La Deidad de Jesús no es una leyenda tardía

Como no creyente, sospeché que las historias sobre Jesús se volvían más elaboradas y grandiosas con el paso del tiempo. Por eso era tan importante para mí leer los primeros documentos relacionados con Jesús; esperaba que los relatos iniciales retrataran a Jesús como un maestro sabio, pero nada más. Desde luego, no esperaba que Jesús fuera representado como Dios hasta mucho más tarde en la historia. Pero descubrí justamente lo contrario. Los primeros testigos describen a Jesús como divino y claramente lo adoraron como Dios. Esta representación de Jesús aparece constantemente en los escritos de cada estudiante sucesivo y líder cristiano fiel a través de los primeros años de la historia cristiana. A continuación, un breve resumen de las primeras descripciones de Jesús:

Bernabé, compañero de Pablo (c. 70-130 d.C.)

“Él es el Señor de todo el mundo, al que dijo Dios en el principio del mundo: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra”.

Ignacio, obispo de la Iglesia de Antioquía (c. 110 d.C.)

“Dios mismo se manifestó en forma humana para la regeneración de la vida eterna”.

Clemente de Roma, el obispo de la Iglesia en Roma (c. 120 d.C.)

“Hermanos, es lógico que deben pensar en Jesucristo como de Dios – como Juez de

los vivos y los muertos”.

Ireneo, Obispo de la Iglesia en Lyons (Actualmente), Francia (c. 180 d.C.)

“De esta manera Él manifiesta en términos claros que Él es Dios, y que Su venida fue en Belén… Dios, entonces, se hizo hombre, y el Señor mismo nos salvó”.

“Él es Dios, porque el nombre Emmanuel indica esto”.

“¿Cómo pueden ser salvos si no fue Dios quien obró su salvación en la tierra? ¿O cómo pasará el hombre a Dios, si Dios no hubiera venido primero al hombre?”

Clemente de Alejandría, maestro cristiano de renombre en Egipto (c. 195 d.C.)

“¡Oh, el Gran Dios! ¡O el Hijo perfecto! El Hijo en el Padre y el Padre en el Hijo… Dios el Verbo, que se hizo hombre por amor a nosotros”.

“Nada, entonces, es odiado por Dios, ni tampoco por la Palabra. Por tanto, son uno — es decir, Dios. Porque Él ha dicho: “En el principio el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”.

“El Verbo mismo, que es el Hijo de Dios, es uno con el Padre por igualdad de sustancia. Es eterno e increado”.

Hipólito, presbítero líder en la Iglesia en Roma (c. 205 d.C.)

“Aunque soportó la cruz, volvió a la vida como Dios, habiendo aplastado la muerte”.

Tertuliano, apologista cristiano apasionado en Cartago, África del Norte (c. 207 d.C.)

“Nosotros los que creemos que Dios realmente vivió en la tierra, y que tomó sobre sí la humilde condición humana, con el propósito de salvar al hombre, no pensamos como aquellos que rehúsan creer que a Dios le importe algo…. Afortunadamente, no obstante, es parte del credo de los cristianos el creer en el hecho de que Dios sí ha muerto y que, sin embargo, Él está vivo hoy y para siempre”.

Orígenes, alumno famoso de Clemente de Alejandría (c. 225 d.C.)

“Nadie debe sentirse ofendido que el Salvador también es Dios, al ver que Dios es el Padre. Del mismo modo, ya que el Padre es llamado Omnipotente, nadie debe sentirse ofendido de que el Hijo de Dios también se llama Omnipotente. Porque de esta manera, serán ciertas las palabras que Él dice al Padre: “Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo, mío; y he sido glorificado en ellos”.

“El Hijo no es diferente del Padre en sustancia.”

Note que la descripción de Jesús no cambia con el tiempo. Jesús no se hizo más divino con el paso de los años. Jesús era Dios desde los primeros relatos y Él fue adorado como Dios desde el principio. Incluso los no creyentes del primer siglo observaron que Jesús fue adorado como Dios desde los primeros días. Plinio el Joven (61-112 d.C.), el gobernador de Bitinia (d.C. 112) y un senador romano, escribió al emperador Trajano pidiendo orientación sobre cómo se debe tratar a los cristianos en su provincia. Él dijo que los cristianos estaban “reunidos en un cierto día fijo antes de que se hiciera de día, cuando cantaban en forma alternada un himno a Cristo como a un dios, y se comprometían a un juramento solemne, a no hacer malas obras, a no cometer nunca fraudes, robos, adulterios, a no mentir ni negar la fe”. Está claro, incluso a partir de esta referencia pagana, que los primeros creyentes adoraron a Jesús como a Dios.

William Lane Craig, en su libro, Reasonable Faith: Truth And Christian Apologetics (La fe razonable: la verdad y la apologética cristiana), escribe: “Los estudios realizados por académicos del N.T. como Martin Hengel de la Universidad de Tubingen, CFD Moule de Cambridge, y otros han demostrado que después de veinte años de la crucifixión; la Cristología de que completamente proclamaban a Jesús como Dios encarnado ya existía… el sermón cristiano más antiguo, el relato más antiguo de un mártir cristiano, el informe pagano más antiguo de la Iglesia, y la oración litúrgica más antigua (1 Corintios 16:22) todos se refieren a Cristo como Señor y Dios”. Eso es muy poderoso. La Deidad de Jesús no es una creación tardía o una atribución legendaria. Los primeros creyentes, en los primeros capítulos de la historia cristiana, proclamaron que Jesús es Dios.


J. Warner Wallace es autor de Cold-Case Christianity, tiene una trayectoria de más de 25 años como policía y detective, posee un Master en Teología por el Seminario Teológico Golden Gate Baptist y es profesor adjunto de Apologética en la universidad de BIOLA.

Blog Originalhttp://bit.ly/2U24Qx0

Traducido por Jorge Gil Calderón

Editado por María Andreina Cerrada

 

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