¿Cuál fue el pecado de Sodoma y Gomorra?

Por Greg Koukl

¿Por qué Dios destruyó a Sodoma y Gomorra? ¿Fue verdaderamente por causa del pecado de la inhospitalidad y no por la homosexualidadel el juicio más grande que se encuentra en la Biblia aparte del libro de Apocalipsis?

Cuál fue el pecado de Sodoma y Gomorra

La gente encuentra lo que quiere en la Biblia. Pero si busca lo suficiente, puede encontrar apoyo “bíblico” para la reencarnación, las religiones orientales, Jesús como gurú, el divorcio por cualquier razón y los platillos voladores. Cada secta del cristianismo usa la Biblia para validar sus afirmaciones, como también lo hacen algunos que practican el ocultismo.

Entonces, no es de sorprender que una tendencia reciente de los eruditos bíblicos sostiene que una lectura cuidadosa del Génesis en su contexto histórico no ofrece un fundamento sólido para concluir que la destrucción de Sodoma y Gomorra tiene algo que ver con la homosexualidad.

Esta perspectiva puede parecer exagerada para los conservadores bíblicos, pero se toma muy en serio en los círculos académicos. Representa un desafío significativo para el cristiano común que encuentra en el relato del Génesis una condenación directa a la conducta homosexual.

Mi objetivo es dar una respuesta a ese desafío. No tengo interés alguno en difamar, insultar, ofender, atacar, fustigar, denigrar, ni mucho menos, menospreciar a un grupo de personas. Solo quiero determinar una cosa: ¿por qué Dios destruyó esas dos ciudades? ¿Tuvo algo que ver con la homosexualidad en sí misma? En pocas palabras, ¿cuál fue el pecado (o pecados) de Sodoma y Gomorra?

Génesis 18:16-19:29

Aunque el contexto del relato en cuestión comienza en Génesis 18:16 durante la conversación de Dios con Abraham junto al encinar de Mamre, los detalles del encuentro en Sodoma se encuentran en Génesis 19:4-13:

Aún no se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los hombres de Sodoma, rodearon la casa, tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción; y llamaron a Lot, y le dijeron, “¿Dónde están los hombres que vinieron a ti esta noche? Sácalos para que los conozcamos”. Entonces Lot salió a ellos a la entrada, y cerró la puerta tras sí, y dijo: “Hermanos míos, os ruego que no obréis perversamente. He aquí ahora tengo dos hijas que no han conocido varón; permitidme sacarlas a vosotros y haced con ellas como mejor os parezca; pero no hagáis nada a estos hombres, pues se han amparado bajo mi techo”. Mas ellos dijeron: “¡Hazte a un lado!” Y dijeron, además: “Este vino como extranjero, y ya está actuando como juez; ahora te trataremos a ti peor que a ellos”. Y acometieron contra Lot y estaban a punto de romper la puerta, pero los dos hombres extendieron la mano y metieron a Lot en la casa con ellos, y cerraron la puerta. Y a los hombres que estaban a la entrada de la casa los hirieron con ceguera desde el menor hasta el mayor, de manera que se cansaban tratando de hallar la entrada.

Entonces los dos hombres dijeron a Lot: “¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este lugar; porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan grande delante del Señor, que el Señor nos ha enviado a destruirlo”.

¿Cuál fue el pecado de Sodoma y Gomorra? ¿Por qué Dios destruyó las dos ciudades? La perspectiva tradicional es que la homosexualidad fue la ofensa principal (“Hermanos míos, os ruego que no obréis perversamente”).

El historiador de Yale, John Boswell, ofrece cuatro razones posibles de la destrucción de Sodoma:

(1) Los sodomitas fueron destruidos por causa de la perversidad general que ha impulsado al Señor a enviar ángeles a la ciudad para investigar en primer lugar; (2) la ciudad fue destruida porque la gente de Sodoma había intentado violar a los ángeles; (3) la ciudad fue destruida porque los hombres de Sodoma habían intentado participar en relaciones homosexuales con los ángeles…; (4) la ciudad fue destruida por el trato inhospitalario de los visitantes enviados por el Señor.[1]

John Boswell piensa que la explicación (2) “es la más obvia de las cuatro”, aunque ha sido “ampliamente ignorada por los eruditos bíblicos”[2]. Boswell amplía la explicación (4), la que parece favorecer como la más consistente con la “erudición moderna” desde 1955:

Lot estaba violando la costumbre de Sodoma… al recibir a unos huéspedes desconocidos dentro de las paredes de la ciudad durante la noche sin obtener el permiso de los ancianos de la ciudad. Cuando los hombres de Sodoma se reunieron para exigir que sacaran a los extraños ante ellos “para que pudieran conocerlos”, solo significaba que ellos querían “saber” quiénes eran, y en consecuencia, la ciudad fue destruida no por causa de la inmoralidad sexual, sino por el pecado de la inhospitalidad para con los extraños[3].

El inglés D. Sherwin Bailey también presenta este argumento en “Homosexuality and the Western Christian Tradition” (La homosexualidad y la tradición cristiana occidental) (1955). Los hombres de Sodoma solo querían interrogar a los huéspedes de Lot para ver si eran espías. El pecado de violación colectiva también estaba a la vista, no la homosexualidad. En un sentido más amplio, los hombres de Sodoma fueron inhospitalarios con los huéspedes de Lot.

Aparentemente, a Boswell no se le ocurrió que las posibilidades (2) y (4) parecían estar en conflicto. Si “conocer” a los ángeles significa básicamente interrogarlos, entonces no hay un intento de violación, sino un intento de interrogatorio. Si, por otro lado, los hombres tenían la intención de mantener relaciones sexuales con los visitantes (según la perspectiva tradicional) y son culpables de un intento de violación, entonces, se debe abandonar la explicación del interrogatorio (según la interpretación del resumen anterior de Boswell con respecto a las perspectivas de la erudición moderna es un tanto incoherente).

Algunas de estas explicaciones, sin embargo, no son mutuamente excluyentes y puede que hayan sido influenciadas de manera diferente. Por ejemplo, la perversidad general de Sodoma y Gomorra (1) pudo haber incluido violación (2) y/o inhospitalidad (4).

Mi interés principal aquí es determinar si el registro bíblico indica que (4) la homosexualidad fue un factor importante.

Pistas del texto

¿Por qué Dios destruyó a Sodoma y Gomorra? Podemos encontrar pistas no solo en el relato de Génesis, sino también de los libros de los profetas y en 2da de Pedro y Judas del Nuevo Testamento. Estos nos dan una idea de la manera en que los antiguos pensadores judíos, empapados de la cultura judía, entendían estos textos.

En primer lugar, Sodoma y Gomorra fueron juzgadas por un pecado grave. Génesis 18:20 dice: “Y el Señor dijo: El clamor de Sodoma y Gomorra ciertamente es grande, y su pecado es sumamente grave”. Realmente, no se podían encontrar siquiera diez justos en la ciudad.

Segundo, parece que el juicio de estas ciudades iba a servir de lección para Abraham y para otros en el hecho de que la maldad sería castigada. En 2da de Pedro 2:6 vemos que Dios condenó y destruyó las ciudades como un “ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después”.

Tercero, Judas y Pedro describen las cualidades singulares del pecado. Judas 7 retrata la actividad como “se corrompieron” y fueron en pos de “carne extraña”[4]. Pedro escribió que Lot estaba “abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos”, y “por lo que veía y oía mientras vivía entre ellos, diariamente sentía su alma justa atormentada por sus hechos inicuos”. Ellos son “los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad” (2 Pedro 2:7-10).

Cuarto, existen 27 referencias fuera del Génesis en las que se menciona la ciudad de Sodoma. Es el emblema de la inmoralidad flagrante, la depravación más profunda y del gran juicio.

Reunir la evidencia bíblica nos da una imagen de la ofensa de Sodoma. El pecado de Sodoma y Gomorra fue un acto grave, continuo, libertino, sensual que Lot veía, oía y que lo atormentaba al ser testigo de ella día tras día. Era un acto en la cual los habitantes se entregaban carnalmente a sus deseos corruptos, yendo tras la carne extraña, trayendo sobre sí mismos, finalmente, el juicio más grande que se encuentra en la Biblia fuera del libro de Apocalipsis.

¿Qué sabemos acerca de la conducta de los hombres de Sodoma y Gomorra que encaja con esta descripción?

Solo un par de preguntas

¿La ciudad fue destruida porque los hombres de Sodoma intentaron violar a los ángeles (opción (2) que aparece más arriba)? La respuesta es no, obviamente. El juicio de Dios no pudo haber sido por el intento rapaz en sí mismo, ya que Su decisión de destruir las ciudades fue tomada días antes del encuentro (ver Génesis 18:20). Además, Pedro deja bien claro que los actos perversos eran continuos (“día tras día”), no un incidente de una sola vez. El clamor ya había subido delante de Dios durante algún tiempo[5].

¿Fue solamente un interrogatorio? Aunque la palabra hebrea “yada” (“conocer”)[6] posee una variedad de matices, la Nueva Traducción Viviente la traduce apropiadamente como “tener sexo”[7]. Aunque la palabra no siempre tiene connotaciones sexuales, con frecuencia sí la tiene, y esta traducción es más consistente con el contexto de Génesis 9:5. No hay evidencia de que lo que tenían en mente los hombres de la ciudad fuera una entrevista inofensiva. La respuesta de Lot —“Hermanos míos, os ruego que no obréis perversamente”— deja en claro que ellos tenían otras intenciones.

Además, el mismo verbo se usa en el contexto inmediato para describir a las hijas que no han “conocido” varón y que fueron ofrecidas a la multitud en lugar de los visitantes. ¿Tenemos que entender aquí que Lot dice “por favor, no interrogues a mis huéspedes, mejor hablen con mis hijas que nunca han sido entrevistadas”?

¿Dios juzgó a Sodoma y Gomorra por causa de la inhospitalidad? ¿Es verdad que el juicio de Dios no fue por la homosexualidad per se, sino porque los hombres del pueblo no fueron corteses con los visitantes, al infringir las costumbres sagradas al intentar ultrajarlos? Surgen serias dudas si hacemos un par de observaciones.

En primer lugar, la insinuación en sí misma es extraña. Decir que los hombres de Sodoma fueron inhospitalarios a causa del intento de violación es tanto como decir que un esposo que ha golpeado a su esposa es un cónyuge insensible. Puede ser verdad, pero difícilmente es una observación importante dada la gravedad del delito.

Segundo —y tiene más que ver con la evidencia textual— no encaja con la descripción bíblica colectiva de la conducta que provocó la ira de Dios: una conducta pervertida, anárquica y sensual que Lot veía y escuchaba día tras día, en la cual los hombres iban tras carne extraña.

Tercero, ¿tenemos que creer que Dios aniquiló dos ciudades enteras solo porque tenían malos modales, incluso concediendo que tales modales eran más importantes en esa época que ahora? No hay evidencia textual alguna de que la inhospitalidad fuera un delito capital. Sin embargo, la homosexualidad se castigaba con la pena de muerte en Israel (Levítico 18:22, 20:13). ¿Dios pasó por alto el delito capital, y, sin embargo, arrasó con dos ciudades enteras por un mal que no aparece en ninguna parte como una ofensa grave?

La única razón que encaja

La perspectiva moderna predominante del pecado de Sodoma y Gomorra es que el intento de violación a los visitantes de Lot infringió el alto código de hospitalidad del Medio Oriente (19:9). Sin embargo, esta inhospitalidad es una inferencia, no un punto específico hecho en el texto en sí.

Además, la acusación de inhospitalidad depende de —y está eclipsada por— el grave delito de violación, aunque ninguno de estos podía ser el pecado de Sodoma y Gomorra porque Dios había decidido juzgar las ciudades mucho antes de que se hubieran cometido. ¿Qué posibilidad nos queda? Solo una.

Sabemos que los hombres de Sodoma y Gomorra eran homosexuales, “tanto jóvenes como viejos, todo el pueblo sin excepción” (19:4), hasta el punto de despreciar a las mujeres disponibles (19:5-8). Incluso, aún persistían después de haber sido heridos con ceguera (19:11). Estos hombres estaban totalmente entregados a una pasión abrumadora que no menguó a pesar de haber sido cegados de manera sobrenatural por los ángeles.

La homosexualidad encaja con los detalles bíblicos. Fue el pecado que representó la perversidad flagrante de Sodoma y Gomorra —la conducta “grave”, “impía”, “inicua”, “sensual de los hombres libertinos” que atormentaba a Lot mientras la “veía y oía” “día tras día”, el “deseo perverso” de los que seguían “carne extraña”.

En su defensa, algunos podrían citar Ezequiel 16:49-50: “He aquí, esta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: arrogancia, abundancia de pan y completa ociosidad tuvieron ella y sus hijas; pero no ayudaron al pobre ni al necesitado, y se enorgullecieron y cometieron abominaciones delante de mí[8]. Y cuando lo vi las hice desaparecer”. Aquí no se menciona la homosexualidad.

Claramente, la maldad general de Sodoma y Gomorra era grande. Eso no está en tela de juicio. Nuestro interés aquí es saber si la homosexualidad fue parte de esa maldad. Nuestro análisis de Génesis revela que la homosexualidad fue la conducta principal en cuestión en ese pasaje. Ezequiel simplemente enumera pecados adicionales. El profeta no contradice a Moisés, sino que da más detalles.

La mezquindad y la arrogancia por sí solas no atrajeron la ira de Dios. Ezequiel encabezó la lista de delitos con la palabra “abominaciones.” Esta palabra nos lleva de vuelta a la homosexualidad. La conducta a la que Moisés se refiere en Génesis 18 y que más tarde describe en Levíticos como “abominación” a los ojos de Dios.

Levítico

La ley mosaica tiene dos citas explícitas con respecto a la homosexualidad. En Levítico 18:22 dice: “No te acostarás con varón como los que se acuestan con mujer; es una abominación”[9]. Es una abominación [toebah][10].” En Levítico 20:13 dice: “Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación [toebah]; ciertamente han de morir. Su culpa de sangre sea sobre ellos”.

John Boswell ofrece la refutación más común a lo que parece ser la obvia prohibición bíblica de la homosexualidad:

La palabra hebrea “toebah”, que aquí se traduce como “abominación”, por lo general no significa algo intrínsecamente malo, como la violación o el robo…, sino algo que es ritualmente inmundo para los judíos, como comer cerdo o participar de relaciones sexuales durante la menstruación, ya que ambas cosas están prohibidas en estos mismos capítulos.[11]

Según se insinúa, Levítico no es a donde acudimos generalmente para buscar instrucción moral. Las secciones citadas tratan con el culto de adoración: los sacrificios, el sacerdocio, los lavamientos ceremoniales, etc. Estas instrucciones tienen que ver con la pureza ritual, no con la pureza moral. Un judío que observa estas leyes no podía adorar después de la contaminación ceremonial hasta que no se hubiera limpiado para cumplir con el rito.

Otros han acotado que muchos detalles de la ley mosaica son arcaicos. ¿Quién se preocupa por mezclar lana con lino (Deuteronomio 22:11)? La pena de muerte en sí misma no marca a la homosexualidad como algo particularmente aborrecible. La desobediencia a los padres también era un delito capital, al igual que recoger leña en el día de reposo, y, sin embargo, nadie considera que estas cosas sean hechos punibles en la actualidad.[12]

Esta contestación está llena de inconsistencias. En primer lugar, aun cuando esta prohibición estuviera restringida únicamente a la pureza ceremonial y al culto de adoración, entonces se aplicaría solamente a los clérigos judíos. Sin embargo, muchos de los que usan este enfoque no ven ningún problema con los rabinos homosexuales y defienden esa “diversidad” como una virtud religiosa. Por otra parte, si las prohibiciones de la Torá ya no aplican para nada, entonces la diferencia entre los aspectos ceremoniales y morales de la ley mosaica es discutible; nada de esto se aplica de todos modos.

Segundo, es un grave error llegar a la conclusión de que, si algo de la Torá ya no aplica, entonces nada es aplicable. El pensador judío Dennis Prager hizo esta observación: “Una cosa es no llevar a la práctica un castigo de la Torá, y otra muy distinta es declarar que un pecado de la Torá ya no es pecado”[13] [énfasis en el original]

Tercero, es cierto que mucho de la ley parece tratar con la actividad religiosa más que con la moralidad universal. Sin embargo, esta observación en sí misma, no es suficiente como para desechar en su totalidad la Torá como una fuente de instrucción moral obligatoria. La pureza tanto ceremonial como moral no siempre se diferencian entre sí.

Aquí, el contexto es el rey. Ten en cuenta el lugar que ocupan los versículos. La “toebah” de la homosexualidad se encuentra entre el adulterio (18:20), el sacrificio de niños (18:21) y el bestialismo (18:23). ¿Estaba diciendo Moisés que, si un sacerdote cometía adulterio, tenía sexo con un animal o quemaba a su hijo en el altar a Moloc, debe asegurarse de lavarse antes de venir al templo?

Yendo más al punto, estas secciones no estaban dirigidas a los sacerdotes, sino a todos los “hijos de Israel” (18:2, 20:2). Además de las prohibiciones en cuanto al adulterio, el sacrificio de niños y el bestialismo ya mencionados, Moisés también prohibió el espiritismo (20:6) y el incesto (20:12).

La conclusión de Levítico 18 contiene estas palabras:

Habla a [los “hijos de Israel” (v. 2)], pero en cuanto a vosotros, guardaréis mis estatutos y mis leyes y no haréis ninguna de estas abominaciones, ni el nativo ni el forastero que reside entre vosotros porque los hombres de esta tierra que fueron antes de vosotros han hecho todas estas abominaciones, y la tierra se ha contaminado. (18:26-27)

Moisés habló con la misma claridad que en Génesis. Las ciudades de Sodoma y Gomorra fueron culpables de muchas cosas, pero la principal entre ellas fue el pecado de homosexualidad.

En esta sección de Levítico, Dios da instrucciones no solo en cuanto a la pureza ceremonial, sino también mandamientos que debían ser observados por cada judío e incluso, por cada visitante.

La homosexualidad era pecado para los judíos. También lo era para los gentiles que visitaban a los judíos (“forasteros”). Incluso, era una abominación que contaminaba la tierra cuando los habitantes paganos la practicaban en Canaán mucho tiempo antes de que llegaran los judíos.

La homosexualidad es un pecado que contamina, sin importar quién la practique. No tiene lugar delante de Dios entre ningún pueblo, en ninguna época, ni antes ni ahora.

Notas

[1] John Boswell, “Christianity, Social Tolerance, and Homosexuality” (El cristianismo, la tolerancia social y la homosexualidad) (Chicago: University of Chicago Press, 1980), p. 93.

[2] Ibid.

[3] Ibid.

[4] Algunos han sugerido que el pecado fue buscar la unión sexual con los ángeles (“carne extraña”). Aunque esta puede ser una interpretación posible, no hay indicación alguna de que los hombres supieran que los visitantes de Lot eran ángeles. El punto de Judas es que los sodomitas, al igual que los ángeles, “no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima” (v. 6). La “carne extraña” —el señorío impropio—no era la carne angélica, sino la carne homosexual.

[5] La respuesta de que la violación homosexual aún podría calificar como la actividad constante no es convincente. ¿Quiénes serían las víctimas persistentes? No eran los hombres de la ciudad.

Debido a su tendencia sexual, era probable que no podrían resistir a los avances homosexuales. Los visitantes tendrían que ser el blanco. Pero si los que llegaban eran acosados “día tras día”, estoy seguro de que eso le pondría fin al negocio del turismo. La oferta continua de candidatos sexuales disminuiría rápidamente una vez que se corriera la voz y muchos evitarían andar por la zona.

[6] Strong’s #3045.

[7] “Conocer” a una persona carnalmente, tener relaciones sexuales… suj. y obj. Masculino (de sodomía) Gn. 19:5).” Brown, Driver and Briggs, The Brown-Driver-Briggs Hebrew and

English Lexicon (Hendrickson Publishers, Peabody ME: 1996), 394. Ver también Jueces 19:22 ff.

[8] Curiosamente, esta última oración fue pasada por alto en la cita que Boswell hizo del texto.

[9] “Acostarse” es la palabra hebrea “shakab” y significa “acostarse” (Strong’s #7901). En este caso, se refiere a tener relaciones sexuales al igual que en Génesis 19:32: “Ven, hagamos que beba vino nuestro padre, y acostémonos con él para preservar nuestra familia por medio de nuestro padre” (Brown, Driver, and Briggs, 1012).

[10] Strong’s #8441.

[11] Boswell, 100.

[12] Resulta curioso que algunos eligen llegar a la conclusión de que la homosexualidad era un delito menor ya que no era más ofensivo a Dios que recoger leña en el día de reposo. Ambas eran consideradas ofensas capitales. Si quieres saber cómo se sentía Dios verdaderamente al respecto, mira el castigo que exige.

[13] Dennis Prager, “Homosexuality, Judaism and Gay Rabbis (La homosexualidad, el judaísmo y los rabinos homosexuales)”, The Prager Perspective, 3/1/97.


Greg Koukl es un apologista cristiano, locutor de radio, autor, orador y fundador de la organización cristiana de apologética Stand To Reason. Greg recibió su Maestría en Filosofía de la Religión y Ética en la Escuela de Teología Talbot, graduándose con altos honores, y su Maestría en Apologética Cristiana con honores en la Universidad Simon Greenleaf. Es profesor adjunto de apologética cristiana en la Universidad de Biola.

Blog Original: http://bit.ly/2IplYdi

Traducido por Natalia Armando

Editado por María Andreina Cerrada

 

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