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Por Wintery Knight

En mi último trabajo, tuve dos encuentros interesantes, el primero con un hombre judío de izquierda y el segundo con una mujer cristiana feminista del evangelio de la prosperidad de la Nueva Era.

Hablemos de las dos personas.

El hombre que piensa que los cristianos conservadores son estúpidos

El primer tipo de persona que trató de avergonzarme por ser cristiano es la persona que piensa que el cristianismo es estúpido. Este tipo de personas recurre a las cosas que él escucha en la cultura pop secular de izquierda como si fuera de conocimiento común que el teísmo en general, y el cristianismo en particular, es falso. Ha visto un documental en Discovery Channel que decía que la cosmología de la oscilación eterna era cierta. O tal vez vio un documental en History Channel que decía que Jesús nunca se presentó a sí mismo como Dios al entrar en la historia. Él presenta estas cosas que lee en el New York Times, ve en la MSNBC, o escucha en la NPR con el tono de autoridad que Ben Carson podría tener cuando explica medicina moderna a un curandero.

Así es como suelen ir las cosas con él:

> Yo: aquí hay dos argumentos en contra de la evolución naturalista, el origen de la vida y la explosión Cámbrica.

> Él: pero tú no crees en una Tierra Joven, ¿verdad? Es decir, crees en la evolución, ¿no?

> Yo: hablemos de cómo las proteínas y el ADN son secuenciadas, y el origen repentino de los planos corporales Cámbricos

> Él: (gritando) ¿Crees en la evolución? ¿Crees en la evolución?

Y esto:

> Yo: no ha habido calentamiento global desde hace 18 años, y las temperaturas eran más cálidas en el Período Cálido Medieval

> Él: pero no niegas el cambio climático ¿verdad? Todos en la NPR están de acuerdo

que el cambio climático es real

> Yo: hablemos de los últimos 18 años sin calentamiento, y las temperaturas durante

el Período Cálido Medieval

> Él: (gritando) ¿Crees en el cambio climático? ¿Crees en el cambio climático?

Él hace estas preguntas para etiquetarme de loco o para que concuerde con él, sin tener que sopesar la evidencia que le estoy presentando.. Se trata de ignorar la evidencia, de modo que él pueda regresar a su ocupada, muy ocupada vida práctica, y volver a sentirse engreído por ser más inteligente que los demás. Creo que muchos hombres son así, ellos no quieren desperdiciar su valioso tiempo estudiando, solo quieren saltar a la conclusión correcta y luego volver a hacer lo que sea que quieran, como correr maratones, o llevar a sus hijos a su práctica de hockey, etc.

Así que ¿cómo respondes a un hombre que obtiene toda su cosmovisión de la cultura,

pero nunca se ocupa de la evidencia revisada por expertos y especialistas? Bueno, creo que solo derrotas sus argumentos con evidencia,  luego presentas tu propia evidencia (revisada por expertos), y luego lo dejas así. Si la persona solo quiere saltar a la conclusión que todas las personas “inteligentes” sostienen, sin hacer ningún trabajo, entonces no puedes ganar. Existen ateos que creen en la oscilación eterna del universo de la que vieron hablar a Carl Sagan en su escuela primaria. Podrías tratar de argumentar por un origen del universo citando nueva evidencia como el CMB y la abundancia de elementos ligeros. Pero a veces, a ellos no les importará. Carl Sagan lo dejó muy claro hace 50 años. No importa que la nueva evidencia anule las viejas teorías, a ellos no les interesa.

¿Crees que el cristianismo hará que los no cristianos sean como tú?

Considera 2 Tim 4:1-5:

1 Te encargo solemnemente, en la presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, por su manifestación y por su reino: 

2 Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta 

con mucha paciencia e instrucción. 

3 Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos; 

4 y apartarán sus oídos de la verdad, y se volverán mitos. 

5 Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, 

cumple tu ministerio.

Y 1 Pedro 3:15-16:

15 sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados 

para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia;

16 teniendo buena conciencia, para que en aquello en que sois calumniados, sean avergonzados los que difaman vuestra buena conducta en Cristo.

Si tienes creencias teológicas ortodoxas en esta época, entonces serás

avergonzado, humillado, y vilipendiado por las personas. Y no es solo tener una visión ortodoxa de quién es Jesús lo que les molesta (por ejemplo – la deidad, la exclusividad de la salvación, moralidad, etc.). No, su desaprobación se extiende hasta en la política, especialmente el aborto y el matrimonio gay – básicamente cualquier tipo de reglas acerca de la sexualidad. Eso es lo que realmente molesta a estas personas, creo.

La mujer que piensa que el cristianismo mejora la calidad de vida

Esto es especialmente difícil cuando eres un hombre joven porque naturalmente buscamos la aprobación y respeto de las mujeres. Te encuentras sentado en la iglesia o en el grupo de jóvenes, esperando la aprobación y respeto de las mujeres cristianas por tu sólida teología y tu eficaz apologética. No sabes que muchas mujeres cristianas entienden al cristianismo como una mejora de calidad de vida, diseñado para producir sentimientos de felicidad. Dios es su mayordomo cósmico cuya principal responsabilidad es satisfacer sus necesidades y hacer que sus planes funcionen. Aunque te guste la sana teología y buenos argumentos apologéticos, ella no piensa que eso es importante.

Entonces, ¿cómo lidiar con esta necesidad insatisfecha de aprobación y respeto por parte de las mujeres en la iglesia?

En primer lugar, ten cuidado de no asistir a una iglesia en la que el pastor está predicando y escogiendo himnos que te den la idea de que Dios es tu mayordomo cósmico. En segundo lugar, lee la Biblia cuidadosamente, y entiende que respecto a los propósitos de Dios para ti en este mundo, tu felicidad es prescindible. No puedes buscar a mujeres cristianas atractivas que conozcas de casualidad en la iglesia para que te apoyen, ya que muchas de ellas hace tiempo que se han vendido a la cultura. No están interesadas en aprender apologética evidencial para defender la reputación de Dios, o defender al no nacido, o defender el matrimonio natural, o defender el sistema de libertad empresarial que apoya la autonomía de la familia frente al estado, etc. Esas cosas son difíciles e impopulares, especialmente para aquellas mujeres que fueron educadas para pensar que el cristianismo es para mejorar la calidad de vida y aprobación de sus compañeros.

Aquí está 1 Cor 4:1-5 para aclarar este punto:

1 Que todo hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. 

2 Ahora bien, además se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel. 

3 En cuanto a mí, es de poca importancia que yo sea juzgado por vosotros, o por cualquier tribunal humano; de hecho, ni aun yo me juzgo a mí mismo. 

4 Porque no estoy consciente de nada en contra mía; mas no por eso estoy sin culpa, pues el que me juzga es el Señor. 

5 Por tanto, no juzguéis antes de tiempo, sino esperad hasta que el Señor venga, el cual sacará a la luz las cosas ocultas en las tinieblas y también pondrá de manifiesto los designios de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de parte de Dios.

Y 2 Tim 2:4:

4 Ningún soldado en servicio activo se enreda en los negocios de la vida diaria, a fin de poder agradar al que lo reclutó como soldado.

O, ya que me gusta tanto Ronald Speirs de Band of Brothers:

Esta es la situación en la que nos encontramos, así que acostúmbrate a ella. Y créeme, tengo que lidiar con esto también. Así que tengo toda la empatía del mundo por ti. Resígnate al hecho que nadie te aprobará por ser fiel al evangelio de Jesucristo; ni los hombres seculares, ni las mujeres cristianas. No hay caballería que venga a rescatarte.

Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

 

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Blog original: https://cutt.ly/MQmljwn

Traducido por Elenita Romero

Editado por Eduardo Álvarez 

 

Por Carlos E. Rodríguez

¡Dios nos bendiga!

Uno de los temas más mencionados en casi cualquier escenario es el de la Biblia. Se habla sobre su contenido y sobre su composición. Sin importar la temática del espacio, se suele hablar de su relevancia en la actualidad y hasta de su supuesta creación por un grupo elitista para gobernar a las masas pobres e ignorantes, buscando siempre tenerlas bajo control. Para bien o para mal, siempre hay una opinión acerca de este libro, y siempre viene dada por un experto o por quien solo repite lo que oye de otros o ha leído. Dentro de este mismo contexto suele surgir la famosa pregunta: ¿cómo sabemos que la Biblia no ha sido cambiada? ¿Cómo podemos estar seguro que lo que está escrito en ella no fue lo que un grupo planificó decirnos con unos fines específicos? ¿No parece la sospecha obvia, dado el hecho de que la historia nos enseña como algunos han usado su contenido para someter otros?

Es bueno tener dudas, lo malo es aceptar como verdad lo que no lo es. Con relación a si la Biblia ha sido cambiada o no, tenemos muchas creencias que no están basadas en hechos reales o evidencias verídicas. Más bien, muchas preguntas son el fruto de mitos populares que se basan en la ignorancia de muchos factores. Por ejemplo, se supone que el texto debió haber sido cambiado porque muchos años de escribir y transcribir “debe” provocar cambios en el contenido. Este debe es una suposición a priori, nada que ver con alguna evidencia. No es que en el proceso de copiar los manuscritos no se pudieron cometer errores de transcripción, esto es posible y hasta tenemos evidencias de ellos; pero esto es muy diferente a suponer a priori que el contenido del texto bíblico ha sido cambiado. Y es aquí donde comienzan a surgir algunas preguntas con respecto a esta suposición: ¿a qué se refiere el que hace la pregunta con cambios en la Biblia? ¿A cualquier variación o a un cambio a propósito de algo que afectaba la fe de la iglesia de ese momento o la comprometía de alguna forma? Si se refiere a cualquier tipo de variación en el texto esto no es ningún problema, pues estos cambios son de esperar en el simple paso de traducir de un idioma a otro. Aunque es de esperar variaciones por el paso de una lengua a otra, el contenido sigue siendo el mismo, lo que varía es la forma de transmitirlo. Si alguien cree que esto supone un problema me imagino que esa persona tiene una solución para comunicar un texto escrito en 3 idiomas antiguos (hebreo, arameo y griego) en el idioma de cada quien sin hacer una traducción. De lo contrario, ya debe de saber por qué esto no es un inconveniente. Con relación al otro aspecto, esto trae más problemas de los que nos podamos imaginar. Si con cambios hablamos de pasajes o textos completos que afectaban la fe y/o comprometían a la iglesia de alguna forma, entonces lo primero que necesitamos es preguntar: ¿Dónde están esos textos sin cambiar a partir de los cuales se plantea la sospecha de que la biblia ha sido cambiada? ¿Cómo se llaman esos manuscritos? ¿A qué familia pertenecen? No tenemos tales textos, no existen. Aclaro, es normal que surja la duda y se haga la pregunta, el problema es hacer de una sospecha sin fundamento una postura sólida. Sin evidencia textual que sirva como prueba para sostener esta creencia, la misma solo es una suposición sin fundamento real. La misión del creyente consistirá simplemente en mostrar la integridad de los textos más antiguos y compararlos con nuestros textos actuales. De esta simple forma habrá derrumbado esta duda justificada hasta cierto punto. De hecho, es lo que haremos paso a paso en esta serie. Lo que se busca  ver en forma general es que:

  1. Lo que se dijo es lo que tenemos en el texto.
  2. Lo que tenemos en el texto actual no ha cambiado con lo que tenemos en los textos antiguos.
  3. Las traducciones y versiones de la biblia no son prueba de cambios en el segundo aspecto ya mencionado.

Viendo todos estos tópicos, más las implicaciones que conllevan cada uno, podremos concluir satisfactoriamente que no existe razón para suponer que el texto ha sido cambiado para ocultarnos algo que podría derrumbar la fe actual que profesamos, en el peor de los casos.

El problema del problema

Aunque nuestro plan es ver todo esto paso a paso, ya de entrada podemos ofrecer un argumento para descartar estos tipos de cambios. Los no creyentes enemigos del cristianismo son los que usualmente plantean esta duda a un nivel de hecho incuestionable. Es normal escuchar afirmaciones como: sabemos que toda la biblia ha sido cambiada a conveniencia de ustedes. Lo curioso de esto es que no se ofrecen evidencias que apoyen este tipo de afirmaciones. De la misma manera, son los mismos no creyentes antagónicos al cristianismo quienes afirman incansablemente: no puedes confiar en la biblia, pues está llena de errores. Luego de, pasan a mencionar algunos de esos errores que prueban que no podemos confiar en el contenido del texto, como: Jesús llamando a la semilla de mostaza la más pequeña de las plantas, cifras dispares, el caso de Josué y el sol que se detiene, cuando es la tierra que gira a su alrededor, etc. Todos estos, y unos cientos más de ejemplos, son las pruebas traídas a la mesa por el no creyente para probar que la biblia no es confiable, pues está llena de errores. Bien, todo bien hasta aquí, no tengo espacio para responder todo esto; pero, son justamente todos estos problemas los que usaré para demostrar que es imposible sostener que la biblia ha sido cambiada a la luz de estos supuestos errores actuales. Quien afirma que la biblia ha sido cambiada, y que esto supone un problema, pero también afirma errores en el texto actual; tiene un problema más grande que el que señala, puesto que si el texto bíblico ha sido cambiado: ¿por qué entonces seguimos encontrando esos errores que el no creyente señala? ¿Por qué no fueron suprimidos por las mismas personas que cambiaron los textos que suponían un problema para la iglesia de la época? La solución a este problema no es decir que no se sabe o que se les pasó, puesto que, si no se les pasó otros, en más de cientos de años; no hay forma que estos pasen desapercibidos. A menos que el no creyente guste en sugerir que la iglesia no leía la biblia y eran otros los que encontraban los problemas en la misma, y en esa medida era que se cambiaban. Esto no solo es imposible de probar, sino que es afirmar algo gratuitamente.

Las 2 acusaciones por parte de los no creyentes nos proveen de un argumento con el cual podemos demostrar, de entrada, que la biblia no ha sido cambiada. Podemos argumentar diciendo que:

  1. Si la Biblia ha sido cambiada entonces la Biblia no puede contener errores.
  2. La Biblia contiene errores.
  3. Por lo tanto, la Biblia no ha sido cambiada.

Para defender las premisas de este sencillo argumento solo basta repetir las mismas acusaciones de los antagonistas. Ellos dicen que la biblia ha sido cambiada, y para defender la premisa 1 solo tenemos que usar sus propios argumentos. Para defender la premisa 2 solo será suficiente señalar los mismos errores actuales que señalan los no creyentes. De esta manera, tenemos un argumento lógicamente valido con premisas verdaderas que nos lleva a concluir que es imposible que la Biblia haya sido cambiada dado los errores que son señalados. Si por alguna razón el no creyente sugiere que el argumento no es válido por la falsedad de alguna de sus premisas, entonces ya sabe por qué lo que afirma está bastante errado. Este argumento es válido en la misma medida en que el no creyente sostenga cada una de estas premisas.

Conclusión

No podemos afirmar de forma segura que la Biblia ha sido cambiada. A lo sumo, podemos tener alguna sospecha o duda justificada, la cual se puede responder mirando la historia del proceso de producción del texto. Lo que sí no podemos hacer es sostener esta duda como una postura sólida, pues no lo es. Los que creen que sí, también sostienen que el texto está lleno de errores. Bueno, ambas afirmaciones son contrarias, y si son unidas correctamente podemos formar un argumento para descartar de entrada que no hay cambios en el texto, basados en la imposibilidad de que existan errores tomando en cuenta “los cambios sufridos”.

 


Carlos Enrique Rodríguez Alcántara es de República Dominicana, bloguero, predicador, maestro, conferencista y apologista. Esposo de Carolina. Miembro de la Iglesia Roca de Salvación Central, en donde ha sido director de educación y sub-director de educación del concilio. Tiene un grado asociado en teología de ESFOTEBIC. Certificado en filosofía, filosofía y ciencias (con honores) y pensamiento crítico por la universidad de Edimburgo, además de filosofía, ciencia y religión por la misma universidad.

A while ago Jorge Gil received a message on one of his social networks from an atheist, it was a series of objections against theism. Of course, my friend Jorge does not have the time to respond to each of the messages or emails he receives, so he asked me to be the one to respond to the objections; and well, here I am. Since the text sent is extensive, I have decided to address his argument in four parts: three are objections to the general case in favor of theism and one is an atheological argument.

This is the first objection that Randy Riverol Arevalo, from Cuba, presents to us:

Hello, greetings from Cuba. I see that you are one of the few Spanish speakers who has a good command of the philosophy of religion. I wanted to explain my position and hear your thoughts on it.

I am an atheist, by this I mean that I believe that there are no arguments that indicate the existence of God. This is only valid if God is meant to be omniscient, omnipotent, omnibenevolent, and necessary. God’s properties are metaphysical (that is, they refer to the ontology and basis of reality), for these properties to be justified, they require metaphysical evidence, since, of the three categories: conceptual, empirical, and metaphysical, [these] require evidence of their respective category, and, therefore, you cannot prove a metaphysical property with empirical evidence. For example, philosophical naturalism is the claim that only the natural exists, even with all or much knowledge of the natural world we are not justified in concluding that everything that exists is natural, since there could be something that we do not know or have not discovered. To prove philosophical naturalism, you would need metaphysical evidence, which we do not currently have a methodology to obtain. Therefore, if you try to justify a metaphysical property with empirical evidence, it is not justified, and if you try to justify it with the fact that induction is not perfect and that it always has this margin of error, [well] that is my point, you are trying to obtain a “metaphysical” deductive conclusion using “empirical” induction, committing a category error.

Ok. Let’s go step by step:

  • The properties of God are metaphysical (that is, they refer to the ontology and basis of reality).

If by (a) you mean that properties tell us something about the essence of the object being predicated, then I see no problem.

  • …for these properties to be justified requires metaphysical evidence, since, of the three categories: conceptual, empirical and metaphysical, [these] require evidence from their respective category, and therefore, you cannot prove a metaphysical property with empirical evidence.

Talking about the nature of properties is one of the broadest topics in metaphysics, so much so that I find your classification insufficient and problematic. [1] For example, what do you mean by empirical properties? You offer no definition, not a single example. If I were to take your classification literally, an empirical property would be one that is subject to sensory experience, but how is this even possible? For example, from the statement Peter is good you seem to mean that since Peter is an object of our senses, so is the property of being good. Is this what you mean by an empirical property? This seems to me to make no sense at all; not even a Platonist would claim that the property of being good is some kind of empirical object.

Since you don’t set out any clear concepts for your classifications of properties, I find it very difficult to understand why an empirical property requires empirical evidence. What kind of empirical evidence do you have to justify Peter’s property of being good? Why believe that the property of being good is empirical in Peter, but metaphysical in, say, the angel Gabriel? It’s like saying that the property of being good has the property of being empirical in a physical object, but has the property of being metaphysical in a metaphysical object. This certainly seems to me to be a rather complicated, if not absurd, ontology of properties. I think it’s a language for talking about properties that no philosopher holds.

So, for the sake of argument, let’s say that I accept your classification of properties. So, in what sense should I take your statements about properties? It seems to me that conventional language without metaphysical baggage is the best option. Instead of asking: What empirical evidence do you have to justify the empirical property of being good in Peter? I would ask: How do you prove that Peter is good? In response to this question, one could simply tell you to observe Peter’s actions to know that he is good; testimonies from people who know Peter would also help. In this way, I would understand that this methodology cannot be applied in the case of immaterial beings like God because he cannot be observed as in the case of Peter, but it does not follow from that that it is therefore impossible to know the properties of God, the only thing that follows is that at least another type of methodology is required to know the properties of God.

  • To prove philosophical naturalism, you would need metaphysical evidence, which we currently have no methodology to obtain.

But Randy, why would you require metaphysical evidence to prove naturalism? If the claim of naturalism is that only the natural exists and under your own criteria of justification of properties, doesn’t this imply that you require physical evidence to prove naturalism and metaphysical evidence to prove supernaturalism? Now I don’t understand you.

  • …if you try to justify [a metaphysical property] with the fact that induction is not perfect and that it always has that margin of error, [well] that is my point, you are trying to obtain a “metaphysical” deductive conclusion using “empirical” induction, committing a category error.

The problem is that you never bother to define an empirical property. Furthermore, if we apply your criterion of justification that only the metaphysical can prove the metaphysical and only the empirical can prove the empirical, then how do you claim that metaphysical properties, which are non-physical entities, refer to the ontology of reality, which in your worldview is physical? In the end, your own criterion of justification makes your classification of properties impossible.

To summarize, there are two problems with your objection:

  1. An insufficient and problematic classification of properties.
  2. A criterion of justification for properties that conflicts with the very definition of metaphysical properties.

Note:

[1] https://plato.stanford.edu/entries/properties/#KinPro

 


Jairo Izquierdo is a member of the Social Media team and an author for the Christian organization Cross Examined . He studies philosophy and theology, with his current focus being classical logic, epistemology, Christian doctrines, and philosophy of language. He is co-founder of Filósofo Cristiano . He is a member of the Christian Apologetics Alliance and a worship director at the Christian Baptist church Cristo es la Respuesta in Puebla, Mexico.

Por Huge Ross

Cuando se trata de las características de ajuste fino del universo, los no-teístas se encuentran en un aprieto. La evidencia es demasiado significativa y concreta como para dejar de lado. La evidencia es inanimada; así que no se puede apelar a hipótesis darwinistas. Las apelaciones a un tiempo casi infinito se ven frustradas por las pruebas de la creación del tiempo sólo unos pocos miles de millones de años atrás. Los siguientes cinco argumentos parecen cubrir el rango de las respuestas no teístas a la evidencia del diseño cósmico:

Argumento 1: nosotros no estaríamos aquí para observar el universo si lo extremadamente improbable no hubiera ocurrido.

La evidencia a favor del diseño es meramente accidental. Nuestra existencia simplemente testifica que lo extremadamente improbable ciertamente tuvo lugar por azar. En otras palabras, no estaríamos aquí para reportar las características del universo a menos que el azar hubiera producido estas propiedades altamente improbables.

Refutación: Este argumento es fundamentalmente una apelación a las probabilidades infinitas que ya ha sido contestada (ver capítulo 12). Otra respuesta ha sido desarrollada por el filósofo Richard Swinburne[1] y ha sido resumida por otro filósofo, William Lane Craig:

Suponga que cien tiradores expertos son enviados para ejecutar a un prisionero en un escuadrón de fusilamiento, y el prisionero sobrevive. El prisionero no debería asombrarse de que no ve que está muerto. Después de todo, si estuviera muerto no podría observar su muerte. No obstante, tendría que asombrarse de que esté vivo.[2]

Extendiendo el argumento de Craig y Swinburne, el prisionero debería concluir, dado que está vivo, que todos los tiradores expertos erraron por algún azar extremadamente improbable. Él podría querer atribuir su supervivencia a una increíble buena suerte, pero sería mucho más racional que él concluyera que los fusiles estaban cargados con salvas o que los tiradores erraron a propósito. Alguien tiene que haber tenido el propósito de que viva. De la misma forma, la conclusión racional que se deduce del ajuste fino del universo es que alguien tuvo el propósito de que nosotros viviéramos.

Argumento 2: el diseño del universo es simple antropomorfismo

El astrofísico Joseph Silk, en su más reciente esfuerzo de comunicar la física de la cosmología del Big Bang a los legos, se mofa de la conclusión de que el universo ha tenido un ajuste fino para soportar la vida. Compara la “tontería” de la idea del diseño con la suposición absurda de la pulga de que el perro del que se alimenta ha sido diseñado precisamente para su beneficio. El error de la pulga, sugiere, se vuelve muy aparente apenas se le coloque al perro un collar para las pulgas.[3]

Refutación: El argumento de Silk ignora algunos temas clave. Si bien la pulga puede estar un poco centrada en sí misma al suponer que el perro fue diseñado exclusivamente para ella, no hay ninguna razón para negar que el perro fue diseñado para un propósito, o para varios propósitos. (El mito de que la vida es producto estrictamente de procesos naturales accidentales es tratado en el capítulo 16.) El collar contra las pulgas puede ser un argumento más fuerte a favor del diseño (por ejemplo, el control de la población) que a favor de la falta de diseño. Más importantemente, si bien podemos imaginarnos un amplio rango de huéspedes adecuados para soportar a la pulga, cada uno de ellos requiere elementos de diseño para facilitar la supervivencia de la pulga.

Aunque son bastante abundantes los huéspedes adecuados para la pulga, no lo son los universos adecuados para la vida. Los astrofísicos no han sido capaces de inventar universos hipotéticos significativamente diferentes del nuestro que pudieran soportar seres humanos o, para el caso, cualquier tipo de vida física inteligente concebible.

Argumento 3: los argumentos del diseño están fuera del dominio de la ciencia y, por lo tanto, deben ser ignorados

Las publicaciones del National Center for Science Education, entre otros grupos anti-creacionistas, aseveran repetidamente que la ciencia está “basada en lo empírico y es necesariamente materialista; los milagros no deben ser permitidos” y que “cualquier teoría con un fundamento sobrenatural no es científica.”[4] Dado que los argumentos de diseño implican la intervención sobrenatural, pueden ser ignorados justificadamente porque “no pueden ser considerados científicos.”[5]

Refutación: Afirmar que la ciencia y la teología son mutuamente excluyentes puede ser conveniente para los materialistas que no están dispuestos a defender su filosofía, pero es insostenible. La ciencia raramente es neutral en lo religioso. Análogamente, la fe religiosa raramente es neutral en lo científico. Tanto la ciencia como la teología tratan frecuentemente con causa y efecto y con procesos de desarrollo en el mundo natural. Tanto la ciencia como la teología tratan con el origen del universo, el sistema solar, la vida y la humanidad.

Cuando se trata de las causas, los procesos de desarrollo y los orígenes, existen siempre dos posibilidades: natural o sobrenatural. Insistir dogmáticamente que nunca deben considerarse respuestas sobrenaturales equivale a decir que todos los seres humanos sigan una sola religión, la religión del materialismo ateo. Encuentro irónico que, en nombre de la libertad religiosa, ciertos proponentes de la educación científica insisten en librar a nuestras instituciones de enseñanza e investigación de cualquier fe que se atreva a competir con la suya.

Argumento 4: el orden puede surgir del caos

La idea de que bajo condiciones estrictamente naturales el orden puede surgir y surgirá del caos fue propuesta primeramente por David Hume, casi doscientos años atrás. Recientemente, ha sido revivido por el químico galardonado con el premio Nobel, Ilya Prigogine en su libro Order out of Chaos (El orden a partir del caos)[6] y por la exitosa película Jurassic Park (Parque Jurásico). Hume hizo la afirmación sin ningún apoyo de las evidencias. Prigogine señaló varias reacciones químicas en las que el orden parece surgir de sistemas caóticos. Jurassic Park en realidad toca otro tema, a saber la teoría del caos y la lógica borrosa.

El principio detrás de la teoría del caos y la lógica borrosa es que, al tratar de predecir el resultado del estado futuro de sistemas excepcionalmente complejos, el investigador estará mejor si se conforma con respuestas o conclusiones aproximadas en cada paso en la solución de un problema en vez de respuestas o conclusiones exactas. La presunción de un principio auto-organizador en los sistemas caóticos surge del hecho de que cuanto más complejo es el sistema mayor es la oportunidad de desviaciones del equilibrio termodinámico en pequeñas porciones del sistema (y mayor es la dificultad para determinar cuáles son realmente los estados de equilibrio termodinámico). Según la segunda ley de la termodinámica, la entropía crece en todos los sistemas, pero la entropía puede decrecer (es decir, el orden puede crecer) en parte de un sistema, siempre que un incremento adicional de entropía (es decir, desorden) ocurra en otra parte del sistema.

Debido a que los investigadores humanos pueden ser propensos a subestimar la complejidad de algunos sistemas, se sorprenden ocasionalmente por cuánto puede desviarse una pequeña porción de un sistema del equilibrio termodinámico. No obstante, las leyes de la termodinámica predicen que estas desviaciones son temporarias, y cuanto mayor la desviación, más rápidamente se corrigen los desvíos.

Sin los desvíos del equilibrio termodinámico, no se formarían las gotas de lluvia y los copos de nieve, por ejemplo. Pero la formación de gotas de lluvia y de copos de nieve se acerca a los límites de auto-organización de un proceso natural. Si bien los copos de nieve exhiben un alto grado de orden, su contenido de información o nivel de diseño permanece bastante bajo. La distinción es aproximadamente como la diferencia entre el Nuevo Testamento y un libro que contenga la oración “Dios es bueno” repetida 90.000 veces.

El último ejemplo muestra un orden considerable, pero no mucha información. El primer ejemplo contiene un alto grado de orden y un alto grado de información (o diseño) a la vez. Los ejemplos de Prigogine exhiben incrementos de orden pero sin incrementos significativos en el contenido de información. Los procesos naturales solos no pueden explicar el nivel excepcionalmente alto de diseño y de contenido de información en los organismos vivos o en la estructura del universo que hacen que la vida sea posible.

Argumento 5: a medida que seguimos evolucionando, llegaremos a ser el creador-diseñador

En su libro, The Anthropic Cosmological Principle (El principio antrópico cosmológico), los astrofísicos John Barrow y Frank Tipler reseñan muchas nuevas evidencias del diseño del universo.[7]

Luego pasan a discutir versiones del principio antrópico como el WAP (Weak Anthropic Principle – principio antrópico débil: los seres conscientes sólo pueden existir en un medio ambiente con características que permitan que lo habiten), el SAP (Strong Anthropic Principle – principio antrópico fuerte: la naturaleza debe adoptar aquellas características que admitan, en algún lado y en algún tiempo, la existencia de seres conscientes), y versiones más radicales, incluyendo el PAP (Participatory Anthropic Principle – principio antrópico participativo: los observadores conscientes son necesarios para traer a la existencia al universo, y el universo es necesario para traer a la existencia a los observadores). Pero lo que ellos propician es el FAP (Final Anthropic Principle – principio antrópico final).

Con el FAP, la vida que existe (pasado, presente y futuro) continuará evolucionando con los recursos inanimados del universo hasta que alcance un estado que Barrow y Tipler denominan el “Punto Omega.”[8] Este Punto Omega, dicen, es una Entidad que tiene las propiedades de omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia, con la capacidad de crear en el pasado.[9] En otras palabras, el Dios-Creador no existe todavía, pero nosotros (toda la vida y todas las estructuras inanimadas del universo) estamos evolucionando gradualmente hacia Dios. Cuando Dios sea construido finalmente así, Su poder será tal que Él puede crear un universo entero con todas sus características de diseño miles de millones de años atrás.

En su último libro, The Physics of Immortality (La física de la inmortalidad),[10] Tipler propone que la evolución hacia el Punto Omega ocurrirá mediante el avance de la tecnología de las computadoras. Extrapolando el tiempo de duplicación de la capacidad de computación (en la actualidad, alrededor de dieciocho meses) hacia algunos millones de años en el futuro, Tipler predice que una generación futura de seres humanos podrá no sólo alterar todo el universo y todas las leyes de la física sino también crear un Dios que aún no existe. Más aún, podremos resucitar cada ser humano que haya vivido jamás mediante la recuperación de los recuerdos que alguna vez residieron en el cerebro de cada persona.

Refutación: Es difícil tratar estas hipótesis del FAP y del Punto Omega en forma seria. En el New York Review of Books, el conocido crítico Martin Gardner ofreció su evaluación del trabajo de Barrow y Tipler:

¿Qué podemos decir de este cuarteto de WAP, SAP, PAP y FAP? En mi opinión no tan humilde, creo que el último principio puede llamarse mejor CRAP, Completely Ridiculous Anthropic Principle – principio antrópico completamente ridículo (nota: en inglés, la palabra “crap” significa “basura”).[11]

En The Physics of Immortality, Tipler sobrestima groseramente el papel de la memoria humana y la capacidad futura de las computadoras. Así como las computadoras no pueden funcionar solamente con bancos de memoria, tampoco la mente humana y la conciencia humana operan solamente mediante la memoria. Si bien están teniendo lugar hoy notables progresos en la tecnología de computación, las leyes de la física imponen límites finitos predecibles sobre el hardware de las computadoras futuras. Como ha sido documentado rigurosamente por Roger Penrose en The Emperor’s New Mind y Shadows of the Mind, estos límites no permiten siquiera la duplicación de la conciencia humana, y mucho menos las capacidades fantásticas que sugiere Tipler.[12]

Pero Tipler aparentemente quiere alterar mucho más que sólo el universo y las leyes de la física. Él cree, por ejemplo, que las computadoras futuras serán capaces de exponer a la gente a los principios de la teoría del juego tan efectivamente que todos los pensamientos y acciones destructivos serán purgados y ya no habrá maldad, aún para gente del tipo de Adolf Hitler y Mata Hari.[13]

En la religión de Tipler, la obra redentora de un Salvador se vuelve innecesaria. Considere, sin embargo, que si la propuesta de Tipler fuera cierta, cuanto mejor la gente comprendiera la teoría del juego menor sería la propensión que exhibirían a cometer el mal.

Desafortunadamente para Tipler, no hay evidencias de ninguna correlación de este tipo.

Tipler no sólo descarta el infierno, sino que redefine el cielo. El “cielo” de Tipler trae la dicha relacional (más precisamente, sexual) a todo hombre y mujer. Él produce una ecuación para “probar” que su utopía generada por la computadora traerá a cada hombre una mujer, y a cada mujer un hombre, capaces de entregar 100 000 veces el impacto y la satisfacción del mejor compañero que uno pueda imaginar en la vida que conocemos.[14] La atracción popular de esta idea documenta la bancarrota espiritual de nuestro tiempo. Evidentemente muchas personas nunca han saboreado un placer mayor que lo que puede dar la experiencia sexual.

En un artículo para el Skeptical Inquirer, Gardner nuevamente blandió sus cuchillos satíricos:

Le dejo al lector que decida si deberán optar por OPT (Omega Point Theology – teología del punto omega) como una nueva religión científica superior a la Cienciología – una religión destinada a elevar a Tipler al rango de un profeta más grande que L. Ron Hubbard – u optar por el punto de vista de que OPT es una fantasía descabellada generada por la lectura de demasiada ciencia-ficción.[15]

En su rechazo persistente de un Creador eterno y trascendente algunos cosmólogos (y otros) están recurriendo a opciones cada vez más irracionales. Hay cierta lógica en esto, sin embargo. Si por motivos personales o morales el Dios de la Biblia no es aceptable, entonces, dada toda la evidencia para la trascendencia y el diseño, las alternativas están restringidas a vuelos de la imaginación.

A lo largo del tiempo y a medida que destrabamos más de los secretos del vasto cosmos, los hombres y mujeres estarán más sobrecogidos por cuán exquisitamente está diseñado el universo. Pero ¿a qué estará dirigido ese sobrecogimiento – a la cosa creada o al Creador? Esa es la elección de cada persona.

Notas

[1] Swinburne, p. 165.

[2] William Lane Craig, “Barrow and Tipler on the Anthropic Principle Versus Divine Design,” British Journal of Philosophy and Science 38 (1988), p. 392.

[3] Joseph Silk, Cosmic Enigma (1993), p. 8-9.

[4] NCSE staff, Education and Creationism Don’t Mix (Berkeley, CA: National Center for Science Education, 1985), p. 3; Eugenie C. Scott, “Of Pandas and People,” National Center for Science Education Reports (Enero-Febrero1990), p. 18; Paul Bartelt, “Patterson and Gish at Morningside College,” The Committees of Correspondence, Iowa Committee of Correspondence Newsletter, vol. 4, no. 4 (October 1989), p. 1.

[5] Education and Creationism Don’t Mix, p. 3; Eugenie C. Scott and Henry P. Cole, “The Elusive Scientific Basis of Creation Science,” The Quarterly Review of Biology (March 1985), p. 297.

[6] Ilya Prigogine and Isabelle Stengers, Order out of Chaos: Man’s New Dialogue With Nature (New York: Bantam Books, 1984).

[7] Barrow y Tipler.

[8] Barrow y Tipler, p. 676-677.

[9] Barrow y Tipler, p. 676-677, 682; Martin Gardner, “Notes of a Fringe-Watcher: Tipler’s Omega Point Theory,” Skeptical Inquirer 15, no. 2 (1991), p. 128-132.

[10] Frank J. Tipler, The Physics of Immortality: Modern Cosmology, God and the Resurrection of the Dead (New York: Doubleday, 1994).

[11] Martin Gardner, “WAP, SAP, PAP, and FAP,” The New York Review of Books, vol. 23, no. 8, 8 May 1986, p. 22-25.

[12] Roger Penrose, The Emperor’s New Mind (New York: Oxford University Press, 1989), p. 3-145, 374-451; Roger Penrose, Shadows of the Mind (New York: Oxford University Press, 1994), p. 7-208.

[13] Frank J. Tipler, p. 253-255.

[14] Frank J. Tipler, p. 256-257.

[15] Gardner, “Notes of a Fringe-Watcher,” p. 132.

 


Blog Original: http://bit.ly/2OERFPO

Traducido por Alejandro Field