Los humanos son excepcionales por una razón

Por J. Warner Wallace 

Wesley J. Smith escribe un blog en el National Review Online titulado “Human Exceptionalism (Excepcionalismo Humano)”. Lo recomiendo altamente. En una ocasión presento un artículo escrito por Marian Stamp Dawkins, profesora de Comportamiento Animal en Oxford y autora de “Why Animals Matter?” (en español: ¿Por qué importan los animales?). En su artículo, Dawkins examina el argumento a favor del “valor” de los animales basado en la posesión de una propiedad (la conciencia) por parte de los mismos. Mientras que Dawkins parece rechazar este método de asignación de valor a los animales, ella sí aceptó una metodología que asigna valor a los animales sobre la base de su beneficio a los seres humanos:

“Si quieres tratar de convencer a personas que no están convencidas de que el bienestar animal importa, utilizas argumentos que tocan, como he dicho, su propio interés: son buenos para la salud de sus hijos, buenos para su propia salud, buenos para el medio ambiente. Esos son los argumentos que van a tener peso”.

Wesley reconoce correctamente que el valor de los animales no tiene tanta relación con la posesión de una propiedad por parte de las especies que estamos considerando, sino que es el resultado de una propiedad que NOSOTROS poseemos como seres humanos:

Pero el asunto real aquí somos nosotros, no los animales. Como seres conscientes, como criaturas morales, como experimentadores empáticos, promovemos el bienestar animal simplemente porque somos humanos. Es parte de venir “programados” como seres morales, sobre todo una vez que superamos la cruda etapa de la mera supervivencia. Por lo tanto, es nuestro deber tratarlos bien -no porque tal vez ellos lo quieran, sino por lo que somos.

Supongo que en las empresas comerciales, demostrando que lo que es bueno para los animales es bueno también para el productor puede promover una reforma, pero ¿y si no lo es? Conozco productores de animales que tratan bien a sus animales y lo hacen porque saben que es lo correcto, incluso si ganan un poco menos de dinero. Y conozco algunos que han sacrificado su propio bienestar económico sustancialmente con el fin de hacer lo correcto por sus animales”.

Incluso nuestros amigos ateos tienen que admitir que los seres humanos son diferentes de otras especies de animales. Contamos con tres tipos de “conciencia” que nos separa de otras criaturas: conciencia moral, conciencia espiritual y auto-conciencia.

Conciencia Moral

A diferencia de animales inferiores, los seres humanos SÍ tienen la capacidad de analizar situaciones morales difíciles y complicadas. Entendemos el valor del sacrificio, incluso cuando una causa noble podría costarnos la vida. Nosotros, como seres humanos, somos capaces de ir más allá de los mecanismos de supervivencia y deseos básicos. Tenemos la capacidad de ir más allá de lo que “es” hacia lo que “debería ser“. Mientras que los ateos pueden simplemente ver esto como un estado avanzado de la inteligencia, los cristianos lo reconocen como una característica de la imagen reflejada de Dios:

Romanos 2: 14-15

De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley. Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige, como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces los acusan y otras veces los excusan.

Conciencia Espiritual

Olvídate de si Dios existe realmente por un minuto. Eso no es realmente importante para esta discusión. Lo que SÍ es importante es el hecho que los humanos son capaces de una forma única de considerar su lugar en el Cosmos y se encuentran a sí mismos en la búsqueda de significado (y de lo Divino). Como cristianos, reconocemos que esto es una vez más el producto de haber sido creados a imagen de Dios:

Romanos 1: 19-20

Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa.”

Auto Conciencia

Por último, como seres humanos tenemos una percepción única de nosotros mismos (auto-conciencia) que nos permite ver nuestro lugar en el mundo y entender nuestra identidad. Tenemos la capacidad de entender la jerarquía natural y espiritual, y reconocemos nuestro lugar en ella:

Job 42: 1-6

Yo sé bien que tú lo puedes todo, que no es posible frustrar ninguno de tus planes. “¿Quién es éste —preguntaste—, que sin conocimiento oscurece mi consejo?” Reconozco que he hablado de cosas que no alcanzo a comprender, de cosas demasiado maravillosas que me son desconocidas.» “Ahora escúchame, que voy a hablar —dijiste—; yo te cuestionaré, y tú me responderás.” De oídas había oído hablar de ti, pero ahora te veo con mis propios ojos. Por tanto, me retracto de lo que he dicho, y me arrepiento en polvo y ceniza.»”

Como seres humanos, somos excepcionales, no porque por casualidad poseemos una mayor inteligencia, sino porque hemos sido creados por un Dios personal, y reflejamos su conciencia y personalidad. Con estos dones y atributos Divinos, estamos especialmente calificados para asignar valor a todos los demás aspectos de la creación, así como para administrar nuestro entorno como sus cuidadores morales.

¿Qué otras cualidades excepcionales de los seres humanos crees que poseemos debido a que somos Imago Dei (creados a imagen y semejanza de Dios)?


J. Warner Wallace es autor de Cold-Case Christianity, tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Original Blog Source: http://bit.ly/2MMNHUi

Traducido por José Giménez Chilavert

 

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