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Por Ryan Leasure

Este artículo es la cuarta parte de una serie de nueve, que trata sobre cómo obtuvimos la Biblia. En la primera parte se analizó la inspiración bíblica y la inerrancia. En la segunda parte se analizó el desarrollo del Antiguo Testamento. Y la parte 3 investigó el canon del Antiguo Testamento y los apócrifos.

En este artículo, trataremos el canon del Nuevo Testamento. En concreto, quiero abordar dos preguntas. En primer lugar, ¿habrían esperado los cristianos del primer siglo nuevas Escrituras adicionales al Antiguo Testamento? Y, en segundo lugar, ¿qué atributos buscaba la Iglesia en los textos canónicos?

¿Habría esperado la Iglesia del primer siglo nuevas Escrituras?

El erudito bíblico Harry Gamble comentó en una ocasión: “No hay ningún indicio en absoluto de que la iglesia primitiva contempló la idea de las escrituras cristianas… Por lo tanto, el Nuevo Testamento tal como lo pensamos estaba completamente alejado de las mentes de la primera generación de creyentes cristianos.”[1] ¿Qué debemos hacer con la afirmación de Gamble? ¿Tenía razón? ¿Asumió la iglesia primitiva que Dios había terminado de inspirar las Escrituras tras el cierre del Antiguo Testamento? Creo que tenemos buenas razones para rechazar las afirmaciones de Gamble. Permítanme darles tres razones.[2]

1. Los judíos del primer siglo consideraban la historia del Antiguo Testamento como incompleta

Varios textos de los Evangelios y de Hechos de los Apostoles, demuestran que los judíos del siglo I esperaban que Dios hiciera algo en su generación. No sólo estaban pendientes del Mesías (Lucas 2:38; 2:25; Juan 1:41; 4:25), sino que esperaban que Dios introdujera su reino y derrocara a sus opresores (Hechos 1:6; véase Dan. 2:31-45).El segundo período del Templo (intertestamental) también confirma esta misma expectativa (Tob 14:5-7; Bar 3:6-8). Como N. T. Wright señala, “La gran historia de las escrituras hebreas fue leída inevitablemente en el período del Segundo Templo como una historia en busca de una conclusión.”[3]

El cierre del Antiguo Testamento también da la impresión de que los judíos esperaban que un rey davídico se levantara entre sus filas. Ten en cuenta que de acuerdo con el ordenamiento judío, Crónicas fue el último libro del Antiguo Testamento. Y precisamente ese libro comienza con una larga genealogía centrada en el rey David (1 Crónicas 1:3). No es una coincidencia que el comienzo del Nuevo Testamento continúe justo donde se dejó el Antiguo Testamento, con una genealogía enfocada en el Hijo de David (Mateo 1). Es como si el Evangelio de Mateo llevara la historia del Antiguo Testamento a su necesario cumplimiento.

2. El Patrón de Dios de traer nueva Palabra-Revelación después de sus actos de redención

Según el patrón del Antiguo Testamento, Dios suele dar depósitos de revelación después de sus actos redentores. Vemos este patrón consecutivo  más claramente en el Éxodo. Dios redimió a su pueblo de Egipto y tras a esa redención hace entregas de las Escrituras en el Sinaí para interpretar sus actos de salvación. Dada esta historia, no es inconcebible que la iglesia primitiva esperara más revelación escrita tras el acto de redención de Jesús.

3. El Antiguo Testamento predijo que la futura era mesiánica incluiría la comunicación verbal

El Antiguo Testamento no sólo predijo una futura era mesiánica, sino que predijo que la comunicación acompañaría al Mesías. Deuteronomio 18:18 predice: “Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.” Isaías 61:1-2 dice del Mesías que: “El Espíritu del Señor Dios … me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos… para proclamar libertad a los cautivos … para proclamar el año favorable del Señor.” Y de esta era mesiánica, leemos: “Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor” (Isaías 2:2-3).

En resumen, aquellos que vivieron después del cierre del Antiguo Testamento reconocieron que la historia estaba incompleta, que Dios normalmente daba palabra-revelación después de sus actos redentores, y que el Antiguo Testamento anticipaba una era mesiánica verbal.

¿Qué atributos buscaba la Iglesia primitiva en un texto canónico?

Ahora que hemos establecido la expectativa de la Iglesia primitiva de recibir más textos bíblicos, debemos preguntarnos qué atributos habrían buscado en esos nuevos textos bíblicos. En el espacio restante, consideraré tres de estos atributos: autoridad apostólica, marcas de inspiración y recepción universal.[4] Consideremos cada atributo canónico por separado.

Autoridad apostólica

Volviendo al Nuevo Testamento, los apóstoles reconocieron que eran “ministros de un nuevo pacto” (2 Cor 3:6), y que la iglesia estaba “edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas” (Ef 2:20). También reconocieron que Jesús los había enviado como garantes y transmisores de su mensaje al mundo (Juan 20:21). Por estas razones, la Iglesia primitiva sólo recibía textos que pudieran remontarse a un apóstol.

Por lo tanto, desde muy temprano, la iglesia recibió los cuatro Evangelios, los Hechos y las cartas de Pablo. Por supuesto, Pablo da a conocer su autoridad apostólica en sus cartas, pero los Evangelios no hacen tal afirmación. ¿Cómo entonces recibieron el estatus apostólico en una etapa tan temprana de la iglesia?

Los críticos sostienen que, dado que los autores no mencionan sus nombres en el cuerpo del texto, los Evangelios deben haber sido originalmente anónimos. Sólo después de algún tiempo, la Iglesia añadió títulos para dar a estas obras anónimas la credibilidad necesaria. Sin embargo, las afirmaciones de los críticos carecen de pruebas. Todos los manuscritos más antiguos con títulos incluyen a Mateo, Marcos, Lucas y Juan como autores. Además, numerosos padres de la Iglesia afirman inequívocamente que Marcos escribió su Evangelio basándose en el testimonio ocular de Pedro, y que Mateo, Lucas y Juan escribieron sus respectivos Evangelios.

Dicho esto, ¿por qué la iglesia recibió a Marcos y Lucas si ellos no eran apóstoles? Es debido a su estrecha relación con los apóstoles. Es decir, los libros con autoridad apostólica no se limitaban solo a los libros escritos por los apóstoles, sino también a los que provenían de los círculos apostólicos. Observa el comentario de Tertuliano sobre la autoría de los Evangelios: “De los apóstoles, por lo tanto, Juan y Mateo primero nos inculcan la fe; mientras que los hombres apostólicos, Lucas y Marcos la renuevan después”.5[5] Tertuliano afirma que Marcos y Lucas eran “hombres apostólicos” por su estrecha relación con los apóstoles Pedro y Pablo.

Esta proximidad a los apóstoles explica también que Hebreos se haya incluido en el canon. El autor indica que conocía a Timoteo (Heb 13:23) y que el mensaje del Evangelio “La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron” (Heb 2:3). Estos dos textos combinados indican que el autor se movía en círculos apostólicos (probablemente paulinos) y, por tanto, su libro era apostólico.

La familia de Jesús (Santiago y Judas) también recibió un estatus cuasi-apostólico basado en su relación con el Señor. No sabemos mucho de Judas, pero sabemos que Santiago llegó a ser un líder prominente en la iglesia de Jerusalén y más tarde mártir por su fe cristiana.

Al mismo tiempo, la Iglesia rechazó los libros de fuentes no apostólicas. Comentando sobre el mal llamado Evangelio de Pedro, el padre de la iglesia Serapión declaró: “Recibimos tanto a Pedro como a los otros apóstoles como Cristo, pero los escritores que falsamente llevan sus nombres los rechazamos“.[6] Serapión afirmó que la iglesia debía rechazar el herético Evangelio de Pedro y todos los demás que falsamente llevan los nombres de los apóstoles (Tomás, Felipe, etc.).

El Fragmento de Muratori hace un comentario similar alrededor del año 180 d.C. Señala: “Se dice que hay otra carta en nombre de Pablo a los laodicenses, y otra dirigida a los alejandrinos, ambas forjadas de acuerdo con la herejía de Marción, y muchas otras que no pueden ser recibidas en la iglesia católica, ya que no conviene que el veneno se mezcle con la miel”.[7]

De nuevo, la Iglesia rechazó todas las falsificaciones. El fragmento también señala que el amado Pastor de Hermes no debe recibir estatus canónico porque fue escrito “muy recientemente, en nuestros tiempos”. En otras palabras, alguien escribió este libro después de que todos los apóstoles hubieran muerto.

Marcas de Inspiración

En segundo lugar, la Iglesia buscaba libros que tuvieran marcas de inspiración. Si un libro procedía de Dios, uno esperaría que reflejara la naturaleza de Dios y otros textos inspirados previamente. El texto, por tanto, debe reflejar la belleza y la excelencia de Dios (Salmo 19:7-10). Como comentó Jerónimo en una ocasión sobre un texto del Nuevo Testamento, se trata de un “documento que tiene en sí mismo toda la belleza del Evangelio”, que es la “marca de su inspiración”.[8]

Más aún, el texto irá acompañado de un poder transformador. En otras palabras, el texto no es sólo palabras en una página. El texto es “vivo y activo” (Heb 4:12). Justino Mártir comentó: “Porque poseen un tremendo poder en sí mismos, y son suficientes para inspirar temor a aquellos que se desvían del camino de la rectitud; mientras que el más dulce descanso se les da a quienes hacen una práctica diligente de ellos”.[9] Ireneo también afirmó que los Evangelios están siempre “exhalando inmortalidad por todos lados y vivificando a los hombres de nuevo.”[10] Es decir, la iglesia primitiva reconoció que ciertos textos trajeron salvación y buenas obras en la vida de la iglesia.

El texto no sólo poseerá cierta belleza y poder, sino que será armonioso con otras Escrituras autorizadas. Por esta razón, la iglesia rechazó libros como 2 Macabeos que sugiere que podemos ofrecer sacrificios y oraciones por los muertos (2 Macabeos 12:43-46). También rechazaron los textos gnósticos (Evangelio de Felipe, Evangelio de la Verdad, Evangelio de Pedro, etc.) porque socavaban  todo el Antiguo Testamento. Además rechazaron el Evangelio de Tomás que tiene a Jesús diciendo: “Mira, yo la guiaré (María) para que sea masculina, para que ella también se convierta en un espíritu viviente parecido a los hombres. Porque toda mujer que se hace masculina entrará en el reino de los cielos” – un claro repudio de Génesis 1-2.

Así, como señaló Ireneo, “toda la Escritura, que nos ha sido dada por Dios, la encontraremos perfectamente consistente”.[11] Y como declaró Justino Mártir: “Estoy totalmente convencido de que ninguna Escritura se contradice con otra”.[12]

En resumen, la iglesia solo recibió textos que llevaban las marcas de la inspiración divina. Estas marcas incluían cierta belleza, poder y armonía, indicando que Dios era su autor definitivo.

Recepción Universal

Finalmente, solo los libros que fueron universalmente recibidos por la iglesia obtuvieron estatus canónico. Esto significa que los libros como Primero de Enoc, que solo unas pocas iglesias pequeñas recibieron, no recibieron estatus de autoridad. Después de todo, Jesús dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Por lo tanto, podríamos esperar que la iglesia universal llegara a algún tipo de consenso cuando se tratara de sus textos bíblicos. Y esto es exactamente lo que encontramos en la iglesia primitiva.

Desde el siglo II, la Iglesia reconoció un grupo básico de libros canónicos que incluía los cuatro Evangelios, los Hechos, las cartas de Pablo, Hebreos, 1 Juan, 1 Pedro y el Apocalipsis. Este consenso se refleja en varios Padres de la Iglesia (Ireneo, Orígenes, Clemente de Alejandría, Tertuliano), así como en el Canon Muratoriano. En el siglo IV, el resto del canon fue reconocido de forma universal, como se refleja en Eusebio (325 d. C.), Atanasio (367 d. C.) y los concilios de Hipona (393 d. C.) y Cartago (397 d. C.).

Una cuadrícula canónica

Al considerar los tres atributos canónicos, queda claro que la Iglesia primitiva filtró los libros a través de una especie de cuadrícula canónica para ayudarles a reconocer los textos autorizados. Solo los libros que poseen los tres atributos alcanzaron el estado canónico. Considera la siguiente tabla. Observa que tanto Marcos como Romanos poseen los tres atributos, mientras que el Evangelio de Tomás no posee ninguno. Obsérvese también que el Pastor de Hermes posee parcialmente uno de los atributos en la medida en que es un texto ortodoxo. Sin embargo, carece de los otros dos atributos:

Cómo obtuvimos nuestra Biblia: tabla canónica del Nuevo Testamento

Notas:

[1] Harry Y. Gamble, The New Testament Canon, 57.

[2] Tomado de  Michael Kruger, Question of the Canon.

[3] N. T. Wright, New Testament and the People of God, 217.

[4] Estas están ligeramente modificados de la lista de Michael Kruger en Canon Revisited.

[5] Tertullian, Against Marcion, 4.2.

[6] Eusbebius, Hist. Eccl. 6.12.3.

[7] Muratorian Fragment, line 67.

[8] Jerome, Prologue to Commentary on Philemon.

[9] Justino Mártir, Dialogue with Trypho, 8.2.

[10] Irenaeus, Against Heresies, 3.11.8.

[11] Irenaeus, Against Heresies, 2.28.3.

[12] Justino Mártir, Dialogue with Trypho, 65.1.

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek

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Ryan Leasure tiene una maestría en Artes de la Universidad Furman y una maestría en Divinidades del Seminario Teológico Bautista del Sur. Actualmente es candidato a Doctor en Ministerio en el Seminario Teológico Bautista del Sur. También sirve como pastor en: Grace Bible Church en Moore, SC.

Blog Original: https://bit.ly/3tbnmat

Traducido por Mónica Pirateque

Editado por Jennifer Chávez

 

Why are we so interested in murders? Some of the most popular podcasts, videos, and news headlines are about high-profile homicides. We are often consumed by the prime suspect who police often call a “person of interest.” Right now, are the headlines fixated on Brian Laundrie? Where is he? Did he do it? If so, why? And will he be served justice?

Unfortunately, in the long run, the person of interest is often remembered far more than their victims. We remember names like Charles Manson, Jeffery Dahmer and Ted Bundy, but we often forget those they killed.

But what if there is one big exception to that typical outcome? What if the most memorable and influential name in human history is not a villain, but a murder victim?

Unsolved homicide detective J. Warner Wallace exposes exactly that case in his astonishing new book Person of Interest . Wallace shows the unprecedented impact that a murdered Jewish preacher from an obscure corner of the former Roman Empire has had on the world over the past two thousand years.

Jesus of Nazareth is not only the central figure of the world’s largest religion, he is also the central figure of influence in all of human history. In a book packed with more than 400 of his own explanatory drawings, Wallace demonstrates that even if all Bibles and manuscripts were to suddenly disappear from the planet, the “explosive” appearance of Jesus and his essential teachings could be reconstructed from the “fuse” of ancient history and the “effects” of the past two thousand years.

Consider for a moment the impact Jesus had on literature . More has been written about Jesus than any other character in history. To date, more than 109 million books have been written about Jesus (George Washington is a distant second with nearly 59 million books). No one, and I mean no one , has inspired authors and writers like Jesus of Nazareth, and this influence started early.

Wallace illustrates a robust list of Christian and non-Christian voices found in ancient manuscripts from the first centuries of the Common Era – more non-Christian than Christian – describing Jesus and his followers. From these early voices, the entire story of Jesus can be reconstructed even if all the New Testament manuscripts had been destroyed.

Jesus dominates another form of literature: screenplays. Wallace brings together the films made about Jesus of Nazareth into an illustration that demonstrates Jesus’ unprecedented impact on film producers ( The Jesus Film , for example, remains the most translated and viewed film of all time). But there is more. Great thinkers and theologians have written about Jesus throughout the centuries, establishing a robust Christian publishing industry that flourishes to this day. Even non-Christians are compelled to allude to Jesus in one way or another. Christ figures—parallels to Jesus—flood not only classical literature but even popular fiction.

 It would take much more than the New Testament to wipe Jesus off the pages of the world. It would take a lot of literary history to be destroyed .

But that’s just one aspect of the “effect” that Jesus is credited with. Wallace also describes and illustrates the monumental impact Jesus had on education, science, art, music, and other world religions. Unlike other books that simply explain Jesus’ role in human history, Person of Interest uncovers the hidden evidence you may not have considered in the aspects of culture most admired by nonbelievers . Jesus’ impact has been seismic, and from His footprints in every area of ​​human history, His story can be completely reconstructed.

How did a man who never led an army, never held office, never founded a company, never wrote a book, never had children, never traveled more than 200 miles from his birthplace—a man who was murdered two thousand years ago—become the most important and influential person of interest in all of human history?

Maybe because he wasn’t just a man. Maybe because his killers couldn’t keep him in the grave.  Person of Interest will leave you thinking and feeling that that is, by far, the most reasonable explanation.

Recommended resources in Spanish:

Stealing from God ( Paperback ), ( Teacher Study Guide ), and ( Student Study Guide ) by Dr. Frank Turek

Why I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist ( Complete DVD Series ), ( Teacher’s Workbook ), and ( Student’s Handbook ) by Dr. Frank Turek  

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Dr. Frank Turek is the president of CrossExamined.org and co-author of I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist and author of Robbing God: Why Atheists Need God. He can be found on Twitter at @DrFrankTurek .

Original Blog: https://cutt.ly/qY46J1P 

Translated by Jennifer Chavez 

Edited by Elenita Romero

 

By Terrell Clemmons

Jorge Gil: The next generation apologist for the world

Jorge Gil was born in 1982 to a single mother in Costa Rica. When he was one year old, she left him in the care of his grandparents and moved to the United States, where he died ten years later. Following her death, with a grandfather who was away most of the time, a grandmother who showed her love by giving him everything he wanted, and adolescence approaching, young Jorge began to explore. With no father figure and no boundaries, he soon discovered that he liked liquor and marijuana, and both became regular pastimes. Like much of Latin America, the culture around him was nominally Catholic, and he could easily party all night and go to mass the next day, without qualms. He never doubted the existence of God. He just never cared about him.

Still, he was a smart student. He graduated from high school at sixteen, and by eighteen he had completed three semesters of college. However, with the expansion of freedom had come the expansion of partying. When the aunts who were footing the bill for his education saw that he was squandering the opportunity, they cut off the funding. At that point, his Aunt Shirley invited him to the United States, where she lived, and where he could work and earn his own funds to finish school. He arrived in North Carolina two weeks after the terrorist attacks of September 11.

But a change of scenery doesn’t make a change of lifestyle. A steady income of his own simply freed him up to do whatever he wanted, and life settled into a steady cycle of hard work followed by hard partying. Who needed school?

Being musically and technologically inclined, he also built a recording studio in his apartment. This attracted friends, including women, and before long, he had hooked himself on one in particular. Neither of them had a plan or ambition for life, and they drifted into carelessness and recklessness before and after children came into the picture. Jorge’s daughter Leda was born in 2007, followed by son Aiden in 2008. With both Jorge and his mother caught in codependency, Aunt Shirley took charge of everyone’s situation.

Arrested

In 2012, several years of irresponsible living caught up with Jorge. It started with a routine traffic stop while he was driving home from a friend’s house. Although he had been drinking a little, his breathalyzer test registered under the legal limit, so that wasn’t a problem. But his driver’s license was expired. So he was taken to the police station, where, by some mysterious misfortune, a second breathalyzer test showed a blood alcohol concentration 0.1% over the limit. Jorge was held overnight in the Sampson County Jail, and now faced a DUI charge.

The next morning, he woke up to an immigration officer waiting for him. The reason his driver’s license had expired was that he had let his immigration permit lapse, and he was now being placed on immigration hold. Driving with an expired license was a lesser offense, and the DUI charge was on shaky ground. But this immigration situation was a more complicated matter. In consultation with his attorneys, Jorge decided that he would plead not guilty to the DUI charge and remain in county jail while they prepared his immigration case.

Arrest: Part 1

“Do you have anything to read?” he asked his Mexican bunkmate on his first day in jail. His bunkmate had two books, a Colombian classic called One Hundred Years of Solitude and a Bible. Jorge had no interest in reading the Bible, but after finishing the novel in two days, the Bible was the only book there was, and prison days were long. He read the Gospels.

To his surprise, he found himself intrigued. As if in an answer to a nascent prayer, the following week a black man named Cortez was transferred into his pod. (A pod is a large communal cell.) Cortez had what is called “jailhouse preacher syndrome,” meaning he was in and out of jail and while in jail he preached the gospel and taught Bible studies. Jorge took it all in, and when another preacher visited him two weeks later and presented the gospel with all his field preacher fire, Jorge gave his life to Jesus on the spot. At that moment, all the urges and desires of his old life—a pack or two of cigarettes a day, drinks every night, and marijuana here and there—left him, never to return.

Cortez went to work discipling him right away. He told Jorge to stop using profanity, both in Spanish and English. Jorge did, and the two studied the Bible together every day until Cortez was transferred a few weeks later. With Cortez gone, Jorge took it upon himself to become the new crazy preacher. Even though he was new to the Bible, he used whatever he could find. He asked Aunt Shirley to get him some resources, and although he didn’t quite know what to ask for, he soon had a study Bible, some Our Daily Bread devotionals, some InTouch magazines, and a stack of commentaries, which he devoured and spread as best he could like there was no tomorrow. He reached out to some in the community and asked for Bible donations, and soon each new inmate received a warm welcome and a Bible of his own from him. The inmates began to call him preacher and come to him for advice, and between the providence of God and the flame that drove his regenerated heart, Jorge grew into the role of preacher-teacher with passion.

Arrest: Part II

Six months after Jorge entered the Sampson County Jail, he was transferred to a federal immigration detention center in Georgia. The DUI charge had been dismissed, and by the time he got out, in addition to becoming a preacher, he had befriended all the guards, served as their go-to translator, read some sixty books, and accumulated a stack of yellow legal pads filled with notes, ideas, and sermon outlines.

Although he had put himself through “preacher school,” as he now calls it, immigration facilities presented a whole new set of challenges. These were not people who were in prison for crimes per se, but who like him were being rounded up and processed for deportation or reinstatement as residents. In North Carolina, most of the inmates came from some sort of Christianized background and had a reasonable context to relate to the gospel. Here, he encountered Buddhism, Islam, Rasta, Hinduism, Baha’i, and other world belief systems. He began to preach or speak as he had done before, and the men challenged him with questions he had never encountered: “How can you say Jesus is the only way?” and “Hasn’t the Bible been corrupted?” and the like. How was he to respond to this?

He prayed, and his answer came in the form of an AM-FM radio given to him by a Mexican man who was being deported. Holding the antenna up to the window, Jorge found a radio teacher who took his breath away. The man had a funny accent, and Jorge thought he was some kind of Messianic Jew because his name was Ravi, which he assumed was a mispronunciation of rabbi. Jorge sat by that window every day, writing down everything this man said, and asking Aunt Shirley to send him every book she could find related to Ravi Zacharias.

The books and notebooks continued to pile up until November, when Jorge received a full pardon and was released. He returned home 110 pounds lighter, nine months drug-free, insatiably thirsty for knowledge of this Jesus he loved, and with a heart willing to share it with the world. He began searching for online discipleship programs as soon as he could get his hands on a smartphone.

The Director

Life since that pivotal year has taken many twists and turns. His employer had kept him in his job and he was welcomed back enthusiastically, but his relationship with the mother of his children deteriorated rapidly. Not only had he not changed, she was not happy with these changes in him. She left a few months later in a violent rage, never to return.

His Aunt Shirley, who had been like a mother to him all these years, died in 2014 in a horrific murder-suicide shooting, and after that, he discovered in a new way the richness of the body of Christ, when his small rural church stepped in to help him with his children. He went to every apologetics conference he could find within driving distance, and sought out mentors to help him grow as an apologist and man of God. He met Frank Turek of Cross-Examined and in 2015 was hired as Cross-Examined’s social media director. He also met Angelia (“Lia”) in 2015, and in 2017 she became his wife and accepted the mantle of mother to his children.

Today, he serves as the Executive Director of Cross-Examined. He oversees all projects, including the translation and publication of apologetics resources in the world’s languages, including Chinese and Russian. He oversees Cross-Examined’s social media operations and, as the millennial techno-wizard that he is, keeps them always on the cutting edge of technologies, in order to reach younger generations on their own terms and turf.

He speaks and leads seminars abroad on a wide range of topics—postmodernism, same-sex marriage, the problem of evil—contextualizing the content as much as possible for local audiences, and creates and hosts online communities, with the goal of advancing the gospel and offering sound apologetics to the world.

Man of God

He is a busy man who loves what he does. “I certainly didn’t plan this,” he says. “God gave me this opportunity, and it’s a joy to be able to allow him to use me to connect the North American apologetics movement and create one in Latin America.”

However, he finds his greatest joy in his family.

Seeing that family unit that I never had – I never knew my biological father, I was raised by my grandmother, my biological mother died (I barely knew her), and my grandfather who was supposed to be the role model in the house always left for work, and when he came home he was drunk – seeing the relationships I have with my children and with my wife, and the one my children have with her is incredible. I think that’s what I enjoy the most.

The Scriptures speak of God calling His people, establishing them, and making them flourish. I think Jorge Gil has just begun in that flourishing part.

Out of the trenches

How Jorge Gil grew in his calling

“One of the things people don’t know about me,” Jorge says, “is my struggle with not having a title.”

He was at a business meeting of the Evangelical Philosophical Society one day when the president, Angus Menuge, asked him what his area of ​​expertise was. “Brother,” he said, “I’m riding on a high school diploma.”

Besides Christian scholars of various titles like Dr. Menuge, Jorge’s circle of colleagues includes apologetics giants like J. Warner Wallace, Greg Koukl, and the late Dr. Norman Geisler, so it is understandable that he feels intimidated at times. But the way he is leading his Christian life is hardly “ridable.” Consider this:

Diligence: For one thing, since his Christian conversion seven years ago, Jorge has dedicated himself to learning everything he can related to the Christian faith. Although he was not deported in 2012, his temporary residency status meant he would have to enroll in school as a foreign student, which entailed a much higher tuition cost.

As a single father, formal education simply wasn’t an option for him for some time. So George studied on his own—theology, apologetics, philosophy—which made him a more suitable vessel for sharing the gospel.

Humility: Second, since he never had a father figure to speak of, he intentionally sought out godly, educated men to help and advise him. He met Richard Howe, who was the director of the philosophy doctoral program at the Southern Evangelical Seminary, at an apologetics conference and asked Dr. Howe if he would be his philosophy mentor. He built relationships with people he saw as role models, not because of their “star status,” but to learn from them. One of the many questions he would ask is, “What would you tell your thirty-year-old self that you wish they knew?” He also offered his services as a translator, to subtitle their videos, for example, or to republish their biographies in Spanish. No charge; it was all about offering what he had to give in service to the cause.

Faith: And third, Jorge never let intimidation or the lack of a degree stop him from doing what he believed God was calling him to do. He is currently pursuing his associate, bachelor’s, and master’s degrees all in one fell swoop. At the same time, he insists that it is not the degrees or seminary that prepare you for the job, but the God who calls you to it.

“If you want it and you believe that God has called you to something,” he tells people,

Then go for it, and things will fall into place. Don’t think, “I’ll graduate and then do apologetics.” No, get in the trenches. If you have to get your degree while you’re in the trenches, do it. But don’t be intimidated by all those people who have big letters in front of or after their names. Remember, God grabbed a bunch of fishermen and turned the world upside down. I believe He still operates the same way today.

Absolutely. I think the rest of us can learn from Jorge’s example. The Christian life is never about what we have or don’t have. It’s about the God we know and what we do with what we have. By those lights, Jorge “graduated” a long time ago.

Recommended resources in Spanish:

Stealing from God ( Paperback ), ( Teacher Study Guide ), and ( Student Study Guide ) by Dr. Frank Turek

Why I Don’t Have Enough Faith to Be an Atheist ( Complete DVD Series ), ( Teacher’s Workbook ), and ( Student’s Handbook ) by Dr. Frank Turek

 


Terrell Clemmons is a freelance writer and blogger who writes about apologetics and matters of faith.

This article was originally published on salvomag.com: http://bit.ly/2HndWQI

Translated by Priscilla Fonseca

Los cuatro evangelios hablan de Jesús, el Cristo. Juntos nos hablan de la vida de Jesús de diferentes formas. Nos hablan de su nacimiento virginal, sus argumentos con líderes religiosos, sus enseñanzas, sus milagros y mucho más. Destacan su crucifixión en una cruz romana y su resurrección de entre los muertos. Pero, ¿qué vamos a hacer con todo esto? ¿Son estas narrativas simplemente falsas por autores que fueron o engañados o lo arreglaron? ¿Hay un caso para la fiabilidad de los Evangelios?

Este ensayo destaca un numero de razones por la que todos deberían creer que los Evangelios con confiables. Esto no implica que sean 100% verdaderos, perfectos, o algo parecido. En cambio, los evangelios son algo en lo que debemos confiar, y si podemos confiar en ellos, entonces podríamos tener que repensar lo que creemos acerca de Jesús de Nazaret.

Fuentes no cristianas

Supongamos que no tenemos los cuatro Evangelios en absoluto. ¿Qué podemos saber acerca de Jesús de Nazaret? Analizaremos una serie de fuentes no cristianas para encontrar esta respuesta.

Cornelio Tacito

Tácito nació poco después de que Jesús fuera crucificado. Ocupó una serie de oficinas romanas, pero hoy es más famoso por sus escritos. Mientras habla del incendio en Roma en el año 64 d.C., Tácito menciona una serie de hechos relevantes. Nerón culpó a un grupo de personas llamados Chrestians (una ortografía temprana común de los cristianos). Menciona a un Christus, el fundador del nombre. Este Cristo fue ejecutado durante el reinado de Tiberio por la sentencia de Poncio Pilato. La enfermedad (de los cristianos) comenzó en Judea, que pronto se extendió a Roma.

Hay dos razones principales para confiar en que esta parte de sus Anales proviene de Tácito[1]. En primer lugar, los escribas durante la Edad Media copiaron fielmente la literatura religiosa de los griegos y romanos que difería de la suya. Si eran copistas fieles de esta manera, necesitamos buenas razones para no confiar en ellos en otros casos, especialmente cuando tenemos confirmación basada en hallazgos anteriores de la literatura pertinente. En segundo lugar, el estilo de Tácito se conoce como latín plateado (Literatura Latina en la Edad de Plata). Por lo tanto, preservar este estilo cuando el latín era un lenguaje en constante evolución habría sido casi imposible.

Plinio el Joven

Plinio nació poco después de que Jesús fuera crucificado. Mientras gobernaba Bitinia y Ponto de alrededor de 109-111, escribió una serie de cartas al emperador Trajano. En una de las cartas más famosas, pide consejo sobre cómo se supone que debe tratar con los cristianos. Curiosamente, también tenemos la respuesta de Trajano. Podemos reunir una serie de puntos de esta correspondencia. A ninguno le gustaban los cristianos. También era a menudo difícil ser cristiano. Plinio también sugiere que había un gran número de cristianos al hablar sobre el número de personas en peligro por los juicios, que esto incluiría a muchas personas de todas las edades, rangos y sexos, y que el contagio cristiano no se limita a las ciudades, sino que se ha extendido a los pueblos y distritos rurales también. Él dice que los templos estaban casi desiertos y la demanda de carne de sacrificio se había estancado.

Los cristianos también creen en un solo Dios mientras cantan a Cristo “como a un dios”. Dado que la mera adoración a los dioses romanos significaba que el adorador estaba negando el cristianismo, Jesús es visto aquí como el único Dios de los cristianos.

Flavio Josefo

Josefo es invaluable en la comprensión de la Palestina del siglo I. Puesto que hay un debate considerable sobre uno de los pasajes de sus obras que menciona a Jesús, sólo nos centraremos en el otro pasaje. Este pasaje relata la muerte de Santiago, el hermano de Jesús. Así, se muestra que Jesús tiene un hermano, como dicen los Evangelios. Según Hechos y Gálatas, Santiago era el líder de los cristianos en Jerusalén, así que esto explicaría por qué el sumo sacerdote Ananías estaba involucrado en su muerte. La acusación es que eran violadores de la ley judía, tal como Jesús había sido acusado ante ellos. Josefo también nos dice la valiosa información de que los miembros de la familia de Jesús estuvieron involucrados en su movimiento de Jesús durante varias décadas después de su muerte. Dada la muerte de Santiago, un pariente de Jesús debe haber creído realmente que el judío crucificado de Nazaret era realmente el Mesías Judío. Este conocimiento de Jesús y su papel en la iglesia hacen improbables las nuevas enseñanzas importantes que surgen dentro de la iglesia.

Resumen

Sólo de fuentes no cristianas, entonces, podemos aprender los siguientes hechos: (1) confirmación de hechos básicos de los Evangelios como la muerte de Jesús bajo Pilato; (2) Jesús fue adorado como Dios desde el principio; (3) Los seguidores de Jesús a menudo experimentaban persecución; (4) El cristianismo se extendió ampliamente y rápidamente; y (5) algunos líderes cristianos tempranos habrían sabido de los orígenes familiares de Jesús.[2]

A continuación, veremos lo que son los cuatro Evangelios.

Lo que son los cuatro Evangelios

Contrariamente a algunas creencias populares, los cuatro evangelios no son el resultado de alguna conspiración de la iglesia. En cambio, son los cuatro primeros relatos extendidos sobre la vida de Jesús. Ya a prinTabla 3.2 Evangelioscipios del siglo III tenemos un testimonio sobre los cuatro Evangelios que son especiales de Egipto (Papyrus 45 en la Biblioteca Chester Beatty), Francia (Irenaeus) y Siria (Tatian). Como Williams dice, “Estos cuatro libros fueron tratados juntos como la mejor fuente de información sobre Jesús mucho antes de que cualquier ciudad central, grupo o individuo en el cristianismo poseyera suficiente poder para imponer la colección a otras personas”[3].

 

Los cuatro evangelios son algo así como una anomalía en la antigüedad. La cercanía a la vida de Jesús, cuán cerca están nuestras copias cronológicamente de cuando se compuso el original, y la atestación manuscrita son asombrosas. La comparación de estos y otros hechos con nuestras fuentes sobre el emperador Tiberio muestra que tenemos buena información sobre Jesús en relación con una figura bien conocida de la antigüedad.

Los autores del Evangelio sabían sus cosas

Esto es lo que quiero que hagas. Sin ninguna ayuda externa, llega a algunos lugares y nombres para una obra establecida en el estado nación de Alemania en 1850. Détente ahí hasta que hayas hecho eso, aunque sólo sea en tu cabeza.

Bueno, veamos como lo hiciste. Aquí está la primera cosa: no había ningún estado nación de Alemania en 1850 (Pero si sabías esto y se te ocurrió lugares, y nombres, entonces no dudes en ver si tu puede comprobar tus conjeturas). El punto es que tratar de encontrar lugares ficticios y nombres para un lugar que no conocemos bien, es extremadamente difícil. Esto es así a pesar de que tenemos internet en la punta de nuestros dedos. Este es el caso, aunque muchos de nosotros probablemente aprendimos en algún momento que Alemania no se convirtió en un estado nación hasta 1871. Así que veamos qué pasa cuando aplicamos esta prueba a los autores evangélicos.

Geografía

Aquí están algunas tablas de Williams:[4]

Tabla 3.1 EvangeliosTabla 3.3 EvangeliosTabla 3.4 Evangelios

Estas tablas muestran tres cosas: (1) los escritores tienen conocimiento sobre un guardabosques de localidades bien conocidas a recónditas; (2) ningún escritor evangélico obtiene todo su conocimiento de otro, porque todos tienen información única; y (3) los escritores muestran conocimientos sobre una variedad de información geográfica. Todo esto es extremadamente sorprendente si están escritos bien después del hecho en algún lugar a las fueras de Palestina. Como dice Williams, “Los cuatro Evangelios demuestran familiaridad con la geografía de los lugares sobre los que escriben”.[5]

Ellos deben haber recibido su información de la experiencia o a través de la escucha de cerca a aquellos que tenían ese conocimiento.

Cuando Williams se da cuenta de la frecuencia de las referencias geográficas, los resultados son aún más sorprendentes. Las ubicaciones mencionadas por 1.000 palabras son las siguientes: Mateo 4.905; Marcos 5.404; Lucas 5.087; y Juan 4.921. [6]. Con ingenio, ” La distribución uniforme de los nombres de lugares en los cuatro evangelios es improbable que sea el resultado de cada uno de los cuatro escritores haciendo un esfuerzo deliberado para difundir nombres, pero es exactamente el tipo de patrón que podría ocurrir a través de un comportamiento inconsciente, registrando lugares naturalmente cuando es relevante para sus historias”.[7]

Williams entonces mira cuerpos de agua, carreteras de viaje, jardines y más. Demuestra que no sólo los autores evangélicos son exactos, sino que los Evangelios mismos son una valiosa fuente de información geográfica. Esto es especialmente obvio cuando se comparan los cuatro Evangelios con los Evangelios posteriores. Simplemente no hay comparación.

Nombres

Sé que te gustan las tablas, así que aquí están unas cuantas más de Williams, basado en el trabajo de Richard Bauckham: [8].

Tabla 3.6 Evangelios Tabla 3.7 Evangelios Tabla 3.8 Evangelios

En pocas palabras, no se podía vivir en otra parte del Imperio Romano y mágicamente llegar a nombres que encajarían en Palestina durante la época de Jesús. Hay confirmación adicional aquí. Cuando un número de personas comparten el mismo nombre, una referencia puede ser ambigua. Esta es la razón por la que la gente toma apodos o se agrega un descriptor como “Mike de contabilidad.” Lo que vemos cuando estudiamos los evangelios es que los desambiguadores se utilizan para los nombres más comunes, pero no para los menos comunes. Vimos que los patrones de nomenclatura se ajustan a Palestina durante el primer siglo. No sólo eso, “sin embargo los patrones de desambiguación son los que serían necesarios en Palestina, pero no en otros lugares“. [9]. Una vez más, encontramos más evidencia en la forma en que el narrador y los personajes en la narrativa se distinguen por su uso de nombres y desambiguadores y el hecho de que el nombre de Jesús a veces necesita un identificador adicional. Por lo tanto, “el conocimiento de los nombres locales refuerza este patrón de familiaridad local”.[10]

Otras señales

La judería de los Evangelios también sirve como evidencia para su testimonio temprano. Estos son algunos ejemplos interesantes. Cuando Jesús está siendo tentado en el desierto, una cuestión de disputa es la lectura correcta del Salmo 91. A través del descubrimiento de los Rollos del Mar Muerto (11Q11, específicamente), nos enteramos de que este salmo fue utilizado para exorcizar demonios. [11] Además, la oración de Jesús en Lucas 23:46 es una cita directa del Salmo 31:5, “la tradicional oración en el lecho de muerte de un judío observador”.[12] Esto contrasta con los Evangelios posteriores. Dada la división entre el judaísmo y los seguidores de Jesús, el judaísmo generalizado favorece una fecha anterior. Los términos botánicos, las finanzas, las lenguas locales y las costumbres inusuales sirven como evidencia adicional sobre lo que los autores evangélicos sabían.

Conclusión

En pocas palabras, los autores evangélicos conocían sus cosas. Tenían conocimientos detallados o acerca de los nombres de lugares, los nombres de las personas, Judaísmo, los términos botánicos, las finanzas, los idiomas y las costumbres. Esto no es simplemente un conocimiento menor, sino una profundidad que es bastante sorprendente. Para nosotros, puede ser difícil entender lo difícil que sería tratar de hacer que esto encaje en un momento y lugar con el que no estás familiarizado. Con Internet al alcance de la mano, creemos que una tarea así es fácil.

Sin embargo, es difícil incluso con Internet, ya que se puede discernir si se mira en el proceso de escritura de alguien como Thomas Pynchon. Dado que este proceso ya es difícil y que los autores evangélicos no tenían Internet ni los recursos que tenemos, se trata de argumentos firmes a favor de que los Evangelios estén conectados con alguien que realmente conocía la Palestina del siglo I durante la época de Jesús. Este es un argumento sólido para la fiabilidad.

Coincidencias no diseñadas

María y Marta

Toma Lucas 10:38-42. Allí vemos a Marta como la que está ocupada en el trabajo mientras María se sienta y es más contemplativa. Ahora considera cuando Jesús va a resucitar a Lázaro de entre los muertos. Bueno, Marta está en la tarea de  dar la bienvenida y hablar con Jesús mientras María se sienta.

Una vez que ella va a ver a Jesús, cayó a sus pies, tal como ella estaba sentada a sus pies en Lucas. En Lucas, Marta se preocupa por las necesidades prácticas: ella necesita ayuda. Así que no es de extrañar que cuando Jesús dice que se retire la piedra de la tumba de Lázaro para levantarlo de entre los muertos, Marta está preocupada por las preocupaciones prácticas: va a apestar.

En términos de contenido, las narrativas son muy diferentes porque están hablando de diferentes situaciones. Sin embargo, en términos de representación del personaje, las dos se alinean sin ningún problemas. No hay razón para pensar que esto se debe al esfuerzo deliberado de uno de los autores. Williams explica coincidencias no diseñadas como esta: “En una coincidencia no diseñada, los escritores muestran un acuerdo de un tipo que es difícil imaginar como deliberadamente inventado por cualquiera de los autores para hacer que la historia parezca auténtica”.[13] Así que uno podría imaginar que esto es de alguna manera deliberadamente inventado, pero el resultado es que “entonces te imaginas que están entre los más brillantes de todos los autores antiguos”.[14]  La mejor explicación es que los autores son confiables.

Y para que no pienses que este es solo es un incidente aislado, daré otros ejemplos más.

Hijos del Trueno

En Marcos 3, Jesús se refiere a Santiago y Juan como hijos de trueno. No se dice nada más sobre esto. Sin embargo, en Lucas 9 aprendemos que querían derribar fuego del cielo en una aldea samaritana. Eso ciertamente se ajusta al personaje que uno deduciría de su apodo.

Alimentación de los  5.000

Un ejemplo muy interesante es la alimentación de los 5.000. Tanto Marcos como Juan hacen una nota sobre la hierba, pero no hacen nada más con ella. Marcos dice que se retiraron a un lugar más desolado porque muchas personas se estaban moviendo, sin embargo, él no hace más de esto. Sólo Juan añade que el milagro tuvo lugar cuando se acercaba la Pascua. El no hace mención sobre las multitudes moviéndose, sino que simplemente menciona la próxima Pascua. Cuando Jesús ve a la gran multitud, le pregunta a Felipe dónde se supone que van a conseguir pan. ¿Por qué le pregunta a Felipe específicamente? Además, Andrés es el que responde. ¿Por qué responde? Juan no da ninguna razón.

Sin embargo, hay una pista. Antes Juan escribió que Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Adivina dónde Lucas localiza este milagro. Lo tienes, cerca de Betsaida. Así que tenemos todas estas cuentas entrelazantes que se están explicando unas a otras.

Williams lo expresa así: “Así que en esta narrativa, Juan explica a las muchas personas que viajan en Marcos, y Lucas explica el diálogo en Juan. Incluso el pequeño detalle en Juan de que el niño tiene panes de cebada (Juan 6:9) encaja muy bien con la cercanía de la Pascua, que inmediatamente sigue a la cosecha de cebada.”[15]. Pero, para fusionar las descripciones de Marcos y Juan, ¿qué pasa con la abundancia de hierba verde? Basado en los registros de precipitación de las cercanas Tiberias y el rango calendárico en el que la Pascua tendría que caer, la descripción de una abundancia de hierba verde encaja perfectamente.

No obstante, todas estas coincidencias no diseñadas rodean un milagro: la alimentación de los 5.000. Para subestimar el punto, es un poco extraño pensar que los escritores evangélicos preservaron los detalles tan bien y de alguna manera el evento principal fue corrompido. Es difícil ver esto como cualquier cosa menos a un alegato especial.

Los Evangelios y Josefo

Una última coincidencia no diseñada viene de la mirada en los Evangelios y Josefo. En Antiguedades de los Judíos, el pueblo vincula la muerte de Juan el Bautista con la derrota del ejército de Herodes. No hay una explicación clara de por qué es esto. Josefo nos informa que la causa de la contención entre Herodes Antipas y Aretas fue que Herodes se casó con la hija de Aretas y luego se divorció de ella más tarde para casarse con Herodías. Sin embargo, los Evangelios nos dicen que Juan se opuso al nuevo matrimonio de Herodes y esta fue la causa de su arresto y muerte final. Williams muestra cómo estas diversas fuentes se explican entre sí: “los judíos conectaron la destrucción del ejército de Herodes con su ejecución de Juan el Bautista precisamente porque la ejecución de Juan había sido para oponerse públicamente al nuevo matrimonio que fue la causa principal de la conflicto”.[16]

Conclusión

Esto es sólo para rascar la superficie de coincidencias no diseñadas. No obstante, estas son impresionantes. Citando el libro de Lydia McGrew sobre este tema, Williams señala que “en nueve ocasiones los Evangelios Sinópticos [Mateo, Marcos y Lucas] explican a Juan, en seis ocasiones Juan explica los Sinópticos, y en cuatro ocasiones los Sinópticos se explican unos a otros”.[17] Ahora, tu podrías idear todo tipo de explicaciones para cada una de ellas, pero cada explicación adicional agrega complejidad. La mejor explicación es que estamos tratando con registros veraces.

¿Las Palabras de Jesús?

La forma en que citamos a las personas no puede ser leída de nuevo en los Evangelios. Toma algunas de las citas de este post. Probablemente esperas que use las palabras exactas citadas. Si hago omisiones, esperas que lo indique con puntos suspensivos. Si agrego palabras, esto se hace con corchetes. Sin embargo, no podemos volver a leer esto en los Evangelios para averiguar si tenemos las palabras de Jesús.

Por lo tanto, cuando miramos los Evangelios y vemos que tienen a Jesús diciendo palabras diferentes en el mismo incidente, eso no implica que no tengamos las palabras de Jesús. La distinción clásica aquí es entre tener la ipsissima verba (las mismas palabras) y el ipsissima vox (la misma voz). Para utilizar un ejemplo moderno, nuestra comprensión moderna de la cita directa se centra en las mismas palabras. Cuando parafraseamos los pensamientos de alguien o lo ponemos en nuestras propias palabras, nos centramos en la voz misma.

Entonces, ¿tenemos la misma voz de Jesús en los Evangelios? Veamos algunas de las pruebas.

Preparando el escenario

Si los autores evangélicos estuvieran poniendo palabras en la boca de Jesús, un poco del texto es sorprendente. En la iglesia primitiva, el papel de la circuncisión fue enormemente debatido. ¿Por qué los autores de los evangélios no harían que Jesús hablara sobre este tema?

Genialidad

Todos conocemos la Regla de Oro: “cualquier cosa que desees que los demás te hagan, hazla también a ellos” (Mateo 7:12) y “como quieras que los demás te hagan, hazlo con ellos”. (Lucas 6:31) Si esta es la primera articulación de la forma positiva de este mandamiento, trazarla a alguna forma que Jesús sabría que es difícil. Puesto que es más sencillo pensar que una persona se le ocurrió en lugar de Mateo y Lucas que lo inventaban de forma independiente o postula una tercera fuente desconocida que entonces se supone que influye en los dos de una manera que los hace ponerlo en los labios de Jesús , esto es una indicación de que tenemos las palabras de Jesús.

Parábolas

Jesús habla en historias cortas. Jesús cuenta más de 40 parábolas en los Evangelios. Estas son algunas razones para suponer que Jesús realmente las dijo: (1) Hay pocas o ninguna parábola en la literatura judía anterior (el Antiguo Testamento, los Rollos del Mar Muerto y los apócrifos) y pocas utilizadas por los primeros cristianos fuera del Nuevo Testamento; (2) si queremos negar que Jesús los dijo, entonces tenemos que multiplicar a los inventores y así hacer la explicación más complicada (especialmente una vez que observamos que esencialmente murieron después de los Evangelios); y (3) parábolas como la del sembrador, el buen samaritano y otros son vistos como la obra del genio y así se explican mejor por tener una fuente singular.[18] Se observa más confirmación en el hecho de que las parábolas de Jesús a menudo incluyen elementos tradicionales (un rey, siervos, un banquete, por ejemplo) con el fin de llegar a una conclusión sorprendente. Así que un escenario en la Palestina del siglo I tiene mucho sentido.

El hijo del hombre

Este es otro factor que parece irrupción con Jesús y luego desaparece. La frase “Hijo del Hombre” se encuentra en los labios de Jesús a menudo. Sin embargo, rara vez se encuentra en el resto del Nuevo Testamento y está ampliamente ausente del resto de la literatura cristiana primitiva. Puesto que la frase se encuentra en los cuatro evangelios y en todos los tipos diferentes de material, lo mejor es ver esto como volver a Jesús.

¿Qué hay de Juan?

Para sacudir primero nuestras expectativas, quiero que pensemos en nuestra experiencia normal. Considérese a sí mismo y a las personas que conoce. ¿Normalmente sólo hablas en breves declaraciones y parábolas? O, en cambio, a menudo hablas en formas más largas de discurso, tal vez hablando durante 5-10 minutos seguidos, si no más una vez que incluimos algunas interjecciones por otros. Lo más probable es que seamos mucho más pesados en las formas más largas del discurso. Basándose en eso, la forma de discurso en Juan parece más probable que provenga de alguien sobre las breves y piadosas declaraciones y parábolas de los Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas). Así que el hecho de que Juan es como Juan, no debe ser sorprendente en absoluto.

Sin embargo, Williams también cita algunas razones para pensar que John y los Sinópticos se basan en material común.[19] En primer lugar, destaca lo que se conoce como el rayo Johannine. Aquí es de Mateo 11:25-27, “En ese momento Jesús declaró: ‘Te agradezco, Padre, Señor de los cielos y de la tierra, que has ocultado estas cosas de los sabios y del entendimiento y las has revelado a los niños pequeños; Sí, Padre, por tal fue tu gentil voluntad. Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie conoce al Hijo excepto el Padre, y nadie conoce al Padre excepto al Hijo y a cualquiera a quien el Hijo elija revelarlo’. Ahora, tal vez no hayas leído los Evangelios para tener un sentido de su lenguaje y escritura. Sin embargo, si este pasaje no se encuentra en ninguno de los Evangelios, alguien lo compuso, y luego pidieron a los eruditos que averiguaran en qué Evangelio encajaría mejor, la respuesta clara sería Juan. Por lo tanto, cuando Juan tiene largas secciones sobre Jesús hablando de Dios como su padre y de sí mismo como el Hijo, esto encuentra confirmación en la Sinóptica.

Segundo, consideren el uso del Hijo del Hombre en los cuatro Evangelios. Si bien hay un debate considerable sobre la frase, Daniel 7 está ciertamente en el fondo en cierto sentido. Allí se recogen dos temas comunes en los puntos: (1) llegada y (2) autoridad. Sin embargo, son exactamente estos temas los que se encuentran detrás del uso del Hijo del Hombre en Juan. Esto encaja bien con volver a un orador común, Jesús.

Tercero, considere las apariciones de resurrección en Mateo y Juan. Ambos tienen a la mujer o a las mujeres aferrándose a Jesús. Ambos tienen a Jesús diciéndoles lo que tienen que hacer. Ambos tienen a Jesús refiriéndose a sus seguidores como “mis hermanos”. Así que hay una gran superposición aquí en lo que es más detalles menores. Por otro ejemplo, Juan no registra la oración en el jardín de Getsemaní acerca de quitar la copa, pero en su arresto Juan tiene a Jesús refiriéndose a su sufrimiento venidero con la palabra copa (Juan 18:11).

Aquí tampoco debemos olvidar las coincidencias no diseñadas discutidas anteriormente. Para refrescar la memoria, vuelva a visitar la sección sobre la alimentación de los 5.000.

¿Y el arameo?

El primer punto a hacer es que incluso si Jesús habló principalmente en arameo, entonces esto no significa que no tengamos la voz misma de Jesús en el texto griego. Si bien no hay una traducción perfecta, eso está muy lejos de decir que ha habido traducción errónea. Aun así, se debate el conocimiento linguístico de Jesús: “la idea todavía popular de que Palestina era un dominio exclusivamente arameo probablemente debe más al romance de la idea que a cualquier evidencia histórica dura”.[20]

Aquí hay un dato interesante que aprendí sobre este asunto. El consejo gobernante de Jerusalén fue llamado el Sanedrín. La mayoría de nosotros con cierta familiaridad con los Evangelios probablemente lo sabemos. Así que aquí está la parte interesante: Sanedrín es un nombre griego. Así que la influencia de la lengua griega claramente se extendió bastante.

Jesús creció en Nazaret, que estaba cerca de Séforis. Dada la ocupación de José y Jesús, es probable que hubieran participado en proyectos de construcción en Séforis y por lo tanto tuvieron contacto con la lengua griega. Más atestación se encuentra en las interacciones de Jesús con los griegos en Juan 12:23, el centurión en Mateo 8:5-13, la mujer griega en Marcos 7:26, y tal vez los herodianos en Marcos 12:13.[21]

Nada de esto significa que Jesús sólo hablaba griego. Sin embargo, todo esto pone en duda a Jesús sólo conocía el arameo. La compleja interacción entre diferentes culturas e idiomas se está sucediendo claramente en la Palestina del siglo I. Por lo tanto, no es sorprendente que Jesús supiera, y a veces enseñaba en griego. No importa el veredicto, nada de esto debería llevar a dudas sobre la fiabilidad de los Evangelios.

Conclusión

Hemos cubierto una serie de razones para pensar que tenemos las palabras de Jesús. Si bien esto no debe tomarse en el sentido moderno de las citas exactas, el hecho de que Jesús no se dirija a la circuncisión, el genio de los dichos, las parábolas y la frase Hijo del Hombre todos apoyan que tenemos confiablemente las palabras de Jesús. Juan no pone en duda esto debido al acuerdo en material. También es digno de mención que en Juan parece un mejor ajuste para la forma en que la gente habla sobre los dichos más cortos de los Sinópticos. Finalmente, mientras se debate el alcance del conocimiento de Jesús sobre diversas lenguas, nada de esto pone en duda la fiabilidad de los Evangelios.

¿Un texto corrompido?

Williams aborda esta pregunta mirando como el trabajo de Erasmo de Róterdam. El produjo la primera edición publicada e impresa del Nuevo Testamento griego. Sólo tenía dos manuscritos disponibles para su obra sobre los Evangelios. Además, ambos manuscritos provinieron del siglo XII. Así que Erasmo, estaba trabajando desde una base de texto muy pequeña y con manuscritos separados de los Evangelios por más de un milenio. Si la copia del escriba es pobre, entonces esperaríamos todo tipo de errores en el Nuevo Testamento griego de Erasmo.

Ahora tenemos un par de miles de manuscritos griegos para los Evangelios. También tenemos dos manuscritos de los cuatro Evangelios que son del 350 d.C.-Codex Vaticano y del Codex Sinaiticus. Además de esto, algunos fragmentos y copias tempranas pueden incluso venir del siglo II. La base del texto se ha ampliado considerablemente, mientras que la distancia cronológica se ha reducido masivamente. Entonces, ¿qué encontramos cuando comparamos las ediciones críticas modernas con el Nuevo Testamento griego de Erasmo?

Hay dos grandes diferencias. En primer lugar, está el final más largo de Marcos, el texto que viene después de Marcos 16:8. Segundo, hay doce versículos en Juan, Juan 7:53-8:11. Lo interesante aquí es que Erasmo habría conocido estas posibilidades. Uno de sus dos manuscritos le contó acerca de la incertidumbre sobre el final más largo de Marcos y omitió los versículos de Juan. Como escribe Williams: “En otras palabras, el hombre más sabio de la tierra en el siglo XVI no se habría sorprendido por ningún descubrimiento en los últimos cinco siglos que haya puesto en duda estos versículos”.[22] La duda de estos versículos muestra en realidad que no había ninguna autoridad general que imponga uniformidad en el texto.

Poco después de Erasmo surgió un hombre llamado Robert Estienne, también conocido como Stephanus. Es famoso por introducir números de verso en 1551. Además de los dos bloques más largos de texto que acabamos de mencionar, una comparación del Nuevo Testamento griego de Erasmo, una edición crítica moderna trae a la luz del día que hay once versos que no se encuentran en las ediciones modernas (por ejemplo, Mateo en la versión estándar en inglés saltos de 18:10 a 18:12.De estos once versos, Erasmo conocía la incertidumbre para tres de ellos. Así que cuando se suma la diferencia de versos entre la edición de Erasmus y la nuestra de hoy, Erasmo conocía la incertidumbre durante al menos 27 de los 35 versos. ¡Eso es 77%!

Todavía hay algunos casos en los que los eruditos modernos piensan que nuestras versiones actuales tienen demasiado texto. Esos versículos son Mateo 16:2b-3, Lucas 22:43-44 y Lucas 23:34a. Esto es sólo unos cuatro versículos de alrededor de 3.750 versículos en los Evangelios. En otras palabras, alrededor del 0,1%.

Pero, ¿qué pasa antes de las primeras copias que tenemos? Algunas consideraciones apuntan en contra de esto. En primer lugar, no hay razón para pensar que los primeros textos estaban en un estado de flujo. De hecho, sobre la base de la información cubierta anteriormente, tenemos todas las razones para pensar lo contrario. Dada la rápida difusión del cristianismo y, por lo tanto, de sus escritos, la idea de que el texto más antiguo se perdiera de alguna manera es extremadamente improbable. Finalmente, dado que los escribas en el mundo antiguo no eran autores, sino que eran, bueno, escribas, tienen todas las razones para transmitir fielmente el texto.

Contradicciones

El propósito no es disipar toda supuesta contradicción. Por un ejemplo, aunque haya contradicciones que no signifiquen que los Evangelios no sean fiables. El argumento es que los Evangelios son fiables y dignos de confianza, no que son inerrantes.

El enfoque de William es un enfoque de rotonda. En lugar de disipar las contradicciones más comúnmente citadas o las más difíciles, quiere que pensemos más profundamente en el tema. Para ello, destaca las “contradicciones formales deliberadas” en el Evangelio de Juan mismo y con 1 Juan, un libro que guarda similitudes estilísticas con el Evangelio de Juan.

El da seis ejemplos: (1) Dios ama al mundo (Juan 3:16) y no se supone que amemos al mundo (1 Juan 2:15); (2) las personas creyeron cuando vieron las señales de Jesús (Juan 2:23) y no creyeron (Juan 12:37); (3) conocen a Jesús y de dónde vino (Juan 7:28) y no lo conocen ni de dónde vino (Juan 8:14, 19); (4) si Jesús da testimonio de sí mismo, su testimonio no es verdadero (Juan 5:31) y lo contrario (Juan 8:13-14); (5) Jesús no juzga a nadie (Juan 8:15) y tiene mucho que juzgar (Juan 8:16, 26); y (6) Jesús no vino a juzgar (Juan 3:17; 12:47) y vino a juzgar (Juan 9:39).

Estas “contradicciones” son deliberadas. Nos hacen pensar más profundamente en las palabras y el tema en cuestión. Así que si sólo tenemos una familiaridad pasajera con el Evangelio de Juan y estamos buscando contradicciones, en realidad nos perderemos las sutilezas que tenemos a mano.

Teniendo en cuenta ese trasfondo, Williams analiza una cita de Bart Ehrman. En la cita, Ehrman destaca una contradicción en el Discurso de despedida (Juan 13-17) que se perdió durante años. Subraya que Pedro pregunta a dónde va Jesús (Juan 13:36), al igual que Tomás (Juan 14:5), pero luego en la misma comida y unos minutos más tarde Jesús pregunta por qué ninguno de ellos le pregunta a dónde va (Juan 16:5). Ehrman concluye que debe haber diferentes fuentes detrás de estos capítulos que den lugar a la contradicción.

Pero los puntos destacados anteriormente deberían atemperar tal conclusión. Después de todo, esto significa que el autor final creó una obra que (1) de alguna manera reunió varias fuentes tan bien que se perdieron durante 1900 años todavía (2) y contiene una contradicción flagrante a los pocos minutos de la lectura. Esa es toda una hazaña. En cambio, dada la naturaleza del Evangelio de Juan, parece más probable que Ehrman se haya perdido la ironía: Jesús va a la cruz y luego a su Padre, pero los discípulos se preguntan sobre asuntos más mundanos como dónde está caminando a continuación. El problema es que probar o disipar contradicciones se ha convertido en un asunto de puntuación de puntos.

El Evangelio de Juan, entonces, utiliza lo que parece contradicciones formales para hacer que el lector piense más profundamente. Para usar un ejemplo personal, encuentro que a menudo cuando estoy interactuando con personas que quiero decir lo contrario de lo que dicen, incluso si estoy de acuerdo formalmente con su declaración. Esto se refleja en el viejo adagio, una media verdad es toda una mentira. Empujar en una (incluso verdadera) dirección puede terminar distorsionando el todo.

Nada de esto implica que no haya contradicciones en los Evangelios. Esperamos que esto reoriente la forma en que abordamos estos asuntos. Por poner otro ejemplo, no podemos suponer que diferentes autores usaran la misma palabra de la misma manera. Tendemos a entender esto en la vida cotidiana, pero es fácil para todos nosotros olvidar cuando comenzamos a leer los Evangelios. No importa lo que uno termine concluyendo sobre este asunto, las meras contradicciones no prueban que los Evangelios no sean confiables. Si las contradicciones con otras obras literarias resultaran algo poco confiable, no habría una obra literaria confiable.

Cerrando

Por supuesto, se pueden dar explicaciones para todos estos hechos que todavía dejan los Evangelios poco fiables. Pero para llegar a estas explicaciones y luego apilarlas juntas es extremadamente improbable. Por lo tanto, las pruebas llevan a la conclusión de que los Evangelios son fiables. Sin embargo, esos milagros difíciles quedan. Aparte de los milagros, la mayoría de la gente probablemente no tendría mucho problema con que los Evangelios sean confiables. ¿Y qué hay de ellos? Bueno, las objeciones filosóficas no se deshacen del terreno. Si asumes que los milagros no pueden ocurrir, eso es simplemente una petición de principio. La idea de que los milagros rompen las leyes de la física simplemente asume que Dios no puede trabajar en el mundo. Y si uno quiere suponer que son tan improbables de tal manera que uno nunca puede creer racionalmente en milagros, así que simplemente no se lleva a cabo Probabilísticamente. Lo más que se podría decir es que ningún milagro ha superado el umbral necesario, pero eso no se puede no suele ser petición de principio.

Sin embargo, hay buena evidencia para un milagro. Aquí Williams se centra en la resurrección. Hemos tratado sobre este tema en Capturing Christianity antes, así que no dude en echar un vistazo a estos enlaces. Así que incluso los milagros pueden ser de confianza.

Los Evangelios no sólo son fiables para la historia, sino también para el mensaje. Una vez más, los humanos son ingeniosos y pueden llegar a un millón de explicaciones. Pero debemos dar un paso atrás y preguntar cuál es la mejor explicación de todo esto. Si toda la historia se cierne sobre Jesús, entonces se explica tanto: la historicidad de los Evangelios, la resurrección, la correspondencia entre el Antiguo Testamento y la vida de Jesús, el genio de Jesús, su carácter y más. Esto, sin embargo, es una suposición que implica algo más que un simple consentimiento cognitivo. No se trata simplemente de pedir que uno firme algunos hechos. Si esto es cierto, Jesús es verdaderamente señor. Lo único que Jesús no puede ser es moderadamente importante.

Como caso introductorio sobre la fiabilidad de los Evangelios, ¿Podemos confiar en los Evangelios de Peter Williams? es un sobresaliente. Es un libro que se puede leer fácilmente en pocos días, sin embargo, si esta revisión muestra algo, es un tesoro de información. ¿Podemos confiar en los Evangelios? De seguro. Jesús habla hoy mientras habla a sus primeros seguidores: “Sígueme“.

Notas

[1] Peter S. Williams, Can We Trust the Gospels?, loc. 193ff.

[2] Ibid., loc. 400ff.

[3] Ibid., loc. 500.

[4] Ibid., loc. 754ff.

[5] Ibid., loc. 888.

[6] Ibid., table 3.5.

[7] Ibid., loc. 936; emphasis original.

[8] Ibid., loc. 1058ff.

[9] Ibid., loc. 1140; emphasis original.

[10] Ibid., loc. 1259.

[11] Ibid., loc. 1300.

[12] Ibid., loc. 1308; citing R. Steven Notley.

[13] Ibid., loc. 1527.

[14] Ibid., loc. 1529.

[15] Ibid., loc. 1606ff.

[16] Ibid., loc. 1644.

[17] Ibid., loc. 1574.

[18] Ibid., loc. 1730ff.

[19] Ibid., loc. 1763ff.

[20] Ibid., loc. 1809.

[21] Ibid., loc. 1853.

[22] Ibid., loc. 1938.

 


Brett Lunn está realizando una Maestría en Teología en el ministerio cristiano, a través del Seminario Teológico Bautista del Sureste. Está interesado en los estudios bíblicos, la teología, la filosofía y más. Blogs en brettlunn.wordpress.com.

Blog Original: http://bit.ly/2Rv3efU

Traducido por Ricardo Flores.

Mi viaje hacia el cristianismo comenzó cuando examiné los evangelios con el fin de analizar las palabras de Jesús. Yo estaba interesado en Jesús nada más como una fuente de sabiduría antigua y mi curiosidad hacia su persona me hizo empezar a examinar cuidadosamente los evangelios. Me impresionó de inmediato la presencia de lo que yo llamo “Apoyo involuntario entre testigos”; una característica que a menudo veo en varias declaraciones de testigos en la escena del crimen. Esto me hizo examinar los evangelios con mucho más detalle y eventualmente apliqué los principios del Análisis de Declaración Forense (Forensic Statement Analysis) al Evangelio de Marcos.

Escribí Cold-Case Christianity desde la perspectiva de un detective de casos congelados (casos sin resolver durante muchos años) examinando las declaraciones de los autores de los evangelios y probando su credibilidad como testigos presenciales. Sin embargo, varios escépticos han cuestionado esta premisa fundamental y han cuestionado si los evangelios son relatos de testigos presenciales en primer lugar. Una objeción importante es el hecho de que los escritores de los evangelios a menudo incluyen información de eventos que simplemente no podrían haber observado personalmente (es decir, los relatos del nacimiento en Mateo o Lucas y varios momentos en donde Jesús es descrito estando solo). ¿Cómo pueden los evangelios ser relatos de testigos si se incluyen hechos que los autores no pudieron haber presenciado? Al leer las declaraciones de testigos presenciales de casos congelados que fueron investigados originalmente hace décadas, encuentro que estas declaraciones incluyen tres tipos de información de primera mano:

Experiencia de primera mano

Los testigos presenciales incluyen descripciones de eventos y sucesos que ellos personalmente observaron y experimentaron.

Acceso de primera mano

Los testigos presenciales incluyen descripciones de eventos y sucesos que no observaron personalmente, pero estaban al tanto debido a la información proporcionada a ellos por alguien más en ese momento.

Conocimiento de primera mano

Los testigos presenciales incluyen descripciones de las condiciones culturales generales y verdades que eran parte del conocimiento común de la época, a pesar de que ellos no tenían experiencia directa u observación en la que basarse.

Es cierto que, en la mayoría de las cortes de los juicios criminales, la “experiencia de primera mano” y el “conocimiento de primera mano” suelen ser las únicas partes del testimonio que son admitidos como evidencia. La parte del testimonio que yo llamo “acceso de primera mano” no se toma en cuenta por ser “de oídas” (porque la fuente original de esta información no está disponible para el interrogatorio). Pero esto no significa que la información de esta categoría sea falsa o inválida. Existen una serie de condiciones en las que estos “testimonios de oídas” son admisibles en los casos penales, pero el estándar de aceptación en los procesos penales está cuidadosamente diseñado para ofrecer la máxima protección posible a los que están siendo acusados de cometer un delito. Preferimos tener a un centenar de personas culpables libres que condenar a una persona inocente. Por esta razón, queremos ser capaces de interrogar cuidadosamente a los testigos que están proporcionando información acusatoria.

Pero este alto estándar asociado con el testimonio de oídas es completamente irracional al examinar las afirmaciones de los testigos relacionados con los acontecimientos históricos. Una vez que un testigo presencial de un evento histórico muere, todo lo que este testigo dijo ya no está abierto a un interrogatorio. Bajo este estándar de la corte, tendríamos que ignorar todo lo que no puede ser declarado por un testigo viviente (y por lo tanto interrogado cuidadosamente). Si aplicamos esta norma a nuestra vida personal, ninguno de nosotros podría tener confianza en nuestra propia historia familiar más allá de nuestros padres o abuelos que aún viven. Es un estándar inaceptablemente alto al examinar las afirmaciones de los testigos relacionados con los acontecimientos históricos. Los testigos presenciales aportan información a la luz de su propia experiencia personal y su observación, su propio acceso a la información de otros testigos vivientes, y su propio conocimiento profundo de la cultura en la que viven. Me parece que esto es cierto en todos los casos en que he trabajado. El hecho de que un testigo presencial opte por proporcionar información de “acceso de primera mano” no desacredita lo que ellos están proveyendo de “experiencia de primera mano” o “conocimiento de primera mano”. De hecho, la inclusión de datos adicionales simplemente proporciona al investigador más datos para investigar, corroborar y presentar al jurado.

 


J. Warner Wallace tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Blog Original: http://bit.ly/2mjmBwg

Traducido por José Giménez Chilavert

Por Brian Chilton

Cuando llegué a tener dificultades con mi fe, no las tuve en el área de la ciencia. He creído que la ciencia y la fe pueden coexistir, y aún lo creo. El Dios que dio la revelación especial de la Biblia, es también el mismo Dios que creó los cielos y la tierra de ninguna materia existente. Mis luchas, fueron en el área de la historia. En 1997, me topé con el trabajo de un grupo llamado El Seminario de Jesús (compuesto de individuos tales como: Jhon Dominic Crossan, Robert Funk, y Marcus Borg) los cuales afirmaban que la mayoría de las palabras de Jesús, como están escritas en los evangelios, no podían ser históricamente verificadas. Más tarde me percaté en que El Seminario de Jesús, no tenía evidencias para apoyar sus afirmaciones si no que, solo contaban con sus propias presuposiciones.

Sin embargo, cuando comencé a estudiar las áreas de historia, filosofía y teología, noté que los detalles esenciales de la vida de Jesús de Nazaret pueden ser conocidos con gran certeza. Uno de mis profesores en “Liberty”, Gary Habermas, desarrolló lo que él llama “acercamiento mínimo de hechos”. Este enfoque enumera seis áreas de la vida de Jesús que son universalmente aceptadas por todos los historiadores. También agregó una séptima, la cual sostiene un gran peso como evidencia; aunque quizás no al grado que las otras seis. Entonces, ¿cuáles son estos siete aspectos históricos de la vida de Jesús que se pueden considerar con tanta certeza? Son los siguientes:

  1. Jesús murió en una cruz romana. Es universalmente aceptado que Jesús de Nazaret murió por crucifixión. Incluso el agnóstico de inclinación atea erudito del Nuevo Testamento Barth Ehrman, declara que “La crucifixión de Jesús, por los Romanos, es uno de los hechos más seguros que tenemos acerca de su vida”[1]. Los romanos eran asesinos eficientes. Ellos se aseguraban de que los individuos a quienes tenían que matar murieran, de no ser así, sus vidas tomarían el lugar de las víctimas.
  2. Los discípulos tuvieron experiencias que los llevaron a creer que Jesús había resucitado de entre los muertos. Podría sorprenderte esto, pero la mayoría de los historiadores aceptan que los discípulos tuvieron experiencias que los llevaron a creer en la resurrección de Jesús. Gran parte de los estudiosos están de acuerdo que algo sucedió ese primer domingo de Pascua. Pero en donde sí difieren, es en lo que ocurrió.
  3. Los discípulos fueron transformados por sus experiencias a tal punto que estaban dispuestos a morir por lo que ellos sabían que era verdad.  Las personas mueren por algo que es mentira todo el tiempo. Muchos individuos han caído en guerras por naciones sin causas nobles. Sin embargo, es muy diferente cuando la persona muere por algo que conoce que es verdad o mentira.  Los primeros discípulos estaban dispuestos a entregar sus vidas, y aun las vidas de aquellos a quienes ellos amaban, por lo que ellos sabían que era verdadero o falso. Ellos creían que Jesús literalmente había resucitado de entre los muertos.
  4. El mensaje de la resurrección fue difundido temprano en la historia de la iglesia. Este es uno de los puntos que me emociona. Espero escribir mi disertación sobre este mismo tópico. En todo el Nuevo Testamento hay credos que preceden los documentos del Nuevo Testamento. Uno de los más antiguos es 1 Corintios 15:3-7, el cual habla de las apariciones de la resurrección de Jesús a sus discípulos, Esteban, y en un momento dado a 500 testigos. La elaboración del credo es extremadamente antigua. Bart Ehrman, un agnóstico, considera que el material data “cerca de los años 30 de la era común”[2]. James D. G. Dunn afirma que el material data “entre uno a dos años de los mismos eventos”[3]. Lo más probable es que el credo data al mismo año de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús. Esto, junto con Gálatas 1:18-19 y los primeros credos, están entre los documentos más antiguos en todo el registro del Nuevo Testamento.
  5. Pablo de Tarso, el antes adversario del cristianismo, se convirtió en cristiano después de tener un encuentro con el Jesús resucitado. Nadie niega que Pablo de Tarso tuvo una experiencia camino a Damasco que transformó radicalmente su vida. ¿Qué pudo haber sido lo que transformó a este Fariseo de Fariseos, quien era miembro del Sanedrín o alguien que iba camino a convertirse en uno (Una posición que pagaba extremadamente bien)? El haber tenido tal encuentro con el Jesús resucitado realmente, hubiese provocado tal transformación.
  6. Santiago el hermano de Jesús, que era escéptico, se convirtió en cristiano después de tener un encuentro con el Jesús resucitado. Lo mismo sucedió con Santiago, el hermano de Jesús, el cual no era un seguidor de Jesús hasta después de la resurrección. Santiago desaprobaba el ministerio de Jesús (mirar Juan 7:5). Quizás en parte porque se esperaba que el hijo mayor de la familia se hiciera cargo del negocio de la familia. Jesús no lo hizo. En lugar de hacer eso, se fue a predicar. Probablemente Santiago sintió un gran resentimiento hacia Jesús durante el inicio de su ministerio. Sin embargo, su experiencia con el Jesús resucitado cambio todo eso.
  7. La tumba fue encontrada vacía. Mientras que este hecho no es tan aceptado como los otros seis, el 75% de eruditos de historia aceptan que la tumba de Jesús se encontraba vacía el primer Domingo de Pascua. De igual manera, es interesante notar que la predicación de la resurrección empezó justo después que sucedieran estas cosas en Jerusalén. Esto es convincente, ya que el escéptico sabría dónde estaría localizada la tumba de José de Arimatea. La tumba podría ser corroborada fácilmente. Jesús no estaba ahí.

Es muy probable que, a medida que nos acercamos a la temporada de Pascua, usted se encontrará con programas de televisión, libros, y folletos que intentarán disuadirlo de creer que Jesús se levantó de entre los muertos. La realidad es que la mejor evidencia no solo apoya que Jesús vivió y murió, pero que también se levantó de entre los muertos. De la misma manera que Santiago y Pablo fueron transformados por la resurrección de Jesús, ¡tú también puedes serlo! Exclamemos en triunfo con los ángeles parados junto a la tumba de Jesús, “Él no está aquí, ¡ha resucitado!” (Lc. 24:6).

Notas

[1] Bart D. Ehrman, Porqué Jesus fué asesinado?, Edición Kindle

[2] Bart D Ehrman, Jesús existió?  Este argumento histórico de Jesús de Nazaret (New York: HarperOne, 2012), 141.

[3] James D.G. Dunn, Jesús recordado, Cristianismo en la fabricación, vol.1 (Grand Rapids;Cambridge,UK: Eerdmans,2003),864.

 


Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidad en Liberty University (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics (Apologética cristiana) de la Universidad de Biola. Brian actualmente está inscrito en el programa Ph.D. en Teología y apologética en Liberty University. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Blog Original: http://bit.ly/2CGBvlK  

Traducido por Natalia Armando

Editado por Billy Morales

By Greg Koukl

Why did God destroy Sodom and Gomorrah? Was it really because of the sin of inhospitality and not because of homosexuality, the greatest judgment found in the Bible outside of the book of Revelation?

People find what they want in the Bible. But if you look hard enough, you can find “biblical” support for reincarnation, Eastern religions, Jesus as a guru, divorce for any reason, and flying saucers. Every sect of Christianity uses the Bible to validate its claims, as do some who practice the occult.

It is not surprising, then, that a recent trend among biblical scholars holds that a careful reading of Genesis in its historical context provides no solid basis for concluding that the destruction of Sodom and Gomorrah has anything to do with homosexuality.

This view may seem far-fetched to biblical conservatives, but it is taken very seriously in academic circles. It represents a significant challenge to the average Christian who finds in the Genesis account a direct condemnation of homosexual behavior.

My goal is to provide an answer to that challenge. I have no interest in defaming, insulting, offending, attacking, lashing out, denigrating, much less belittling a group of people. I just want to determine one thing: why did God destroy those two cities? Did it have anything to do with homosexuality itself? Simply put, what was the sin (or sins) of Sodom and Gomorrah?

Genesis 18:16-19:29

Although the context of the story in question begins in Genesis 18:16 during God’s conversation with Abraham by the oaks of Mamre, the details of the encounter in Sodom are found in Genesis 19:4-13:

They had not yet gone to bed, when the men of the city, the men of Sodom, surrounded the house, both young and old, all the people without exception. And they called to Lot, and said to him, “Where are the men who came to you tonight? Bring them out so that we may know them.” Then Lot went out to them at the entrance and shut the door behind him, and said, “My brothers, I beg you not to do wickedly. Behold, I have two daughters who have not known a man; let me bring them out to you and do with them as seems good to you; but do not do anything to these men, for they have come under my roof.” But they said, “Stand aside!” And they said, “This man came as a stranger, and is already acting as a judge; now we will deal worse with you than with them.” And they rushed at Lot and were about to break down the door, but the two men put out their hands and brought Lot into the house with them, and shut the door. And they struck the men who were at the entrance of the house with blindness, from the smallest to the greatest, so that they were wearied trying to find the entrance.

Then the two men said to Lot, “Who else do you have here? Your sons-in-law, your sons, your daughters, and whoever you have in the city—get them out of this place, for we are going to destroy this place, for its outcry has become so great before the Lord that the Lord has sent us to destroy it.”

What was the sin of Sodom and Gomorrah? Why did God destroy the two cities? The traditional view is that homosexuality was the primary offense (“I beg you, my brothers, do not act wickedly.”).

Yale historian John Boswell offers four possible reasons for the destruction of Sodom:

(1) The Sodomites were destroyed because of the general wickedness that prompted the Lord to send angels into the city to investigate in the first place; (2) the city was destroyed because the people of Sodom had attempted to rape the angels; (3) the city was destroyed because the men of Sodom had attempted to engage in homosexual relations with the angels…; (4) the city was destroyed because of the inhospitable treatment of the visitors sent by the Lord. [1]

John Boswell thinks that explanation (2) “is the most obvious of the four,” although it has been “widely ignored by biblical scholars” [2] . Boswell expands on explanation (4), which he seems to favor as the most consistent with “modern scholarship” since 1955:

Lot was violating the custom of Sodom… by welcoming unknown guests into the city walls at night without obtaining permission from the city elders. When the men of Sodom gathered together to demand that the strangers be brought out before them “so that they might know them,” it only meant that they wanted to “know” who they were, and consequently, the city was destroyed not because of sexual immorality, but because of the sin of inhospitality to strangers [3] .

The Englishman D. Sherwin Bailey also makes this argument in Homosexuality and the Western Christian Tradition (1955). The men of Sodom only wanted to question Lot’s guests to see if they were spies. The sin of gang rape was also in view, not homosexuality. In a broader sense, the men of Sodom were inhospitable to Lot’s guests.

Apparently it did not occur to Boswell that possibilities (2) and (4) seemed to be in conflict. If “meeting” the angels basically means questioning them, then there is not an attempt at rape, but an attempt at interrogation. If, on the other hand, the men intended to have sexual relations with the visitors (according to the traditional view) and are guilty of attempted rape, then the interrogation explanation must be abandoned (as the interpretation of Boswell’s above summary with respect to the views of modern scholarship is somewhat incoherent).

Some of these explanations, however, are not mutually exclusive and may have been influenced differently. For example, the general wickedness of Sodom and Gomorrah (1) may have included rape (2) and/or inhospitality (4).

My primary interest here is to determine whether the biblical record indicates that (4) homosexuality was a significant factor.

Text clues

Why did God destroy Sodom and Gomorrah? We can find clues not only in the Genesis account, but also in the books of the prophets and in 2 Peter and Jude in the New Testament. These give us insight into the way ancient Jewish thinkers, steeped in Jewish culture, understood these texts.

First, Sodom and Gomorrah were judged for a serious sin. Genesis 18:20 says, “The cry of Sodom and Gomorrah is great, and their sin is exceedingly grievous.” In fact, not even ten righteous people could be found in the city.

Second, it seems that the judgment of these cities was to serve as a lesson to Abraham and others that wickedness would be punished. In 2 Peter 2:6 we see that God condemned and destroyed the cities as an “example to those who would live ungodly afterward.”

Third, Jude and Peter describe the unique qualities of sin. Jude 7 portrays the activity as “they became corrupt” and went after “strange flesh” [4] . Peter wrote that Lot was “overwhelmed by the sensual conduct of unchaste men,” and “from what he saw and heard as he lived among them, he was daily tormented in his righteous soul by their unrighteous deeds.” They are “those who walk after the flesh in its corrupt desires and despise authority” (2 Peter 2:7-10).

Fourth, there are 27 references outside Genesis to the city of Sodom. It is the emblem of gross immorality, the deepest depravity, and great judgment.

Gathering the biblical evidence gives us a picture of the offense of Sodom. The sin of Sodom and Gomorrah was a grievous, continual, debauched, sensual act that Lot saw, heard, and was tormented by as he witnessed it day after day. It was an act in which the inhabitants gave themselves over to their corrupt desires, going after strange flesh, ultimately bringing upon themselves the greatest judgment found in the Bible outside of the book of Revelation.

What do we know about the behavior of the men of Sodom and Gomorrah that fits this description?

Just a couple of questions

Was the city destroyed because the men of Sodom attempted to rape the angels (option (2) above)? The answer is obviously no. God’s judgment could not have been for the rapacious attempt itself, since His decision to destroy the cities was made days before the encounter (see Genesis 18:20). Furthermore, Peter makes it clear that the evil acts were ongoing (“day after day”), not a one-time incident. The cry had already gone up before God for some time [5] .

Was it merely an interrogation? Although the Hebrew word “yada” (“to know”) [6]  has a variety of nuances, the New Living Translation appropriately translates it as “to have sex” [7] . Although the word does not always have sexual connotations, it often does, and this translation is more consistent with the context of Genesis 9:5. There is no evidence that a harmless interview was what the men of the city had in mind. Lot’s response—“I beg you, my brothers, do not act wickedly”—makes it clear that they had other intentions.

Furthermore, the same verb is used in the immediate context to describe daughters who have not “known” a man and who were offered to the crowd instead of the visitors. Are we to understand Lot here as saying, “Please do not question my guests, but rather speak to my daughters who have never been interviewed”?

Did God judge Sodom and Gomorrah because of inhospitality? Is it true that God’s judgment was not because of homosexuality per se, but because the men of the town were not courteous to the visitors, violating sacred customs by attempting to outrage them? Serious questions arise if we make a couple of observations.

First, the implication itself is strange. To say that the men of Sodom were inhospitable because of the attempted rape is like saying that a husband who has beaten his wife is an insensitive spouse. That may be true, but it is hardly an important observation given the seriousness of the crime.

Second—and this has more to do with textual evidence—it does not fit the collective biblical description of the behavior that provoked God’s wrath: perverted, lawless, sensual behavior that Lot saw and heard day after day, in which men went after strange flesh.

Third, are we to believe that God wiped out two entire cities just because they had bad manners, even granting that such manners were more important then than now? There is no textual evidence that inhospitality was a capital offense. Yet homosexuality was punishable by death in Israel (Leviticus 18:22; 20:13). Did God overlook the capital offense, and yet wipe out two entire cities for an evil that is nowhere listed as a serious offense?

The only reason that fits

The prevailing modern view of the sin of Sodom and Gomorrah is that the attempted rape of Lot’s visitors violated the high code of Middle Eastern hospitality (19:9). However, this inhospitality is an inference, not a specific point made in the text itself.

Moreover, the charge of inhospitality depends on—and is overshadowed by—the grave crime of rape, though neither of these could be the sin of Sodom and Gomorrah because God had decided to judge the cities long before they were committed. What choice is left? Only one.

We know that the men of Sodom and Gomorrah were homosexuals, “both young and old, all the people without exception” (19:4), to the point of despising available women (19:5-8). They even persisted after being struck with blindness (19:11). These men were totally given over to an overwhelming passion that did not abate despite being supernaturally blinded by angels.

Homosexuality fits the biblical details. It was the sin that represented the flagrant wickedness of Sodom and Gomorrah—the “gross,” “ungodly,” “wicked,” “sensual conduct of the profligate men” that tormented Lot as he “saw and heard” it “day after day,” the “perverse desire” of those who followed “strange flesh.”

In their defense, some might cite Ezekiel 16:49-50: “Behold, this was the iniquity of your sister Sodom: Arrogance, plenty of bread, and complete idleness were her and her daughters; yet they did not help the poor and needy, but they were haughty and committed abominations before me [8] . And when I saw it, I put them to death.” There is no mention of homosexuality here.

Clearly, the overall wickedness of Sodom and Gomorrah was great. That is not in question. Our interest here is whether homosexuality was part of that wickedness. Our analysis of Genesis reveals that homosexuality was the primary behavior in question in that passage. Ezekiel simply lists additional sins. The prophet does not contradict Moses, but rather gives more details.

Pettiness and arrogance alone did not attract God’s wrath. Ezekiel headed the list of crimes with the word “abominations.” This word brings us back to homosexuality. The behavior that Moses refers to in Genesis 18 and later describes in Leviticus as “abomination” in the eyes of God.

Levitical

The Mosaic Law has two explicit citations regarding homosexuality. Leviticus 18:22 says, “You shall not lie with a male as one lies with a woman; it is an abomination” [9] . It is an abomination [toebah] [10] . Leviticus 20:13 says, “If a man lies with a male as one lies with a woman, both of them have committed an abomination [toebah]; they shall surely be put to death; their bloodguilt is upon them.”

John Boswell offers the most common rebuttal to what appears to be the obvious biblical prohibition of homosexuality:

The Hebrew word “toebah,” here translated as “abomination,” typically does not mean something intrinsically evil, such as rape or theft… but rather something that is ritually unclean for Jews, such as eating pork or engaging in sexual relations during menstruation, both of which are prohibited in these same chapters. [11]

As implied, Leviticus is not where we generally go for moral instruction. The sections cited deal with the worship service: sacrifices, priesthood, ceremonial washings, etc. These instructions have to do with ritual purity, not moral purity. A Jew who observed these laws could not worship after ceremonial defilement until he had cleansed himself to perform the ritual.

Others have pointed out that many details of the Mosaic law are archaic. Who cares about mixing wool with linen (Deuteronomy 22:11)? The death penalty itself does not mark homosexuality as particularly abhorrent. Disobedience to parents was also a capital offense, as was gathering firewood on the Sabbath, and yet no one considers these things punishable offenses today. [12]

This answer is riddled with inconsistencies. First, even if this prohibition were restricted only to ceremonial purity and worship, then it would apply only to Jewish clerics. However, many who use this approach see no problem with homosexual rabbis and defend such “diversity” as a religious virtue. On the other hand, if the Torah’s prohibitions no longer apply at all, then the difference between the ceremonial and moral aspects of Mosaic law is moot; none of it applies anyway.

Second, it is a grave mistake to conclude that if something in the Torah no longer applies, then nothing is applicable. Jewish thinker Dennis Prager observed: “It is one thing not to carry out a Torah punishment, and quite another to declare that a Torah sin is no longer a sin.” [13]  [emphasis in original]

Third, it is true that much of the law seems to deal with religious activity rather than universal morality. However, this observation alone is not sufficient to dismiss the Torah as a source of obligatory moral instruction altogether. Ceremonial and moral purity are not always distinct from one another.

Here, context is king. Note where the verses fit in. The “toebah” of homosexuality is found between adultery (18:20), child sacrifice (18:21), and bestiality (18:23). Was Moses saying that if a priest committed adultery, had sex with an animal, or burned his son on the altar to Molech, he must make sure to wash before coming to the temple?

More to the point, these sections were not addressed to the priests, but to all the “children of Israel” (18:2, 20:2). In addition to the prohibitions regarding adultery, child sacrifice, and bestiality already mentioned, Moses also prohibited spiritism (20:6) and incest (20:12).

The conclusion of Leviticus 18 contains these words:

Speak to [the “children of Israel” (v. 2)], but as for you, you shall keep my statutes and my laws and you shall not do any of these abominations, neither the native nor the stranger residing among you; for the men of this land who were before you have done all these abominations, and the land has become defiled. (18:26-27)

Moses spoke just as clearly as in Genesis. The cities of Sodom and Gomorrah were guilty of many things, but chief among them was the sin of homosexuality.

In this section of Leviticus, God gives instructions not only regarding ceremonial purity, but also commandments that were to be observed by every Jew and even by every visitor.

Homosexuality was a sin for Jews. It was also a sin for Gentiles who visited Jews (“strangers”). It was even an abomination that defiled the land when pagan inhabitants in Canaan practiced it long before the Jews arrived.

Homosexuality is a defiling sin, no matter who practices it. It has no place before God among any people, in any age, neither before nor now.

Grades

[1] John Boswell, “Christianity, Social Tolerance, and Homosexuality” (Chicago: University of Chicago Press, 1980), p. 93.

[2] Ibid.

[3] Ibid.

[4] Some have suggested that the sin was seeking sexual union with angels (“strange flesh”). While this may be a possible interpretation, there is no indication that the men knew that Lot’s visitors were angels. Jude’s point is that the Sodomites, like the angels, “did not retain their original dominion, but abandoned their rightful dwelling” (v. 6). The “strange flesh”—the improper dominion—was not angelic flesh, but homosexual flesh.

[5] The answer that homosexual rape could still qualify as ongoing activity is unconvincing. Who would be the ongoing victims? They were not the men of the city.

Because of their sexual orientation, they were unlikely to be able to resist homosexual advances. Visitors would have to be targeted. But if those who did come were harassed “day after day,” I am sure that would put an end to the tourist business. The continuous supply of sexual candidates would quickly diminish once word got out, and many would avoid the area.

[6] Strong’s #3045.

[7] “To know” a person carnally, to have sexual relations… suj. and obj. Male (of sodomy) Gen. 19:5).” Brown, Driver and Briggs, The Brown-Driver-Briggs Hebrew and

English Lexicon (Hendrickson Publishers, Peabody ME: 1996), 394. See also Judges 19:22 ff.

[8] Curiously, this last sentence was overlooked in Boswell’s citation of the text.

[9] “Lie down” is the Hebrew word “shakab” and means “to lie down” (Strong’s #7901). In this case, it refers to sexual intercourse as in Genesis 19:32: “Come, let us make our father drink wine, and let us lie with him, that we may preserve our family through our father” (Brown, Driver, and Briggs, 1012).

[10] Strong’s #8441.

[11] Boswell, 100.

[12] It is curious that some choose to conclude that homosexuality was a lesser crime since it was no more offensive to God than gathering sticks on the Sabbath. Both were considered capital offenses. If you want to know how God really felt about this, look at the punishment He exacts.

[13] Dennis Prager, “Homosexuality, Judaism and Gay Rabbis,” The Prager Perspective, 3/1/97.

 


Greg Koukl is a Christian apologist, radio host, author, speaker, and founder of the Christian apologetics organization Stand To Reason. Greg received his M.A. in Philosophy of Religion and Ethics from Talbot School of Theology, graduating with high honors, and his M.A. in Christian Apologetics with honors from Simon Greenleaf University. He is an adjunct professor of Christian apologetics at Biola University.

Original Blog: http://bit.ly/2IplYdi

Translated by Natalia Armando

Edited by Maria Andreina Cerrada

A recent podcast listener offered the following objection: Couldn’t the disciples have been wrong about Jesus’ death? After all, when Paul was stoned by the Jews of Antioch and Iconium (in Acts 14 ) they dragged him out of the city and left him for dead. “ But the disciples surrounded him and he got up and went into the city ” (verse 20). If the disciples were wrong about Paul, couldn’t they have been wrong about Jesus too? As I always say, anything and everything is possible, but not everything is reasonable. There are good reasons to believe that the disciples were not wrong about Jesus’ death:

  1. Prolonged contact

Unlike the contact with Paul after his stoning, the disciples had intimate and prolonged contact with the body of Jesus. We tend to read the following verses very quickly:

Mark 15:43-46

Joseph of Arimathea, a prominent member of the council… bought a linen cloth, and taking it off, wrapped it in the linen cloth, and laid it in a tomb that was hewn out of the rock…”

But stop and think about it for a minute. The disciples had to remove the nails, take the body down, carry it a distance to the tomb, prepare the body thoroughly with ointments and spices used on such occasions, wrap the body, and then place it in the tomb. While we can read the procedure in minutes, it takes much longer to actually complete. Surely the disciples were also deeply grieving over Jesus’ death. In all this prolonged contact with his body, do we really think that they didn’t go out of their way to prove to themselves that he wasn’t really dead? During all this time, is it reasonable to believe that they wouldn’t have noticed the three uncomfortable characteristics of dead bodies? I’ve been around enough dead people to recognize the characteristics that appear when a heart stops beating:

Temperature drop

When the heart stops beating, the body begins to grow cold. In the time it would take to prepare Jesus for the grave, the disciples would certainly have noticed this characteristic of death.

Rigidity

When blood is not circulating, the body begins to stiffen. Dead bodies begin to feel and behave differently than unconscious bodies with a beating heart.

Lividness

Gravity begins to act on the lack of blood circulation. When the blood remains in those extremities closest to the ground, the pigmentation is noticeable.

In all the time it took to prepare Jesus’ body, with all the time the disciples had in contact, is it reasonable to think that they would not have repeatedly checked to see if he was still breathing and that they would not have noticed the three uncomfortable characteristics of dead people?

  1. Unexpected corroboration

John , a disciple of Jesus, grew up as a fisherman. I doubt he had any medical training. However, look at what he reports in his Gospel:

John 19:32-34

The soldiers came and broke the legs of the first man, and of the other man who had been crucified with him. But when they came to Jesus and saw that he was already dead, they did not break his legs. But one of the soldiers pierced his side with a lance, and immediately blood and water came out .”

John seems to record an aspect of Jesus’ body that is common when people are fatally wounded. Critical injuries typically cause people to go into circulatory shock, a condition I commonly see at the scenes of assaults or accidents. When people die from their wounds, their death is usually accompanied by Pericardial or Pleural Effusion , a condition that causes water to accumulate around the heart or inside the lungs. It appears that the illiterate fisherman is reporting this condition in his Gospel.

Do you think he could have done this intentionally in an effort to mislead us, or is it more reasonable to attribute his description to a true observation?

  1. External confirmation

History tells us that Roman soldiers were to pay a terrible penalty if they allowed a capital criminal to escape or avoid the sentence to which he was sentenced. For this reason, Roman soldiers were ruthless and meticulous in carrying out their orders with precision . Look again at how the Bible describes the death of Jesus:

John 19:31 – 33

Then the Jews, because it was the Preparation Day, that the bodies should not remain on the cross on the Sabbath day (for that Sabbath day was a high day), begged Pilate that their legs might be broken, and that they might be taken away. So the soldiers came and broke the legs of the first, and of the other who had been crucified with him. But when they came to Jesus, and saw that he was dead already, they did not break his legs .”

According to non-Christians at the scene, Jesus was dead on the cross.

  1. Connection with eyewitnesses

Look at the description of Jesus’ burial given in Mark’s Gospel. Note Joseph of Arimathea’s description:

          Mark 15:42-46

“When evening came, (for it was the Preparation, that is, the day before the Sabbath,) Joseph of Arimathea, a distinguished member of the council, who himself was waiting for the kingdom of God, came and went boldly to Pilate and asked for the body of Jesus. Pilate was surprised that he was already dead; and when he had brought the centurion, he asked him if he were already dead. When the centurion had informed him, he gave the body to Joseph. Joseph bought a linen cloth, took it off, wrapped it in the linen cloth, and laid it in a tomb that was hewn out of rock. He rolled a stone against the entrance of the tomb.”

It appears that Mark is describing the same scene as John, but Mark includes a character that John omits. Why does Mark, writing many years before John, include Joseph? It stands to reason that Joseph was still alive when Mark wrote his account; Mark may be including Joseph so that early readers can contact Joseph as a living eyewitness who not only saw the crucifixion, but also touched and wrapped Jesus’ dead body.

The experience the disciples had with Jesus was very different from the experience the disciples had with Paul at the time of his stoning. The disciples simply “stood around” Paul after the stoning; they did much more with Jesus’ body after his crucifixion.

 


J. Warner Wallace is the author of Cold-Case Christianity, has a career spanning more than 25 years as a police officer and detective, holds a Master of Divinity from Golden Gate Baptist Theological Seminary, and is an adjunct professor of apologetics at BIOLA University.

Original Blog: http://bit.ly/2Sa4Df1

Translated by Raul Jaramillo

Edited by Maria Andreina Cerrada

By Ryan Leasure

When I was a kid, I considered Batman to be my favorite superhero. Unlike other superheroes who could fly, see through walls, or turn into green giants, Batman fought crime in Gotham City through more conventional means. He was a great fighter, used cool gadgets, had an awesome suit, and drove a cool car. In this way, Batman was more realistic than his fellow superheroes. Now suppose I truly believed that Batman was a real person. After all, I had seen him on the silver screen and at the occasional Halloween party. My friends, however, thought it was ridiculous and tried to erase this idea from my brain. However, no matter what they said, I remained convinced of his existence.

Until one day, my friend suggested that we visit Batman in Gotham City. This sounded like a great plan to me, I wasted no time packing my bags, with all my Batman shirts, and started dreaming of being by my superhero’s side. There was one final step left. I needed to buy tickets to Gotham City, so I grabbed my computer and started searching for the next available flight, except I couldn’t find any! I searched vigorously for hours, but alas, I ended up empty-handed, with no ticket.

My friend, who was more astute than I thought, took this opportunity to explain to me why I couldn’t find a plane ticket: Gotham City doesn’t exist. To prove him wrong, I quickly Googled the city’s location, only to find that it was nowhere to be found. After all these years of thinking that Gotham City was located where New York City was, I felt dejected. This was a bad sign, since if Gotham City isn’t real, then Batman probably isn’t either.

IS NAZARETH A REAL PLACE?

For years, Jesus mythologists have argued that Nazareth, like Gotham City, was fictional. The argument goes, if Nazareth didn’t exist, then Jesus didn’t exist either. After all, the Gospels repeatedly state that Jesus came from Nazareth ( Mk 1:24 ; Jn 1:45 ).

So if you prove that Nazareth didn’t exist, you can prove that Jesus didn’t exist either. Skeptics make this claim based on the fact that the Old Testament, the Jewish historian Josephus , and the Jewish Talmud never mention Nazareth. Surely, the argument goes, all three of these primary sources would have mentioned Nazareth if it were a real place. What are we to make of this claim? Was Nazareth a real place? Yes, and there is evidence.

ARCHEOLOGY

In 1962, archaeologists in Israel discovered a tablet in Aramaic that listed twenty-four different priestly families and their locations. The location of one priestly family was, you guessed it, Nazareth. The traditional dating of this list goes back to 70 AD, indicating that Nazareth was a real place in the first century.

Furthermore, further archaeological discoveries provide additional evidence of Nazareth’s existence. Within the city, archaeologists excavated two houses in 2006 and 2009, which match a typical dwelling in first-century Rome. Inside the houses, they found doors, windows, a shaft and cooking pots.

In addition, archaeologists discovered first-century tombs just outside the city, which fits with Jewish customs that forbade burying corpses inside the city. Likewise, pottery dating back to the first century was discovered inside the tombs. The evidence is so compelling that archaeologist Jack Finegan says, “From the tombs… one can conclude that Nazareth was a heavily Jewish settlement in the Roman period.”

CAN ANYTHING GOOD COME OUT OF NAZARETH?

Based on excavations, scholars suggest that ancient Nazareth was a small hillside village of about sixty acres, with a maximum population of 500 people. This fits nicely with Nathanael’s dismissive comment in John 1:46 when he asked, “Can anything good come out of Nazareth?” You’d think that if you were making up a religious hero, you’d give him a more prominent hometown. The Gospel writers had no motivation to make up this detail about Jesus.

CAESAR’S DECREE

Perhaps the most important discovery from ancient Nazareth is a marble slab measuring 24 by 15 inches. Archaeologists date this piece to the first half of the first century, probably during the reign of Emperor Claudius (AD 41-54).

On this slab is a decree from Caesar himself stating that if anyone steals a body from any of the tombs, they will suffer capital punishment. It is necessary to keep in mind that we are talking about Caesar, the most powerful man in the world, and a small rural village of 500 people thousands of miles away. What would compel Caesar to care about grave robbers in Nazareth? This would be the equivalent of the President of the United States addressing a grave robber in a small rural town in North Dakota.

It seems that Caesar had heard stories of Jesus of Nazareth rising from the dead. He had probably also heard that Jesus’ disciples stole his body from the tomb. No doubt lost in the shuffle were the exact details that Jesus of Nazareth rose from the dead in Jerusalem.

We know for certain that Claudius was aware of Christianity because he expelled all Christians from Rome in AD 49. Suetonius , a 2nd century Roman historian writes that Claudius “expelled the Jews from Rome constantly making riots at the instigation of Chrestus.” Luke also reports this event in Acts 18:2. Apparently, the Christian preaching that Jesus was the promised Messiah caused quite a stir among the Jewish community.

Think about how this radical claim would have caused dissension. The Jews had maintained a strict monotheistic faith for thousands of years, and now suddenly some of their own were claiming that Jesus of Nazareth is Lord. Perhaps violence was involved. It’s hard to know for sure, but it was significant enough to cause Claudius to drive everyone out of his city.

WHAT DOES THIS PROVE?

Unlike Gotham City, Nazareth was a real city in the Galilee region of first-century Rome. Archaeology confirms its existence several times over, as not only have we found ancient houses, pottery, and tombs, but we also know that Caesar wrote a special decree for the people of Nazareth not to remove bodies from tombs, or else they would die. It is likely that he wrote this proclamation in connection with the story that Jesus rose from the dead.

These archaeological findings do not necessarily prove Jesus’ existence, but they do corroborate the Gospels’ claims that Jesus came from Nazareth. To learn more about how we know Jesus was a real person, you can check out an article I wrote here.

Skeptics continue to cast doubt on the Gospels, and more specifically, on Jesus of Nazareth. However, archaeology continues to confirm the accuracy of the biblical narrative. Based on the archaeological findings discussed above, I believe it is safe to say that the claim that Jesus came from Nazareth is not fake news.

 


Original Blog: http://bit.ly/2BdyWWw

Translated by Rudy Ordoñez Canelas

Edited by Maria Andreina Cerrada