explícitamente la metafísica en el nombre del cientifismo). En tal teoría no hay literalmente ninguna razón por la cual el universo existe en lugar de solo un juego de té (y, al contrario de la observación empírica, no hay razón por la cual los juegos de té no fluctúen y desaparezcan al azar sin ningún motivo).

En cuanto a la afirmación de Krauss de que ciertamente “nada” es tan físico como “algo” — por un lado, esto es tan drásticamente idiosincrásico que uno apenas sabe por dónde empezar; mientras que, por otro lado, esta afirmación revela por qué Un universo de la nada es una verdadera escuela de pistas falsas. Enfrentado con la cuestión filosófica de los orígenes últimos, Krauss simplemente cambia el tema para discutir la cuestión científica de cómo una cosa natural (por ejemplo, el Big Bang) podría haber sido causada por alguna otra cosa natural (por ejemplo, un multiverso). Krauss puede quejarse de que “la religión y la teología… enturbia las aguas… centrándose en cuestiones de la nada sin proporcionar ninguna definición del término basado en evidencia empírica”[35] — pero cualquier definición de nada “basada en evidencia empírica” sería una definición de “nada” que no tiene nada que ver con las cuestiones filosóficas de por qué hay algo más que nada, o si la existencia de un ámbito empírico implica o no se explica mejor por un orden de realidad no empírica (metafísico). Por lo tanto, la página 149 de Un Universo de la Nada contiene la franca admisión de que el tipo de “nada” que Krauss ha estado discutiendo hasta ahora es:

la versión más simple de nada, es decir, el espacio vacío. Por el momento, asumiré que el espacio existe, sin nada en absoluto, y que las leyes de la física también existen. Una vez más, me doy cuenta de que en las versiones revisadas de la nada que aquellos que desean redefinir continuamente la palabra para que ninguna definición científica sea práctica, esta versión de la nada no es una razón seria. Sin embargo, sospecho que, en los tiempos de Platón y Tomás de Aquino, cuando reflexionaron sobre por qué había algo en lugar de nada, el espacio vacío sin nada era probablemente una buena aproximación de lo que estaban pensando[36]

Por supuesto, su Krauss que está redefiniendo los términos aquí (además, la única manera en que “algo” y “nada” podrían ser “conceptos físicos”, como afirma Krauss, es sobre la asunción de una metafísica fisicalista, una suposición que hace que una petición de principio al argumento de Krauss en contra de la necesidad por la pregunta del Creador). En lo que los filósofos llaman “lenguaje ordinario”, la nevera del estudiante pobre puede estar “llena de nada”, y no contiene “nada más que espacio vacío”; pero es extremadamente ingenuo esperar que el debate metafísico preciso se desarrolle completamente en “lenguaje ordinario”. Como escribe William E. Caroll: “El deseo de separar las ciencias naturales de la supuesta contaminación de los” juegos de palabras “de la filosofía y la teología no es nuevo; ahora, como siempre, revela un juicio filosófico empobrecido”[37]

Cada disciplina (incluida la ciencia) tiene su propia terminología técnica con su propia historia de uso que debe ser entendida por cualquiera que desee ser parte de la conversación en curso dentro de esa disciplina. La antipatía de Krauss hacia la filosofía significa que comete errores en el debate metafísico sobre los orígenes como un laico mal preparado. Krauss puede “sospechar que, en tiempos de Platón y de Aquino, cuando reflexionaban sobre por qué había algo en lugar de nada, el espacio vacío sin nada era probablemente una buena aproximación de lo que estaban pensando”[38]. Pero estas sospechas están informadas por su propio prejuicio antifilosófico más que por los hechos históricos. Aristóteles ingeniosamente no definió nada como “en qué piensan las rocas”[39].  El punto es, por supuesto, que las rocas no piensan en nada en lo absoluto. Robert J. Spitzer observa que:

Parménides y Platón… usan el término “nada” para significar “nada” (es decir, “aquello que no existe”). No se debe pensar que nada es un vacío o un hueco (que es dimensional y orientable, donde puedes tener más o menos espacio); y ciertamente no es una ley física. En la medida en que las leyes de la física tienen efectos físicos reales, deben considerarse como algo físico[40]

Paul Copan informa:

Agustín argumentó que dado que solo Dios es el Ser, quiso hacer existir lo que antes no existía. Entonces él no es un simple modelador de la materia primordial eterna y sin forma: ” No trabajaste como lo hace un artesano humano, haciendo una cosa de otra cosa como su mente lo dirige… Tu Palabra sola creó [el cielo y la tierra]”[41]

Del mismo modo, cuando Tomás de Aquino escribe acerca de “nada” en su argumento de la “tercera vía”, ciertamente parece tener en mente el concepto tradicional de la nada absoluta:

lo que no existe empieza a existir solamente a través de algo que ya existe. Por lo tanto, si en algún momento no existiera nada, hubiera sido imposible que algo hubiera comenzado a existir; y así ahora nada existiría, lo cual es absurdo[42]

De hecho, el propio Krauss se refiere en otro lugar a la definición ontológica clásica de nada como “la ausencia de algo”…[43] Krauss admite en la página 152 de Un universo de la nada que “sería falso proponer que el espacio vacío dotado de energía, que impulsa la inflación, realmente no sea nada[44]. En la página 172, Krauss reconoce: “Todos los ejemplos que he proporcionado hasta ahora implican la creación de algo de lo que uno debería estar tentado a considerar como nada, pero las reglas para esa creación, es decir, las leyes de la física, fueron preestablecidas. ¿De dónde vienen las reglas?”[45].  Así Stephen Hawking pregunta:

Incluso si solo hay una teoría unificada posible, es solo un conjunto de reglas y ecuaciones. ¿Qué es lo que inhala fuego en las ecuaciones y crea un universo para describir? El enfoque habitual de la ciencia de construir un modelo matemático no puede responder a las preguntas de por qué debería haber un universo para describir el modelo. ¿Por qué el universo se toma la molestia de existir?[46]

La pregunta de Hawking — evitada por Krauss (ver páginas 142 y 172-174) — deja de lado la cuestión de qué ontología se puede atribuir a las leyes físicas en la supuesta ausencia de realidad física para describirlas o alguna mente que las conciba. Como dice el ateo Peter Atkins: “Debes darte cuenta de que las leyes físicas, que son resúmenes de la conducta observada, comienzan a existir a medida que el universo llega a la existencia…”[47]

En la página 174 de Universo de la nada, Krauss todavía no se ha acercado a la pregunta del millón de dólares: “Me he centrado en la creación de algo a partir de un espacio vacío preexistente o en la creación de espacio vacío sin espacio alguno… Tengo sin embargo, no abordado, directamente… lo que algunos pueden ver como la cuestión de la Primera Causa[48]. Ninguno de los venerables filósofos mencionados por Krauss habría confundido ninguna de sus especulaciones sobre el cosmos que surge de una realidad naturalista preexistente u otra, con lo que Leibniz llamó “la primera pregunta” de “por qué existe algo más que nada”. Tampoco Sam Harris, quien en el curso de una entrevista con Krauss comentó:

Usted ha descrito tres gradaciones de la nada: el espacio vacío, la ausencia de espacio y la ausencia de leyes físicas. Me parece que esta última condición -la ausencia de leyes que pudieran haber causado o restringido el surgimiento de la materia y el espacio –tiempo– es realmente un caso de “nada” en el sentido más estricto. Me parece genuinamente incomprensible que cualquier cosa (leyes, energía, etc.) pueda brotar de ella[49]

David Albert, un filósofo ateo de la física de la Universidad de Columbia, es devastador en su reseña de Un universo de la nada:

Las leyes fundamentales de la naturaleza… no tienen ninguna relación con las cuestiones de dónde provienen las cosas elementales, o de por qué el mundo debería haber consistido en las cosas elementales particulares que hace, como en contra de algo más, o a nada en absoluto. Las leyes físicas fundamentales de las que Krauss habla en Un universo de la nada – las leyes de las teorías cuánticas de campo relativistas – no son una excepción a esto. La… materia física elemental del mundo, de acuerdo con las presentaciones estándar de las teorías cuánticas de campo relativistas, consiste (como era de esperar) en campos cuánticos relativistas. Y las leyes fundamentales de esta teoría… no tienen nada que decir sobre el tema de dónde provienen esos campos, o de por qué el mundo debería haber consistido en los tipos particulares de campos que hace, o de por qué debería haber consistido en campos, o de por qué debería haber habido un mundo en primer lugar. Y punto. Caso cerrado. Fin de la historia… Krauss parece estar pensando que estos estados de vacío equivalen a la versión teórica de campo cuántico relativista de no ser nada físico en absoluto. Y tiene un argumento, o cree que lo hace, de que las leyes de las teorías cuánticas de campo relativistas implican que los estados de vacío son inestables. Y eso, en pocas palabras, es la cuenta que él propone de por qué debería haber algo en lugar de nada. Pero eso no está bien. Los estados de vacío teórico de campos cuánticos relativistas, no menos que jirafas o refrigeradores o sistemas solares, son arreglos particulares de material físico elemental. El verdadero equivalente teórico-campo-cuantitativo relativista de que no haya ningún material físico en absoluto no es esta o esa disposición particular de los campos – ¡lo que es (obviamente, e ineluctablemente, y por el contrario) es la simple ausencia de los campos! El hecho de que algunos arreglos de campos correspondan a la existencia de partículas y otros no, no es más misterioso que el hecho de que algunos de los posibles arreglos de mis dedos correspondan a la existencia de un puño y algunos no. Y el hecho de que las partículas pueden aparecer y desaparecer, con el tiempo, a medida que esos campos se reordenan, no es más misterioso que el hecho de que los puños puedan aparecer y desaparecer con el tiempo a medida que mis dedos se reordenen. Y ninguno de estos golpeteos… asciende a algo ni remotamente en el vecindario de una creación de la nada[50]

En una demostración reveladora de arrogancia intelectual, Krauss respondió públicamente a la crítica de Albert diciendo que “él es un filósofo, no un físico, así que lo descarté”[51] (de hecho, mientras David Albert es el Profesor Frederick E. Woodbridge de Filosofía en la Universidad de Columbia, tiene un doctorado en Física Teórica de la Universidad Rockefeller).

Cuando finalmente Krauss dirige su atención a la pregunta sobre el título de su libro, reconoce “dos posibilidades”. O bien… algún ser divino que no esté sujeto a las leyes o surgen por algún mecanismo menos sobrenatural”[52]. Por un lado, cualquier “mecanismo” naturalista debe involucrar a alguna ley física u otra (y, por lo tanto, uno pensaría, alguna realidad física descrita por esa ley), que proporciona nada más que una nueva forma de plantear la cuestión fundamental de los orígenes: “¿Por qué existe esta ley?”. Por otro lado, si el “mecanismo” que Krauss tiene en mente no es naturalista, entonces Krauss se confiesa que solo le queda una opción: Un universo de alguien .En los cuernos de este dilema, la ventanilla de emergencia de Krauss es un intento auto contradictorio de utilizar la autoridad de la ciencia para negar la autoridad de la lógica:

La “regla” metafísica, que se mantiene como una convicción férrea por aquellos con quienes he debatido el tema de la creación, es decir que “de la nada nada viene” no tiene fundamento en la ciencia[53]

De hecho, ninguna de las leyes de la lógica (todas las cuales deben preponerse bajo el dolor de la incoherencia) tiene un “fundamento en la ciencia”; pero ¡¿y qué?! “Argumentando que es evidente por sí mismo, inquebrantable e inexpugnable [que “de la nada, nada viene”], alega Krauss, representa “una falta de voluntad para reconocer el simple hecho de que la naturaleza puede ser más inteligente que los filósofos o los teólogos”[54].  ¡De ningún modo! Más bien, representa una voluntad de reconocer el simple hecho de que la lógica es innegable y que las proposiciones incoherentes son necesariamente falsas. Como dice William Lane Craig: “Si la alternativa al teísmo es negar la lógica, bueno, me parece que el no teísta está realmente en graves problemas allí; nunca más podrán decir que los teístas son irracionales por creer lo que creemos”[55]

Aferrándose a una última gota lógica (nótese que se involucra en el doble estándar de responsabilizar a los teístas de la lógica y exime al ateísmo del mismo deber), Krauss hace una objeción que solo sirve para revelar su incapacidad para comprender lo que significa el doctrina de la creación “ex nihilo”:

Aquellos que argumentan que de la nada nada viene parecen perfectamente satisfechos con la noción quijotesca de que de alguna manera Dios puede evitar esto. Pero una vez más, si uno requiere que la noción de verdadera nada requiera ni siquiera el   potencial para la existencia, entonces seguramente Dios no puede obrar sus maravillas, porque si Él causa existencia de la no existencia, debe haber existido el potencial para la existencia[56]

Aquellos que argumentan que “de la nada nada viene” no están contentos con la noción incoherente de que “Dios puede evitar esto”. Mientras que la verdadera nada, por supuesto, requiere ni siquiera el   potencial para existir (debido a que cualquier potencial debe basarse en algo real), los teístas no creen que Dios creando el universo es un ejemplo de algo que viene de la nada, ya que por supuesto creen que Dios existe (necesariamente) y que el potencial para la existencia de todo fuera de Dios existe en Dios.

Krauss obviamente está trabajando bajo la falsa impresión de que la creación ex nihilo   significa “creación de la nada”, como si “nada” fuera una especie de algo usado de algún modo por un Dios inexistente en la creación del cosmos. Sin embargo, para crear ex nihilo es, por definición, no una cuestión de reorganizar cosas preexistentes, y ciertamente no de reordenar una “nada” preexistente, sino más bien de organizar para que hayan cosas de algún tipo u otro (fuera de Dios) en primer lugar. En otras palabras, la doctrina de la creación ex nihilo distingue entre crear mediante la reorganización de “cosas” preexistentes (por ejemplo, el tipo de creación concebida por Platón para su “Demiurgo”) y crear una nueva forma de realidad (como un universo) sin usar “cosas preexistentes” (por ejemplo, Génesis 1:1)[57]. Los filósofos llaman al segundo tipo de creación “creatio ex nihilo“, que significa “creación [por un creador], no de elementos preexistentes”. La creencia en un ser necesariamente existente que fundamenta el potencial para la existencia de cosas contingentes y que actualiza ese potencial mediante un acto de omnipotencia libremente elegido es una respuesta lógicamente coherente a la pregunta de por qué existe el universo físico. Además, esta respuesta está respaldada por el argumento cosmológico.

Frente a la respuesta lógicamente coherente respaldada por el argumento cosmológico de Leibniz, a Krauss le gustaría cambiar el tema: “Lo que es realmente útil no es reflexionar sobre esta cuestión…”[58]. Como resultado, produce un libro que está abrumadoramente dedicado a preguntas además del de la portada. El prejuicio antifilosófico de Krauss lo lleva a adoptar una posición verificacionalista que los filósofos abandonaron hace tiempo como auto contradictoria y a jugar con el rechazo de la cuestión fundamental de los orígenes como sin sentido. A pesar de esto, Krauss gasta un puñado de páginas intentando explicar por qué hay algo en lugar de nada. El intento lo lleva a plantear la pregunta contra el teísmo, a rechazar la lógica en nombre de la ciencia y a adoptar un doble estándar. Este kludge de falacias convenció a Richard Dawkins de poner su nombre a la afirmación incoherente de que “la nada es inestable: algo estaba casi obligado a surgir de ella”[59], que solo muestra cuán intelectualmente inestables son los fundamentos del neo-ateísmo.

Recursos recomendados

(Video) William Lane Craig, ‘Why Does Anything at All Exist?’ (¿Por qué existe algo?) www.reasonablefaith.org/media/why-does-anything-at-all-exist-nflc-north-carolina

(Video) William Lane Craig, ‘Who Designed The Designer?’ (¿Quién diseñó el diseñador?) www.reasonablefaith.org/media/who-designed-the-designer

(Video) William Lane Craig vs. Lawrence M. Krauss, ‘Is There Evidence For God?’ (¿Hay evidencia para Dios?) www.reasonablefaith.org/media/craig-vs-krauss-north-carolina-state-university

(Audio) Justin Brierley, ” ‘Unbelievable: A Universe From Nothing?’ (Increíble : ¿Un universo de la nada?)Lawrence Krauss vs. Rodney Holder ‘   www.premierradio.org.uk/listen/ondemand.aspx?mediaid =% 7B02949395-E52F-4784-BF29-3A3138738B0B% 7D

(Audio) William Lane Craig, ‘A Universe From Nothing’ (Un universo de la nada) www.reasonablefaith.org/a-universe-from-nothing

(Audio) William Lane Craig, ‘Lawrence Krauss On Creation Out Of Nothing’ (En la creación de la nada) www.reasonablefaith.org/lawrence-krauss-on-creation-out-of-nothing

David Albert, ‘On the Origin of Everything’ (Sobre el origen de todo) www.nytimes.com/2012/03/25/books/review/a-universe-from-nothing-by-lawrence-m-krauss.html

Ross Anderson, ‘Has Physics Made Philosophy and Religion Obsolete?’ The Atlantic (¿La física hizo que la filosofía y la religión fueran obsoletas? El Atlántico)   www.theatlantic.com/technology/archive/2012/04/has-physics-made-philosophy-and-religion-obsolete/256203/

William E. Caroll, ‘The Science of Nothing’ (La ciencia de la nada) www.catholicworldreport.com/Item/1259/the_science_of_nothing.aspx

Paul Copan, ‘Is Creatio Ex Nihilo A Post-Biblical Invention? An Examination of Gerhard May’s Proposal’ (¿Es Creatio Ex Nihilo una invención posbíblica?Un examen de la propuesta de Gerhard May) www.earlychurch.org.uk/article_exnihilo_copan.html

William Lane Craig, ‘Atheist Physicist’s Repudiation of Logic and Probability Theory’ (Repudio a la teoría lógica y de probabilidad del físico ateo) www.reasonablefaith.org/atheistic-physicists-repudiation-of-logic-and-probability-theory

Sam Harris, ‘Everything and Nothing: An Interview with Lawrence M. Krauss’ (Todo y nada: una entrevista con Lawrence M. Krauss) http://richarddawkins.net/articles/644472-everything-and-nothing-an-interview-with-lawrence-krauss

John Horgan, ‘Science Will Never Explain Why There’s Something Rather Than Nothing’ Scientific American (April 23rd, 2012) (La ciencia nunca le explicará por qué hay algo en lugar de nada, Scientific American [23 de abril de 2012]) http://blogs.scientificamerican.com/cross-check/2012/04/23/science-will-never- explicar por qué hay algo más que nada

Massimo Pigliucci, ‘Lawrence Krauss: another physicist with an anti-philosophy complex’ (Lawrence Krauss: otro físico con un complejo antifilosofía ) http://rationallyspeaking.blogspot.co.uk/2012/04/lawrence-krauss-another-physicist-with.html

Bruce R. Reichenbach, The Cosmological Argument : A Reassessment (El argumento cosmológico: una reevaluación) (Springfield, Illinois: Charles C. Thomas, 1972)

Richard Taylor, ‘The Cosmological Argument: A Defence’ (El argumento cosmológico: una defensa) http://mind.ucsd.edu/syllabi/02-03/01w/readings/taylor.pdf

Peter S. Williams, ‘Who Made God?’ (¿Quién hizo Dios?) www.bethinking.org/who-are-you-god/introductory/who-made-god.htm

Peter S. Williams, ‘Cambridge Union Debate (with analysis): This House Believes God Is Not A Delusion’ (Debate de Cambridge Union (con análisis): esta casa cree que Dios no es una ilusión) www.bethinking.org/who-are-you-god/advanced/cambridge-union-society-debate-an-analysis .htm

Notas 

[1] Richard Dawkins, “Epílogo”, Un universo de la nada, p. 191.

[2] Lawrence M. Krauss, Un universo de la nada: ¿por qué hay algo en lugar de nada? (London: Free Pres, 2012), p. xi.

[3] ibid.

[4] Lawrence M. Krauss, “Lawrence M. Krauss, on A Universe From Nothing”, Time Out , Sydney www.au.timeout.com/sydney/aroundtown/features/10453/lawrence-m.-krauss-on- a-universo-de-nada

[5] Lawrence Krauss en Sam Harris, ‘Everything and Nothing: An Interview with Lawrence M. Krauss’ (Todo y nada: una entrevista con Lawrence M. Krauss) http://richarddawkins.net/articles/644472-everything-and-nothing-an-interview-with-lawrence-krauss

[6] Krauss, “A Universe From Nothing” (Un universo de la nada), op cit.

[7] ibid.

[8] ibid.

[9] ibid, p. xii.

[10] Dallas Willard, ‘The Three-Stage Argument for the Existence of God’ in Contemporary Perspectives on Religious Epistemology (El argumento de tres etapas para la existencia de Dios en las perspectivas contemporáneas sobre la epistemología religiosa) (ed.Douglas Geivett y Brendan Sweetman; Oxford University Press, 1992).

[11] cf. Bruce R. Reichenbach, The Cosmological Argument: A Reassessment(El argumento cosmológico: una reevaluación) (Springfield, Illinois: Charles C. Thomas, 1972).

[12] cf. Richard Taylor, ‘The Cosmological Argument: A Defence’ (El argumento cosmológico: una defensa) http://mind.ucsd.edu/syllabi/02-03/01w/readings/taylor.pdf

[13] cf. William Lane Craig, ‘Why Does Anything at All Exist?’ (¿Por qué existe algo?)  www.reasonablefaith.org/media/why-does-anything-at-all-exist-nflc-north-carolina

[14] Krauss, op cit, p. 134.

[15] Calum Miller makes the same point in the context of his debate with Peter Atkins, cf. (Calum Miller hace el mismo punto en el contexto de su debate con Peter Atkins, cf.) http://dovetheology.com/apologetics/atkins/

[16] Richard Purtill citado por Charles Taliaferro, Contemporary Philosophy of Religion (Filosofía contemporánea de la religión) (Blackwells, 2001), p. 358-359.

[17] Krauss, op cit.

[18] ibid.

[19] ibid.

[20] cf. Peter Atkins vs. William Lane Craig, ‘Does God Exist?’ (¿Existe Dios?)  www.bethinking.org/who-are-you-god/advanced/does-god-exist-bill-craig-debates-peter-atkins.htm & Kari Enqvist vs. William Lane Craig, ‘Can the Universe Exist Without God?’ (¿Puede el Universo existir sin Dios?)www.reasonablefaith.org/media/craig-vs-enqvist-helsinki

[21] Lawrence M. Krauss, ‘Unbelievable: A Universe From Nothing? (Increíble: ¿un universo de la nada?)Lawrence Krauss vs. Rodney Holder’ www.premierradio.org.uk/listen/ondemand.aspx?mediaid =% 7B02949395-E52F-4784-BF29-3A3138738B0B% 7D

[22] Massimo Pigliucci, “Lawrence Krauss: another physicist with an anti-philosophy complex (otro físico con una compleja antifilosofía)http://rationallyspeaking.blogspot.co.uk/2012/04/lawrence-krauss-another-physicist-with.html

[23] Krauss, op cit, xiii.

[24] cf. William Lane Craig, ‘Atheist Physicist’s Repudiation of Logic and Probability Theory’ (Repudio a la teoría lógica y de probabilidad del físico ateo) www.reasonablefaith.org/atheistic-physicists-repudiation-of-logic-and-probability-theory

[25] Krauss, op cit, xiv.

[26] Bruce R. Reichenbach, The Cosmological Argument: A Reassessment (El argumento cosmológico: una reevaluación) (Springfield, Illinois: Charles C. Thomas, 1972), p. ix.

[27] Randy Everist, ‘Can Science Explain Everything?’ (¿Puede la ciencia explicar todo?) http://randyeverist.blogspot.com/2011/04/can-science-explain-everything.html

[28] Lawrence Krauss, debate con William Lane Craig 2011, cf. http://winteryknight.wordpress.com/2011/03/30/audio-and-video-from-the-debate-between-william-lane-craig-and-lawrence-krauss/

[29] ibid.

[30] William Lane Craig, Podcast sobre la Fe Razonable, 12 de junio de 2011.

[31] ibid, xvi.

[32] Jerry Coyne, ‘David Alberts pans Lawrence Krauss’ New Book’ (David Alberts presenta el nuevo libro de Lawrence Krauss) http://whyevolutionistrue.wordpress.com/2012/04/02/david-albert-pans-lawrence-krausss-new-book/

[33] Krauss, op cit, xiii-xiv.

[34] Krauss en Harris, ‘Everything and Nothing: An Interview with Lawrence M. Krauss’ (Todo y nada: una entrevista con Lawrence M. Krauss), op cit.

[35] Krauss, Un universo de la nada, op cit, xvi.

[36] ibid, p. 149.

[37] Caroll, op cit.

[38] Krauss, op cit.

[39] Aristóteles, citado por Ravi Zacharias, Can Man Live Without God (¿Puede el hombre vivir sin Dios?) (Word, 1994), p. 131.

[40] Robert J. Spitzer, ‘The curious metaphysics of Dr Stephen Hawking’ (La curiosa metafísica del Dr. Stephen Hawking) www.catholiceducation.org/articles/science/sc0119.htm

[41] Paul Copan, ‘Is Creatio Ex Nihilo A Post-Biblical Invention? An Examination of Gerhard May’s Proposal’ (¿Es Creatio Ex Nihilo una invención post-bíblica? Un examen de la propuesta de Gerhard May) www.earlychurch.org.uk/article_exnihilo_copan.html

[42] Thomas Aquinas, citado por Robert E. Maydole, The Third Ways Modalized (Las Terceras Formas Modalizadas) www.bu.edu/wcp/Papers/Reli/ReliMayd.htm

[43] Lawrence M. Krauss, ‘The Consolation of Philosophy’ (La consolación de la filosofía) www.scientificamerican.com/article.cfm?id = the-consolation-of-philos & page = 3

[44] Krauss, A Universe From Nothing (Un universo de la nada , op cit, p. 152.

[45] ibid, p. 172.

[46] Stephen Hawking, A Brief History of Time (Una breve historia del tiempo)   http://en.wikiquote.org/wiki/Stephen_Hawking

[47] Peter Atkins, ‘Does God Exist?’ (¿Existe Dios?)http://youtu.be/NhIr9OQBst0

[48] Krauss, op cit, p. 174.

[49] Harris, An Interview with Lawrence M. Krauss’ (Todo y nada: una entrevista con Lawrence M. Krauss), op cit.

[50] David Albert, ‘On the Origin of Everything’ (Sobre el origen de todo) www.nytimes.com/2012/03/25/books/review/a-universe-from-nothing-by-lawrence-m-krauss.html

[51] Lawrence Krauss en Justin Brierley, ‘Unbelievable: A Universe From Nothing? (Increíble: ¿Un universo de la nada?)Lawrence Krauss vs. Rodney Holder’ www.premierradio.org.uk/listen/ondemand.aspx?mediaid =% 7B02949395-E52F-4784-BF29-3A3138738B0B% 7D

[52] Krauss, A Universe From Nothing (Un universo de la nada), op cit, p. 172.

[53] ibid, p. 174.

[54] ibid.

[55] William Lane Craig, ‘Can the Universe Exist Without God?’ (¿Puede el Universo existir sin Dios?)www.reasonablefaith.org/media/craig-vs-enqvist-helsinki

[56] Krauss, op cit, p. 174.

[57] cf. Paul Copan, ‘Is Creatio Ex Nihilo A Post-Biblical Invention? An Examination of Gerhard May’s Proposal’ (¿Es Creatio Ex Nihilo una invención posbíblica? Un examen de la propuesta de Gerhard May) www.earlychurch.org.uk/article_exnihilo_copan.html

[58] Krauss, op cit, p. 178.

[59] Dawkins, ‘Afterword’, ibid, p. 189.

 


Blog Original: http://bit.ly/2HyFpgr

Traducido y editado por María Andreina Cerrada

Por Jairo y Josafath Izquierdo

Todo aquel que creyera en el nombre del Señor será salvo.

Ro. 10:13

El punto principal de la apologética es demostrar que el cristianismo es verdadero y lidiar con argumentos que intentan demostrar que es falso. También lo es el de fortalecer la fe de los cristianos que se ve atacada por las dudas. Pero también el objetivo de la apologética—y que la mayoría de los cristianos suelen “olvidar”—es el de evangelizar, de ganar almas para Cristo. Así que, el apologista cristiano no sólo debe terminar su tarea en demostrar que el cristianismo es verdadero ante un no creyente el cuál ha sido convencido de la verdad del cristianismo, sino guiarlo ahora entender que no basta con sólo creer Dios existe para la salvación de su alma, sino ayudarlo a pasar de ese “creer que Dios (existe)” al “creer en Dios”.Creer Dios Existe

¿Qué debes hacer ahora que la persona en cuestión sido convencida de la verdad del cristianismo y que desea ser salva? Bien, como dijimos al principio, no basta ahora con sólo creer que Dios existe, sino de entender la importancia de saber que hay un Dios que ha creado este Universo y que tiene un propósito para su creación. Veamos algunos puntos que el reciente “creyente” debe comprender ahora con el fin de ser verdaderamente salvo.

  1. Reconocer Mi Condición. ¿Cómo Me Ve Dios?

Veamos que dice Romanos 3:23:

…por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios…

Este versículo nos enseña dos verdades de nuestra condición delante de Dios:

  • Todos somos pecadores delante de Dios. Si yo me robara 100 pesos, ¿cómo me llamarían? Pues ladrón. De igual manera, si yo cometo un pecado ¿cómo me llamarían? Pecador.
  • Mi vida pecaminosa ha afectado mi relación con Dios. Mi pecado me ha destituido (perder un lugar de privilegio) delante de Dios. Esto es, que soy incapaz de tener una relación correcta con Dios por mis propias fuerzas, pues mi vida ha afectado mi relación con Él.

Hoy Dios está viendo nuestras vidas. ¿Cómo nos ve Dios?

  1. Reconocer Mi Posición. ¿Mi Pecado Actual Afecta Mi Destino Eterno?

Toda acción tiene una reacción, por lo tanto, mi pecado también tiene una consecuencia. Veamos que dice Romanos 6:23:

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Este versículo me enseña que la consecuencia de mi pecado no sólo tiene consecuencias tempranas o tardías en esta vida, sino que también tiene grandes consecuencias espirituales: la muerte. Esto es, la eterna separación entre Dios y mi alma. Ahora veamos qué dice Apocalipsis 21: 8:

Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

Mientras Dios habita en santidad, un día mi pecado me condenará en el infierno tal como enseña este versículo. Aun la más pequeña mentira ha sido suficiente para condenarme en el infierno.

Si hoy Dios te juzgará por los pecados que has cometido, ¿cuál sería su juicio? ¿Cielo o inferno? Simplemente somos reos esperando el cumplimiento de nuestra justa condena.

  1. Reconocer El Sacrificio De Cristo. ¿Acaso Dios Quiere Condenarme?

De ninguna manera, Dios desea salvarme de la condenación de mis pecados, esta es la verdad de Romanos 5:8:

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Nuevamente, vemos dos verdades en este pasaje:

  • El amor de Dios se manifiesta en el sacrificio de Cristo. El amor de Dios no tiene que ver con perdonar todo. Evitemos pensar que un día delante de Dios bastará decirle “perdóname” y esa palabra será suficiente para estar eternamente con él. Dios es amor, pero también es justicia; su justicia hace que deba pagar en el infierno por mis pecados. Cuándo un asesino está delante del juez, ¿qué debe hacer el juez justo con el asesino? Lógicamente, hacer que pague por su delito, sin importar lo bueno que haya hecho o lo mucho que se disculpe, debe pagar por las vidas que tomo a sangre fría. Así será un día con nosotros delante de Dios.
  • La deuda tan inmensa de todos mis pecados que me condenaba al infierno ha sido pagada por Cristo Jesús en la cruz del calvario. Dios no desea condenarme. Jesucristo murió por mis pecados para darme vida eterna con él (Juan 3:16).
  1. Reconocer El Perdón En La Sangre De Cristo. ¿Cómo Es Que Dios Puede Perdonarme Sin Dejar De Ser Un Juez Justo?

Por el sacrificio de Cristo, su sangre derramada en aquella cruz hace más de dos mil años, es la paga de todos mis pecados; porque Dios, en la persona de Cristo, estaba imputando todos mis pecados. En la cruz de Cristo, Dios muestra cuanto me ama al proveer de un medio de salvación, pero también muestra su justicia al manifestar cuanto odia el pecado en la cruz de Cristo.

Por esta razón I Pedro 1:18-19 nos dice que fuimos rescatados… (v. 18) …con la sangre de Cristo (v. 19). Esto fue el pago de nuestros pecados, lo que nos salva del infierno, y que incluso tiene el poder de salvarnos de una vana manera de vivir (una vida que se deleita en el pecado).

Dios es capaz de perdonarme porque Cristo ha pagado por mis pecados. La gran pregunta hoy es: ¿Quién va a pagar por los pecados que he cometido? ¿Yo con mi propia vida en el infierno o aceptaré lo que Cristo ya hizo por mí en la cruz del calvario?

  1. Reconocer Que No Hay Otro Medio De Salvación. ¿Cómo Puedo Apropiarme De Este Maravilloso Y Grande Sacrificio Que Cristo Ya Hizo?

Muy fácil, creyéndole y aceptándole con todo mi ser. Veamos lo que dice Romanos 10:9, 10:

…si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Pablo nos explica que debemos de creer con el corazón y que nuestra boca debe confesar lo que hemos decidido creer. Hoy tú debes confesar delante de Dios y de las personas que aceptas que Cristo ha muerto por tus pecados y que crees firmemente con todo tu ser que este es el único medio de salvación. Así, Apocalipsis 3:20 nos dice que Cristo está llamando a la puerta del corazón, de tu ser; Él quiere tener una relación personal e íntima contigo, pero tú debes abrir tu mente y corazón, tú debes recibirle y pedirle que entre y sea tu Señor y Salvador.

Conclusión

Así que, hemos visto que el evangelismo es parte importante—lo más importante, en mi opinión—de hacer apologética. No solo de demostrar que el cristianismo es verdadero, sino de mostrar el plan de salvación a las personas que sinceramente han decidido creer en Cristo. Y si tú en estos momentos estas leyendo este blog y has estado pensando sobre si lo que dice la Biblia es cierto, si crees que los argumentos a favor del cristianismo te convencen, entonces ¿qué harás con este regalo de Dios? ¿Por qué no decides creerle con todo tu ser y confesarlo abiertamente ante todos? Y así serás salvo.

 


Jairo Izquierdo Hernández es el fundador de Filósofo Cristiano. Actualmente trabaja como Director de Social Media para la organización cristiana Cross Examined. Es miembro en la Christian Apologetics Alliance y ministro de alabanza en la iglesia cristiana bautista Cristo es la Respuesta en Puebla, México.

Josafath Izquierdo Hernández es pastor de la iglesia cristiana bautista Cristo es la Respuesta en Puebla, México.

Por Brian Chilton

En los últimos meses, hemos estado examinando a los autores y la información de los antecedentes para los libros del Nuevo Testamento. Para este artículo, examinaremos un pequeño libro hacia el final del Nuevo Testamento conocido como Judas. ¿Qué sabemos sobre este libro y quién lo compuso?

Autor: Judas abre el libro indicando que él es un “siervo de Jesucristo y un hermano de Santiago” (vs. 1)[1]. La búsqueda de la identidad de Judas está intrincadamente relacionada con la identidad de Santiago que figura como el hermano de Judas. Uno puede fácilmente eliminar a Santiago el hijo de Zebedeo porque fue martirizado temprano en la historia de la iglesia (Hechos 12:1-5). El único otro Santiago viable es el hermano de Jesús. Cuando las personas de Nazaret estaban interrogando a Jesús, le preguntaron: “¿No es este el carpintero, el hijo de María y el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí con nosotros?” (Marcos 6:3).

Marcos 6:3 resalta algunos hechos. Primero, Santiago y Judas fueron los hermanos de Jesús. En segundo lugar, ambos eran conocidos por la iglesia. Si este es el caso, entonces es lógico pensar que Judas se identificaría a sí mismo como el hermano de Santiago, ya que Santiago era un líder influyente en la iglesia de Jerusalén. Por lo tanto, Judas, el hermano de Santiago y Jesús, es el candidato más viable para haber escrito este pequeño libro. Judas humildemente se designó a sí mismo solo como el hermano de Santiago y un siervo de Cristo en lugar de elevarse como el hermano de Jesús.

Fecha: Judas es un libro difícil de fechar. Ya que Judas trata con las falsas enseñanzas que habían entrado a la iglesia, uno pensaría que una fecha posterior sería más factible. Sin embargo, el libro no discute directamente el gnosticismo. Por lo tanto, muchos han postulado una fecha entre 65 y 80 d.C.

Propósito: Por la propia advertencia de Judas, él había deseado escribir una carta alentadora sobre la salvación común de los creyentes a los “amados por Dios el Padre y guardados para Jesucristo” (vs. 1). El amado de Dios se refiere a los destinatarios que probablemente fueron creyentes judíos de la época. Sin embargo, debido a las falsas enseñanzas que habían entrado a la iglesia, Judas se sintió obligado a escribir una carta “apelando [a ellos] para contender por la fe que fue entregada a los santos de una vez por todas” (vs. 3).

La carta de Judas es una carta polémica que advierte a los creyentes a que eviten a los falsos maestros. Después de dar el propósito de su carta en los versículos 1-4, Judas describe a los apóstatas del tiempo pasado y presente (vs. 5-11), la condenación de los apóstatas (vs. 12-19), entrega una exhortación (vs. 20 -23), antes de dar su bendición (vs. 24-25).

Conexión de Judas con 2 Pedro: Lo más exclusivo del libro de Judas es su vínculo con 2 Pedro. Gran parte del contenido de Judas coincide con el de 2da Pedro, incluida una cita del seudopigráfico libro 1era de Enoc (vs. 12-13) y una alusión al libro apócrifo La Asunción de Moisés. ¿Tomó prestado Judas de 2da de Pedro, pidió Pedro prestado de Judas, o ambos tomaron prestado de una fuente común?

Como se mostró previamente en el artículo “Quién escribió las cartas de Pedro”[2], Simón Pedro es un buen candidato para haber escrito 2da de Pedro. Si 2da de Pedro tomó prestado de Judas, entonces el libro habría sido demasiado tardío para haber sido escrito por Simón Pedro. Si Pedro es un buen candidato para la autoría de 2da Pedro, entonces Judas tomó prestado de Pedro o ambos tomaron prestado de una fuente común. Hay menos problemas que indican que Judas tomó prestado de 2da de Pedro o que ambos tomaron prestado de una fuente común. Es probable que debido a que Judas toma prestado mucho del Antiguo Testamento y la tradición judía, lo más probable es que haya tomado prestado de la segunda carta de Pedro, ya que fue recibida por la iglesia en su día.

Notas

[1] A menos que se indique lo contrario, todas las Escrituras citadas provienen de la Biblia Cristiana Estándar (Nashville: Holman, 2017).

[2] Brian Chilton, “¿Quién escribió las cartas de Pedro?”, Bellator Christi.com (23 de agosto de 2017), obtenido el 14 de septiembre de 2017, https://bellatorchristi.com/2017/08/23/who-wrote -the-letters-of-peter /.

 


Brian Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast.Recibió su Maestría en Teología en la Universidad Theology from Liberty (sobresaliente); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics de la Universidad de Biola .Brian está en el programa Ph.D. en Teología y apologética en la Universidad Liberty. Brian es miembro de pleno derecho de la Sociedad Internacional de Apologética Cristiana y la Alianza Cristiana de Apologética. Brian ha estado en el ministerio por más de 14 años y se desempeña como pastor de Huntsville Baptist Church en Yadkinville, Carolina del Norte.

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Traducido por María Andreina Cerrada

Por Brian Chilton

A lo largo de las últimas semanas, hemos estado explorando quiénes fueron los autores de los libros del Nuevo Testamento. Ya hemos visto que hay buenas razones para apoyar la visión tradicional de que los apóstoles Mateo y Juan escribieron los Evangelios atribuidos a ellos; Juan, Marcos escribiendo el Segundo Evangelio que era una documentación del testimonio de Simón Pedro; el Dr. Lucas como el autor del Tercer Evangelio y de Hechos después de haber atribuido información de numerosos testigos; y el apóstol Pablo como el autor de las trece epístolas que se le atribuyeron. Ahora, examinamos una carta más misteriosa. Miremos el Libro de Hebreos.

Book Hebrews Authorship

Fecha

Muchos eruditos creen que Hebreos fue escrito en algún momento antes de la destrucción del templo (70 d. C.). Lo más probable es que la epístola haya sido escrita en algún momento durante el reinado del emperador Nerón (64-68 d.C.).[1]

Propósito

El libro de Hebreos exalta a Jesús y muestra que él es superior a los sacrificios de antaño. El término kreitton (literalmente, “más excelente” o “mejor”) impregna el libro. El libro de Hebreos vincula el Antiguo y el Nuevo Testamento mejor que ningún otro en el Nuevo Testamento.

Autor

Aquí está la pregunta del millón; ¿Quién escribió el libro de Hebreos? Muchos líderes de la iglesia primitiva creían que Pablo había sido el autor. A menudo se cita a Orígenes diciendo, en referencia a la autoría del libro de Hebreos, que “en verdad, sólo Dios sabe”. Sin embargo, una investigación adicional de los escritos de Orígenes demostrará que creía que Pablo había sido el autor.[2] ¿Pero fue Pablo el autor? Es posible, pero no seguro.

A diferencia de las trece cartas atribuidas a Pablo,[3]  Hebreos en ninguna parte identifica a Pablo ni a nadie más como su autor. Sólo hay una certeza con respecto al autor de Hebreos y es que el autor era alguien que se conocía en las filas de las cohortes de Pablo. El autor conoció a Timoteo y se refirió a él como “nuestro hermano” (Hebreos 13:23, CSB) en lugar de “mi hijo” como lo hizo Pablo en (1 Timoteo 1: 2). Por lo tanto, parecería que el escritor es una cohorte de Pablo, quizás incluso un cristiano de segunda generación, ya que el escritor señala que “la salvación tuvo su comienzo cuando fue dicha por el Señor, y fue confirmada por aquellos de quienes lo oí”(Hebreos 2: 3). Los eruditos han propuesto a Lucas, Clemente de Roma, Bernabé, Apolos, Timoteo, Felipe, Pedro, Silas, Judas y Aristón como los autores.

Debido a que el autor es un cristiano de segunda generación, no creo que Bernabé, Pedro, Silas o Judas (si hace referencia al hermano del Señor) fueran candidatos. Debido a que el autor hace referencia a Timoteo como hermano, tampoco creo que Timoteo sea un candidato probable. Yo solía pensar que Bernabé era el autor, pero como Bernabé fue un cristiano primitivo y el autor de Hebreos es un cristiano de segunda generación, ya no creo que ese sea el caso. Con toda probabilidad, creo que Lucas fue el autor del libro. Al final, sin embargo, Dios sabe. El autor, quien quiera que sea, tenía el respaldo del apóstol Pablo y es por eso por lo que el libro se estableció como canónico en lo que se refiere a la autoridad apostólica.

Notas

[1] CSB Study Bible (Nashville: Holman, 2017), 1946.

[2] Orígenes escribe: “Sin embargo, alguien fuertemente presionado por este argumento puede recurrir a la opinión de aquellos que rechazan esta epístola como si no fuera de Pablo; contra quien debo usar en otro momento otros argumentos para probar que es de Pablo.” Orígenes, A Letter from Origen to Africanus, 9.

[3] Ver Brian Chilton, ¿Escribió Pablo Las Trece Cartas Atribuidas A Él? http://www.filosofocristiano.com/single-post/Escribio-Pablo-Las-Trece-Cartas-Atribuidas-A-El

 


Brian Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el anfitrión de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría de Divinidad en Teología de la Liberty University (con gran distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Gardner-Webb University (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics de la Biola University. Brian está actualmente estudiando en el Ph.D. Programa de Teología y Apologética en la Liberty University. Brian es miembro de pleno derecho de la International Society of Christian Apologetics y de la Christian Apologetics Alliance. Brian ha estado en el ministerio por más de 14 años y sirve como pastor de la Huntsville Baptist Church en Yadkinville, Carolina del Norte.

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Traducido por Jairo Izquierdo

¿Cómo un hombre que enfrenta su propia muerte prematura exuda una combinación edificante de gracia, amor y verdad? Mi amigo Nabeel Qureshi, quien ha hecho esto por más de un año, murió el sábado a los 34 años. En caso de que no lo sepas, Nabeel fue un ex musulmán devoto que se convirtió en un poderoso defensor del cristianismo después de un proceso de siete años de evaluación a las pruebas para el cristianismo con su amigo David Wood. Su primer libro, Seeking Allah, Finding Jesus (Buscando a Alá, Encontrando a Jesús) es un best-seller internacional.

God Healing Nabeel Qureshi Christianity

Desde que se le diagnosticó el cáncer de estómago en etapa cuatro el año pasado, Nabeel ha compartido sus pensamientos, preocupaciones y oraciones a través de 43 video blogs en su canal de YouTube. Su último video, grabado desde su cama en el hospital apenas siete días antes de su muerte, es una petición para que usemos su trabajo y ejemplo para amar a otros llevándolos hacia la verdad.

Como verán en sus videos, Nabeel exhibió el amor de Cristo hasta el final. Él nunca vaciló en su confianza de que Dios podría sanarlo, pero reconocía que pudiese que no lo hiciera. Nabeel comprendió que vivimos en un mundo caído, y que Dios no le promete a ninguno de nosotros una vida larga y sin problemas. De hecho, Jesús prometió que habría más de lo contrario. Dijo que “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.

Sin embargo, aunque parezca insensible preguntar esto mientras estamos entristecidos, la gente se pregunta por qué Dios no sanó a Nabeel. Después de todo, era un joven brillante y carismático que fue quitado demasiado pronto del lado de su esposa Michelle y de su hija Ayah, y del resto de nosotros. Nabeel tenía tanto más que dar a su familia y al Reino de Dios que su muerte parece sin sentido.

Entonces, ¿por qué Dios no sanó a Nabeel?

Preguntas difíciles

¿Es porque un mal, como una muerte prematura, prueba que no hay Dios? No, porque el mal no existiría a menos que existiera el Bien, y el Bien no existiría a menos que Dios existiera. El mal no existe por sí solo. Solo existe como falta de algo bueno. Como el cáncer. Así que cuando nos quejamos del mal, en realidad estamos presuponiendo el Bien. Un estándar objetivo del Bien es un estándar que está más allá de la mera opinión humana. Eso solo puede ser la naturaleza de Dios. Así que el mal puede demostrar que hay un demonio allá afuera, pero no puede negar a Dios. En cambio, los boomerangs del mal vuelven a mostrar que Dios realmente existe.

¿Es porque el Dios musulmán es el verdadero Dios, y Él castigó a Nabeel por dejarlo? No, porque hay una evidencia excelente de la visión cristiana de Dios (véase el libro de Nabeel, No God but One (No hay Dios sino Uno). Además, los musulmanes que sugieren esto deben preguntarse: “¿Por qué tu Dios esperó hasta que Nabeel escribiera tres libros de superventas, hiciera cientos de horas de videos y ayudara a llevar a cientos de musulmanes a Cristo? ¿Está en su tiempo libre?” No solo eso, la obra de Nabeel seguirá llevando gente a Cristo, probablemente de una manera acelerada después de su muerte.

Entonces, ¿por qué Dios no sanó a Nabeel? ¿Qué propósito podría tener Dios para permitir que Nabeel muriera?

Algunos podrían sugerir que personas como Nabeel que experimentan tragedia deben ser peores pecadores que otros. Jesús refutó directamente ese tipo de especulación superficial  en Lucas 13, cuando dijo: “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente”. De hecho, todos somos pecadores que pereceremos y tenemos que arrepentirnos antes de que sea demasiado tarde.

¿Es porque Nabeel no tuvo suficiente “fe”? Las personas que afirman tales tonterías no conocen a Nabeel ni a la teología correcta. La confianza de Nabeel en Cristo era profunda e inquebrantable. Pero el punto más importante es que la fe no garantiza buena salud y riqueza como los predicadores de la “Palabra de Fe” aseguran. De hecho, su teología de intereses personales puede ser refutada por una simple observación: Jesús y los apóstoles no eran personas saludables ni ricas. De hecho, sufrieron y murieron por sus creencias. ¡No me digas que no tenían suficiente fe!

El efecto de onda

Entonces, ¿por qué Dios no sanó a Nabeel? ¿Qué propósito podría tener Dios para permitir que Nabeel muriera? Al responder a esa pregunta, debemos admitir que no puede haber un propósito último para la muerte de Nabeel (o cualquier evento) si no hay un propósito para la vida. Pero ya que Dios existe, y el propósito de la vida es reconciliarse con Él a través de Su Hijo Jesús, entonces incluso las tragedias pueden ayudar a lograr ese propósito. Tal vez más personas llegarán a conocer a Cristo a causa de la muerte de Nabeel. Es imposible para nosotros saber la magnitud de eso en este momento, pero no es imposible para Dios.

No podemos verlo completamente porque cada acontecimiento, bueno y malo, se mueve hacia adelante en el futuro para tocar innumerables eventos y personas. Este efecto de onda también se conoce como el efecto mariposa. La idea es que una mariposa batiendo sus alas en Sudáfrica, por ejemplo, podría en última instancia traer lluvia a una porción afectada por la sequía en los Estados Unidos. No podemos rastrear todos esos efectos, pero un Dios todopoderoso que está fuera del tiempo, sí puede. De hecho, ha habido miles de millones de eventos en la historia, tanto buenos como malos, que ayudaron a hacerte quien eres y ayudó a ponerte donde estás.

Así que no sabemos por qué Dios no sanó a Nabeel, pero sabemos por qué no lo sabemos. Somos finitos y Dios es infinito. La buena noticia es que el carácter y el poder de Dios garantiza que Él sacará bien del mal “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Rom.8:28). Puede ocurrir más tarde en esta vida. Ciertamente se verterá en la vida eterna.

El efecto de onda llevó a Jacques-Marie-Louis-Monsabré, un antiguo pastor en Notre Dame en París, a confiar en Dios incluso cuando él no podía ver ningún bien viniendo del mal. Él dijo: “Si Dios me concediera Su omnipotencia durante 24 horas, verías cuántos cambios haría en el mundo. Pero si Él me diera Su sabiduría también, dejaría las cosas como están”.

De hecho, Dios redimirá la muerte de Nabeel para bien, así como redimió a Nabeel mismo. Ahora bien, Nabeel está ahora con el Señor, pero Michele y Ayah permanecen con nosotros. Como Nabeel pidió en uno de sus videos finales, oren por ellas, así como por los amorosos padres de Nabeel. Y si puedes ayudar a Michele y Ayah financieramente, ¿podrías hacerlo aquí?

Mientras estemos entristecidos, seamos agradecidos por la vida eternamente significativa de Nabeel. Hizo más por el Reino de Dios en 34 años que lo que diez mil personas hacen en 80 años. Y las ondas que él creó –las olas realmente– ayudarán a llevar a la gente al cielo por generaciones. Bendiciones para ti Hermano. Nos vemos en el otro lado.

 


Frank Turek es un escritor cristiano estadounidense, orador público y presentador de radio. Es autor de dos libros Correct, Not Politically Correct and Stealing from God y co-autor de dos más con Norman Geisler I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist y Legislating Morality. Es el anfitrión del talk-show CrossExamined en American Family Radio. Su programa de televisión, I Don’t Have Enough Faith to be an Atheist, se transmite en la Red NRB. Habla en universidades, conferencias e iglesias.

Blog Original: http://bit.ly/2K1IMgx

Traducido por María Andreina Cerrada

Editado por Jairo Izquierdo