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Por Natasha Crain

En una edición de la revista Scientific American presenta un artículo del ateo Michael Shermer titulado: “¿Qué se necesitaría para probar la resurrección?”. Está subtitulado audazmente, “Cómo pensar acerca de las afirmaciones, incluso de la resurrección”.

¡Guauu! Este artículo en una revista popular dice que nos va a enseñar cómo pensar acerca de la resurrección. No podía esperar para leerlo. Fue incluso peor de lo que pensé que sería.

Todos los años, durante la Semana Santa (la Pascua), las publicaciones seculares presentan artículos sobre la resurrección, y todos los años son valiosos.

En esta publicación, resaltaré dos formas claves en las que este artículo en particular enseña un pensamiento crítico malo y luego proporcionaré tres puntos para ayudar a tus hijos a pensar más lógicamente sobre el tema.

Por cierto, si tienes tiempo para las canastas de Pascua, la caza de huevos y decoración de huevos, tienes tiempo para tener estas conversaciones con tus hijos. De verdad, esto es importante.

Mal razonamiento 1: afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria

Shermer elabora su argumento contra la resurrección con un lema favorito de los escépticos: las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria.

Si no has escuchado esto antes, es una frase de un escéptico como un intento de detener la conversación. Tiene la intención de hacer desaparecer cualquier supuesta evidencia de un milagro, haciéndola ver muy inadecuado como para demostrar que algo tan improbable como un milagro realmente ocurrió.

Esta idea de que las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria, sin embargo, cae directamente en la categoría de cosas que suenan bien, pero que no resisten un control lógico.

Si bien se podría decir mucho aquí, el punto más importante es este: ¿por qué las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria? Extremadamente improbable, cosas “extraordinarias” suceden todos los días, y la evidencia ordinaria a menudo es suficiente para demostrar que sucedió. Es extraordinariamente improbable, por ejemplo, que un ataque terrorista ocurra en un lugar específico en un momento específico. Pero cuando los investigadores evalúan la escena, buscan pruebas esencialmente comunes para determinar qué sucedió: imágenes de seguridad, armas en la escena y la palabra de los testigos presenciales.

“Las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria” no es una prueba que aplicamos en cualquier otra área de la vida. Los escépticos la usan para establecer de manera subjetiva una barrera evidencial tan alta para los milagros, que ningún milagro podría ser creído.

Eso no es pensamiento crítico… es simplemente mantener la presuposición de que los milagros no ocurren.

Mal razonamiento 2: proponer explicaciones sin tener en cuenta la evidencia

Después de decir que las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia extraordinaria, uno podría esperar que Shermer exponga la evidencia de la resurrección y demuestre cómo esa evidencia no cumple con su estándar (extraordinario). Él no lo hace.

Sin considerar ninguna evidencia de la resurrección, simplemente enumera las posibles razones por las cuales la Biblia incluso informaría tal cosa:

Tal vez los testigos presenciales fueron “supersticiosos o crédulos y vieron lo que querían ver”.

Tal vez informaron, “solo sintiendo a Jesús en ‘espíritu’ y durante las décadas su testimonio fue alterado para sugerir que vieron a Jesús en la carne”.

Tal vez los relatos de la resurrección “nunca aparecieron en los Evangelios originales y se agregaron más tarde”.

Cada una de estas hipótesis puede ser refutada enérgicamente, pero como quiero centrarme en el método de pensamiento propuesto por Shermer y no en sus hipótesis específicas, no entraré en eso ahora. En lugar de eso, simplemente quiero señalar que, en lugar de mirar datos históricos y considerar qué hipótesis explican mejor los hechos históricos, él no mira ninguna evidencia, enumera tres hipótesis de todos modos, luego concluye que cualquiera de estas es más probable que la resurrección … porque no implican milagros.

Entonces, para resumir, una revista popular e importante ha sugerido que la forma en la que deberíamos pensar sobre una afirmación como la resurrección es:

  • Identifíquelo como una afirmación milagrosa.
  • Acepte que cualquier explicación natural es más probable que un milagro.
  • Rechace la afirmación de un milagro.

En otras palabras, nos acaban de enseñar que la manera de pensar acerca de los milagros es asumir que no son posibles. ¡Brillante!

Lo siento, revista Scientific American, pero no me impresiona.

Por favor, enseña a tus hijos a pensar de manera más crítica que esto

Padres, tenemos que hacerlo mejor que esto. Nuestros niños necesitan aprender a pensar más críticamente que el mundo que los rodea, porque se encontrarán con este tipo de pensamiento pobre en todas partes. Y te aseguro que no aprenderán esto en la Escuela Dominical, por lo que la responsabilidad recae en ti. Aquí hay un marco de “evaluación de un milagro” de 3 puntos que todos los niños deben entender. (Hablo sobre este tema en varios capítulos de Keeping Your Kids on God’s Side, [Mantener a tus hijos del lado de Dios], así que haré referencia a esos capítulos para cada punto si quieres leer más).

  1. ¿Son posibles los milagros?

Shermer y muchos escépticos como él, simplemente presuponen que los milagros sobrenaturales no son posibles. Ellos efectivamente dicen, “los milagros no son posibles, entonces la resurrección no sucedió”.

La lógica circular no es buena lógica.

Aquí hay una mejor lógica para aprender: la posibilidad de milagros depende de si Dios existe o no.

Si Dios existe, los milagros sobrenaturales son posibles porque lo sobrenatural existe. Si Dios no existe, el mundo natural es todo lo que hay, y los milagros sobrenaturales son imposibles por definición.

  1. ¿Cuáles son los hechos que rodean una afirmación de milagro dada?

A menos que simplemente esté desechando la posibilidad de milagros debido a su compromiso previo con el ateísmo, las afirmaciones de milagros se deben investigar una por una.

En el caso de la resurrección, hay cuatro hechos que están tan fuertemente confirmados históricamente que son ratificados por casi todos los estudiosos del tema, incluidos los escépticos. Los Dres. Gary Habermas y Michael Licona exponen esto en su libro, The Case for the Resurrection of Jesus (El caso de la resurrección de Jesús). Como se trata de una publicación de blog y no de un libro, solo explicaré brevemente cada hecho. Vea el libro de Habermas y Licona para una discusión exhaustiva, o para un resumen entonces el capítulo 21 en Keeping Your Kids on God’s Side, (Mantener a tus hijos del lado de Dios).

  1. Jesús murió por crucifixión.

La crucifixión de Jesús es referenciada por varias fuentes históricas no cristianas, como Josefo, Tácito, Luciano de Samósata y el Talmud judío.

  1. Los discípulos de Jesús creyeron que se levantó y se les apareció.

Habermas explica: “Existe un consenso virtual entre los estudiosos que estudian la resurrección de Jesús en el sentido de que, luego de la muerte de Jesús por crucifixión, sus discípulos realmente creyeron que se les apareció resucitado de entre los muertos. Esta conclusión ha sido analizada por datos que sugieren que 1) los mismos discípulos afirmaron que Jesús resucitado se les había aparecido, y 2) subsecuente a la muerte de Jesús por crucifixión, sus discípulos se transformaron radicalmente de personas temerosas y encogidas que lo negaron, y abandonaron en su arresto y ejecución, en proclamadores audaces del evangelio del Señor resucitado”.

Un escéptico puede afirmar que existen explicaciones naturales (a diferencia de las sobrenaturales) de lo que les sucedió a los discípulos, pero muy pocos niegan que los discípulos hayan experimentado algo que los llevó a enfrentar la muerte y la persecución de forma voluntaria.

  1. Pablo, el perseguidor de la iglesia fue cambiado de repente.

Pablo persiguió seriamente a la iglesia primitiva (Hechos 8: 3; 1 Corintios 15: 9; Gálatas 1:13; Filipenses 3: 6). Pero todo cambió cuando tuvo una experiencia con quien reconoció como el Jesús resucitado (Hechos 9). Después de esa experiencia, se convirtió a la fe cristiana y predicó incansablemente la resurrección de Jesús, y finalmente fue martirizado por sus afirmaciones.

  1. El escéptico Santiago, el hermano de Jesús, fue cambiado de repente.

Santiago no creía en Jesús durante el ministerio de Jesús (Marcos 3: 21,31; 6: 3-4; Juan 7: 5). Sin embargo, 1 Corintios 15: 7 dice que Jesús se le apareció a Santiago, y después de esta supuesta resurrección, Santiago fue descrito como un líder de la iglesia (Hechos 15: 12-21; Gálatas 1:19). Él también fue martirizado por esta creencia, tal como lo registran los escritos históricos tanto cristianos como no cristianos (Hegesipo, Clemente de Alejandría y Josefo).

Una vez más, estos son los hechos en los que prácticamente todos los académicos están de acuerdo… hechos que requieren una explicación y hechos que ni siquiera fueron considerados por Shermer.

      3. ¿Cuál es la mejor explicación para los hechos?

En el capítulo 22 de Keeping Your Kids on God’s Side, (Mantener a tus hijos del lado de Dios), presento siete teorías que las personas han ofrecido para explicar estos hechos:

  • Jesús solo pareció morir.
  • Los discípulos mintieron o robaron el cuerpo de Jesús.
  • Alguien distinto a los discípulos robó el cuerpo de Jesús.
  • Los testigos fueron a la tumba equivocada.
  • Las personas que vieron a Jesús estaban alucinando.
  • La gente inventó el cristianismo basado en mitos paganos.
  • Al esparcirse las enseñanzas, fueron embellecidas con detalles sobrenaturales.

Como muestro en el libro, ninguna de estas explicaciones se ajusta a todos los hechos históricos conocidos. Una resurrección sobrenatural, sin embargo, fácilmente explica por ellos.

Hay una sólida razón histórica para concluir que una resurrección sobrenatural es la mejor explicación de los hechos si no tienes un compromiso previo con el ateísmo.

Como concluye el teólogo Wolfhart Pannenberg, “La solidez histórica del testimonio cristiano [de la resurrección] plantea un desafío considerable a la concepción de la realidad que se da por sentado en la historia secular moderna. Hay razones buenas e incluso superiores para afirmar que la resurrección de Jesús fue un evento histórico y, en consecuencia, el Señor mismo es una realidad viva. Sin embargo, existe la innumerable experiencia repetida de que en el mundo los muertos no resucitan. Mientras este sea el caso, la afirmación cristiana de la resurrección de Jesús seguirá siendo un tema debatido, a pesar de todo argumento histórico sólido para su autenticidad”.

No espero que Scientific American llegue a la conclusión de que una resurrección sobrenatural se ajusta mejor a los hechos históricos porque es una publicación secular. Pero si les retaría para que en el futuro presenten un enfoque más razonable para abordar estos temas.

Dudo que eso ocurra.

Entretanto, si los padres cristianos pasaran el mismo tiempo hablando de estos temas con sus hijos como el que le dedican a buscar huevos de Pascua, no debe ser un asunto que nos preocupe.

¿Podemos hacer eso?

 


Natasha Crain administra su blog de apologética cristiana para padres, ChristianMomThoughts.com. Obtuvo su MBA en Marketing y Estadísticas en UCLA y consiguió un certificado de apologética cristiana de la Universidad de Biola. Actualmente reside en California con su esposo Bryan junto con sus tres pequeños hijos.

Blog Original: http://bit.ly/2CHSiFD

Traducido por Rudy Ordoñez Canelas

Editado por María Andreina Cerrada

By Evan Minton

I don’t know why, but 99% of the atheists I talk to on the Internet hold the ridiculous position that Jesus never existed. But then, they’re atheists. I don’t expect them to believe in the divinity of Jesus. How could they? If they did, they wouldn’t be atheists. They would be Christians. No. I’m not talking about believing in the divinity of Jesus here, but about believing in Jesus as a historical figure. That’s what I find so ridiculous. Those who deny the Christ myth are clinging to a historical hypothesis that would make them the laughing stock of every university in the world. Almost every scholar of ancient history holds this view, and those who are in a minority, a minority, a minority are rightly seen as charlatans. By the way, those who believe that Jesus was a flesh-and-blood historical figure are not Christians. Atheist and agnostic scholars also believe that Jesus was a historical figure. Bart Ehrman, an agnostic and one of the most outspoken critics of Christianity, believes that Jesus was a real, flesh-and-blood historical person. He writes: “I think the evidence that Jesus existed is so overwhelming that it is foolish to claim otherwise. I don’t know anyone who is a responsible historian, who is trained in the historical method, or anyone who is a biblical scholar and who works that way, who gives any credence to any of that.” 

Why is this the case? Why do almost all scholars of ancient history believe that Jesus was a flesh-and-blood figure in history? Is the evidence for Jesus’ historicity as overwhelming as agnostic scholar Bart Ehrman claims? Let’s see.

*The existence of Jesus is more than amply attested in secular sources, non-Christian extra-biblical sources, and in the New Testament documents.

Jesus is mentioned in so many sources in the first century and early second century that it is absurd to claim that He never existed. What are those sources? Well, we have the gospels and the epistles of the New Testament. But everyone already knows them, so I am not going to cite them. Instead, I am going to cite merely the non-Christian, extra-biblical sources.

1: Flavius ​​Josephus

Josephus mentions Jesus (and other New Testament figures) in his writings. In Flavius ​​Josephus’s Antiquities of the Jews (written in 90 AD), Josephus writes:

“About that time there was a certain Jesus, a wise man, if he may be called a man, for he was a wonder-worker, a teacher of men who welcomed the truth. Many of the Jews and many of the Gentiles were attracted to him. They called him the Christ, and when Pilate, acting on the suggestion of the chief men among us, had condemned him to the cross, those who had loved him from the beginning did not forsake him; he appeared to them resurrected on the third day, just as the divine prophets had foretold, and they said ten thousand other astonishing things about him. The existence of Christians, the name they took from him from that time on, continues to this day.”

“Antiquities of the Jews”, 18.3.3

Second, in Book 20 there is what might be called a brief reference to Jesus in a paragraph describing the murder of Jesus’ brother James at the hands of the high priest Ananus.

“But as we said, the young man Ananus who received the high priesthood was of a courageous temper and exceptionally bold; he was a partisan of the Sadducees, who were severe in passing judgment on all the Jews, as we have already shown. Since Ananus was of such a temper, he thought he had now a great opportunity since Festus was dead and Albinus was still on the way; so he formed a council of judges, and brought before them the brother of Jesus, the one called Christ, whose name was James, together with others; and having accused them of being offenders, he handed them over to be stoned.”

Here we have an early secular source that mentions Jesus and a handful of followers who clearly believed He was the promised Messiah (or Christ) of their Jewish religion. It also mentions Pontius Pilate and says that Jesus was crucified by Pontius Pilate at the suggestion of the Jewish Sanhedrin. This is pretty good non-Christian and non-Biblical evidence that affirms the existence of Jesus, the existence of Pontius Pilate, that Jesus had a handful of followers who considered Him to be the Christ, and that the Sanhedrin brought Jesus before Pontius Pilate and that he condemned Him to die on a cross. Josephus also claims that Jesus had a brother named James who was murdered by the Sanhedrin.

“BUT!” The one who believes that Christ is a myth may protest . This passage has obviously been interpolated by a Christian. Josephus was a Jew, not a Christian. And yet he says things like “He was the Christ”  and “He appeared to them resurrected on the third day .”  Therefore, we cannot include this passage from Josephus because it was not a genuine passage that he wrote. It was more likely written by a Christian scribe who included this passage in order to subliminally evangelize people. But are the skeptics right? Is this passage really not historical evidence for the existence of Jesus? There are a few things to consider.

First, very few scholars believe that the entire passage was invented by a Christian. Certainly, it is indisputable that there have been interpolations in this passage, but that does not mean that the whole thing was invented. Most scholars believe that there was an original passage about Jesus included in the Flavian testimony, but that it was subtly modified by a Christian scribe.

There are very good reasons why scholars have adopted the theory of “partial authenticity.”

1: A good portion of the text is written in Josephus’s dramatic style and vocabulary. That is, the fragments believed to be original to Josephus reflect his typical writing style.

Christopher Price wrote: “Perhaps the most important factor leading most scholars to accept the partial authenticity position is that a substantial part of the TF reflects the language and style of Josephus . Moreover, when the obvious Christian references—which are rich in New Testament vocabulary and non-core language—are removed or restored to the original, the remainder of the core passage is coherent and flows appropriately. We can be confident that there was minimal reference to Jesus… for once the clearly Christian sections are removed, the remainder makes good grammatical and historical sense. The peculiarly Christian words are connected parenthetically to the narrative; therefore, they are grammatically free and could easily have been inserted by a Christian. These sections, moreover, are broken up, and when they are removed, the flow of thought is improved and more harmonious.”

Graham Stanton claims that “once the obvious Christian additions are removed , the remaining comments are consistent with the vocabulary and style of Josephus”  (Stanton, The Gospels and Jesus, p. 143). The most recent and comprehensive study of the Flavian testimony was undertaken by John P. Meier in A Marginal Jew, Volume 1. According to Meier,  “many key words and phrases in the testimony are either absent from the NT or are used in it in entirely different ways; instead, nearly all of the core words of the testimony are found elsewhere in Josephus’ work—indeed, much of the vocabulary turns out to be characteristic of Josephus”  (Meier, op. cit., p. 63).

  1. The reference to James, the brother of Jesus, suggests an earlier reference to Jesus.

The validity of Josephus’ reference to the martyrdom of James increases the likelihood that the TF is also valid. In Josephus’ reference to James, he names Jesus as “the so-called Christ” without further explanation . That’s all he says. When he refers to James, he says he is the brother of “ Jesus, the so-called Christ.” Josephus gives no further explanation of who Jesus was , what he did, no reference to his death or resurrection from the dead, no mention of any miracles, or anything like that. All he says is that James is the brother of Jesus. The way the passage about James reads makes it seem as if Josephus was assuming that his readers already knew who he was talking about. This would make sense if the Flavian Testimony were a legitimate passage. Because in that passage, Josephus has already briefly explained who this Jesus was and what he did, so that by the time his readers got to the passage about James, no further explanation would be necessary. However, Josephus’ lack of elaboration as to who Jesus was in the passage about James would make no sense if there were no earlier explanation of who he was, such as in the Flavian Testimony. Incidentally, no one doubts that Josephus’ reference to James is authentic.

For these two reasons and several more, most scholars believe that Josephus’ Flavian testimony is a genuine passage, even though it is obvious that some Christian scribe changed a few lines here and there. For more information on why Josephus’ passage was partially interpolated rather than completely invented, please click on the URL below.

“Did Josephus Refer To Jesus?” by Christopher Price —  http://bede.org.uk/Josephus.htm

The Mona Lisa

This topic arose from a talk given by Dr. Timothy McGrew. The talk was about extra-biblical evidence indicating the historical reliability of the New Testament. By the way, you can listen to this talk on YouTube. Anyway, Tim McGrew posted a picture of the Mona Lisa. The Mona Lisa had a mustache, and he compared it to Josephus’ interpolations of the passage about Jesus with the Mona Lisa having a mustache. He said:

“This is not a Leonardo da Vinci painting, and if the lights weren’t so bright, you can see why. It looks a little bit like the Mona Lisa… but… it has a moustache and a bit of a beard. Should we conclude, then, that there was no original painting? Or should we conclude that there was and that there is something that has been added… by someone else’s hand? What should we make of a moustache on the Mona Lisa? Well, fortunately in 1971, Shlomo Pines published some work he had been doing on an Arabic manuscript that contained this passage.”

And it is in this Arabic text that we find the passage without the confusing fragments that seem to be Christian interpolations.

“whose conduct was good, and he was known to be virtuous. Many people from among the Jews and from other nations became his disciples. Pilate condemned him to crucifixion and death, and those who were his disciples did not abandon their loyalty to him.  THEY  REPORTED that he appeared to them 3 days after his crucifixion. Consequently , they believed that he was the Messiah just as the prophets had said ”  (emphasis mine)

Tim McGrew then asked the audience, “Do you see the difference? My guess is (and this is the opinion of most scholars) is that the passage was originally written by Josephus as we have it in this Arabic text… and then some Christian scribe couldn’t resist the urge to put a mustache on the Mona Lisa. He didn’t realize that what he was doing would raise doubts as to the authenticity of the report of this genuine passage and that of Josephus himself. As with the Mona Lisa, our inference is that there was indeed an original and it was not invented by the person who added the mustache and beard. Our best guess regarding the testimony is that Josephus actually wrote it and that it was interpolated. And fortunately, we have discovered a text that shows us why most scholars think more or less that is how it happened.”

2: Tacitus

Another secular document is the Annals of Cornelius Tacitus. In Annals 15.44, Tacitus recounts the burning of Rome to its foundations and says that everyone blamed Nero for burning the city. Nero tried to shift the blame to the Christians, and so he began to persecute them. Tacitus’ Annals date from 115 AD.

“But all the help that could come from man, all the rewards that the prince could grant, all the expiations that could be presented to the gods, were of no avail to free Nero from the infamy of supposing that he had ordered the conflagration, the burning of Rome. Therefore, to silence the rumours, he falsely accused and then punished the Christians, who were abhorred for their enormities. Christ, the founder of the name, was put to death by Pontius Pilate, procurator of Judea in the reign of Tiberius: but the pernicious superstition which had been for a time suppressed, broke out again, not only throughout Judea where the mischief originated, but also throughout the city of Rome, where everything disgusting and disgraceful that springs from all parts of the world finds its centre and becomes popular. Therefore, first of all those who were found guilty were arrested; Then, after his declaration, an immense crowd was accused, not so much of the crime of burning the city, but of their hatred of humanity.”

Again, Jesus and Pontius Pilate are mentioned in secular documents. Tacitus claims that Jesus existed and was crucified by Pontius Pilate. He then states that the movement that arose after Jesus died out for a time, then flared up again originating in Judea, and then spread to Rome. The New Testament claims the same thing; Jesus existed, was crucified by Pilate, his followers kept quiet for the next 50 days, and then at Pentecost, began to spread the gospel throughout the ancient world. And unlike the Josephus passage , no one debates this Tacitus passage. Everyone acknowledges that this passage from Tacitus’ Annals is authentic.

3: Pliny the Younger

Pliny the Younger (62?-c.113 AD) was the governor of Bithynia. His correspondence with the Emperor Trajan in 106 AD included a report on proceedings against Christians. In an extensive note to his supervisor, Pliny explained that he forced Christians to “curse Christ, which a true Christian cannot be induced to do.” He also described their actions and practices:

“They affirmed, however, that their whole fault, or their whole error, was that they were in the habit of meeting together on a certain appointed day before daybreak, when they would sing in alternate verses a hymn to Christ as if to a god, and bind themselves by a solemn oath never to do any infamous action, except never to commit fraud, theft, adultery, never to falsify their word, never to deny the faith if called upon to testify.”

Kyle Butt, author of many articles at Apologetics Press, had this to say regarding the Pliny passage I just quoted. Here is what Kyle Butt of Apologetics Press wrote.

“Pliny used the word ‘Christian’ or ‘Christians’ seven times in his letter, thereby corroborating it as a generally accepted word that was recognized by both the Roman Empire and its emperor. Pliny, moreover, used the name “Christ” three times to refer to the initiator of the “sect.” This is the undeniable case that Christians, with Christ as their founder, had multiplied to such an extent that it attracted the attention of the emperor and his magistrates in the days when Pliny wrote the letter to Trajan. In light of this evidence, it is impossible to deny the fact that Jesus Christ existed and was recognized by the highest officials within the Roman government as a real, historical person.”  – Kyle Butt, Apologetics Press, from the article titled: “The Historical Christ–Fact or Fiction?

4: Celsus

Celsus, a pagan philosopher of the second century, produced a vehement attack on Christianity entitled “The True Discourse” (in AD 178). Celsus argued that Christ owed his existence to the result of fornication between Mary and a Roman soldier named Panthera. When this Jesus grew up, he began running around Palestine making extravagant claims of divinity. Celsus tells us that because of Jesus’ wild claims about himself, he displeased the Jewish authorities so intensely that they killed him. Although Celsus harshly ridiculed the Christian faith, he never went so far as to suggest that Jesus did not exist.

5: Mara bar-Serapion

Mara bar-Serapion was a Syrian who wrote about Jesus Christ sometime in AD 73. He left a manuscript as an inheritance to his son Serapion.

“What did the Athenians gain by killing Socrates? Famine and plagues came upon them as a judgment for their crime. What did the men of Samos gain by burning Pythagoras? In a moment, their land was covered by sand. What did the Jews gain by executing their wise king? It was after that that their kingdom was abolished. God justly avenged these three men: the Athenians died of hunger; the Samians were overwhelmed by the sea; the Jews, ruined and expelled from their land, live in utter dispersion. But Socrates did not die for doing good; he lived on in the teachings of Plato. Pythagoras did not die for doing good; he lived on in the statue of the goddess Hera. Nor did the wise king die for doing good; he lived on in the teachings he had imparted.”

This reference reveals several key points:

1) Jesus was considered a wise king.

2) Jesus was killed.

3) Jesus’ teachings endured.

Several of those who maintain that “Christ is a myth” have tried to argue that the “wise king” to whom Mara is referring is Jesus, but this is really a pathetic argument. For the sake of brevity, I will not address in depth the objections to the Mara bar-Serapion passage, but James Patrick Holding addresses these arguments at the following URL.

http://tektonics.org/jesusexist/serapion.php

In conclusion

For the sake of brevity, I could not go into all the secular sources that mention Jesus. But here is a list of all the historical sources that mention him.

Secular sources: Josephus , Tacitus, Pliny the Younger, Lucian, Phlegon, Celsus, Mara Bar Serapion, Suetonius and Thallus

New Testament sources:    Matthew, Mark, Luke, John, Paul, the author of Hebrews, James, Peter, and Jude.

Non-biblical Christian sources: Clement of Rome, Clement 2, Ignatius of Antioch, Polycarp, The Martyrdom of Polycarp, Didache, Barnabas, The Shepherd of Hermas, Fragments of Papias, Justin Martyr, Aristides, Athenagoras, Theophilus of Antioch, Quadratus, Ariston of Pella, Melito of Sardis, Diognetus, The Gospel of Peter, The Apocalypse of Peter and Epistula Apostolorum.

Heretical writings: The Gospel of Thomas, The Gospel of Truth, The Apocryphal Book of John and The Treatise on the Resurrection.

We have an abundance of historical evidence to prove the existence of Jesus of Nazareth. In fact, the amount of historical evidence is staggering considering how unclear his person was. He had, at most, a three-year public ministry. Yet, He is mentioned in more sources than the Roman Emperor! If you count all the non-Christian sources that mention Jesus, He is mentioned in one more source than the Roman Emperor Caesar Tiberius! If you count the Christian sources (including the New Testament documents), Jesus beats Caesar 42 to 10! If you consider Jesus a mythological person in light of this historical evidence, you might believe the same about Caesar Tiberius, since we have more evidence confirming the existence of Jesus than Caesar Tiberius. To claim that Jesus is a myth and that Caesar Tiberius was a real person is to be inconsistent.

Now, why is this important? Because when historians examine history, they use certain tests for authenticity. If a passage in a history book passes one of these “tests,” then the historian concludes that the recorded event is more likely to be true than false. There are many such tests, but the one I am using in this post is known as “The Principle of Multiple Witnesses.” The Principle of Multiple Witnesses says that if an event is mentioned in more than one source, and if the sources do not support each other, then it is much more likely that that event actually happened. The more often a recorded event is mentioned, the more certain there is that the event recorded in that document is true. Why? Because the more independent the sources that something is found in, the much less likely it is that ALL of those people involved made up that exact same story.

Here I am applying the principle of multiple witnesses to the existence of Jesus of Nazareth. Jesus is mentioned in so many early independent sources that it is irrational to claim that ALL of these people made up this same fictional character… and then go on to talk about it as if he were real.

On top of that, several of these sources are hostile sources , as they are not only neutral to the claims of the Christian faith, but they even ridicule Jesus, in fact. These would be sources such as Tacitus and Pliny the Younger. These sources make their accounts historically true due to the principle of enemy testimony.

Objection: But these are not contemporary sources. These are late secondary sources! Show me contemporary sources or else I will not believe that Jesus existed!

Ah yes. The tired old argument of “There are no contemporary accounts of Jesus.” Actually, we do have contemporary accounts of Jesus – they are known as the Gospels. As I have mentioned in other posts, we have good reason to believe that the vast majority of New Testament documents were written before 60 AD. But even if it were true that there were no contemporary accounts of Jesus, what would that prove? Would that be proof that Jesus never existed? Hardly. We don’t really have any contemporary historical evidence for many of the characters in history, but we know they existed because historical scholarship can compensate with techniques such as “declarations of interest” and independent corroboration. We have 9 secular sources for Jesus’ existence (the works of Josephus, Tacitus, Pliny, etc.) that while not contemporary accounts, are still reliable since they are not that far removed from the events they reported on – and yet we do have 9 secular sources for Jesus’ existence (the works of Josephus, Tacitus, Pliny, etc.) that, while not contemporary accounts, are still reliable since they are not that far removed from the events they reported on – and we do have 9 secular sources for Jesus’ existence (the works of Josephus, Tacitus, Pliny, etc.) that were not contemporary accounts, but are still reliable since they are not that far removed from the events they reported on. And as for the gospels, which are contemporary accounts, they are rejected a priori because they were written by people who believed in Jesus and are allegedly partisan (although almost everyone who writes about history has some kind of partisanship). Furthermore, the kind of partisanship that the New Testament writers had was to say nothing about Jesus and all the things he did because that would get them thrown out of their synagogues, tortured, and killed.

For some reason, just because it is a non-contemporary account does not mean that it is not a reliable source. Secondary accounts, even if they are not highly regarded by a historian as first-hand or eyewitness accounts, are not considered worthless. Regarding some events and people in history, all we have are secondary accounts. So are we to conclude that they never happened? Of course not. Yet that is what those who hold that Christ is a myth do when it comes to the life and death of Jesus. They reject all secondary accounts (Josephus, Tacitus, Pliny) and they also reject the contemporary accounts that we do have (i.e., the gospels). Are they not aware of the fact that historians do not need contemporary accounts for recognized history? (If you think that is so, then you will have to rewrite most of what happened in history.) They accept both first-hand history and secondary accounts, among other factors.

Also, the thing about Josephus and Tacitus is that, although they were not alive when Jesus was on this earth, they were alive when there were still those who knew him and could tell them about him (Jesus, according to virtually all scholars, was crucified sometime between 30 AD or 33 AD and Josephus was born in 37 AD). I used an analogy of me talking about Richard Feynman, an American physicist well known for his work in quantum mechanics and who helped develop the atomic bomb. Although I was born after he died (Feynman died in 1988 and I was born in 1992), I am close enough to the events for them to be relevant. After all, I am growing up in an age when adults who did know Richard Feynman are still alive, and they can tell me about him (just pretend for a moment that I don’t have video recordings; Josephus didn’t have any either to go on). Are you saying that my testimony about Feynman should be invalidated because I was not a contemporary of his, even though I have parents, grandparents, and friends of my parents who were contemporaries of Feynman and from whom I was able to get all my information? Absurd. My point is that they are close enough to the events to be relevant sources, and almost all scholars in the field accept their testimony as valid evidence as to the historicity of Jesus, including non-Christian scholars (so we can be sure that they have no theological foundation to shred).

Objection: Why aren’t there more sources?

Some skeptics complain that there are not more historical sources that mention Jesus. They argue that if Jesus had been as influential an individual as the gospels claim, there would have to be many more historical documents that mention him. Of the secular sources, we only have 9 that mention Jesus. From there, they argue that He either did not exist or was not as influential as the Bible claims.

For some reason, very few documents of ancient history have survived to this day. As Ryan Turner, who works as a writer for CARM (Christian Research and Apologetics Ministry), put it in an article on Carm.org:  “There are a number of ancient writings that have been lost, including 50% of the work of the Roman historian Tacitus, all of the writings of Thallus and Asclepiades of Mendes. In fact, Herod the Great’s secretary Nicholas of Damascus wrote a universal history of Roman history, which consisted of nearly 144 books of which, none have survived. Based on the textual evidence, there is no reason to doubt the existence of Jesus of Nazareth.”

The point is that there may have been more secular documents that talked about Jesus than we know about. But they have most likely deteriorated, been destroyed, or have not yet been discovered by archaeologists. If the documents were not copied over and over and over again at a fast enough pace, they probably would not have survived for 2,000 years. Furthermore, the evidence we have for Jesus is still pretty strong. His existence has been very, very, very, very, very amply demonstrated in 9 secular sources, 9 biblical sources, 20 non-biblical Christian sources, and 4 heretical sources.

Now, historians consider themselves extraordinarily lucky when they find 2 independent sources that mention something, but when it comes to Jesus’ existence, we have 42!  Some of these are contemporary sources; others are secondary. We have to ask ourselves: is it really rational to believe that such an individual is a fictional character when so many historians wrote about him? Jesus’ existence and crucifixion are mentioned in numerous independent and early sources. It is possible that there are more than we already know about, but they are eroded by the fact that this happens with documents that last thousands of years.

Objection: Jesus is a copy of pagan myths

Another argument that those who argue that “Christ is a myth” make is that Jesus was merely a copy of pagan gods. They cite the “similarities” between the two and claim that Christianity is simply a religion plagiarized from early pagan myths. Theoretically, let’s assume that we believe that Jesus was merely a myth and not a real, historical, flesh-and-blood individual. I’ve already written two separate articles pointing out the absurdity of this argument, so I won’t go into it here. Instead, I suggest you read these blog posts, and you can check them out when you have the time to do so.

1:  Is Jesus A Copy Of Pagan Myths ?

2:  Cartoons and Comics That Plagiarized Christianity (Satire)

Bottom line:  “Christ is a myth” is absurd. Jesus obviously existed, as did other New Testament characters. You can believe that Jesus was just an ordinary man if you want, but to claim that He never even existed is just ridiculous. The debate among ancient history scholars is not, “Did Jesus exist?” No. The debate is,  “Was Jesus more than a man? Did he say what the gospels say he said? Did he rise from the dead?”  These questions are topics of debate among scholars. But Jesus’ historical existence is taken for granted. And why shouldn’t it be? You’ve already seen the evidence.

If you wish to study this topic in more detail than I have presented here, see James Patrick Holding’s book, Shattering The Christ Myth, as well as Bart Ehrman’s book, Did Jesus Exist?

 


Evan Minton is a Christian apologist and blogger at Cerebral Faith ( www.cerebralfaith.blogspot.com ). He is the author of “Inference To The One True God” and “A Hellacious Doctrine.” He has participated in several debates which can be viewed in the “My Debates” section of Cerebral Faith. Mr. Minton lives in South Carolina, USA.

Translated by Natalia Armando.

Edited by Maria Andreina Cerrada.

Original Blog: http://bit.ly/2DD2a5N

Por Brian Chilton

Cuando dejé el ministerio debido a mi escepticismo, uno de los factores involucrados en mi salida se debió a la confiabilidad de los documentos del Nuevo Testamento y la resurrección de Jesús. La gente del Jesus Seminar (Seminario de Jesús) me tenian adivinando si es que podia confiar en lo que decía el Nuevo Testamento y si yo en verdad podría aceptar la literal resurrección corporal de Jesús de Nazaret. En Julio de 2005, mi vida cambió. Entré a la librería cristiana Lifeway en Winston-Salem, Carolina Del Norte y leí tres libros que han cambiado mi vida más que cualquier otro libro sin contar la Biblia. Descubrí The case for Christ (El caso de Cristo) de Lee Strobel, The New Evidence that Demands a Verdict (La Nueva Evidencia que exige un Veredicto) y A Ready Defense (Una defensa lista) ambos de Josh McDowell. Descubrí qué hay varias razones para aceptar la resurrección de Jesús de Nazaret como un hecho histórico.

Resurrection Jesus History

A través de los años, la evidencia ha aumentado cada vez más para la historicidad de la resurrección de Jesús. Este artículo proveerá 10 de los más fascinantes argumentos para la resurrección de Jesús de Nazaret. Esta lista no es exhaustiva y mis tratos con cada argumento son extremadamente breves. Sin embargo, espero que esta lista te provea de un punto de partida para considerar la autenticidad de la resurrección de Jesús.

  1. Los primeros testigos oculares fueron mujeres. Los primeros testigos oculares de la resurrección fueron mujeres. Todos los Evangelios cuentan que los primeros individuos en descubrir la tumba vacía fueron mujeres. Mateo cuenta que ¨Después del Sabbath, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver la tumba… El ángel les dijo, ´No tengan miedo, porque yo sé que están buscando a Jesús quien fue crucificado. Él no está aquí. Pues ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde fue puesto el Señor¨ (Mateo 28:1, 5-6).[1] Las mujeres no eran tenidas en alta estima. En la cultura Greco-Romana, el testimonio de una mujer no era admisible en la corte. En los círculos Judíos, costaba el testimonio de dos mujeres para igualar al de un hombre. Si uno fuera a inventar una historia, las ultimas personas que uno colocaría como testigos principales serían mujeres, a menos que fuera cierto.
  2. Hechos mínimos sobre la resurrección. Gary Habermas ha popularizado el tan conocido argumento de hechos mínimos para la resurrección. Los datos mínimos son esas cosas que son aceptadas por casi todos los eruditos del Nuevo Testamento. Los hechos mínimos son ¨1. Jesús murió por crucifixión. 2. Los discípulos de Jesús creyeron que Él resucitó y se les apareció a ellos. 3. Pablo, el perseguidor de la iglesia, fue repentinamente cambiado. El escéptico Santiago, hermano de Jesús, fue repentinamente cambiado. 5. La tumba estaba vacía.¨[2] Estos hechos son casi aceptados universalmente por los eruditos del Nuevo Testamento, incluyendo a los liberales.
  3. Transformación de los primeros Discípulos. Como se señala en los hechos mínimos, Santiago, el hermano de Jesús, cambió de ser escéptico a creyente por la resurrección. Santiago junto a sus hermano no creían en Jesús durante los inicios de su ministerio (mire Juan 7:5). Sin embargo, Jesús se le apareció a Santiago (1 corintios 15:3-9) y Santiago se convirtió en el líder de la iglesia primitiva de Jerusalén. Su muerte es registrada por Josefo.[3] Pablo es otro ejemplo de alguien que ha sido completamente transformado por la resurrección de Jesús. Pablo había sido un perseguidor de la iglesia. Después de atestiguar al resucitado Jesús, Pablo se convirtió en un proclamador de la iglesia.
  4. Detalles vergonzosos de la resurrección. Históricamente hablando, los detalles vergonzosos añaden veracidad a una afirmación histórica. El hecho de que mujeres fueran las primeras testigos, que un miembro del Sanedrín (el mismo sanedrín que ejecuto a Jesús) tenían que darle a Jesús un entierro apropiado, y que los discípulos estaban temerosos y huyeron, todos sirven como factores vergonzosos para el propósito de la resurrección
  5. Se conoció por la disposición a morir por ello. Muchas personas morirían por lo que ellos creen que es verdad. Pero nadie moriría por algo que ellos inventaron erróneamente. Los discípulos sabían que ellos decían la verdad. Aun así, uno se da cuenta que los discípulos estaban dispuestos a morir por algo que ellos sabían que era verdad. Esteban murió apedreado (Hechos 7:54-60), Jacobo hijo de Zebedeo por una espada en las manos de Herodes (Hechos 12:2), Santiago el hermano de Jesús murió,[4] y Pedro y Pablo en las manos de Nero.[5]
  6. Evidencia documentaria. La evidencia documentaria de la resurrección de Jesús es muy buena. El historiador busca encontrar cuantas fuentes primarias y secundarias[6] se puedan juntar por un evento para determinar la historicidad de dicho evento. Con respecto a las fuentes primarias, la  resurrección tiene el reporte de Mateo, Juan y Pablo en 1 Corintios 15, incluyendo las referencias adicionales de Santiago  (si es que uno acepta que Santiago escribió la carta atribuida a él) y Judas. Las siguientes son fuentes secundarias de la resurrección: Lucas, Marcos, Clemente de Roma y de un grado menor Ireneo e Ignacio.
  7. Evidencia circunstancial. Douglas Groothius señala que la evidencia circunstancial para la historicidad de la resurrección es ¨a saber, la práctica de la iglesia primitiva al observar el bautismo, La Cena Del Señor y los domingos de adoración¨[7]. El bautismo se basa en la analogía de la muerte, entierro y resurrección de Jesús. La Cena Del Señor es un símbolo de la muerte sacrificial de Cristo. En adición, es bastante extraño que fieles Judíos cambiaron su adoración de viernes por la tarde hasta el sábado a domingo por la mañana a menos que algo de mayor importancia hubiese ocurrido el domingo por la mañana. El más importante evento de un domingo por la mañana fue la resurrección de Jesús.
  8. El motivo faltante. Warner Wallace ha señalado en sus conferencias y libros que cuando una conspiración se forma, hay tres factores motivantes detrás de tal movimiento—poder, codicia, y/o lujuria.[8] Los discípulos no tendrían ningún poder por afirmar la resurrección como historia. Ellos andaban por ahí mientras estaban siendo amenazados por los Judíos y autoridades Romanas. En cuanto a la codicia, ellos enseñaron que uno no debería desear posesiones terrenales sino espirituales. La lujuria no era un factor tampoco. Ellos enseñaban el celibato antes del matrimonio y fidelidad marital después del matrimonio. De hecho, N. T. Wright señala su libro clásico, The Resurrection of the Son of God (La resurrección del Hijo de Dios), que los discípulos no tenían una motivación teológica tras afirmar que Jesús ha resucitado de entre los muertos como si ellos estuviesen anticipando un héroe militar y una resurrección final al acabar el tiempo. ¿Qué factores motivacionales existían para estos discípulos inventar tal historia? ¡Ninguna! La única razón por la que los discípulos enseñaron la resurrección es por que la resurrección de Jesús había ocurrido.
  9. Atestación enemiga de la resurrección. Históricamente hablando, si uno sostiene la atestación enemiga a un evento, entonces el evento se fortalece. Cuando uno considera las reclamaciones de las autoridades de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús  (Mateo  28:11-15), el testimonio de la resurrección se fortalece. La creencia primitiva de que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús se fortalece debido al descubrimiento de la inscripción de Nazaret que ordena a pena capital para cualquiera que robe un cuerpo de su tumba[9]. Asimismo, varias referencias de Jesús y su resurrección incluyen citas de Josefo[10], Tacito,[11] y Suetonio[12] entre otros (incluyendo el Talmud Babilonico).
  10. Múltiples testigos oculares post-resurrección. Finalmente, hay multiples testimonios de testigos oculares pertenecientes a la resurrección de Jesús. Varias personas han visto a Jesús vivo por un periodo de 40 días. Los testigos oculares incluyen a María Magdalena (Juan. 20:10-18), la mujer en la tumba acompañando a María (Mateo. 28:1-10), los guardianes romanos (Mateo 28:4), los once discípulos (Juan 21), los dos hombres en el camino a Emaús ( Lucas 24:13-35), un indeterminado número de discípulos (Mateo 28:16-20), más de 500 discípulos (1 Corintios 15:6), a Santiago (1 Corintios 15:7) y a Pablo (1 Corintios 15:8-9). Estoy seguro que hubieron muchos otros testigos que no son identificados.

Conclusión:

Muchas otras evidencias podrían ser dadas para la resurrección de Jesús. Pensando acerca de los métodos de historia, uno debe entender que hay una razon por la que los americanos aceptan como el primer presidente de Estados Unidos a George Washington y no a Bob Esponja. La historia respalda la afirmación que Washington fue el primer presidente. De la misma manera, la historia respalda la realidad de la resurrección de Jesús. Ahora la pregunta es esta: ¿qué harás con dicha información? Algunos trataran de ignorar el evento. Algunos trataran de desacreditarlo. Otros trataran de reconocer la naturaleza objetiva del evento y adorar a Jesús como el Señor resucitado. Es mi oración que hagas lo último.

Notas

[1] Salvo que se indique lo contrario, toda la escritura mencionada proviene de Christian Standard Bible (Nashville: Holman, 2017)

[2] Gary R. Habermas y Michael R. Licona, The Case for the Resurrection of Jesus (Grand Rapids: Kregel, 2004), 48-50, 64-69.

[3] Josefo, Antioquia XX.200

[4] Ibid.

[5] Eusebio, historia de a¡la iglesia XV.5.

[6] Fuentes primarias son documentos escritos por testigos oculares.

Fuentes secundarias son documentos escritos por individuos que conocen a los testigos oculares. Por ejemplo, mi abuelo fue un testigo ocular de la más grande  batalla naval en la historia de la Segunda Guerra Mundial. De la información que mi papá junto de el, el seria una fuente secundaria, mientras mi abuelo seria una fuente primaria.

[7] Douglas Groothius, Christian Apologetics: A Comprehensive Case for Biblical Faith  (Downers Grove;  Nottingham, UK:  IVP Academic; Apollos, 2011), 553-554

[8] Mire J. Warner Wallace,“Rapid Response: I Think the Disciples Lied About the Resurrection”, Cold-case  Christianity.com  (Octubre 17, 2016), recuperado 11 de Abril, 2017, http://coldcasechristianity.com/2016/rapid-response-i-think-the-disciples-lied-about-the-resurrection/.

[9] Mire http://www.biblearchaeology.org/post/2009/07/22/The-Nazareth-Inscription-Proof-of-the-Resurrection-of-Christ.aspx#Article.

[10] Josefo, Antioquia XX.9.1.

[11] Tacito, Anales XV.

[12] Suetonio, Lives of the Caesars-Claudius 25 y Suetonio, Lives of the Caesar-Nero 16.

 


Brian G. Chilton es el fundador de BellatorChristi.com y es el presentador de The Bellator Christi Podcast. Recibió su Maestría en Divinidad en Liberty University (con alta distinción); su Licenciatura en Ciencias en Estudios Religiosos y Filosofía de la Universidad Gardner-Webb (con honores); y recibió la certificación en Christian Apologetics (Apologética cristiana) de la Universidad de Biola. Brian actualmente está inscrito en el programa Ph.D. en Teología y apologética en Liberty University. Brian ha estado en el ministerio por más de 15 años y sirve como pastor en el noroeste de Carolina del Norte.

Blog Original:  http://bit.ly/2ppUPKK

Traducido por Italo Espinoza Gómez.

Editado por María Andreina Cerrada.

Richard Dawkins, una vez famoso dijo: “La fe es la gran mentira, la gran excusa para evadir la necesidad de pensar y evaluar las pruebas. La fe es creer a pesar de, incluso debido a, la falta de pruebas”. También citan de él: “Muchos de nosotros veíamos la religión como un sinsentido dañino. Las creencias podrían carecer de todas las pruebas de apoyo, pero pensemos, si la gente necesitara una muleta para el consuelo ¿dónde está el daño? El 11 de septiembre cambió todo eso’’. Dawkins no es el único ateo que cree que el cristianismo no puede ser apoyado por evidencia. Sam Harris dijo: “Cuando consideramos la verdad de una proposición, o uno está comprometido en una evaluación honesta de la evidencia y argumentos lógicos o no lo está. La religión es un área de nuestras vidas donde la gente se imagina que algún otro estándar de integridad intelectual se aplica”. Declaraciones como éstas, mientras son retóricamente poderosas, exponen una falta de comprensión sobre la naturaleza de la evidencia. Dawkins y Harris no son profesionales elaborando casos y no están familiarizados con las amplias categorías de pruebas que usamos en juicios criminales y civiles todos los días. Los detectives y los fiscales entienden que cualquier cosa puede ser evaluada evidencialmente. Sólo hay dos categorías de evidencia, y los Creadores de Casos Cristianos utilizan ambos tipos de evidencia al hacer un caso para el cristianismo:

dating gospels

Categoría uno: evidencia directa

El testimonio de un testigo ocular.

Categoría dos: evidencia indirecta (circunstancial)

Todo lo demás.

Los jueces ayudan a los jurados a entender la diferencia entre estas dos formas de evidencia. En California, los jueces proporcionan las siguientes instrucciones a los miembros del jurado:

Los hechos pueden ser probados por evidencia directa o circunstancial o por una combinación de ambos. La evidencia directa puede ser un hecho por sí mismo. Por ejemplo, si un testigo testifica que vio llover afuera antes de entrar al juzgado, ese testimonio es una evidencia directa de que estaba lloviendo. La evidencia circunstancial también puede ser llamada evidencia indirecta. Las pruebas circunstanciales no prueban directamente el hecho que se ha de decidir, sino que es prueba de otro hecho o grupo de hechos de los que ustedes pueden lógicamente y razonablemente concluir la verdad del hecho en cuestión. Por ejemplo, si un testigo testifica que vio a alguien entrar con un impermeable cubierto con gotas de agua, ese testimonio es evidencia circunstancial porque puede apoyar una conclusión de que estaba lloviendo. (CalCrim Sección 223).

¿Empiezas a entender la diferencia? La gran mayoría de los casos que ocurren en América son principalmente circunstanciales. De hecho, ninguno de mis casos sin resolver se ha beneficiado de pruebas directas. Cuando no tienes un testigo ocular que pueda identificar a tu sospechoso, tienes que construir el caso de forma acumulativa de todas las pruebas indirectas que tienes.

Si eres como otras personas en América, probablemente piensas en pruebas circunstanciales de manera despectiva. No puedo decirle cuántas veces he oído a alguien decir, “Oh, eso es sólo un caso circunstancial”. La evidencia indirecta obtiene una mala crítica en la prensa estos días. Tal vez por eso la gente está confundida acerca de su valor en los juicios criminales. Los jueces instruyen a los jurados de que tengan cuidado de no pensar negativamente en pruebas circunstanciales. De hecho, a los jurados se les dice que den a las pruebas circunstanciales el mismo peso en sus consideraciones:

Las pruebas directas y circunstanciales son tipos aceptables de evidencia para probar o refutar los elementos de un cargo, incluyendo la intención y el estado mental y los actos necesarios a una convicción, y ninguno es necesariamente más confiable que el otro. Ninguno tiene derecho a un peso mayor que el otro. Ustedes deben decidir si un hecho en cuestión ha sido probado basado en toda la evidencia. (CalCrim Sección 223).

Personalmente, me gustan los casos circunstanciales mejor que los casos directos. ¿Sabes por qué? Porque los testigos a veces mienten. Hay veces en que un testigo está indebidamente motivado. Tal vez quieren mentir para que puedan proporcionar algunos detalles importantes y estar en la fecha y lugar citados, o tal vez quieren mentir para ayudar a un amigo que ha sido acusado. Aunque puedo interpretar mal las pruebas indirectas, nunca me mienten intencionalmente. Por esa razón, a menudo prefiero reunir casos circunstanciales que casos directos basados únicamente en testigos oculares.

Como resultado, el argumento del cristianismo se basa en pruebas directas e indirectas. Los evangelios son relatos de testigos oculares. Son pruebas directas, aunque sería prudente ofrecer una advertencia. Los escépticos a veces afirman que no debemos pensar en los relatos evangélicos como evidencia directa, ya que no podemos interrogar a los testigos (escritores) como nosotros podemos hacerlo con los testigos en juicios penales. Después de todo, las normas de las declaraciones “de oídas” nos impiden presentar declaraciones de testigos oculares que no pueden ser examinadas a través del interrogatorio. Pero ya he escrito sobre por qué esta importante regla simplemente no se puede aplicar a los relatos históricos como los Evangelios (por lo que no voy a discutir este punto aquí). Lo más importante es simplemente esto: ¿son confiables los relatos del Evangelio? En realidad, podemos abordar esta cuestión más crítica aplicando la misma plantilla crítica que aplicamos a otros relatos de testigos oculares. He tratado de demostrar este proceso en  Cold-Case Christianity (Cristianismo Caso Sin Resolver) .

Como todos los buenos casos probatorios, el caso del cristianismo es un caso acumulativo construido con evidencia directa e indirecta. Podemos evaluar indirectamente las afirmaciones de los Evangelios examinando las pruebas internas del lenguaje, el uso del pronombre y las descripciones de la geografía, la cultura y la política. También podemos evaluar la evidencia de la arqueología y las primeras descripciones paralelas reacias  ofrecidas por los no cristianos y los creyentes judíos. Además, podemos evaluar indirectamente la datación temprana de los Evangelios y trazar su transmisión con la evidencia que encontramos en los escritos de los primeros Padres de la Iglesia. Todas estas piezas de evidencia indirecta son importantes para nuestro caso.

Un último punto importante necesita hacerse sobre la naturaleza de la evidencia que utilizamos para hacer casos penales. Los programas de televisión como CSI han dado falsamente al público en general la idea de que debemos tener pruebas científicas y forenses (como ADN, serología, huellas dactilares o evidencia científica, material) para hacer un caso convincente. Nada más lejos de la verdad. En mis casos sin resolver, rara vez he tenido este tipo de evidencia (recuerda que hay una razón por la que mis casos no fueron resueltos originalmente). Más que nada, mis casos se hacen con la evidencia de declaraciones y comportamientos. A veces la declaración más simple o acción puede ser la clave para condenar a un sospechoso. La evidencia científica es grandiosa cuando la tienes, pero rara vez la tengo. He aprendido a examinar todo y no pasar por alto nada.

Cuando Dawkins y Harris dicen que nosotros, como cristianos, creemos en algo para lo cual no hay evidencia de apoyo, simplemente traicionan su ignorancia sobre la naturaleza de las pruebas y la forma en que los detectives y los fiscales construyen casos. Todo tiene el potencial de ser usado como evidencia. La evidencia indirecta es tan poderosa como la evidencia directa, y la evidencia científica y forense suele ser un lujo innecesario. Hay solo dos categorías de evidencia, y los Creadores de Casos Cristianos utilizan ambos tipos de evidencia al hacer un caso para el cristianismo.

 


J. Warner Wallace es autor de Cold-Case Christianity, tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Blog Originalhttp://bit.ly/2uUuw4G

Traducido por Ruth Hernández

Editado por Jairo Izquierdo

Una persona me preguntó sobre la corroboración y quería saber si había suficiente evidencia más allá de los Evangelios para verificar la fiabilidad de su testimonio. Comencé ayudándole a entender la naturaleza de la evidencia corroborativa y la información limitada que normalmente ofrecen esas pruebas. Cada pieza de evidencia corroborativa generalmente se refiere (y verifica) sólo a un punto en particular, un pequeño aspecto del testimonio del cual nosotros inferiremos la “razonabilidad” de la cuenta de mayor. Una prueba que corrobora siempre es limitada; Se refieren solamente a un pequeño aspecto del evento en cuestión. Incluso con estos límites, sin embargo, los Evangelios están bien corroborados. He escrito un capítulo sobre esto en mi libro, Cristianismo Caso sin Resolver, pero aquí está un breve resumen de las pruebas “más allá de los Evangelios”:

Antiguas “Admisiones Reluctantes”

Autores e historiadores no cristianos de la antigüedad mencionan a Jesús o a sus seguidores en varias ocasiones, aunque niegan su Deidad o las afirmaciones de sus seguidores. Si bien estas fuentes antiguas eran hostiles a las pretensiones del Nuevo Testamento, confirmaron de forma renuente (de mala gana, a regañadientes) elementos clave de la narrativa del Evangelio.

Josefo (37-101 DC)

Cuando se examina la modesta descripción de Jesús redactada por Josefo, es claro que este historiador judío afirmó renuente lo siguiente: Jesús vivió en Palestina, era un hombre sabio y un maestro, realizó hechos sorprendentes, fue acusado por los judíos, crucificado bajo Pilatos y tenía seguidores llamados cristianos.

Talo (52 DC)

Mientras Talo parece negar el aspecto sobrenatural de las narraciones evangélicas, repitió y afirmó renuente lo siguiente: Jesús vivió, fue crucificado y hubo un terremoto y oscuridad en el lugar de su crucifixión.

Tácito (56-120 DC)

Cornelio Tácito (conocido por su análisis y examinación de documentos históricos y considerado uno de los historiadores antiguos más confiables) describió la respuesta de Nero al gran incendio de Roma y afirmó renuente lo siguiente: Jesús vivió en Judea, fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, y tenía seguidores que fueron perseguidos por su fe en Cristo.

Mara Bar-Serapion (70 DC)

En algún momento después del 70 DC, este filósofo sirio, escribiendo para alentar a su hijo, comparó la vida y persecución de Jesús con la de otros filósofos que fueron perseguidos y afirmó

renuente lo siguiente: Jesús era un hombre sabio e influyente que murió por sus creencias, sus seguidores adoptaron esas creencias y vivieron vidas que las reflejaban.

Flegón (80-140 DC)

Flegón escribió “Crónicas” alrededor de 140 DC y afirmó renuente los siguientes detalles acerca de Jesús: Jesús tenía la capacidad de predecir con exactitud el futuro, fue crucificado bajo el reinado de Tiberio César y demostró sus heridas después de que resucitó.

Descubrimientos arqueológicos

Se han escrito muchos volúmenes sobre el soporte arqueológico para el Antiguo y el Nuevo Testamento, incluyendo esta breve lista de confirmaciones arqueológicas:

Quirinio/Cirenio

Lucas escribió que José y María regresaron a Belén porque un gobernador sirio llamado Quirinio estaba llevando a cabo un censo (Lucas 2: 1-3). Los descubrimientos arqueológicos en el siglo XIX revelaron que Quirinio (o alguien con el mismo nombre) era también un procónsul de Siria y Cilicia entre el 11 AC hasta la muerte de Herodes. El nombre de Quirinio fue descubierto en una moneda de este periodo de tiempo, y sobre la base de una estatua erigida en Antioquía de Pisidia.

Erasto

En Romanos 16:23, Pablo escribió: “Los saluda Erasto, tesorero de la ciudad”. Un pedazo de pavimento se descubrió en Corinto en 1929 confirmando su existencia.

Lisanias

Lucas describe un tetrarca llamado Lisanias y escribió que este hombre reinó sobre Abilene cuando Juan el Bautista comenzó su ministerio (Lucas 3: 1). Se han descubierto dos inscripciones que mencionan a Lisanias. Una de ellas, fechada entre los años 14-37 DC, identifica a Lisanias como el tetrarca en Abila, cerca de Damasco.

Iconio

En Hechos 13:51, Lucas describe esta ciudad en Frigia. Algunos escritores antiguos (como Cicerón) escribieron que Iconio estaba ubicado en Licaonia, en lugar de Frigia, pero fue descubierto un monumento en 1910 que confirmó que Iconio se encuentra en Frigia.

La Piscina de Betesda

Juan escribió acerca de la existencia de una piscina de Betesda (Juan 5: 1-9) y dijo que estaba ubicada en la región de Jerusalén, cerca de la puerta Probática, rodeado de cinco pórticos. En 1888, los arqueólogos comenzaron a excavar el área cerca de la Iglesia de Santa Ana en Jerusalén y descubrieron los restos de la piscina, con pasos para entrar de un lado y cinco pórticos en el otro lado.

Politarca

Durante muchos siglos, Lucas fue el único escritor antiguo que utilizó la palabra “Politarca” para describir a “los gobernantes de la ciudad.” Los escépticos dudaban de que se tratara de un término griego hasta que fueron descubiertas diecinueve inscripciones. Cinco de ellas en referencia a Tesalónica (la misma ciudad en la que Lucas afirmaba haber oído el término).

La Piscina de Siloé

Juan escribió acerca de la “Piscina de Siloé” (Juan 9: 1-12) y la describió como un lugar de purificación ceremonial. Los arqueólogos Ronny Reich y Eli Shukrun excavaron la piscina y la dataron entre el 100 AC y el 100 DC (en base a las características de la piscina y las monedas encontradas en el yeso).

Poncio Pilato

Durante muchos años, la única corroboración que teníamos para la existencia de Poncio Pilato (el gobernador de Judea que autorizó la crucifixión de Jesús) fue una muy breve cita de Tácito. Sin embargo, en 1961 fue descubierta una pieza de piedra caliza que contenía una inscripción con el nombre de Pilato. La inscripción fue descubierta en Cesarea, una capital provincial durante el mandato de Pilato (26-36 DC), y describe una dedicatoria de un edificio de parte de Pilato a Tiberio César.

La Costumbre de la Crucifixión

Si bien miles de criminales y presos de guerra fueron ejecutados de esta manera, ni uno solo de ellos había sido descubierto en alguna excavación arqueológica. En 1968, Vassilios Tzaferis encontró los primeros restos de una víctima de la crucifixión, Yohanan Ben Ha’galgol, enterrado en una tumba judía.

Sergio Paulo

En Hechos 13, Lucas identifica a Sergio Paulo, un procónsul en Pafos. Los escépticos dudaban de la existencia de este hombre y alegaron que cualquier líder de esta zona sería un “procurador” en lugar de un procónsul. Pero fue descubierta una inscripción en Chipre que hace referencia a Paulo y lo identifica como un procónsul.

Si bien las evidencias corroborativas “fuera de los evangelios” es extensa (sólo he citado algunos de los aspectos más destacados), también hay evidencia significativa “dentro de los evangelios” para corroborar su contenido, incluyendo (1) “Soporte involuntario de testigos” entre los autores de los Evangelios, (2) la referencia exacta de los nombres propios regionales del siglo primero, (3) las funciones gubernamentales, (4) las ubicaciones geográficas poco conocidas, y (5) El uso adecuado de la lengua antigua. He escrito sobre estas evidencias corroboran ampliamente en el Capítulo 12 de Cold Case Christianity. Si evaluamos los relatos del evangelio con la misma plantilla que aplicamos a los testigos de los tribunales para determinar su fiabilidad, los relatos del Nuevo Testamento aprueban nuestro escrutinio y aparentar ser testimonios dignos de confianza. Por lo tanto, podemos confiar en ellos como una historia fiable, con la corroboración (como era de esperar) del testimonio renuente de autores antiguos no cristianos y el registro arqueológico de la época.

 


J. Warner Wallace tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Blog Original: http://bit.ly/2OdCLnq

Traducido por José Giménez Chilavert.

La autoría de los Evangelios es un asunto de considerable debate entre escépticos y detractores del canon del Nuevo Testamento. El Evangelio de Marcos es el registro inicial de la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesús, pero Marcos no se menciona como testigo en ninguno de los Evangelios. ¿Cómo consiguió Marcos su información acerca de Jesús? Hay varios indicios históricos:

Papias dijo que Marcos describió las enseñanzas de Pedro

El Obispo Papias de Hierápolis (60-130AD) repite el testimonio de los antiguos presbíteros (discípulos de los Apóstoles) que afirmaban que Marcos escribió su Evangelio en Roma mientras registraba la predicación de Pedro (Libro de Historia Eclesiástica 2 Capítulo 15, libro 3 del capítulo 30 y libro 6 Capítulo 14). Papias escribió una obra de cinco volúmenes titulada “Interpretación de los Oráculos del Señor”. En este tratado (que ya no existe), citó a alguien que identificó como “el anciano”, (probablemente Juan el Mayor), un hombre que tenía una autoridad considerable en Asia:

“El anciano decía también lo siguiente: Marcos, que fue el intérprete de Pedro, puso puntualmente por escrito, aunque no con orden, cuantas cosas recordó referentes a los dichos y a los hechos del Señor. Porque ni había oído al Señor ni le había seguido, sino que más tarde, como dije, siguió a Pedro, quien daba sus instrucciones según las necesidades, pero no como quien compone una ordenación de las sentencias del Señor. De suerte que en nada faltó Marcos poniendo por escrito algunas de aquellas cosas tal como las recordaba. Porque en una sola cosa puso su cuidado: en no omitir nada de lo que había oído o mentir absolutamente en ellas” (Eusebio, Hist. eccl. 3,39,15-16: BAC 65.877).

Ireneo dijo que Marcos escribió su Evangelio basado en la enseñanza de Pedro

En su libro, “Contra las herejías” (Libro 3 Capítulo 1), Ireneo (130 – 200AD) también informó que Marcos escribió su Evangelio como un escriba de Pedro, añadiendo el siguiente detalle:

“Mateo, entre los hebreos, en su propia lengua, produjo una versión escrita del Evangelio, cuando Pedro y Pablo predicaban y fundaban iglesia en Roma. Después de su partida, Marcos, el discípulo e intérprete de Pedro, nos transmite también él de forma escrita lo que era anunciado por Pedro”

Justino identificó el Evangelio de Marcos con Pedro

El primer apologista cristiano, Justino Mártir, escribió “Diálogo con Trifón ” (aproximadamente 150AD) e incluyó este pasaje interesante:

“Se dice que él [Jesús] cambió el nombre de uno de los apóstoles a Pedro; y está escrito en sus memorias que él cambió los nombres de otros, dos hermanos, los hijos de Zebedeo, a “Boanerges”, que significa “hijos del trueno’…. ”

Justino, por lo tanto, identifica un Evangelio en particular como el ‘Las memorias’ de Pedro y dijo que esta memoria describe a los hijos de Zebedeo como los “hijos del trueno”. Sólo el Evangelio de Marcos describe a Juan y Santiago de esta manera, por lo que es razonable suponer que el Evangelio de Marcos es el libro de las memorias de Pedro.

Clemente dijo que Marcos registró la predicación de Pedro en Roma

Clemente de Alejandría (150- 215AD) escribió un libro titulado “Hypotyposeis” (Historia Eclesiástica Libro 2 Capítulo 15). En este antiguo libro, Clemente se refiere a una tradición transmitida por los “ancianos desde el principio”:

” Y una tan grande alegría de la luz brilló en la mente de los oyentes de Pedro que no estaban satisfechos con sólo una escucha o con una enseñanza no escrita del evangelio divino, que con todo tipo de ruegos le pidieron a Marcos, del cual está en circulación el Evangelio, y que acompañaba a Pedro, dejar por escrito un resumen de la enseñanza transmitida oralmente; y no cesaron hasta que prevalecieron sobre el hombre y así él se convirtió en responsable de la Escritura para leer en las iglesias.”

Eusebio escribió también un detalle adicional (Historia Eclesiástica libro 6 Capítulo 14) en relación con la obra de Marcos con Pedro:

“…el Evangelio según san Marcos ha tenido los siguientes orígenes: cuando Pedro pronunció públicamente la Palabra en Roma, […] los presentes, que eran muchos, exhortaron a Marcos, que lo había acompañado durante mucho tiempo […] a poner por escrito sus palabras. Cuando Pedro los supo […] no lo prohibió”.

Esta pieza adicional de información relacionada con la reacción de Pedro a la obra de Marcos es importante, porque demuestra que Clemente no simplemente repite la información establecida en primer lugar por Papias, sino que parece tener una fuente adicional que le proporcionó algo más, algo ligeramente diferente que Papias.

Tertuliano afirmó la influencia de Pedro en el Evangelio de Marcos

Teólogo y apologista cristiano temprano, Tertuliano (160- 225AD), escribió un libro que refuta la teología y la autoridad de Marción. El libro fue apropiadamente llamado “Contra Marción”, y en el Libro 4 Capítulo 5, se describe el Evangelio de Marcos:

“Mientras que [el evangelio], que publicó Marcos puede afirmarse que es de Pedro, cuyo intérprete era Marcos.”

El Fragmento de Muratori confirmó la relación de Marcos con Pedro

El Fragmento de Muratori es la lista más antigua conocida de los libros del Nuevo Testamento. Comúnmente fechado en aproximadamente 170AD, la primera línea dice:

“Pero él estaba presente en medio de ellos, y entonces lo expresó [los hechos en su Evangelio]”

Esto parece ser una referencia a la presencia de Marcos en las charlas y sermones de Pedro en Roma, y el hecho de que luego grabó estos mensajes que luego se convirtieron en el Evangelio de Marcos.

Orígenes atribuyó el Evangelio de Marcos a Pedro

Eusebio (Historia Eclesiástica libro 6 Capítulo 25) citó un Comentario Evangélico escrito por Orígenes (un padre de la iglesia temprana y teólogo que vivió 185- 254 AD) que explica el origen de los Evangelios. Este comentario también atribuye el Evangelio de Marcos a Pedro:

“En su primer libro sobre el Evangelio de Mateo, el mantenimiento del Canon de la Iglesia, da testimonio de que él conoce cuatro Evangelios, escribiendo lo siguiente: De los cuatro Evangelios, que son los únicos indiscutibles en la Iglesia de Dios bajo el cielo, tengo aprendido por la tradición que el primero fue escrito por Mateo, que una vez fue un publicano, pero después un apóstol de Jesucristo, y fue preparado para los conversos del judaísmo, y publicado en el idioma hebreo. El segundo es de Marcos, quién lo compuso según las instrucciones de Pedro, el cual en su epístola católica le reconoce como hijo, diciendo: “La iglesia que está en Babilonia elegida juntamente con vosotros, os saluda, y lo mismo ocurre con Marcus, mi hijo”. 1 Pedro 5:13. Y el tercero por Lucas, el Evangelio encomendado por Pablo, y compuesto para los gentiles convertidos. El último de todos es Juan”.

Un Prólogo Anti-Marcionista afirmó conexión de Pedro a Marcos

Hay tres “prólogos” de los evangelios que aparecen en muchas Biblias Latinas desde la antigüedad. Conocidos como los “Prólogos Anti-Marcionistas”, datan del siglo cuarto o antes. El prólogo del Evangelio de Marcos es particularmente interesante:

“Después de la muerte de Pedro, él [Marcos]escribió este mismo Evangelio en las regiones de Italia”.

Ahora, se puede argumentar que la descripción de Papias sobre la colaboración de Marcos con Pedro en Roma es la primera descripción disponible que poseemos. De hecho, los escépticos han tratado de argumentar que fuentes de la Iglesia posteriores están simplemente repitiendo como loro lo de Papias cuando se conecta Marcos con Pedro. Pero no hay evidencia que sugiera que Papias es la única fuente de información relacionada con Pedro y Marcos, en particular cuando se consideran las variaciones leves en las atribuciones subsiguientes (como la versión de Clemente). Las sutiles diferencias sugieren que las declaraciones provienen de diferentes fuentes originales. Además, la referencia tangencial de Justino Mártir a los ‘hijos del trueno’ fortalece el hecho de que la información de Pedro viene de una fuente distinta de Papias (quién nunca hace esta conexión). En esencia, una afirmación de la dependencia de Papias carece de pruebas concretas, e incluso si este fuera el caso, no hay ninguna razón para dudar de la exactitud de la reclamación original Papias en el primer lugar. El registro coherente de la historia identifica a el Evangelio de Marcos como una memoria de la vida de Pedro con Jesús.

 


J. Warner Wallace tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Blog Original: http://bit.ly/2zx3Ut4

Traducido por José Giménez Chilavert.

El cristianismo es único entre las cosmovisiones teístas. Algunos sistemas religiosos están basados ​​únicamente en las declaraciones proverbiales y doctrinales de sus fundadores. Los dichos sabios de Buda, por ejemplo, forman la base para el budismo. De manera similar, las declaraciones de L. Ronald Hubbard forman la base de la Cienciología. Pero en estos dos ejemplos,  las declaraciones de los líderes de estas cosmovisiones existen de manera independiente a cualquier evento histórico. En otras palabras, estos sistemas se sostienen sobre la base de ideas y conceptos, y no sobre afirmaciones acerca de un evento histórico en particular. Mientras que el cristianismo hace sus propias afirmaciones ideológicas y conceptuales, estas declaraciones están íntimamente conectadas a un singular evento que las valida: la Resurrección de Jesucristo. ¿Por qué deberías creer lo que dijo Jesús en lugar de la enseñanza de Buda o Hubbard? La autoridad de Jesús está basada en más que simplemente la fuerza de una idea; fue establecida por la verificabilidad de un evento. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, Él estableció su autoridad como Dios, y su Resurrección nos proporciona con un importante distintivo cristiano. Al igual que otros eventos históricos, la Resurrección puede ser examinada por su fiabilidad, y es esta verificabilidad del cristianismo lo separa de cualquier otro sistema religioso.

Si te dijera que ayer tuve una visión de parte de Dios, en la que Él me reveló una serie de ideas y conceptos importantes ¿cómo podrías verificar (o falsificar) mi afirmación? Las visiones personales y las declaraciones de sabiduría son difíciles de validar evidentemente (por medio de alguna evidencia. Tú tienes dos opciones: aceptar mi historia o rechazarla, pero en cualquier caso tendrías que hacerlo sin una investigación evidencial. ¿Qué pasaría si, por el contrario, te dijera que he sido visitado por Dios físicamente? ¿Y si te dijera que Dios vino a mí en la forma de un hombre y, en presencia de mis amigos, realizó varios milagros? ¿Y si te dijera que Él movió árboles de una lado para otro y creó una casa de muñecas para mis niñas de la nada? Este tipo de afirmaciones son categóricamente diferentes a afirmaciones sobre ideas y conceptos. Estas afirmaciones están relacionadas a eventos históricos ocurridos en mi patio trasero en presencia de testigos. Como tales, pueden ser investigadas de manera forense e histórica. Pueden ser verificadas de una manera en que las afirmaciones conceptuales no pueden serlo. Esta es la naturaleza de las afirmaciones cristianas. El cristianismo está establecido sobre la base de un evento histórico. Nosotros podemos investigar este evento como cualquier otro evento en la historia (incluyendo casos abiertos de homicidios antiguos). La verificabilidad es un distintivo Judeo-Cristiano.

Podrías preguntarte “Hey, espera un minuto, el cristianismo no es el único sistema teísta basado en un hecho histórico. ¿Qué pasa con sistemas como el mormonismo o el islam?”. Mientras que el mormonismo, por ejemplo, también está basado en una afirmación histórica sobre el pasado (en este caso, la afirmación sobre eventos aquí que sucedieron aquí en el continente norteamericano en el transcurso de mil años), estas afirmaciones son demostrablemente falsas. De hecho, el mismo proceso de cuatro pasos que utilicé en mi libro Cold-Case Christianity para verificar los relatos de los Evangelios del Nuevo Testamento, rápidamente falsifica las afirmaciones del mormonismo. El atributo distintivo del cristianismo no es simplemente que es verificable, sino también que una investigación intensa de sus declaraciones confirma realmente su verdad. El cristianismo es ambos verificable y verificado. Es verdadero. El mormonismo es verificable, pero falso. No pasa la prueba que podemos someterlo para establecer su autenticidad. Mientras que no soy un experto en islam, mis amigos, Abdu Murray y Nabeel Qureshi, examinaron el islam como yo examiné el mormonismo y llegaron la misma conclusión sobre sus afirmaciones históricas. El cristianismo sigue siendo el único sistema religioso: (1) Arraigado en un acontecimiento histórico y (2) verificado por examinación crítica.

A menudo he dicho que no soy un cristiano porque funciona para mí. Hay muchos días en los que la vida cristiana es la vida más difícil que pude haber elegido seguir. Esta requiere que piense en los demás primero, que recuerde mi lugar verdadero con respecto a un Dios Santo y a negar mis deseos egoístas. Tampoco soy cristiano porque me crié en un hogar cristiano. Yo no estaba rodeado de cristianos practicantes de niño. No me volví cristiano porque estaba tratando de solucionar un problema o porque tenía la esperanza del cielo o el miedo del infierno. Ninguna de estas cosas me animaba. Tenia una vida grandiosa antes de convertirme en cristiano. Hoy soy un cristiano porque he investigado la fiabilidad de los relatos de los Evangelios y llegué a la conclusión de que el cristianismo era verdadero. En realidad es así de simple. Soy un cristiano por las mismas razones por las  que no soy mormón. Uno de los  sistemas puede ser demostrado como verdadero,  y el otro solo como falso.

Si la verificabilidad evidencial es verdaderamente un distintivo cristiano ¿no debería esto hacernos vivir de manera diferente que a los que se adhieren y practican otros sistemas religiosos? ¿No deberíamos nosotros, como Cristianos, ser el grupo que sabe porqué nuestras creencias son verdaderas y el grupo que está más dispuesto a defender lo que creemos? ¿No deberíamos ser el grupo más interesado en presentar un caso sólido a favor de nuestras creencias metafísicas? ¿Por qué entonces estamos tan a menudo desinteresados en la evidencia? Llegó la hora de dejar que esta naturaleza evidencial distintiva del cristianismo resulte distintivamente en creyentes evidenciales. La naturaleza del cristianismo, enraizada en la Resurrección, nos permite la oportunidad de investigar y defender sus afirmaciones. Como Cristianos, debemos ser excepcionalmente reflexivos y cuidadosos, razonables y evidenciales en nuestras creencias, porque la verificabilidad es sin duda un distintivo cristiano.

 


J. Warner Wallace es autor de Cold-Case Christianity, tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Blog Original: http://bit.ly/2OgHgts

Traducido por José Giménez Chilavert

En un mundo lleno de gente escéptica sobre las afirmaciones de la Biblia relacionadas con Jesús, a veces es útil revisar el caso acumulativo de la historicidad y la deidad de Cristo. Al igual que todos los casos colectivos, el poder del argumento se basa en el conjunto robusto de evidencias históricas. He reunido algunas de ellas en esta entrada del blog:

Antiguos historiadores no cristianos están de acuerdo en que Jesús vivió

Antiguos historiadores “paganos”, escribieron acerca de Jesús, sus seguidores y las declaraciones de estos historiadores y escritores corroboran las afirmaciones de la Biblia relacionadas con Jesús:

  1. El libro de las crónicas de Talo (52 d.C.)
  2. El libro de las crónicas de Plinio el Joven (61-113 d.C.)
  3. El libro de las crónicas de Suetonio (69-140 d.C.)
  4. El libro de las crónicas de Tácito (56 – 120 d.C.)
  5. El libro de las crónicas de Mara Bar-Serapion (70 d.C.)
  6. El libro de las crónicas de Phlegon (80-140 d.C.)
  7. El libro de las crónicas de Luciano de Samosata: (115-200 d.C.)
  8. Registro histórico de Celso (175 d.C.)

Los historiadores Judíos antiguos están de acuerdo que Jesús vivió

Aunque la mayoría de los recuentos Judíos antiguos de Jesús son hostiles, todavía afirman mucho acerca de la historicidad de Jesús, incluso a medida que tratan de difamar su carácter:

  1. El libro de las crónicas de Josefo (37-101d.C.)
  2. El libro de las crónicas del Talmud judío (400-700 d.C.)
  3. El libro de las crónicas de El Toldot Yeshu (1000 d.C.)

Jesús afirmó ser Dios

Aunque algunos escépticos niegan que Jesús nunca se identificó como Dios a su audiencia del primer siglo, la evidencia demuestra lo contrario:

  1. Él prologó de sus declaraciones como si fuera Dios (Mateo 5:18)
  2. Se identificó con el nombre propio de Dios: “Yo soy” (Juan 8:49-58)
  3. Él hablaba como si él era igual a Dios (Juan 14:6-9)
  4. Dijo que él y Dios eran uno (Juan 10:25-29)

Jesús demostró que tenía la naturaleza de Dios

Jesús poseía una autoridad única con los que le conocieron, una autoridad que superó con creces la de otros rabinos importantes. La autoridad de Jesús se basó en su divinidad:

  1. Demostró Omnisciencia (Juan 4:16-30)
  2. Demostró Omnipresencia (Mateo 28:20)
  3. Demostró Omnipotencia (Juan 11:38-44, Marcos 06:48)

Jesús fue adorado como Dios por aquellos que lo conocieron

En una cultura judía de principios de siglo que rechazaba la adoración de nadie (o nada) que no sea el único y verdadero Dios, Jesús fue varias veces adorado por los que lo encontraron:

  1. Los magos sabios lo adoraron en su nacimiento (Mateo 2:10-12)
  2. El leproso le adoró cuando lo curó (Mateo 08:02)
  3. El jefe de la sinagoga le adoró (Mateo 9:18-19 )
  4. Los discípulos lo adoraron en la barca (Mateo 14:32-33)
  5. La madre de Santiago y Juan lo adoraron (Mateo 20:20-21)
  6. El ciego le adoró cuando lo curó ( Juan 9:35-38)
  7. Las mujeres lo adoraron en la tumba vacía (Mateo 28:8-10)

Jesús cumplió las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento

Los discípulos y los primeros testigos de Jesús, fueron repetidamente sorprendidos en varias ocasiones por el número de maneras en que Jesús cumplió las profecías del Antiguo Testamento en relación con la venida del Mesías:

  1. El Mesías aparecerá después de que los Judíos regresen a Israel (Jeremías 23:3-6)
  2. El Mesías nacería en Belén (Miqueas 5:2)
  3. El Mesías sería precedido por un mensajero (Isaías 40:3)
  4. El Mesías entraría en Jerusalén, mientras viajaba en un asno (Zacarías 9:09)
  5. El Mesías iba a sufrir y ser rechazado (Isaías 53:3)
  6. El Mesías sería traicionado por 30 piezas de plata (Zacarías 11:12-13)
  7. El Mesías sería silenciado ante sus acusadores (Isaías 53:7)
  8. El Mesías sería herido, azotado y crucificado (Isaías 53:5)

El caso acumulativo de la historicidad y la deidad de Jesús es demasiado convincente cuando se ve en su totalidad. Este breve articulo un recordatorio útil para probar que La cosmovisión (Creencia) cristiana es evidentemente verificable.

 


J. Warner Wallace es autor de Cold-Case Christianity, tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

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