El amor de Dios y el dilema de Eutifrón

Por Tim Stratton

PREGUNTA

Estimado Tim: En tu artículo “La Omnibenevolencia de Dios” señalaste que en el punto de vista islámico, Alá es muy similar a algunas opiniones calvinistas de Dios. En relación con este punto de vista, dijiste: “Dios no es todo-amor, y cualquier cosa que Alá haga es simplemente llamado “bueno” incluso si es aborrecible”.

God Eutyphro Dilemma

Estoy de acuerdo contigo, pero un ateo recientemente se opuso a su declaración con lo siguiente:

Esto suena como el punto de vista cristiano también. Si Dios es el estándar del “bien” entonces todo lo que Dios hace es por definición bueno. Según ese argumento, el odio sería, por definición, ‘bueno’. ¿Qué hace que la benevolencia sea inherentemente ‘buena’ si está recibiendo el estándar de ‘bueno’ de Dios? Con ese argumento, si Dios es benevolente entonces la benevolencia es buena, pero si resulta que Dios es un ser lleno de odio entonces uno tiene que llamar ‘odio’ más bien que benevolencia. A menos que estés diciendo que la benevolencia es inherentemente buena, aparte de Dios, y por lo tanto la benevolencia es un rasgo necesario de un Dios ‘todo-bueno’. Pero eso significaría que Dios tiene estos rasgos porque es bueno, y su bondad se distingue de su posesión de ellos—estos serían buenos independientemente de la existencia de Dios.

Él continuó afirmando que el “argumento zombi” descarta el dilema de Eutifrón (pienso que refiriéndose al artículo escrito por Timothy Fox) falla y así el dilema de Eutifrón “En realidad no está tan muerto después de todo.” ¿Cómo responderías al argumento de este ateo?

–Melissa

RESPUESTA DE TIM

Esta es una buena pregunta y una que he estado considerando por un tiempo. Gracias por enviarlo a mi dirección Melissa. Creo que la objeción del ateísta podría ser un problema para los calvinistas (ver “Calvinismo y los Cuernos de Eutifrón”); Sin embargo, el artículo que escribí estaba basado en una perspectiva molinista. El ateo no logró captar esta distinción y parece combinar el cristianismo con el calvinismo, ¡un movimiento al que me opongo firmemente! Su respuesta, lamentablemente, perdió el punto principal de todo el artículo, y por lo tanto, continúa atacando a un hombre de paja. Esto puede verse cuando primero entendemos cómo es Dios.

La naturaleza de Dios es amor

Lo principal a considerar es que la naturaleza de Dios es perfectamente amorosa, así como Él es perfectamente poderoso y perfectamente conocedor. Uno es libre de afirmar que estas propiedades no son “buenas” (llámelas como quieras); sin embargo, si Dios posee amor por todas las personas, entonces mi argumento está en pie.

No sólo la Biblia dice específicamente que “Dios es amor” (1 Juan 4:8) sino que el hecho de que Dios ama a todas las personas está implícito en versículos como Juan 3:16, 1 Timoteo 2:4 y 2 Pedro 3:9. Además, si los mandamientos de Jesús reflejan la naturaleza de Dios, entonces es racional deducir que Dios ama a todas las personas (incluso a aquellos que consideran a Dios como un enemigo). Sería bastante extraño que Dios ordenara a los seres humanos que amaran a todas las personas (de nuestros vecinos a nuestros enemigos) si Dios mismo no poseía este amor para todas las personas. De hecho, este amor perfecto se refiere específicamente en Mateo 5:48:

Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto.

Jesús incluso provee la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10: 25-37) para demostrar el amor que debemos tener por aquellos que nos desprecian. Jesús deja claro que debemos salir de nuestro camino—incluso si nos molesta—hacer posible que incluso nuestros enemigos prosperen y florezcan. La Escritura está repleta de datos que afirman el amor perfecto de Dios. De hecho he argumentado que podemos inferir el amor universal de Dios y el deseo de que todos sean salvos del primer libro de la Biblia. Con esto en mente, ¡lo principal para entender es que Dios es omni-amor! Es decir, ¡Dios ama a TODAS las personas genuinamente!

Esto plantea otra pregunta…

¿Qué es el amor?

Además del título de una canción pop pegadiza de los años 90, la Biblia es clara en lo que es el amor en 1 Corintios 13:

El amor es paciente y amable; el amor no envidia ni se jacta; no es arrogante o grosero. No insiste en su propio camino; no es irritable ni resentido; no se regocija de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca termina…

La Biblia continúa aclarando que es lo qu está dipuesto hacer el amor máximo en Juan 15:

Nadie tiene mayor amor que este, que dé su vida por sus amigos.

La Biblia revela que Dios ama a todas las personas y que todas las personas están llamadas a amar a todas las personas también. ¡De hecho, podemos suponer que este es el propósito objetivo de la existencia humana dado los dos mandamientos más grandes de Cristo! Consideremos Mateo 5:44; 22:37-39:

  1. ¡Ama a Dios primero!
  2. Todo mundo ama a todos (desde sus vecinos a sus enemigos)!

Por otra parte, la Biblia parece describir el amor genuino como el deseo de lo mejor para otra persona, incluso si se trata de un costo para el que ama a la otra persona. No sólo esto es bíblico ¡es evidente por sí mismo e intuitivamente obvio! Con esto en mente, podemos resumir el amor como un deseo genuino por lo mejor de otra persona y una voluntad de auto-sacrificio (incluso la propia vida si es necesario) para asegurar que esta otra persona pueda prosperar alcanzando la mejor vida posible.

Es importante notar que mi “artículo omnibenevolente” al que se hace referencia en la objeción fue escrito principalmente con ciertos teólogos calvinistas en mente, como Arthur Pink y Matt Slick, que niegan que Dios ama y desea lo mejor para todas las personas. La objeción anterior, sin embargo, está escrita desde una perspectiva atea esperando que el Argumento Moral para la existencia de Dios caiga presa de uno de los cuernos del dilema de Eutifrón. Sea como sea, mi punto es inmune a esta objeción, ya que se mantiene fuerte, simplemente señalando que Dios es esencialmente amoroso y es TODO amor.

Sin embargo, incluso si no es bueno amar (tan loco como suena), el punto sigue siendo: Dios ama a todas las personas—¡Su naturaleza es el amor!

Ahora que tenemos una comprensión de la naturaleza amorosa de Dios, y sabemos lo que es el amor, ahora podemos contemplar el significado de la vida.

El propósito objetivo de la existencia humana

¡Tu vida tiene un significado objetivo! Puede que no lo sepas todavía, o tal vez no estás de acuerdo subjetivamente, pero esto no cambia nada. El hecho de la cuestión sigue siendo que Dios creó a la humanidad a propósito y con el propósito específico de conocer, amar y disfrutar de una relación con Él y toda la gente por la eternidad. Es por eso que tú existes. Este es el propósito objetivo por el cual todos hemos sido creados.

Dios creó un mundo lleno de criaturas que pueden disfrutar de una verdadera relación de amor con Él (el cual es el último florecimiento eterno). Este es el propósito objetivo de la vida humana: amar y ser amados por Dios y por todas las personas para la eternidad. Es vital comprender esta verdad: Dios creó a todos y cada uno de nosotros a propósito y con el propósito específico para estar en una relación plena prospera/amor-verdadero con Él por la eternidad.

Si Dios desea crear un mundo en el cual pueda alcanzarse el verdadero amor, Él debe proveer a sus criaturas con libertad genuina (libre albedrío libertariano) para que sea posible que la humanidad experimente relaciones genuinas de amor con Dios y con los demás. Con esta libertad en mente, los seres humanos son libres de aproximarse al propósito objetivo de la vida—AMOR—o no.

Para ayudar a entender el por qué el objetivo de Dios en crear a la humanidad se sustenta en un propósito objetivo, considere los siguientes argumentos:

  1. Si una verdad corresponde a la realidad, es objetivamente verdadera [aparte de la opinión humana].
  2. Si Dios creó a la humanidad para un propósito, entonces este propósito es una verdad que corresponde a la realidad.
  3. Por lo tanto, si Dios creó a la humanidad para un propósito, entonces este propósito es objetivamente cierto.
  4. Dios creó la humanidad (a propósito y) para un propósito.
  5. Por lo tanto, el propósito de Dios para crear la humanidad es objetivamente cierto (aparte de la opinión humana).

Para un argumento más detallado, haga clic aquí.

¿Qué es lo “Bueno”?

Una vez que comprendemos el propósito objetivo de la existencia humana, podemos entender lo que significa para los humanos ser “buenos”. Cuando nos aproximamos a nuestro propósito objetivo (lo cual es cierto, aparte de la opinión humana) es objetivamente “bueno”. Una cosa se aproxima a su propósito objetivo, a ese mismo grado es “bueno”. Hasta cierto grado que algo pierde el blanco (el objetivo) de su propósito objetivo a ese mismo grado es pecaminoso (“malo”). Es decir, algo es objetivamente bueno cuando ayuda a alcanzar o corresponde al propósito objetivo de su existencia.

Puesto que Dios por su naturaleza es amor (incluso si el amor no es un “bien”), Él creó un mundo donde el amor genuino es posiblemente alcanzado. Dios creó a la humanidad a propósito y con el propósito específico de amarlo y ser amado por Él (y por todas las personas) perfectamente en el futuro eterno. Esto también conduce al eterno y ultimo florecimiento humano. Uno es libre de llamar al eterno florecimiento humano como “bueno”, “shmibueno”, o como quieran.

Hacer algo más que amar a todas las personas (de cada persona de la Trinidad a todos los humanos) es perder el objetivo (pecado). Puesto que el libre albedrío es necesario para el amor, y si el libre albedrío es realmente libre (y no un juego de palabras), se sigue que uno puede elegir libremente aproximarse al propósito objetivo de su existencia (lo que llamamos “bueno”) o no.

Conclusión

Dios es todo amor por naturaleza. Es irrelevante si uno quiere argumentar si el amor es “bueno” o “malo”. No estoy argumentando que amar a todas las personas es “bueno” o “malo”, así que mi caso simplemente evita los cuernos de Eutifrón. Simplemente estoy señalando cómo son las cosas (la definición de la realidad). ¡Dios es amor!

Dios es “bueno” en el sentido de que Él siempre actúa libremente de manera consistente con su plan perfectamente amoroso para la humanidad. Dios también establece el estándar en que nosotros los seres humanos nos esforzamos por ser “el objetivo”. Los seres humanos son “buenos” cuando elegimos libremente aproximarnos al propósito objetivo en el cual fuimos creados. Somos “malos” o moralmente pecaminosos cuando elegimos libremente “fallar en dar al blanco” o no alcanzar la meta a la que fuimos creados para alcanzar.

¡La elección depende de ti!

Mantente razonable (Filipenses 4: 5),

Tim Stratton

 


Blog Original: http://bit.ly/2uEjLDg

Traducido por Ruth H.L.

Editado por Jairo Izquierdo

 

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