La Biblia dice que “el conocimiento nos infla”. ¿Significa esto que no debemos estudiar demasiado?

Por Alisa Childers

Cuando decidí tomar más en serio el aspecto intelectual de mis creencias espirituales, algunos de mis amigos cristianos se quedaron rascándose la cabeza.

La Biblia dice que "el conocimiento nos infla". ¿Significa esto que no debemos estudiar demasiado?

Mi recién adquirido amor por el aprendizaje me llevó a recibir comentarios como: “No dejes que tu cabeza se interponga en el camino de tu corazón”, y “No necesito estudiar porque tengo fe”, y “Ten cuidado de no estudiar demasiado porque ‘el conocimiento te infla’ (1 Corintios 8:1)”.

Por muy bien intencionados que sean estos comentarios, parecen reflejar el antiintelectualismo que ha saturado a la cultura estadounidense y se ha filtrado a la iglesia. En un artículo acertadamente titulado “Los corazones ardientes no se alimentan con cabezas vacías”, R.C. Sproul escribió,

Vivimos en lo que puede ser el periodo más antiintelectual de la historia de la civilización occidental…. La cultura secular ha abrazado un tipo de impresionismo que amenaza con convertir todos nuestros cerebros en papilla, y el mundo evangélico ha seguido su ejemplo, desarrollando una alergia a todo lo intelectual (1).

Pero no siempre ha sido así. Los cristianos fundaron universidades de la Ivy League, como Harvard y Princeton, y fueron pioneros de la revolución científica. La huella intelectual de los cristianos en la historia del mundo es incalculable.

Un poco de historia… 

Cuando los puritanos llegaron a América, valoraban profundamente la vida de la mente. El filósofo estadounidense J.P. Moreland señaló,

Los puritanos eran personas muy instruidas (la tasa de alfabetización de los hombres de los primeros años de Massachusetts y Connecticut se situaba entre el 89 y el 90%) que fundaron colegios, enseñaron a sus hijos a leer y escribir antes de los seis años, estudiaron arte, ciencia, filosofía y otros campos como forma de amar a Dios con la mente (2).

En aquella época, los ministros eran considerados autoridades no sólo en cuestiones espirituales, sino también en cuestiones intelectuales. Todo esto empezó a cambiar después de que se produjeran varios avivamientos en América a mediados del siglo XIX. Estos avivamientos fueron muy positivos, ya que hicieron hincapié en la conversión personal a Cristo y en una fe emocionalmente comprometida.

Sin embargo, un énfasis excesivo en estas experiencias comenzó a tomar el lugar de la reflexión silenciosa, la consideración reflexiva y una comprensión profunda de las auténticas enseñanzas cristianas. Miles de personas escucharon a predicadores de avivamiento y se convirtieron al cristianismo, pero muchos de estos nuevos creyentes carecían de una comprensión intelectual de las cuestiones doctrinales esenciales. Como resultado, cultos como el mormonismo y los testigos de Jehová cobraron impulso y pasaron a tener un profundo impacto en las creencias de millones de personas en todo el mundo.

El creciente analfabetismo teológico también debilitó la capacidad de la Iglesia para responder al ataque intelectual al cristianismo que culminó a finales del siglo XIX. El empirismo de la “Era de la Ilustración”, el escepticismo de la alta crítica alemana y el desarrollo de la evolución darwiniana llevaron a muchos cristianos a desconfiar de las actividades intelectuales, en lugar de motivarlos a enfrentarse a estas ideas de frente.

A principios del siglo XX, el liberalismo empezó a influir en las principales denominaciones, provocando que los fundamentalistas se retiraran de la arena del discurso público para formar sus propias instituciones teológicas y aislando así las ideas cristianas del resto del mundo. En lugar de ser la “sal de la tierra”, volvimos a poner la sal en el armario.

En conjunto, estas tendencias debilitaron la influencia de la Iglesia en la cultura en general y llevaron a muchos cristianos modernos a devaluar una sólida comprensión intelectual de su fe (3).

Un poco de Teología…

¿Pero no dice la Biblia que “el conocimiento nos infla”? Cuando alguien utilice un solo versículo para exponer su punto de vista, recuerda el útil consejo de Greg Koukl: Nunca leas un versículo de la Biblia. Muchas palabras y frases tienen múltiples definiciones y significados, y cuando no consideramos el pasaje que rodea a un versículo en particular, podemos perder su significado.

Justo antes de la frase “el conocimiento te infla”, el apóstol Pablo escribió: “Ahora sobre la comida sacrificada a los ídolos”. Algunos cristianos sabían que los ídolos no eran reales, mientras que otros no lo sabían y creían que comer alimentos sacrificados a los ídolos los hacía ceremonialmente impuros. En el contexto, Pablo está exhortando a los creyentes que tenían mayor conocimiento a mostrar amor a los que tenían la conciencia más débil y a abstenerse de comer alimentos ofrecidos a los ídolos delante de ellos para que no tropezaran. Su punto era que el conocimiento debe ser ejercido en amor, para edificar a otros creyentes y no a nuestra propia arrogancia.

Al igual que debemos considerar los versículos en su contexto, nuestra teología debe basarse en el conjunto de las Escrituras. He aquí algunos de los muchos lugares en los que la Escritura habla positivamente del conocimiento:

Los necios aborrecen el conocimiento (Proverbios 1:22).

El sabio oirá y crecerá en conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad (Proverbios 1:5).

Oseas capítulo 4 dice que el pueblo de Dios perece por falta de conocimiento respecto a la ley. 2 Pedro 2:1 nos dice que añadamos a nuestra fe la bondad, y a la bondad, el conocimiento. En Filipenses 1:9, Pablo ora para “que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento”.

Pablo incluso alaba el conocimiento como parte de la guerra espiritual en 2 Corintios 10:5 al decir: “destruyendo especulaciones y todo razonamiento altivo que se levanta contra el conocimiento de Dios.” Proverbios 15:4 dice que el “corazón del prudente adquiere conocimiento”, y Proverbios 1:29 advierte de la destrucción que sigue al odiar el conocimiento.

Una y otra vez en las Escrituras se nos ordena buscar el conocimiento, y una y otra vez se nos advierte de las consecuencias si no lo hacemos. De hecho, cuando Jesús nos ordenó “amar al Señor tu Dios con toda tu mente”, estaba diciendo que debemos amar a Dios con toda nuestra capacidad intelectual.

El conocimiento debe mantenerse en tensión con el amor. Cuando no es así, el orgullo y la arrogancia pueden imponerse. Pero el verdadero conocimiento es humilde. Cuanto más aprendo, más me doy cuenta de lo mucho que me queda por aprender, más me doy cuenta de mi pequeñez e insuficiencia intelectual.

Cuando comprometemos nuestra fe intelectualmente con el amor, el conocimiento no nos inflará. De hecho, tengo que estar de acuerdo con el escritor de Proverbios que dijo: “¡Los labios que hablan de conocimiento son una joya poco común!”.

Recursos recomendados en Español: 

Robándole a Dios (tapa blanda), (Guía de estudio para el profesor) y (Guía de estudio del estudiante) por el Dr. Frank Turek

Por qué no tengo suficiente fe para ser un ateo (serie de DVD completa), (Manual de trabajo del profesor) y (Manual del estudiante) del Dr. Frank Turek  

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Alisa Childers es una cantante y compositora estadounidense, más conocida por formar parte del grupo femenino de música cristiana ZOEgirl. Ha tenido una lista de los diez mejores sencillos de la radio, cuatro lanzamientos de estudio y recibió el premio Dove durante su tiempo con ZOEgirl. Años más tarde, Alisa experimentó un profundo desafío a su fe de toda la vida cuando empezó a asistir a lo que más tarde se identificaría como una iglesia cristiana progresista. Este desafío empujó a Alisa hacia la Apologética Cristiana. Actualmente se puede leer, escuchar y ver el trabajo de Alisa en línea, así como adquirir su libro recientemente publicado sobre el cristianismo progresista, titulado Another Gospel.

Blog Original: https://cutt.ly/jIHw2ed 

Traducido por Jennifer Chavez

Editado por Daniela Checa Delgado