¿Puede la historia de Jesús seguir sorprendiéndote?

Por Bob Perry

La historia demuestra que la prudencia y la sabiduría rara vez están del lado de las nuevas formas de ver la Escritura. Esto es especialmente cierto en el caso de la tendencia “progresista” a rehacer a Jesús a imagen y semejanza de la posmodernidad. Por eso, cuando oí hablar por primera vez del nuevo libro de Tom Gilson, Too Good To Be False (En español: Demasiado bueno para ser falso), tengo que admitir que me sentí confundido. Gilson es un sólido pensador cristiano, pero la contraportada de su libro me decía que “los cristianos que lo lean se encontrarán con Jesús de maneras nuevas para adorarle”. ¿Se había pasado al lado oscuro? Diez páginas después, mis temores se disiparon. Resulta que la historia de Jesús aún puede sorprenderte. El libro de Gilson no es una nueva interpretación de Jesús. Es un reto para ver las palabras antiguas con ojos nuevos. Y el cuadro que pinta es asombroso.

¿Puede la historia de Jesús seguir sorprendiéndote?

¿Contratarías a este tipo?

Imagina que recibes un memorándum de alguien con quien trabajas. Su propósito es presentar a una persona que quiere que consideres para una vacante de trabajo que tienes en tu oficina. En el memorándum, describe al candidato como alguien que nunca aprende de la experiencia, y menos aún de sus propios errores. De hecho, nunca ha admitido haber cometido un error. Sus habilidades de liderazgo no han mejorado en lo más mínimo. No muestra ningún signo de crecimiento del carácter. Cuando le haces preguntas, rara vez te da una respuesta directa. En su opinión, puedes estar en desacuerdo con él, pero eso te haría estar equivocado. Y ordena a los que trabajan con él que hagan las cosas a su manera sin excepción (51-52).

¿Lo contratarías? O te preguntarías: “¿Quién se cree este tipo?”.

Ese es Jesús como probablemente nunca antes lo habías pensado.

Fracasar vergonzosamente

Las ideas de Too Good To Be False (En español: Demasiado bueno para ser falso) no se basan en repensar las doctrinas o la deidad de Jesús. Todo lo contrario. Son recordatorios de que estamos demasiado acostumbrados al Jesús populista del que se nos ha animado a ser amigos. Cuando te centras en lo que realmente dijo e hizo, no existe la tentación de golpear a Jesús en el hombro y reírse. Al contrario, te invade el impulso de postrarte ante Él y adorarle. A la vez que te invita a entrar en su círculo de confianza.

El verdadero Jesús es un líder diferente a todos los que el mundo ha visto. Habla y actúa con autoridad, confianza y poder. Pero nunca abusa de ese poder. Ni siquiera lo utiliza en su propio beneficio. Por el contrario, dirige ese poder hacia el amor a los demás. Se hace respetar. Y siempre es la persona más inteligente de la sala.

La combinación de estos rasgos de carácter describe a un hombre que no puede ser de este mundo. No se parece a nadie que hayamos conocido o incluso del que hayamos oído hablar. Y aunque es tentador decir que eso lo hace demasiado bueno para ser verdad, la historia nos dice lo contrario. Los hechos son más convincentes. Lo hacen demasiado bueno para ser falso.

Un personaje innovador

El personaje de Jesús es tan escandalosamente superior que exige una explicación. Después de todo, es el personaje más memorable jamás creado. Y eso podría hacer que fuera tentador descartarlo como la invención de la muy fértil imaginación de alguien. Pero no tienes esa opción. Descartar así al Jesús de los Evangelios equivaldría a suscribir la teoría conspirativa más escandalosa de la historia de la humanidad. Una falsificación coordinada hecha por múltiples autores, todos poseídos por el mismo delirio fantasioso. Pero es incluso peor que eso.

Según los escépticos, esta historia de Jesús es una gran versión del Juego del Teléfono. Se inventó, se adornó, se volvió a contar y se transmitió a través de múltiples narradores en varios lugares. Sin embargo, de alguna manera, el personaje legendario creado en este proceso resulta ser exactamente el mismo en todas partes. Vive en los cuatro Evangelios (cinco si se suman los que invocan al “Q”). De alguna manera, esta mezcla desordenada “produjo un milagro mayor que la resurrección: la mayor historia de todos los tiempos, con el mayor personaje de toda la literatura, presentando una enseñanza moral que ha cambiado para bien a todas las civilizaciones que ha tocado”. (133)

Todo un milagro, sin duda.

Enfrentarse a los escépticos

Los escépticos de siempre no lo aceptarán, por supuesto. Pero Tom Gilson se ha enfrentado a ellos y a sus ideas en su blog Thinking Christian desde 2004. Ha escuchado todos sus argumentos cientos de veces. Así que, cuando se trata de manejar las objeciones a su tesis, lo hace con estilo, gracia y sencillez. Están todos ahí -Dawkins, Spong, Aslan, Ehrman, Carrier, Price, Armstrong, Hitchens y otros- y Gilson reconoce sus puntos. Pero en lugar de tratar de cortar cada árbol, se centra en el bosque. Jesús de Nazaret es un personaje que nadie podría inventar.

Hay formas de responder a los detalles de las llamadas “contradicciones” del Evangelio. Pero algunos escépticos se niegan a reconocerlas como simples diferencias de punto de vista. Es tentador sentirse obligado a explicar por qué Jesús no habló de los temas morales y sociales más candentes de la actualidad. No les importa que, a lo largo de la historia, la solución a todos los dilemas morales haya pasado por las acciones de los seguidores de Jesús. Hemos escuchado las fanfarronadas sobre cómo Jesús “se convirtió en Dios” (Ehrman) o cómo era simplemente otra leyenda repetida (Dawkins, Armstrong). Incluso se nos ha dicho que no existió realmente (Carrier). Ninguno de estos argumentos llega al corazón del problema.

Con toda la corrupción y los tejemanejes que conlleva la transmisión de una leyenda inventada, ¿cómo pudieron hacerlo los autores sinópticos? ¿Cómo pudieron llegar cada uno de ellos al mismo Jesús hombre-Dios cuando el Juego del Teléfono no había tenido tiempo de inventar su deidad antes de que escribieran sus Evangelios?

El Jesús que damos por sentado

Jesús fue un influenciador de los medios de comunicación antes de que eso estuviera de moda. Pero lo que le hizo popular entre los que le conocían mejor también le hizo notorio entre los líderes políticos y religiosos de su época. A nadie le gusta un tipo que se cree Dios encarnado. Hay que eliminar a esa gente. Pero cuando esa misma gente reaparece poco después, los que intentaron eliminarla saben que tienen un verdadero problema entre manos.

Solo ha ocurrido una vez.

Hoy, los más vehementes opositores al cristianismo siguen invocando su nombre. Lo hacen para tratar de exponer la “hipocresía” de los cristianos modernos. Pero cuando lo hacen, están dando la razón a Tom Gilson. Incluso admiran al único personaje de la historia de la humanidad que “ningún autor, ningún poeta y ningún dramaturgo ha ideado… un personaje de poder perfecto y de amor perfecto como Jesús” (126).

Él es el estándar por el que se miden todos los demás personajes. Demasiado cariñoso para ser un mentiroso. Demasiado convincente para ser un lunático. Solo nos deja una opción. Y Too Good To Be False (En español: Demasiado bueno para ser falso) nos recuerda que es una elección que con demasiada frecuencia hemos dado por sentado.

Recursos recomendados en Español:

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Bob Perry es un escritor cristiano de apologética, profesor y orador que escribe un blog sobre el cristianismo y la cultura en: truehorizon.org. Es escritor colaborador en el Christian Research Journal, y también ha sido publicado en Touchstone, y Salvo. Bob es un aviador profesional con 37 años de experiencia en vuelos militares y comerciales. Tiene una licenciatura en Ingeniería Aeroespacial de la Academia Naval de los Estados Unidos y una maestría en Apologética Cristiana de la Universidad de Biola. Ha estado casado con su amor de la secundaria desde 1985. Tienen cinco hijos ya mayores.

Blog Original: https://cutt.ly/eQpVJh3

Traducido por Ámbar Porta

Editado por Daniela Checa Delgado